martes, 31 de mayo de 2016

CAPITULO 25

—Exacto. Cuando un hombre guapo y encantador se me acerca, me digo «¿Por qué no?», y me voy con él en su coche.
—Otra vez estás a la defensiva. ¡Estás divorciada! ¡ Sales con hombres!
—Tendrás que perdonarme. He de vestirme y maquillarme. Al fin y al cabo, mi padre da una fiesta. Debo estar lo más guapa posible, por si salgo con algún hombre — añadió cínicamente. Luego sonrió y se dio media vuelta.
—iLali! —la llamó él. Ella no se detuvo.
— ¡Lali!
Ella se giró.
— ¿Qué?
Peter se acercó a ella y le colocó las manos en los hombros.
—Por Dios santo, Lali, no quiero que te ocurra nada. Y..
—¿Y qué?
—Me alegro de que VICO te haya dejado en paz y no formes parte de este caso —Peter hizo una pausa, ceñudo—. Porque te ha dejado en paz, ¿verdad?
— Te equivocas si piensas que VICO me obliga a ayudarle.
—Así que aún es posible que te llame.
Lali se quedó mirándolo.
—A veces no es él quien me llama.
— ¿Tú lo llamas a él? — inquirió Peter incrédulo.
— ¡ Sí, cuando lo considero necesario! Yo no pedí tener esta habilidad. La detesto. Es horrible sentir el sufrimiento de otras personas. Pero peor aún sería saber que puedo hacer algo y cruzarme de brazos. Saber que puedo contribuir a aliviar el sufrimiento ajeno e ignorarlo. Peter hizo una mueca.
—Escucha, Lali, tengo un mal presentimiento acerca de este caso. Manténte al margen.
Lali era completamente consciente del calor que emitían sus dedos mientras le aferraba los hombros. Le gustaban las manos de Peter. Grandes, de dedos largos. Tenía las manos de su padre. Manos de artista. Poderosas, pero capaces de la más sutil caricia.
—Lali, estoy seguro de que el brazo que encontramos hoy pertenece a una víctima de ese asesino. Ha ampliado su radio de acción a los Cayos. Tu territorio, Lali. No quiero que sufras. No quiero que te involucres.
Pero tenía que involucrarse. No tenía más remedio. Abrió la boca, dispuesta a hablarle de la visión que tuvo debajo del agua, pero se echó atrás en el último momento. Hasta entonces, solo VICO había tenido una fe absoluta en ella.
—Lali, tus visiones son peligrosas, ¿no lo comprendes? No puedes correr riesgos con ese asesino. Es decir, sé cómo me sentí cuando creí que habías invadido mi intimidad. Imaginate cómo reaccionaría un asesino...
Ella se zafó de él y lo miré furiosamente.
—¿Invadido tu intimidad? —repitió en tono quedo.
—Así me pareció entonces, Lali. En aquella época estaba dolorido, destrozado, y siento mucho la reacción que tuve. Pero si ese asesino supiera que puedes entrar en sus pensamientos... si, de algún modo, estableciera contacto contigo... si resultara ser alguien a quien has conocido casualmente...
—A partir de ahora tendré cuidado de con quién me acuesto, Peter —le informó Lali despreocupadamente. Muchas gracias por tu preocupación.
Se giró sobre sus talones y se obligó a caminar lentamente hasta la casa.

Hacia las ocho, la fiesta de Nicolas estaba en su apogeo. Un trío tocaba junto a la piscina, y los amigos y familiares ya habían llegado.
El padre de Peter había sido de los primeros en llegar, seguido de Gaston. También estaba presente VICO, amigo íntimo de la familia. Peter y VICO intercambiaron un saludo puramente profesional. Empezarían a trabajar juntos el lunes siguiente.
A continuación llegó Rocio con sus tres hijos. Peter, Gaston y Nicolas la ayudaron con los niños mientras ella explicaba que Nico, su marido, llegaría tarde. Parecía completamente agobiada. No obstante, Cande, guapísima con un traje de cóctel ceñido y sin mangas, acudió enseguida para ocuparse del niño más pequeño. Un minuto después, Lali, que apenas prestó atención a Peter, se hizo cargo de los dos niños mayores. ¡Mayores! El pequeñ, Anthony, aún no tenía dos años; Shelley tenía tres y Justin, el mayor, cinco. Rocio agradeció profundamente el respiro y se mostró encantada cuando Gaston le preparó una piña colada mientras se sentaba unos minutos.
Rocio, muy parecida a Lali, tenía una espesa melena Rubia, grandes ojos negros y facciones perfectas. Peter se dijo que cualquiera podría confundirla con su hermana, aunque sus personalidades eran muy distintas. Rocio siempre parecía nerviosa; sus ademanes eran bruscos. Lali.. Lali era sutil. Elegante. Agil.
Más...
Sensual, pensó Peter secamente.
Y furioso consigo mismo.
Esa noche llevaba un vestido color verde esmeralda, con la espalda descubierta, y el pelo recogido.
Era un pecado tener una espalda tan perfecta, se dijo Peter. Cada vez que la tenía cerca, se sentía tentado de recorrer su superficie con la yema del dedo. Tan tentado, pensó, como cualquier otro hombre.
Cuando Lali hubo acomodado a los niños en la habitación de Alegra, regresó a l fiesta y alternócon los invitados de su padre con increíble desenvoltura.
Peter se dio cuenta de que no se acercaba a él. Volvía a estar enfadada. Con razón. Él no parecía capaz de expresarse bien cuando estaba con ella. Estaba preocupado, eso era todo. Y Lali no parecía comprender que su extraño poder, fuera el que fuese, era muy peligroso. Mientras la veía hablar y reírse, sentía como si un cuchillo lo desgarrase por dentro.
Peter pensó en las mujeres con las que se había acostado esporádicamente. Sin compromisos, sin grandes sentimientos. Le resultaba fácil acostarse con una mujer cuando no sentía nada por ella.
En el caso de Lali, sí sentía algo. Sin embargo, aunque ella se aplacase lo bastante como para mostrarse dispuesta a estar con él, tal cosa jamás ocurriría. Sus sentimientos por Lali eran demasiado intensos.
No consiguió retirar los ojos de ella mientras bebía champán. Esta vez con moderación, advirtió Peter.
Darryl Hart llegó entre los últimos invitados. Peter se irritó consigo mismo por el hecho de sentir una hostilidad instintiva hacia él, sobre todo porque Darryl lo había saludado con un sincero apretón de manos y parecía realmente interesado en saber cómo le había ido en aquellos años.
Lali saludó a su ex marido con un abrazo afectuoso y un beso en la mejilla.


lunes, 30 de mayo de 2016

CAPITULO 24

Lali no tuvo nada que decir en el viaje de regreso. Cuando llegaron a casa de su padre, se llevó arriba a Alegra para ducharla. A continuación, la pequeña aceptó meterse en la cama para dormir una siesta.
Lali fue al despacho de su padre y encontró la puerta cerrada, lo que significaba que estaba ocupado y no quería que se le molestase bajo ningún pretexto.
Lali se asomó al patio y vio a Peter tumbado en una de las hamacas de la piscina, boca abajo. Tenía el bañador húmedo, de modo que acababa de darse un baño. Lali salió y se sentó en la hamaca contigua.
Él se dio la vuelta inmediatamente.
—¿Se encuentra bien Alegra?
—Por supuesto.
—¿Tiene idea de lo que encontramos allí?
— Le dije que probablemente se había producido algún accidente.
Peter agaché la vista, asintiendo.
— Un accidente. Sí, claro.
—¿A qué has venido, Peter? En este último año, se han producido muchos asesinatos extraños en Miami. Primero fue ese hombre que acechaba a las prostitutas de Eighth Street, luego ese otro que asesinaba a vagabundos sin hogar y les prendía fuego. Y...
—Y la policía resolvió esos casos —dijo Peter.
—Sí, y no he oído nada sobre otro sospechoso de asesinatos en serie en las noticias.
Él se encogió de hombros.
— Porque nadie sabe aún lo que está ocurriendo, salvo que hay ciertas pruebas que apuntan a la existencia de un asesino en serie.
—¿Qué pruebas?
—Lali, es mejor que no sepas...
— ¡Peter! — exclamó ella, y luego titubeó, sin sentírse aún dispuesta a hablarle de su último sueño—. Quiero saber lo que está pasando. Vivo sola con mi hija de cinco años. Y deseo que mi hija esté tan a salvo como sea posible.
—Ese hombre no va tras los niños.
—¿Estás seguro de que es un hombre?
—Sí —respondió Peter sonriendo—. Soy criminólogo. Me dedico a eso. Y sé que es un hombre.
Lali también sonrió, muy a su pesar, y meneó la cabeza.
— Creí que no empezarías la investigación hasta el lunes.
—Revisé toda la información disponible antes de venir. Y creo que tengo una buena idea de lo que estamos buscando —Peter titubeé, mirándola a través de los cristales ahumados de las gafas, y luego se encogió de hombros—. Primer mes, alrededor del día quince. Se denuncia la desaparición de una mujer joven. Una mujer joven y atractiva llamada Debra Miller. Había hablado con sus compañeras de trabajo de una cita con alguien muy especial, aunque no dio ningún nombre. Se va su a casa. Sale. Nadie sabe a dónde. Los vecinos recuerdan haberla visto subiéndose en un coche.
-¿Y... su cadáver se encontró tiempo después?
Peter asintió.
—En los Everglades. En avanzado estado de descomposición.
—Dios mío, lo recuerdo. Salió en los periódicos.


domingo, 29 de mayo de 2016

CAPITULO 23

Pero estamos pescando, y el pargo de Alegra era muy grande. Se resistió mucho. Puede que su sangre atraiga a algún tiburón.
— Solo quiero nadar un poco más sobre los arrecifes. Y me veis desde el barco. Subiré dentro de unos minutos.
Peter se encogió de hombros, pero no parecía contento. Mientras Lali se alejaba del barco nadando, pudo sentir sus ojos sobre ella. Se sumergió, dirigiéndose hacia los arrecifes.
El agua era maravillosa. Una de las pocas vías de evasión aún conocidas por el hombre. Bajo la superficie se desplegaba un mundo hermoso, liberador, diferente. Lali salió a tomar aire y volvió a sumergirse, disfrutando ajena ya al hecho de que Peter la observaba desde la cubierta del barco.
Una tímida anguila se alejó de ella a toda velocidad, refugiándose entre el coral. Lali siguió nadando hacia los límites del arrecife y reparó en algo que yacía sobre la arena.
Lástima que no hubiera tenido tiempo para ponerse las gafas de buzo. No podía distinguir el objeto claramente y se estaba quedando sin aire.
Salió a la superficie y se sumergió de nuevo, dirigiéndose hacia el objeto que descansaba en la arena del fondo.
Conforme se aproximaba a él, sintió que la invadía un frío familiar.
De repente, estaba en otro lugar. Riéndose, pero la risa duró poco, convirtiéndose en pánico.
Estaba en una habitación de hotel. Era una joven guapa y rubia.
Había un teléfono negro en la mesita de noche, y una Biblia debajo del teléfono. Junto a la Biblia descansaba el mando a distancia de un televisor. Había ido allí voluntariamente Se había sentido muy contenta, pero luego... El brillo del cuchillo.
Lali parpadeó, desesperada por escapar de la visión. Se había deslizado en su sueño debajo del agua. Tenía que salir a la superficie.
Pero se había visto arrastrada hacia el fondo. Y, al regresar al presente, pudo distinguir el objeto.
Era un brazo. Anclado en la arena por un ladrillo rojo.
Un brazo humano, completo desde el codo hasta los dedos, aunque le faltaban las puntas, carcomidas. Lali pudo ver el hueso del codo, la carne hinchada y medio descompuesta.
Hizo ademán de gritar, inhalando y atragantándose. La vista empezó a nublársele, tiñéndose de negro.
No podía pensar.
Pataleó...
De repente, había alguien con ella. Peter. Ascendían rápidamente hacia la superficie. Salieron por fin.
Lali resolló tratado de respirar. Los pulmones y el abdomen le ardían, Respiró profundamente. Y miró a Peter.
En el agua, al menos, no llevaba las gafas de sol. Sus ojos verdes parecían enojados e impacientes.
—Maldita sea, Lali, te dije que salieras. ¡ Por Dios santo, nos has dado un susto de merte! ¡Tu hija está llorando ¿Qué demonios te ha pasa...?
—Un brazo —consiguó graznar ella.
—¿Qué?
—Peter, hay un brazo n el fondo. Un brazo humano. De una mujer. Desde el codo hasta mano. Le faltan las puntas de los dedos


sábado, 28 de mayo de 2016

CAPITULO 22

Nicolas deseó que se divirtieran.
Una vez en el barco, Peter soltó las amarre puso en marcha el motor y se dirigieron mar adentro.
Cuando hubieron dejado atrás el embarca , Peter aceleró y avanzaron a toda
"hacia el nordeste. Cande se cambió de ropa; continuación, se tumbó en cubierta, al lado Lali y Alegra , para tomar el sol. Cande se giré hacia su hermana.
—Es bueno tenerlo de nuevo en casa, ¿verdad?
—Claro —murmuró Lali, dándose la vuelta para broncearse la espalda. Oyó cómo
Peter detenía el motor.
—Me cae bien —terció Alegra, incorporándose —. Mamá, ¿podemos hacer algo?
—Ya estamos haciendo algo —respondió Lali—. Estamos dando un paseo en barco
—Pero, ¿podemos hacer algo en el barco?
Lali no necesitó responder. Había llevado consigo una bolsa llena de cosas para que Alegra se entretuviera; tan solo necesita reunir la energía suficiente para darse la vuelta y sacarlas.
—¿Quieres ayudarme a pescar? —le propuso Peter. Tras soltar el anda, había saltado desde el pequeño puente de mando hasta la cubierta del barco. Lali se alegró de llevar las gafas de sol. No pudo resistirse a observarlo. Tenía un aspecto espléndido. Hombros anchos, musculoso, esbelto, bronceado.
Lali trabajaba como modelo a tiempo parcial, y estaba acostumbrada a ver a algunos de los mejores modelos masculinos que existían.
El cuerpo de Peter era aún mejor. Auténtico. Maduro.
«Basta ya, Lali», se previno a sí misma. Sin embargo, lo imaginó completamente desnudo y se sonrojó. Alegra, toda inocencia, sí podía mirar a Peter con un simple deleite infantil.
—¿Puedo ayudarte a pescar? ¿En serio?
—En serio. Si quieres, por Supuesto.
—¡Claro que sí! —exclamó la niña entusiasmada, con los ojitos iluminados.
¿Puedo, mami?
—Quizá tu mami también quiera pescar con nosotros —sugirió Peter.
— Su mami va a nadar un rato. Pescad vosotros —dijo Lali. —¿,Cande? —dijo Peter invitadoramente Cande se desperezó y bostezó.
—Quizá. Dentro de un rato.
Peter llevó a Alegra a la popa. Lali podía oír vagamente el Sonido profundo de su voz y la feliz risa de su hijita.
—Cinco años. Es una edad estupenda —murmuró.
—Mmm, sí. A esa edad las mujeres aún no piensan en los hombres —contestó
Cande sardónicamente
Sorprendida, Lali se incorporó y miró a su hermana. Luego Sonrió.
-¿Y a ti qué te pasa?
Cande se encogió de hombros.
—Nada nuevo.
—¿Te estás viendo con alguien?
— Sí. Es posible.
— ¡ Cuéntamelo!
—Mmm... dame un poco de tiempo, ¿de acuerdo? Quiero asegurarme de que no es simplemente...
—¿Un rollo de una noche?
—Bueno, digamos más bien un «rollo de tres días».
— ¿Te estás acostando con él?
— ¡Lali!
—Es una pregunta justa.
—No es asunto tuyo.
— Si no puedes decírselo a tu hermana quién entonces?
—Es algo privado.
—¿Te has acostado con él o no?
—Esta bien. Sí, una vez. Solo una vez.
— ¡Vaya! De modo que la cosa va en serio.
—Pero he de ir con cuidado. Tengo mis... motivos. ¡Pero, Dios, es tan encantador!
—¿Quién es?
— ¡No pienso decírtelo todavía! Y ni se te ocurra decírselo a nadie. ¿Lo prometes?
Por favor, no quiero que se sepa que hay un hombre en mi vida.
— ¡Está bien, está bien! Pero ahora la curiosidad me comerá viva.
— ¡Te comerá viva! ¡Eso sí que daría pie a una autopsia interesante! — bromeó Cande.
-Puaj.
—Es una ciencia fascinante —dijo Cande seriamente—. Se puede averiguar mucho de los muertos cuando ya no son capaces de hablar por si mismos.
— Tienes razón, lo reconozco — Lali se levantó de un salto—. Pero mira a tu alrededor. El sol, el mar.., hace un día espléndido. Dejemos a los muertos tranquilos un rato, ¿quieres? Voy a darme un chapuzón. ¿Vienes?
—Sí —asintió Lali—. Dentro de un momento.
Lali se lanzó al agua y recorrió nadando unos cuantos metros. El agua tenía una temperatura perfecta. Se giró hacia el barco, dispuesta a llamar a Cande. Pero su hermana se había retirado a la popa. Lali oyó su risa, la voz profunda de Peter, la risita deleitada de Alegra.
—¿Cómo va eso, chicos? —les preguntó en voz alta, manteniendo las distancias. Los hilos de las cañas de pescar se movían a merced de las corrientes, y Lali no deseaba engancharse en uno de los anzuelos.
—¡Mami! —gritó Lali entusiasmada, corriendo a lo largo de la barandilla para mirar a su madre—. ¡Acabo de pescar un bagro rojo!
— «Pargo» — corrigió Lali automáticamente—. ¡ Fantástico!
Peter se unió a Alegra, su bronceado pecho brillante y perlado de sudor, sus ojos ocultos tras las gafas.
—Estaba pensando, Lali, que quizá deberías volver al barco. Cande dice que la semana pasada un tiburón atacó a un bañista en estas aguas.
Ella frunció el ceño, mirándolo.
—Peter, sabes muy bien que los ataques de tiburones son muy poco frecuentes. Ese bañista estaba practicando la pesca submarina y llevaba sujetos al traje de baño los peces que había pescado. Por si no te has dado cuenta, yo no llevo encima ningún pez muerto.


viernes, 27 de mayo de 2016

CAPITULO 21

—¿Eso dice tu madre? Bueno, pues se equivoca —le dijo Peter a Alegra, sonriendo burlón—, Yo soy mucho más simpático —se recliné en la silla, Aunque Lali no veía sus ojos, sí podía sentirlos.
—Yo no he dicho tal cosa —protesté débilmente. Luego miro a su hermana—:
¿Vas a venir, Cande?
—No sé. Papá ha decidido organizar una fiesta esta noche,,.
—¿Qué? —dijo Lali interrumpiéndola.
— Sí, he pensado que estaría bien, dar una fiesta —Nicolas se encogió de hombros—. No es frecuente que tengamos aquí a tantos familiares y amigos. Gaston y Mariano pueden venir. Cande ya está aquí, Rocio llegará con los niños dentro de un par de horas, y su marido se reunirá con nosotros a eso de las siete —dudó un momento, mirando a Lali—. Darry está pasando aquí unas semanas, pero aún no hemos tenido ocasión de verlo, y,.,
—¿Has invitado a mi papá? —preguntó Alegra encantada, —~,No te importa? —inquirió Nicolas a Lali.
A ella no le importaba en absoluto. Se llevaba muy bien con Darryl. Pero sintió cómo Peter la miraba y se sonrojó. Furiosa por su propia reacción, dijo tranquilamente:
—Me parece bien.
—También vendrá VICO D ALESSANDRO —prosiguió Nicolas—, y unos cuantos amigos. Mariano no faltará, desde luego. Será como una gran reunión familiar. Así que VICO D ALESSANDRO asistiría, se dijo Lali. Estupendo. Quizá él podría hablarle de aquella misteriosa investigación. Nicolas se volvió hacia su hija mayor.
—No hay razón para que no vayas a dar ese paseo en barco, Cande. Volveréis con tiempo de sobra — de repente, alzó las manos y meneé la cabeza, mirando a Peter—. A esta no hay quien la case. Pero es una anfitriona estupenda en las fiestas de su viejo.
Cande tomó una uva del cuenco de fruta que había en la mesa y se la arrojó a su padre.
—Para algunos de nosotros, el matrimonio va unido a la monogamia, ¿sabes? Y a los votos de rigor. ¿Recuerdas eso de «hasta que la muerte los separe»? Pues algunos nos tomamos esas cosas muy en serio.
—Toda buena mujer necesita a un hombre, Cande — le dijo su padre.
— Quizá Cande esté esperando al hombre adecuado, papá —terció Lali dulcemente.
Nicolas sorbió por la nariz.
— ¡ Por Dios santo, que solo tengo treinta un años! —protestó Cande con cinismo.
—Ya no eres joven, tía Cande —dijo Alegra en tono grave.
Lali emitió un gemido, pero Cande sinplemente se rio. Nicolas soltó una risita, y ni quiera Peter pudo ocultar una sonrisa.
—Quizá deberíamos irnos ya —dijo Peter— ¿Vienes, Cande?
Cande dudó, fijándose en los vaqueros y la misa que llevaba puestos.
—No llevo bañador...
—Hay varios en el barco —dijo Lali Quería que su hermana mayor fuera—.
Vamos, anímate.
—Sí, ¿por qué no? —Cande le dio a su r un beso en la mejilla—. Adiós, papá.
Alegra abrazó a su abuelo, mientra Lali le posaba un beso en el cabello.


CAPITULO 20

Quince minutos después. Lali estaba vestida con su nuevo conjunto de dos piezas de Bianca, Cuando salió al patio con Alegra, vio a su padre sentado en una hamaca Decididamente, era un hombre único. La melena plateada le llegaba hasta los hombros, llevaba puesto los pantalones cortos de siempre, sin zapatos ni camisa, Lali sabía que las mujeres lo encontraban atractivo En las revistas sus ojos azules eran descritos como «pensativos» y «carismáticos> Peter, también en pantalones cortos, estaba sentado al lado de Nicolas, Llevaba gafas oscuras, y tenía el cabello negro ni demasiado corto ni demasiado largo. Parecía hallarse en buena forma, Era fácil verlo, pues tenía el torso desnudo, su amplio pecho salpicado de vello negro Tenía los hombros anchos y bronceados.
Cande estaba con ellos, alta y rubia..pero con los ojos negros de Gimena, era una dinamo viviente. A pesar de su aspecto frágil, había estudiado patología y ahora trabajaba en la oficina del forense,
Alegra soltó la mano de su madre y corrió hacia Nicolas,
—Buenos días, abuelito —se sentó en su regazo y le dio un beso en la frente,
—¡hola, corazón! —dijo Nicolas abrazándola—. ¿Qué haces levantada a estas horas?
—Vamos a navegar en barco —respondió la pequeña alegremente. sonriendo y mirando a su tía Cande—. Con el hermano de Gaston, que mi madre dice que es distinto, pero también simpático. ¿Vas a venir, tía Cande?
-¿ Dónde está tu madre? —inquirió Nicolas,
-Estoy aquí, papá —respondió Lali entrado en el patio. En la mesa había una cafetera y varias tazas. Lali se sirvió café y ocupo una de las sillas—. Buenos días,
—¿Vais a venir por fin? —le preguntó Peter educadamente, Si estaba sorprendido, no lo evidenció.
—Tú mismo nos invitaste.
—Si, así es —no se veía ni señal de sus ojos tras las gafas de sol, -¿Tú no vienes, papá? —inquirió Lali a su padre.
Nicolas negó con la cabeza.
—Estoy en mitad de una investigación.
—Te he dicho que puedo ayudarte luego, papá- dijo Cande dulcemente, guiñando un ojo
a Lali.
—Cuando necesite tu ayuda, pequeña, ya te diré. Cande se encogió de hombros, —Como quieras.
—¿Tú eres Peter? —preguntó Alegra mirando a Peter directamente y examinándolo con la curiosidad propia de los niños.
—Si. yo soy Peter. Y yú debes de ser Alegra, Me han hablado muy bien de ti. Me alegro mucho de conocerte —le ofreció la mano. Ella la aceptó, sonriendo.
—Yo también me alegro de conocerte, Aunque mamá dice que tío Gaston es más simpático.
—Alegra. yo no he dicho eso... —comenzo a protestar Lali,
sorprendida y azorada,


jueves, 26 de mayo de 2016

CAPITULO 19

Lali se despertó. miró el reloj y maldijo tono quedo. Aún no eran ni las seis. Se pregunto amargamente si la habría despenado el deseo subconsciente de salir a navegar con Peter. Pues mala suerte, porque no pensaba ir. Al fin y al cabo. Alegra aun dormía.
Entró en el cuarto de baño y apenas había abierto el grifo de la ducha cuando oyó una vocecita.
— ¿ Puedo entrar. mami?
Lali se quedé inmovil, y luego retiro la cortina mientras el agua caía a su alrededor.
— Hola. cielo. ¿Qué haces levantada? ¿te he despertado? Lo siento.
Alegra meneó solemnemente la cabeza, Me he despertado sola, Hoy no hay colegio, ¿verdad? Si hubiera no habriamos venido a casa del abuelo —No, no hay colegio, Ponte tu gorro y entra en la ducha conmigo, Alegra así lo hizo.
-¿Qué vamos a hacer hoy, mami?
Lali titubeó. Cerro el grifo, agarró una toalla y procedió a secar a su hijita. -¿Te gustaría dar un paseo en barco?
—¿Con el abuelo? —inquirió Alegra, Lali negó con la cabeza, —No creo que el abuelo nos acompañe. Está trabajando en uno de sus libros.
Pero ha venido un viejo amigo,., Fue mi hermanastro,
-¿Cómo pudo ser tu hermanastro? —preguntó Alegra verdaderamente perpleja.
Lali abrió la boca para responder. y Luego se encogió de hombros
-—Bueno, su padre y mi madre estuvieron casados, Así que éramos lo que se suele denominar hermanastro y hermanastra Pero ya sabes que mi mamá murió,,.
—Y fue al cielo —añadió Alegra
—Y fue al cielo —asistió Lali suavemente—. Después, mi hermanastro y yo dejanos de vernos Se llama Peter, Tú conoces a su padre. Mariano Y a su hermano, Gaston.
— ¿es hermano de tío Gas? —preguntó Alegra complacida. Gas siempre era maravilloso con los niños. Había vivido algunos años en Nueva York, trabajando en Wall Street, donde habia amasado una fortuna, Posteriormente se había establecido en Miami.
En realidad, es hermanastro de tio Gas. Pero no se parece a él, cielo, -¿no es simpático? —inquirió Alegra arrugando la frente.
—Bueno, es distinto, simplemente. Ya sabes, del mismo modo que tía Rocio y yo somos distintas..
Alegra meneó la cabeza
—Tía Rocio y tú os parecéis mucho, mamá, —Sí, pero somos distintas.
—Tú pareces feliz, casi siempre. Tía Rocio, no.
Lali frunció el ceño, mirando a su hija. ¿parecia feliz? No obstante, era cierto que Rocio se había mostrado muy contenta últimamente.
—No seas tonta —le dijo a Alegra—. tia Rocio tiene una casa preciosa, un
marido estupendo y tres niños tan maravillosos como tú. Es feliz,
—Yo creo que no —repuso Alegra, y luego cambió de tema—. Vamos a pasear en barco! —dijo con súbito entusiasmo.
—Muy bien. Ve a ponerte tu bañador nuevo, Mientras, yo me iré vistiendo.


CAPITULO 18

 
—Bueno, ¿qué tal sienta volver a la tierra del sol y la diversión? —preguntó mientras él se bajaba del Honda alquilado y caminaba hacia ella, Tenía un aspecto magnífico, como si hubiera pasado muchas horas en el gimnasio.
Peter enarcó una ceja, aparentemente sorprendido por su tono de voz amistoso,
—Sienta bien volver a casa —respondió mirando el bungalow de Nicolas—. No es que pretenda decir que el hogar de tu padre es mi casa. entiéndeme —añadió con una leve sonrisa.
Lali se encogió de hombros,
—Decididamente, somos la familia más rara del mundo, Mi padre y tu padre antes eran rivales, y ahora son amigos íntimos —titubeó un momento—. Estoy segura de que mi padre considera este lugar como tu casa.
—Muy magnánimo por tu parte.
Ella se encogió de hombros.
Bueno, es que estoy agotada. Y las niñas de cinco años se despiertan muy temprano.
-¿Tu hija está aquí?
-¿No lo sabías?
Peter nego con a cabeza.
-Al llegar, dejé mis cosas en uno de los de cuartos de los huéspedes y vi a tu padre brevemente. Sugirió que me fuera a tomar unas cervezas, que probablemente se reuniría conmigo poco después.
-¿No te dijo que el grupo actuaba en el local?
-No,
-Muy propio de mi padre. Tampoco se le ocurrió decirme que vendrías.
Lali se giro y se encaminé hacia la puerta. Peter la siguió al interior de la casa,
-Bueno, como ya te dije, bienvenido.
-Y, como ya te dije, lo siento.
Ella se encogió de hombros.
-Disculpas aceptadas —.titubeó. ¿Cuánto tiempo vas a quedarte?
-Todavía no lo sé. He de estar en Miami el lunes. A partir de ahí, todo dependerá de cómo vaya la investigación.
En Miami el lunes.
Lali sintió un súbito escalofrío, pero no tenia intención de decírselo a Peter.
No queria que volviera a preguntarle que clase de bruja era.
-¿Qué sucede para que hayan solicitado tu. colaboración? -inquirió en tono casual.
—¿Acaso no lo sabes? Ella meneó la cabeza,
—No, no lo sé —y era cierto—. No lo veo todo, ni controlo lo que veo. Y me
gustaría que dejaras de tratarme como si fuera una especie de mostruo¡ —¿Qué? —Peter pareció sorprendido.
—No soy un monstruo.
Él frunció el ceño.
—Nunca he dicho que lo fueras,
—Pero actúas como si lo pensaras.
Peter volvió a negar con la cabeza.
—No, yo... No. Estaba atravesando un mal momento, Lali, Diablos, ya te be dicho que lo siento.
—Si bueno, bienvenido a casa, Supongo que te veré por aquí.
—Buenas noches.
Peter no se movió. Continuó mirándola,
Ella titubeó. deseando saber más de aquel asunto.
— Aún no me has dicho exactamente para qué has venido.
—No, Es argo de contar. ¿Te gustaría dar un paseo en barco conmigo mañana?
—No
Peter se encogió de. hombros.
— Un barco es un buen lugar para contar una historia larga.
—Quizá mi curiosidad no llegue a tanto.
Ademas. puedo preguntar a jimmy, o a Cande. Qué es lo que está sucediendo en Miami.
—Tú misma.
—No puedo irme a navegar contigo. Tengo una hija de cinco años, Y siempre pasamos juntas los sábados, si no esta con su padre. Lali creyó notar una fugaz ráfaga de dolor iluminaba sus ojos, pero fue tan breve que quizá lo había imaginado. Él también debería tener una hija pequeña.
—Tu hija de cinco años es nieta de Nicolas —dijo Peter sonriendo-. Seguro que le encanta navegar en barco.
Lali dudó.
—Vamos, hermanita. Solo intento hacer las paces. Antaño, en otra época, éramos amigos.
—-Tal vez. Ya veremos. Dependerá de a qué hora pienses salir, -Temprano.. A las ocho.
-Estas mal de la cabeza.
Peter sonrió de nuevo, encogiéndose de hombros, y se calo la gorra de béisbol.
—Tal vez, Ya veremos.
Luego Se dio media vuelta y se dirigió a la izquierda de la casa. Lali se alegró de que su dormitorio estuviera en el ala derecha.
«Domínate, Lali», se dijo, apresurándose por la casa en penumbra. Las manos le temblaban. Estupendo. Despues de tantos años Peter habia vuelto y ella estaba temblando.
Hizo una mueca y se dirigió de puntillas al cuarto de Alegra, entreabrió la puerta y miro a su hijita dormida. Luego entró en la habitación y, acercándose a la cama, le acarició el cabello, Era peliroja, como su padre. Y tenía unas bellas facciones, parecidas a las de Lali, Tenía unos labios amplios, carnosos, y la mejor sonrisa del mundo,
Lali le posó un beso en la frente y, a continuación, atravesó el espacioso cuarto de baño que unía las dos habitaciones. Entró en su propio dormitorio, se tumbó en la cama y clavó los ojos en en el techo, le encantaba la «choza» de su padre, como solían llamarla cariñosamente. Al cabo de unos minutos. se incorporó y procedió a quitarse los zapatos, viéndose de soslayo en el espejo cercano.
Por un momento, experimenté un terrible escalofrío y se quedó inmóvil,
¡oh, Dios, era la viva imagen de su madre! El parecido era tal, que resultaba aterrador,
Lali retiró la mirada del espejo y se acurruco en la cama, rezando por que el sueño acudiera pronto. Finalmente, se quedó dormida. Y ninguna pesadilla perturbó
su descanso.


 

miércoles, 25 de mayo de 2016

CAPITULO 17

—¿Estas viviendo en casa de tu padre? LALI titubeó,
-Si,
—Entonces, te esperare.
—Es posible que tenga una cita.
Peter miró hacia los músicos de la banda, que ya estaban preparando de nuevo el equipo,
—¿Te estás acostando con alguno de ellos? ¿Con Joey King, quizá? Parece tu tipo, -Está casado y tiene hijos.
—Me alegra oír que eso es un obstáculo para ti.
—Maldito seas, Peter...
-Lo siento, lo siento. Es que hacia mucho tiempo que no te veía, —Con quién me acueste no es asunto tuyo.
—Quizá sea la preocupación natural de un hermano mayor.
—Creí que ya habíamos quedado en que no eres mi hermano.
Él se encogió de hombros.
—Como quieras. Los viejos hábitos no desaparecen fácilmente. Solo estoy tratando de adivinar con quién has quedado después de la actuación.
—Quizá me acuesto con toda la banda. Ala vez,
Peter sonrió, bajando la cabeza levemente,
—Lali, tienes la misma resistencia que un bebé en lo que se refiere al alcohol, —¿De veras? ¡No me has visto en más de seis años! ¿Crees que ya estoy borracha? ¿Crees que conoces mis niveles de tolerancia? Entonces, es posible que prefieras no quedarte, Soy hija de Gimena, ¿recuerdas? Sin tan bebida estoy .mejor será que te andes con ojo. Puede que se me ocurra montar una escena aquí mismo.
El sonrió burlón, tirándose de la gorra.
—Vaya, estupendo. Acabas de recordarme no nos unen lazos de sangre. Nuestros hijos no tendrían dos cabezas ni nada por el estilo. Vere tu actuación mientras espero. —¿Nuestros hijos? Ah, no, Peter, jamás, ni aunque la supervivencia de la especia dependiera de ello.
—Me parece que te están esperando, Lali, Ella se levantó furiosamente, y luego se inclinó para susurrar con vehemencia:
—No me esperes.
—Seguiré aquí cuando hayas terminado, —Peter...
—Te estaré esperando, Lali.
Ella se enderezó. Se giró. Se bamsaleó.
Lo cierto era que no tenia ninguna resistencia al alcohol, Ninguna en absoluto.
Tropezó con una mesa mientras se dirigía hacia el escenario. Pero cantó espléndidamente. Su voz. era magnífica. Se movió sensualmente al ritmo de la música.
Y, cuando terminó, él la estaba esperando.
En el segundo descanso. Lali aprovecho para tomarse un café bien cargado. Cuando el grupo hubo acabado su actuación, ya estaba despejada. Exhausta, pero despejada. Lo suficiente como para insistir en volver a casa en su propio coche,
No obstante, cuando atravesó la verja del bungalow de su padre en Cayo
Hueso, Peter la seguía de cerca, Hubiera sido una descortesía apresurarse y cerrarle la puerta en las narices, de modo que se apeó del Cherokee, cerró la portezuela y lo esperó.


CAPITULO 16

-Tienes razon. No soy hermano tuyo. Pero, aun así me gustaría hacer las paces... —Fuiste tú quien disparó a matar —le recordó ella -Y te estoy pidiendo perdón.
—¿Qué pasa? ¿Mi padre no te dejará su barco si yo no me alegro de que hayas vuelto?
Peter sonrió, meneando la cabeza.
—Estás actuando como una chiquilla, Lali. En primer lugar, cobro un sueldo más que decente. Podría alquilar un barco si lo necesitarla. segundo lugar, subestimas el poder que tienes sobre tu padre. Nicolas tiene su propio criterio,
—¿De veras? —Lali hizo ademán de sorber cerveza, pero se dio cuenta de que el vaso estaba vacio. Miró en torno, como sí necesitara otro.
Peter se inclinó hacia ella, divertido.
-No creo que debas emborracharte... por mi. ¿no tienes que hacer otro pase?
—Yo jamás me emborracharía por ti, Peter Lanzani, Es que estoy tan furiosa,,.
—Ah! Conque eres hostil.
-¿Hostil? Esa palabra se queda corta,
—Te hice daño, Lali Lo siento,
—Esta vez eres tú quien subestima su poder, Peter. No tienes poder para hacerme daño,
El se encogió de hombros y miró en tomo, Vio a la camarera y le hizo una señal.
—Tomaré otra cerveza, por favor,,, cielo.
Habla añadido lo último a propósito. La camarera no se percató, pero Lali torció el gesto.
—¿Lali.,,? —inquirió la chica.
—La señorita Esposito aún tiene que trabajar —contestó Peter afablemente.
—Tomaré otra cerveza de barril, Katie, gracias —dijo Lali,
Katie se alejó en busca de las cervezas. Peter no pudo sino sonreír al mirar a Lali, No obstante, mientras la miraba, sintió que un súbito temblor lo recorría por dentro, ardiente como el fuego, constriñendo una parte vital de su ser. Lali estaba furiosa y se mostraba desagradable a más no poder.
Pero, Dios, cómo la deseaba.
Exhaló una larga bocanada de aliento, sin dejar de mirarla, alegrándose de Que los amplios pantalones vaqueros y la mesa ocultaron su excitación Había sido su hermanastra por amor de dios.
Pero no estaban biológicamente emparentados. Cosa que  Peter agradeció. en vista de la reacción física que Lali despertaba en él,
Pero también sentía cariño por ella. Aunque una parte de él deseara estar a millones de kilómetros de distancia de Lali. Aunque .estuviera...
Desconcertado.
Esa era la palabra. Completamente desconcertado por ella, Se aclaró la garganta.
-¿Has venido en coche, Lali? – le preguntó.
—Sí, ¿por qué?
—Porque no deberías conducir hasta tu casa. Te esperaré.
Les sirvieron las cervezas, Lali lo miró con acritud.
—No eres mi hermano mayor. No tienes por qué esperarme.
—Estás bebiendo demasiado.
Oh. estoy bebiendo demasiado, ¿Así que debo dejar que me lleve a casa un
chulo de playa que lleva horas aquí sentado, bebiendo?
Peter sonrió lentamente,
-Lo próximo que tome será café, --Por mi no te molestes.

martes, 24 de mayo de 2016

CAPITULO 15

—¿Estas viviendo en casa de tu padre? LALI titubeó,
-Si,
—Entonces, te esperare.
—Es posible que tenga una cita.
Peter miró hacia los músicos de la banda, que ya estaban preparando de nuevo el equipo,
—¿Te estás acostando con alguno de ellos? ¿Con Joey King, quizá? Parece tu tipo, -Está casado y tiene hijos.
—Me alegra oír que eso es un obstáculo para ti.
—Maldito seas, Peter...
-Lo siento, lo siento. Es que hacia mucho tiempo que no te veía, —Con quién me acueste no es asunto tuyo.
—Quizá sea la preocupación natural de un hermano mayor.
—Creí que ya habíamos quedado en que no eres mi hermano.
Él se encogió de hombros.
—Como quieras. Los viejos hábitos no desaparecen fácilmente. Solo estoy tratando de adivinar con quién has quedado después de la actuación.
—Quizá me acuesto con toda la banda. Ala vez,
Peter sonrió, bajando la cabeza levemente,
—Lali, tienes la misma resistencia que un bebé en lo que se refiere al alcohol, —¿De veras? ¡No me has visto en más de seis años! ¿Crees que ya estoy borracha? ¿Crees que conoces mis niveles de tolerancia? Entonces, es posible que prefieras no quedarte, Soy hija de Gimena, ¿recuerdas? Sin tan bebida estoy .mejor será que te andes con ojo. Puede que se me ocurra montar una escena aquí mismo.
El sonrió burlón, tirándose de la gorra.
—Vaya, estupendo. Acabas de recordarme no nos unen lazos de sangre. Nuestros hijos no tendrían dos cabezas ni nada por el estilo. Vere tu actuación mientras espero. —¿Nuestros hijos? Ah, no, Peter, jamás, ni aunque la supervivencia de la especia dependiera de ello.
—Me parece que te están esperando, Lali, Ella se levantó furiosamente, y luego se inclinó para susurrar con vehemencia:
—No me esperes.
—Seguiré aquí cuando hayas terminado, —Peter...
—Te estaré esperando, Lali.
Ella se enderezó. Se giró. Se bamsaleó.
Lo cierto era que no tenia ninguna resistencia al alcohol, Ninguna en absoluto.
Tropezó con una mesa mientras se dirigía hacia el escenario. Pero cantó espléndidamente. Su voz. era magnífica. Se movió sensualmente al ritmo de la música.
Y, cuando terminó, él la estaba esperando.
En el segundo descanso. Lali aprovecho para tomarse un café bien cargado. Cuando el grupo hubo acabado su actuación, ya estaba despejada. Exhausta, pero despejada. Lo suficiente como para insistir en volver a casa en su propio coche,
No obstante, cuando atravesó la verja del bungalow de su padre en Cayo
Hueso, Peter la seguía de cerca, Hubiera sido una descortesía apresurarse y cerrarle la puerta en las narices, de modo que se apeó del Cherokee, cerró la portezuela y lo esperó.


lunes, 23 de mayo de 2016

CAPITULO 14

-Tienes razon. No soy hermano tuyo. Pero, aun así me gustaría hacer las paces... —Fuiste tú quien disparó a matar —le recordó ella -Y te estoy pidiendo perdón.
—¿Qué pasa? ¿Mi padre no te dejará su barco si yo no me alegro de que hayas vuelto?
Peter sonrió, meneando la cabeza.
—Estás actuando como una chiquilla, Lali. En primer lugar, cobro un sueldo más que decente. Podría alquilar un barco si lo necesitarla. segundo lugar, subestimas el poder que tienes sobre tu padre. Nicolas tiene su propio criterio,
—¿De veras? —Lali hizo ademán de sorber cerveza, pero se dio cuenta de que el vaso estaba vacio. Miró en torno, como sí necesitara otro.
Peter se inclinó hacia ella, divertido.
-No creo que debas emborracharte... por mi. ¿no tienes que hacer otro pase?
—Yo jamás me emborracharía por ti, Peter Lanzani, Es que estoy tan furiosa,,.
—Ah! Conque eres hostil.
-¿Hostil? Esa palabra se queda corta,
—Te hice daño, Lali Lo siento,
—Esta vez eres tú quien subestima su poder, Peter. No tienes poder para hacerme daño,
El se encogió de hombros y miró en tomo, Vio a la camarera y le hizo una señal.
—Tomaré otra cerveza, por favor,,, cielo.
Habla añadido lo último a propósito. La camarera no se percató, pero Lali torció el gesto.
—¿Lali.,,? —inquirió la chica.
—La señorita Esposito aún tiene que trabajar —contestó Peter afablemente.
—Tomaré otra cerveza de barril, Katie, gracias —dijo Lali,
Katie se alejó en busca de las cervezas. Peter no pudo sino sonreír al mirar a Lali, No obstante, mientras la miraba, sintió que un súbito temblor lo recorría por dentro, ardiente como el fuego, constriñendo una parte vital de su ser. Lali estaba furiosa y se mostraba desagradable a más no poder.
Pero, Dios, cómo la deseaba.
Exhaló una larga bocanada de aliento, sin dejar de mirarla, alegrándose de Que los amplios pantalones vaqueros y la mesa ocultaron su excitación Había sido su hermanastra por amor de dios.
Pero no estaban biológicamente emparentados. Cosa que Peter agradeció. en vista de la reacción física que Lali despertaba en él,
Pero también sentía cariño por ella. Aunque una parte de él deseara estar a millones de kilómetros de distancia de Lali. Aunque .estuviera...
Desconcertado.
Esa era la palabra. Completamente desconcertado por ella, Se aclaró la garganta.
-¿Has venido en coche, Lali? – le preguntó.
—Sí, ¿por qué?
—Porque no deberías conducir hasta tu casa. Te esperaré.
Les sirvieron las cervezas, Lali lo miró con acritud.
—No eres mi hermano mayor. No tienes por qué esperarme.
—Estás bebiendo demasiado.
Oh. estoy bebiendo demasiado, ¿Así que debo dejar que me lleve a casa un
chulo de playa que lleva horas aquí sentado, bebiendo?
Peter sonrió lentamente,
-Lo próximo que tome será café, --Por mi no te molestes.


domingo, 22 de mayo de 2016

CAPITULO 13

—¿Vas a quedarte en casa de mi padre? Él asintió, preguntándose por qué le molestaba tanto aquella abierta hostilidad. Ignoró la pregunta y dijo: -Tu banda es muy buena.
-Si —respondió Lali sin dejar de mirarlo.
-Oí lo de tu divorcio. Lo siento. Creí que os iba bien juntos.
—De eso hace ya mucho tiempo. No necesitas preocuparte.
—Mira, Lali. lo siento de veras si todo esto te molesta, Tu padre me invitó. Yo no sabia que estarías aquí. Y, de haberlo sabido, jamás habría esperado que te disgustara verme.
—No estoy disgustada —se apresuró a decir
—Furiosa —dijo Peter.
— Sorprendida, simplemente.
—No comprendo por qué tu padre no te ha dicho nada.
Lali bajó las pestañas. Quizá ella sí lo comprendía, se dijo Peter. Quizá Nicolas y Lali no estaban en buenas relaciones, Ambos eran muy temperamentales, y a veces discutían apasionadamente, aunque se querían muchísimo.
—¿Has hablado con tu padre esta semana?
Lali no contestó, La camarera merodeaba cerca, observándola, —¿Quieres una soda, Lali? ¿O agua mineral?
Lali no despegó la mirada de Peter.
—No, tomaré una cerveza de barril.
—Perdona. ¿cómo has dicho?
—Una cerveza, por favor —repitió Lali,
—Pero... —empezó a decirla camarera. Lali la miró, y la joven se encogió de hombros y se alejó.
Peter sonrió burlón,
—Estaba intentando invitarte a una copa. Deja que la ponga en mi cuenta. —Este local es de mi padre, No necesito que pongan mis cervezas en tú cuenta, Peter se enderezó en la silla y se inclinó hacia delante.
—Mira. Lali, sé que fui muy brusco la última vez que nos vimos, pero.., —No fuiste brusco, Fuiste odioso.
Él meneó la cabeza.
—Lali, mi esposa acababa de morir.
-Y yo lo sentí mucho —repuso ella sosegadamente— Y tú me trataste como si fuera la Bruja Malvada del Oeste, salida directamente. de Oz, como si lo sucedido hubiese sido culpa mía,
-Oye...
-No, óyeme tú, Peter. No entiendo mi capacidad de percepción extrasensorial, Ni deseo tenerla, bien lo sabe Dios, Pero yo no puedo hacer que las cosas ocurran, ni soy,.. —se interrumpió, con una expresión de dolor en sus atractivas facciones.
La camarera regresó y le puso delante la cerveza. Lali le dio las gracias.
-No soy diferente de las demás personas —diciendo con los dientes apretados. Tomó el vaso de cerveza y se lo bebió de un tirón, Sin atragantarse. observó Peter. O, si se había atragantado supo disimularlo.
-Lali, estoy intentando decirte que lo siento. Fuimos parientes. parientes cercanos,.. -Tú no eres pariente mío. Peter. Fuiste mi hermanastro, pero mi madre
murió. No somos familia. No estamos emparentados...


CAPITULO 12

Lali empezó a hablar.
—Bienvenidos, amigos, a la Taberna A. Es el local de mi padre, y siempre me siento feliz estando aquí. Hay algo muy especial en Cayo Hueso. Aquí todos nos sentimos libres de ser nosotros mismos, y nos enorgullecemos de tomarnos el tiempo necesario para oler las flores.., y el aire del mar y el pescado, por supuesto —dirigió una sonrisa al .joven, Joey King, que le sonrió a su vez—. Empezaremos con una de las baladas de Joey. Podéis acompañarnos en el estribillo si queréis.
Esbozó otra de sus deslumbrantes sonrisas. Los músicos empezaron a tocar, y Lali se meció al compás de la música.
Tenía una gran voz. fluida, sólida, ronca. La taberna empezó a llenarse de público. Hacia el final de la última canción, Lali miró en dirección a Peter por fin. Se quedó mirándolo y, de repente, enmudeció. Podía ser una mujer y sofisticada, pero lo estaba mirando como un cervatillo deslumbrado por los faros de un coche. Lógico. debía de haberse sorprendido mucho, llevaban muchísimo tiempo sin verse, Peter alzó el vaso de cerveza hacia ella.
-Canta —formó la palabra con los labios.
Sus compañeros de la banda estaban mirándola, repitiendo los mismos acordes una y otra vez. Lali pareció zarandearse a sí misma mentalmente, y sus ojos se despegaron por fin de Peter. Luego obsequió al público con una de sus embelesadoras sonrisas y siguió cantando.
Peter se dijo que seguramente Lali no estaba al tanto de su presencia allí,
Diablos,
VICO tendría que habérselo dicho. O su padre. Aunque quizá Nicolas había pensado que a Lali no le importaría en absoluto.
Y quizá no le importase. si bien la mirada que le habla dirigido sugería otra cosa. Efectivamente, Lali no lo ignoró. Se abrió paso por entre la multitud, saludando a quienes le hablaban o la felicitaban, hasta que llego a la mesa de Peter. Él ya había retirado las piernas de la silla donde las tenía apoyadas, pero llevaba puestas las gafas de sol y la gorra, de modo que ella no pudo ver gran cosa de sus faciones, Permaneció de pie delante de la mesa. mirándolo con expresión fría y distante,
—¿Qué diablos estás haciendo aquí? —le pregunto,
El se encogió de hombros, sonriendo. luego alzó las manos, —Bebiendo cerveza, Escuchando música.
—¿Qué estás haciendo aquí, en Cayo Hueso? ¿En el local de mi padre?
—Estoy en los Cayos por un asunto dc trabajo. Y estoy aquí porque tu padre me ha invitado—Peter retiró con un pie la silla opuesta—, Siéntate, Lali,
Ella se sentó. No porque deseara estar con él, pensó Peter, sino porque se sentía aturdida,
—¿Quieres beber algo?
Lali meneó la cabeza, mirándolo fijamente con sus ojos marrones, —Aun estoy trabajando, Bueno,., ¿y cuándo has venido?
El se encogió de hombros,
—La semana pasada me dijeron que debía venir para colaborar en una
investigación. Y tu padre me ha invitado a pasar aquí el fin de semana.


sábado, 21 de mayo de 2016

CAPITULO 11

A Peter le gustaba el ambiente. Deseaba también salir a navegar en barco, bañarse en el mar, pescar. Tumbarse y tostarse al sol, beber cerveza en la calurosa brisa que solía soplar sobre aquellas aguas. Ya no tenía barco propio, pero Nicolas le había ofrecido el Ibis mientras durase su estancia allí, por larga que fuera. Aún no habia tenido muchas .oportunidades de hablar con Mariano; apenas había tenido oportunidades de hacer nada. Acababa de llegar y se sentía bien así, sentado en la taberna de Nicolas. Aquellos días en Cayo Hueso serían un buen descanso, antes de iniciar su misión en Miami con la policía local. Ya habla hecho algunas pesquisas preliminares, pero las autoridades de Miami acababan de solicitar la colaboración del FBI. de modo que se hallaban en las primeras fases de una investigación de lo que parecía ser una cadena de asesinatos en serie.
Era extraño cómo discurría la vida. Los recuerdos de Euguenia aún le dolían, pero el dolor era como el de una vieja herida en la rodilla; la carne había sanado, pero la articulación jamás volvería a ser la misma. No obstante, había pasado el tiempo, y ya era capaz de sonreír de vez en cuando, de pensar en ella y en los buenos momentos que vivieron juntos.
-¡Hola a todos! —resonó de pronto una voz masculina a través del sistema de megafonía. Un hombre esbelto y atractivo, de unos veintiocho o treinta años, se había acercado al micrófono, en el centro del escenario, que estaba situado .a la izquierda de la barra—. Somos los Storm Fronts, y vamos a amenizares la velada mientras descansáis, coméis, bebéis o tomáis el sol. Yo me llamo Joey King. y conmigo están David Hamel, bajo; Sheila Ormsby, en el teclado; Randy Fraser, percusionista; y me complace anunciar que hoy contaremos con la mismísima, Lali Esposito como vocalista.
De repente, Peter se alegró de encontrarse en la parte más oscura del local, porque no estaba preparado para encontrarse con Lali. Y menos con la Lali que vio en el escenario.
Caminaba con un balanceo sereno y confiado. Su sonrisa era calida y sensual como un día de verano. Era baja y delgada, aunque no en exceso; no le faltaban curvas. Su cabello seguía siendo rubio, como el amanecer, y lo llevaba largo y rizado. Su semblante había madurado: sus finos rasgos destacaban en el marco ovalado del rostro. los ojos grandes, brillantes, de un marron oscuro. No iba vestida provocativamente. No le hacia falta. Llevaba puesta una camisa vaqueta y sencilla falda corta, que dejaba al descubierto sus piernas bronceadas, y unas sandalias de tacón.
Era electrizante. En cuanto apareció en el escenario, atrajo las miradas de todos. No era simplemente su belleza, ni el vibrante color de su pelo. Era su forma de andar, su aplomo, su. seguridad en sí misma, su sonrisa. Cada uno de movimientos parecía tan natural y sensualmente arrogante como los de un felino.
SI, era atractiva, sin duda alguna.
Pero había algo más. Era idéntica a su madre. Sí, podría haber pasado por Gimena.
En la oscuridad, Peter notó que una torva sonrisa afloraba a sus labios. Qué curioso. Lali siempre había sido una gatita. Y él siempre se sintió atraído por ella. Pero extrañamente al mismo tiempo... siempre había deseado guardar las distancias. Había demasiadas cosas que Lali podía ver, Y él no deseaba que viese nada suyo.
Mientras observaba a Lali, Peter apure la cerveza. Luego asintió cuando una camarera en pantalones cortos se acercó para preguntarle si le rellenaba el vaso.
Lali había sido su hermanastra. A menudo lo había hecho sonreír con sus
ácidos comentarios sobre el mundo, observaciones demasiado maduras para alguien de su edad. Pero, súbitamente, Peter se preguntó si habría sido su parecido con Gimena lo que lo había mantenido alejado de ella durante todos aquellos años. ¿Era Lali igual que Gimena? La muerte de Gimena había sido horrible y trágica, cierto, pero Gimena también había sido capaz de ser una auténtica zorra del infierno, indiferente a aquellos cuyas vidas manipulaba.., o destruía.


CAPITULO 10

Lali cerró los ojos un momento, y luego deslizó las piernas por el borde de la cama, Ya iba siendo hora de dejar de pensar en el pasado. De ponerse en marcha,
Su vida se había estabilizado. y era feliz, se dijo firmemente- Bueno, quizá no completamente feliz, reconoció. Era una joven madre divorciada que vivía en la misma ciudad que la mayor parte de su familia, de modo que estaba rodeada de personas que la querían, y al mismo tiempo conservaba su independencia.
Seguía teniendo aquellos sueños y. cuando estos llegaban, llamaba a Jimmy, Pero los sueños no eran tan frecuentes, y Lali se había resignado a tenerlos, A veces acompañaba a Jimmy al lugar de los hechos, y en ocasiones lograba captar algo o vislumbrar alguna visión, la atormentaban muy raramente.
Como aquel día.
Se alisó el pelo y la falda, y se miró al espejo.
—No te quejes, Lali! Aunque no seas a como una alondra, básicamente estás satisfecha con tu vida!
Pero su reflejo permaneció serio. Se sentía inquieta. Intranquila.
Como si. de repente, el circulo estuviera a punto de cerrarse.
Como si el pasado se dispusiera a regresar a perseguirla...
Lali se sacudió la desazón. Aquella noche trabajaba. Y el lunes ayudaría a
VICO. Ya había ayudado antes. De momento, solo pensaría en cenar con Alegra y con su padre, si estaba localizable.
Sin embargo, mientras se dirigía a la habitación de su hija, no pudo sacudirse la sensación de incomodidad, No eran simplemente el miedo y el dolor evocados en el sueño y experimentados por un desconocido.
Era una inquietud que atenazaba su propio corazón,, Algo mucho, mucho más cercano,
Peter sabia que encajaba perfectamente en aquel sitio. Quizá ahora fuese un «ejecutivo» de Washington, pero se había criado en Florida y sabia cómo sentarse en un bar de Cayo Hueso y fundirse con el ambiente
Llevaba unos vaqueros recolados y una camisa de algodón de manga corta, abierta hasta la mitad del pecho; unas gafas de sol oscuras y una gorra de béisbol calada sobre la frente. Estaba sentado en la oscuridad del fondo del bar, recostado en la silla, con las piernas extendidas encima de otra silla que tenía delante. Podía pasar por un turista... o por alguien de la localidad.
Aquel local era propiedad de Nicolas Esposito, y muy popular. Quienes visitaban Cayo Hueso gustaban de tomar una copa en Sloppy Joe's, famoso por ser uno de los bares habituales de Ernest Hemingway, pero también estaban ansiosos codearse con la denominada «comunidad literaria» moderna. Nicolas escribía novelas de terror y suspense; entre sus amigos había editores de misterio, de novelas policiacas, de ciencia ficción y de romance. No faltaban aquellos que cultivaban el género histórico y la ficción en general, así como la literatura no novelesca. Por lo demás, el
local también ofrecía música, tan variada como la propia clientela.


viernes, 20 de mayo de 2016

CAPITULO 9

Lali cambió inmediatamente los estudios de criminología por los de comunicación.. Descubrió que tenía talento para posar. Había evitado la carrera de modelo. porque no quería seguir los pasos de su madre, pero casi sin darse cuenta se vio posando para sus amigos de la facultad de fotografía, Ya, que necesitaban confeccionar portafolios para las entrevistas de trabajo.
Durante una escapada a Las Vegas, en unas vacaciones de primavera, se casó con Darryl. Nueve meses después dio a luz a Alegra Hart.
Darryl consiguió trabajo en una empresa de ingeniería de Fort Lauderdale, Lali siguió posando ocasionalmente como modelo mientras hacia de madre.
A los dos años y medio de matrimonio, Darryl regresó a casa un buen día y encontró a Lali deshecha en lágrimas. Le preguntó qué sucedía. No sucedía nadá, respondió Lali, El problema era ella. Su matrimonio. El era un hombre maravilloso, pero Lali no lo amaba como era debido.
Bueno, tan maravilloso no era contestó Darryl. Luego confesó tener una aventura con una de sus secretarias. Consiguieron separarse como amigos. Como buenos amigos.
Pero Darryl aceptó una oferta de trabajo en la zona del Distrito de Columbia. Necesitaba empezar de nuevo; ella lo entendió.
Alegra pasaba algunos días de la semana con su padre, circunstancia que Lali aprovechó para aceptar más trabajos de modelo, En una de tales ocasiones, mientras tomaba unas copas con sus compañeras, después de una sesión, se sorprendió al verse en el escenario, cantando con la banda del hotel, Y se sorprendió todavía más al descubrir que lo hacía muy bien.
Lali se alarmó cuando uno de los rótulos le mostró algunas de las fotografías que hizo mientras actuaba. Era idéntica a como había sido Gimena antes de su muerte, Cabello largo y rubio, enormes ojos negros. Era poco más baja, pero tenía el clásico rostro ovalado de Gimena, su nariz, su boca,.
Joey King, el líder de la banda del hotel, se ofreció a contratarla como cantante. Era joven y rebosaba entusiasmo.
-Estamos a punto de conseguir algo importante Ya he vendido algunas canciones, y han venido a vernos algunos promotores musicales famosos..,
Lali terminó su copa y se levantó,
—No quiero ser cantante. Joey. Tengo una hija Y una carrera que va mejor de lo que había
esperado,
—Porque te pareces a tu madre —dijo él. Ella se quedó mirándolo. y Joey se encogió hombros.
—Lo siento, pero era famosa. He visto muchisimas fotos de ella, y sois como dos gotas de
agua. Por eso no quieres dedicarte al espectáculo?
— Sinceramente, Joey, lo que no quiero es echarme a la carretera...
—Esta bien, está bien, nada de carretera, te lo prometo. Yo también estoy casado y tengo dos hijos —explicó Joey—. Hay muchos grupos que triunfan dando conciertos locales y trabajando en estudios. ¿Querrás grabar alguna maqueta con nosotros? ¿Y actuar en directo con la banda de vez en cuando, cuando haya peces gordos entre el público?
Joey era, claramente, un soñador, Y a ella le caía bien. Era directo y honrado, por no mencionar que Lali se había divertido mucho cantando con el grupo. Se encogió de hombros,
—Claro —respondió—. Claro,,.


CAPITULO 8

—¡Es demasiado pronto, faltan, casi dos meses—gritó PAULA.
—Pero te sientes mal, Debemos ir ahora mismo—Peter se levantó, desnudo. Bronceado y musculoso. En su sueño, Lali trató de mirar hacia otro lado, pero no podía. Era como si estuviese allí con ellos.
Él se vistió apresuradamente y se calzó unos mocasines mientras marcaba el número del hospital Euguenia se angustió al saber que pretendía a una ambulancia, pero Peter repuso:
—Cariño, estás ardiendo, Necesitamos ayuda cuanto antes,
Lali sintió el calor de PAULA, Estaba ardiendo, ardiendo, ardiendo,., como una hoguera. Pero no había dolor, solo calor. Y Peter estaba allí, tomando su mano. PAULA se alegraba de sentir la mano de él en la suya, pero el calor era tan, tremendo... Y luego empezó a tiritar, sintiendo frío y calor, trío y calor.,, — Lali, Lali
Ella se sobresalió y abrió los ojos. Darryl la estaba zarandeando, preocupado.
—Lali, cariño, estás teniendo una pesadilla, Tienes que despenar. ¿Qué sucede, Lali? ¿Ocurre algo malo?
Estaba empapada. Retiro la çolcha con los pies. Darryl la tenía abrazada, e instintivantcnte ella se aferró también a él.
—¿quieres hablar de ello?
—No, no, No ha sido nada. Estoy bien. Gracias, Gracias, Darryl, eres estupendo —Lali lo besó. Pero cuando él quiso ir más allá, en sus intentos de consolarla, ella se retiró, embargada por una insistente preocupación que se negaba a desaparecer.
Tres días más tarde, un mensaje de uno de los compañeros de Peter en su contestador automático le dijo que su sueño había sido real. PAULA  habia muerto como consecuencia de unas complicaciones provocadas por un virus, así cumo su hija nonata, El entierro era el viernes, en Manassas Virginia,
Toda la familia de PAULA asistió al funeral. Peter tenía un aspecto lamentable. Aún no había cumplido veintiséis años, pero ya tenía algunas canas en las sienes. Su dolor era terrible. Lali se sentía aturdida. Solo pudo hablar unos momentos a solas con Peter, El se acercó a ella y le dijo:
—Hacia el final, me dijo que tú lo sabías —la miro de un modo que le produjo escalofrios—, Dijo que tú estabas con nosotros, y que se alegraba de que estuvieras allí, Me dijo que cuidara de ti.
Pero Peter no la miraba como si quisiera cuidar de ella, En realidad, la miraba como si fuera un demonio salido directamente del infiemo,
—No sé lo que quiso decir —mintió Lali-Lo siento, Peter. Lo siento muchísimo,
—¿Que no lo sabes? —repuso él con voz profunda, estremecida de ira—. Qué clase de bruja eres. Lali? —lo oyó susurrar ella, y se fijó en sus manos, crispadas y tensas, luego estiro los dedos, como reparando en la terrible tensión, Peter se miró las manos. su apuesto semblante tenso de dolor, sus ojos centelleando. Volvió a crispar lentamente las manos, como deseando cerrarlas sobre el cuello de Lali, como preguntadose si, de algún modo, ella era responsable de,..
—¡No! —susurró Lali entre dientes, y se alejó rápidamente de él, Luego se obligó a ir a casa de Peter, donde familiares y amigos se reunieron después del entierro, Más tarde, cuan se despidió de Peter y de Mariano. que permanecia al lado de su hijo, lo hizo de modo terminante.


jueves, 19 de mayo de 2016

CAPITULO 7

Lali dio la descripción, y un dibujante de la policía hizo un retrato considerablemente bueno del individuo. Gracias al retrato, dieron con él y lo sometieron a un interrogatorio rutinario. Creyendo que la policía tenía más pruebas en su contra, se desmoronó y confesó haber asesinado a Earl Peterson. Después de aquello, VICO hizo a Lali prometer que lo llamaría siempre que tuviera sueños extraños.
Pero el siguiente sueño que tuvo fue mucho mas personal. Y cambió su vida.
Lali se graduó con honores en el instituto. Pensaba ir a la universidad de Washington D.C y especializarse en criminología, igual que Peter, quien recientemente habla terminado la carrera y fichado por el FBI.
Peter asistió a la graduación. No se habían visto en los años previos. Él había ido a la universidad, y la muerte da Gimena había hecho que la «familia» se dispersara. No obstante, Peter fue a la ceremonia de graduación de Lali, con los demás hermanos. Y llevé consigo a su flamante esposa. Se llamaba Euguenia, y era muy hermosa, perfecta para Peter. El era alto, moreno, y musculoso. Ella era rubia y alta, con ojos color verde y talle de guitarra. También había acabado la carrera hacia poco y había conseguido un puesto en el Smithsonían. Era dulce y encantadora, y Lali tuvo que admitir que le caía muy bien, a pesar de que estaba colada por Peter y se sentía celosa.
Aquella noche se acostó con Darryl por primera vez, Darryl estaba perdidamente enamorado y pretendía ir a la misma universidad que Lali era la envidia de todas sus amigas.
Darryl lo hizo todo muy bien. Y, aunque resultó un poco doloroso para Lali, tampoco fue horrible. Simplemente no era lo que ella había esperado, aunque Darryl le aseguró que las mujeres lo disfrutaban más, con la practica.
Ella esperó que así fuera, aunque intentó que él no notara lo decepcionada que se sentía, Darryl era un buen chico,
Siguió saliendo con él durante los tres años de carrera.
Entonces tuvo otro sueño,
Se había enterado de que, PAULA esperaba un hijo. Peter vivía relativamente cerca de Lali, ella en Georgetown y él en un barroo residencial de Maryland, a las afueras de Washington, Pero Lali lo evitaba, Habla ido a cenar con él y con PAULA, acompañada de Darryl, en unas cuantas ocasiónes, y todos lo habían pasado estupendamente excepto ella. De modo que inventaba pretextos para no verlos. Se dijo que era una arpía una persona horrible, Debía alegrarse por Peter y por PAULA, Peter era su amigo, La había ayudado en el peor periodo de su vida. de modo que era natural que sintiese una extraña dependencia de él, No era un enamoramiento Debía valorar más a Darryl. La adoraba y era extremadamente consetído, Era guapo y tenía la constitución de un Joven Adonis Eran la pareja perfecta.
Estaba con Darryl cuando tuvó el sueñó sobre Peter y PAULA,
Fue terriblemente incómodo, cómo si estuviera con ellos, en su dormitorio
PAULA estaba en su lado de la cama, agitándose y dando vueltas. Su embarazo estaba muy avanzado y tenía el vientre redondo como una pelota, pero seguía siendo hermosa, con el cabello rubio enredado en torno a sus suaves y tensas facciones Estaba transida de dolor.
Peter se hallaba a su lado, tratando de ayudarla, de darle apoyo.
'-Debe de ser el bebé. Tenemos que ir al hospital.

CAPITULO 6

Lali asintió, intentando disimular cl escalofrío que la recorrió de pronto. Todo el mundo había oído hablar de ello, Earl Petersoll habia sacado su pistola del armario donde la tenía cuidadosamente guardada bajo llave, para salir de la casa cuando oyó ruidos junto a su coche. Una vez, fuera, forcejeó con alguien y resultó muerto por su propia arma, Lo encontró su mujer a las seis de la mañana del día siguiente.
—Creo que quizá puedas ayudarme —dijo VICO,
—¿En serio? no debió haberlo Llamado. De repente, Lali se sintió enferma. No porque no quisiera ayudarlo, sino porque deseaba tener los conocimientos precisos para hacerlo.
—Tienes algo Lali, Un don especial.
¿Querrás ayudarme?
Ella vaciló. A su padre no le gustaría, pero ya casi había cumplido dieciocho años, Había visto a la señora Peterson llorando en la televisión y. si podía hacer algo para mitigar el dolor de aquella mujer, lo haría,
Caminó hacia el coche, y VICO le abrio la portezuela del pasajero.
Lali se deslizó en el asiento,
Luego fueron hasta el lugar de los hechos.
Había un BMW apareado en la entrada de la casa. Lali se acercó a él y enseguida retrocedió, alarmada por la oscura y fría sensación quedo de repente se abatió sobre ella.
Después se quedó inmóvil.
Cerró los ojos. Tuvo una visión de un escenario nocturno, de una sensación de furia- Oyó el sonido de una respiración controlada. haciéndose cada vez más trabajosa. El señor Peterson, vio su mano. vio el arma que sostenía mientras, cuidadosamente, rodeaba el BMW, avanzando a la oscura figura que intentaba forzar el coche. Lali sufrió un violento sobresalto cuando una segunda figura, inadvertida hasta entonces, emergio de la. sombra de una palmera y golpeó con el codo el brazo del senor Peterson. Peterson dejó caer la pistola con un jadeo ahogado. Lali gritó, sintiendo el dolor en su brazo, el mismo dolor que habla experimentado en el sueño, Se encorvó, rodeándose la cintura con el brazo, Y siguió viendo.
El hombre recogió la pistola del suelo, El señor Peterson alzó los ojos hacia él.
—No, espere.,, —empezó a decir.
El hombre, alto y rubio, con el pelo cortado al rape, miró a Peterson y tranquilamente apretó el gatillo dos veces,
Lali sintió la fuerza de las balas perforando su pecho. No gritó, sino que se llevó la
mano al pecho, notando el impacto.
Y el frio. El espantoso frío que asaltó a Peterson mientras la vida se le escapaba...
Lali siguió viendo, Vio cómo el asesino se alejaba con su oscuro acompañante y ambos corrían al otro lado de la calle, hacia un inmenso solar vacío.
El asesino se detuvo e hizo ademán de volver, pero su acompañante lo detuvo, apremiándolo a seguir adelante, Lali vio cómo apretaban a correr nuevamente. siguió presenciando la escena hasta que los dedos gélidos de la muerte erosionaron del todo la visión de Peterson e hicieron que la imagen se fundiera en negro, VICO estaba junto a Lali, ayudándola a levantarse, temblando también.
—No debería haber consentido esto. Dios bendito, mira cómo estás, empapada en sudor, tiritando...
Ella meneo la cabeza con vehemencia,
—Estoy bien, Estoy bien, de verdad —titubeo—. Puedo darte la descripción del asesino.

miércoles, 18 de mayo de 2016

CAPITULO 5

Estaba en la casa de su padre, en el cuarto que compartía con su hermana Cande.
—¿Lali?¿ Te pasa algo, Lali? —inquirió Cande desde su cama, despertándose y
frotándose los ojos. Luego salió de la cama y acudió junto a Lali,
sentándose a su lado,
—No ha sido nada, solo un sueño —aseguró Lali.
—¿te has hecho daño en el brazo?
—¿Qué? No —pero Lali seguía frotándose el brazo. aunque no tuviera nada en él—. No. no. Estoy bien, Tuve una pesadilla, pero ya pasó. Lamento haberte despertado.
—¿Qué has soñado?
—Una tontería. Yo era. otra persona, en una casa distinta, y alguien intentaba robar mi coche. Tenía una pistola y traté de poner fin a lo que estaba ocurriendo.
Entonces, alguien me golpeó el brazo y me desperté. Qué estúpido, ¿ verdad?
Cande se encogió de hombros,
—Bueno, diferente. ¿Seguro que te encuentras bien?
Lali asintió, Cande le dio un abrazo breve e intenso y después volvió a su cama,
Unos días después, cuando Lali aún sentía los ecos del sueño atormentándola, llamó a VICO D ALESANDRO no estaba y, sintiéndose como una tonta, ella dejó su nombre de pila por todo mensaje.
Aquella tarde, cuando Lali llegó a casa acompañada por Darryl Hart, el galán del instituto, se sorprendió al ver un coche en el amplio camino de entrada, y a un hombre apoyado en él. El detective VICO D ALESANDRO Era algo mayor, y teniñales prematuras de canicie en las sienes. Ofrecía un aspecto distinguido, propio de alguien que había obtenido varios ascensos y menciones en los años transcurridos desde la muerte de Gimena,
Lali se quedó mirándolo, cada vez mas inquieta. No debía haberlo llamado, habia tenido una pesadilla, nada más,
Darril se comportó como el perfecto semental de instituto que era, colocándole las manos en los hombros protectoramente.
—¿quién ese tipo? ¿Ocurre algo?
—No ocurre nada. Darryl. Es un viejo amigo de la familia, Creo que será mejor que hable con él a solas, ¿Me Llamarás esta noche?
Claro, Pero quizá no deberla dejarte sola con él, Están pasando muchas cosas raras últimamente.
No pasa nada, Danrryl. Es policía.
Darryl se alejó a desgana, observándola por el espejo retrovisor mientras salía del camino de entrada. VICO sonrió a Lali, Hola.
Hola. VICO. ¿Sigues jugando a «Corrupción en Miami»? —le preguntó ella, Él se encogió de hombros.
—Ya sabes que eso no existe —dijo.
—Homicidios —repuso Lali inexpresivamente.
— Si, sigo en homicidios. Y quiero saber para qué me has llamado.
Ella titubeó. Luego le habló del sueño y se disculpó por haberlo llamado, tratando de parecer seria y no una tonta.
VICO fijé los ojos en la distancia, dudando, y después la miró.
-¿Has oído hablar del caso Peterson?

CAPITULO 4

Lali se despertó, sofocando desesperadamente un grito. Alegra estaba viendo una película en su habitación; no debía asustar a su hija. Oh, Dios, aún estaba tiritando. Hacía tiempo que no tenía una pesadilla tan horrible y realista.
Consultó el reloj. Eran casi las cinco de la tarde; había prometido cantar aquella noche; No hasido su intención quedarse dormida ni echar una siesta. Ni, desde luego, había querido tener sueño. Y, Dios santo!, menudo sueño, tan horrible y dolorosamente real, tan aterrador... Lali se levantó y se paseé por el cuarto unos segundos; luego llamó a VICOa la oficina. Aun estaba trabajando. —¿Lali? —inquirió él cuando ella empezó a hablar y a explicarse —VICO, este sueño...
Él escuchó mientras ella hablaba.
—¿Ha sucedido algo, VICO? ¿Sabes algo acerca de lo que te estoy diciendo?
VICO dudó. y ella hizo una mueca. Si, había sucedido algo.
—No lo sé... Es decir, no estoy seguro de el escenario sea como el que estás describiendo, pero... Escucha, estoy en mitad de una investigación. Pensaba llamarte después del fin de semana. Necesito tu ayuda. Estás pasando el fin. de semana en casa de tu padre, ¿verdad?
—Sí.
—Te recogeré en tu casa el lunes por la mañana. Pásalo bien. Dale a Alegra un beso de mi parte, ¿quieres? Y no te preocupes, ahora no puedes hacer nada por nadie, salvo por ti misma. ¿de acuerdo?
Lali asintió y colgó el teléfono, luego suspiró, alegrándose de que a atemorizante intensidad del sueño ya se estuviera desvaneciendo. Detestaba tener tales pesadillas.
Se pasó un cepillo por el pelo. Bueno, había llamado a VICO. Haría la que pudiera, como había hecho otras veces en el pasado. Por fortuna, era poco habitual que los sueños acudieran a ella. Siempre que le era posible ayudar, ayudaba. Pero sabia que no podía erradicar todos los males del mundo. Ni siquiera podía solucionar todos los problemas dc su familia.
Los sueños habían empezado con la muerte dc su madre.
Lali se echó de nuevo en la cama, con los ojos fijos en el techo, deseando no sentirse abrumada por los recuerdos. No había tenido visiones extrañas durante los cinco
años posteriores al asesinato de su madre.
Luego tuvo el primero de los sueños.
En su sueño se alejaba de una casa desconocida, en silencio, caminando de puntillas. Se dio cuenta de que llevaba una pistola. Oyó ruidos y un coche. Estaba enojada, sabía de algún modo que era su coche y que alguien intentaba robarlo.
Levantó la pistola...
Experimentó un intenso dolor en el brazo y y después se despertó, frotándose el
brazo
temblando.


CAPITULO 3

La vida siguió adelante. Lali jamás dejó sentir dolor por su madre. No obstante, aunque el sufrimiento perduraba. la resignación fue embotando poco a poco su filo, haciéndolo soportable.
Cande y Lali se fueron a vivir con su padre. Peter, Rocio y Pablo fueron a diferentes universidades. Gaston acabó sus estudios en la Universidad Internacional de florida y después se trasladó a Nueva York para trabajar en WaIl Street. Lali fue al instituto asistió a fiestas y bailes, empezó a maquillarse y a afeitarse las piernas. Los años fueron pasando. Se enamoró y se desenamoró varias veces. Su padre se caso otras dos veces en tres años. Pero ambas esposas desaparecieron tan rápidamente que Lali apenas si recordaba sus nombres.
Empezó a olvidar que realmente habla visto el cuchillo con el que asesinaron a su madre.
Empezó a olvidar...
Era joven y tenía que seguir viviendo. Siempre amaría a Gimena. siempre la recordaría. Pero, conforme pasaban los días, las pequeñas cosas empezaron a importarle cada vez más. Sus hermanas y hermanos. Rocio. que cuidaba de ella. Cande, que la necesitaba. Gaston y Pablo, que tan buenos eran con ella. Peter, que se mostré amable durante un tiempo, y luego irritante, o fuerte, o tierno cuando Lali lo necesitaba de veras.
El dolor y el miedo fueron desapareciendo poco a poco.
Pero Lali era la viva imagen de su madre. Y el horror estaba destinado a perseguirla.

Doce años después...
  Lali notó cómo el sueño se cernía sobre ella y, aun dormida. luchó contra él instintivamente. Trató de despertarse. Pero era inútil, ya estaba atrapada en sus redes.
Se oyó a sí misma riendo, salvo que no era ella realmente. Era la otra mujer, la mujer del
sueño. Guapa, de cabellos castaño rojizos, encantadora. Había salido para pasar la noche con un hombre carismático. Estaba muy excitada. Iban a hacer cl amor. Ella lo deseaba. Deseaba
perder la cabeza, que la sedujera, y luego, cuando el fin de semana terminase, les hablaría de él a sus amigas. Se reiría y les diría cuán maravilloso era como amante; en el trabajo, compartiría pequeños secretos acerca de lo increíblemente romántico que era, de lo erótico que podía resultar aquel idilio, y sería muy feliz, una mujer enamorada de un atractivo amante, un hombre que también la quería a ella...
Lali sabía que algo iba mal. Gritó dentro del sueño, pero fue inútil. Ella era la mujer guapa, y se veía arrastrada por a excitación, el anhelo, el deseo humano de ser acariciada y adorada... Oh, Dios, había algo patético en aquello de estar tan necesitada
El paisaje discurría a toda velocidad junto al coche Lali lo reconocía y, al mismo tiempo, lo desconocía. Quería despertar, poner fin a lo que estaba ocurriendo pero no podía.
La pareja reía y bromeaba. Ella no podía ver el rostro del hombre, pero sí veía el hermoso pelo castaño rojizo de la mujer volando al viento mientras conducían Se hizo la oscuridad. El tiempo dio un salto...
Estaban en un dormitorio Una habitación de hotel en penumbra. Ella reía de
nuevo, encantada. Se besaron, murmurando El le desabrochó los botones de la blusa uno por uno.., tocándola, acariciándola
Lali deseó desviar la mirada; se sentía como una fisgona, observando tal intimidad. La pelirroja estaba dispuesta a hacer cualquier cosa. Todo con tal de complacer a su amante.
Desnudos, se enredaron en la cama. Ella dejó él la pusiera boca abajo. El hombre enterró los dedos en su pelo y tiró, haciendo que alzara la cabeza. Ella solo se giró un poco para mirar a su amante, y fue entonces cuando vio...
El cuchillo.., oh, Dios, el cuchillo, descendiendo...

CAPITULO 2

Peter no intentó decir nada. Permaneció sentado junto a ella, acunándola entre sus brazos mientras lloraba y lloraba sin parar. Finalmente su padre entró en el cuarto, y Lali siguió llorando. Trató de explicarle que había visto el cuchillo, que había sentido la muerte de Gimena.
Su padre se mostró tierno y comprensivo, y simuló creerla, pero Lali sabía que no era cierto.
En las semanas que siguieron, la policía investigó exhaustivamente el asesinato. Interrogaron a los distintos maridos de Gimena en profundidad, seguros de que Mariano o Nicolas la habían asesinado en un arrebato pasional. Los periódicos se hicieron eco del crimen, así como las principales revistas.
La policía habló con Lali. Ella contó que había visto el cuchillo, que había sentido cómo moría su madre. Tampoco ellos la creyeron. Pero hubo un policía que se mostró, al menos, mas amable que los demás. Agustin Sierra. Era nuevo en la sección de homicidios, joven. con cálidos ojos castaños y cabello rubio. Deseaba saber lo que Lali había visto; la animó a hacer memoria. Mientas la interrogaba, Lali vio la .mano que sostenía el cuchillo. Y supo entonces que el asesino de su madre levaba unos guantes finos y gastados, color carne, parecidos a los guantes de un médico.
Mariano estuvo a punto de ser detenido, igual que Nicolas. Pero no había pruebas que los incriminaran.
Finalmente, a los dos meses del asesinato, se detuvo a un sospechoso. Era un vagabundo viejo y demente llamado Harry Nore. Lali lo había visto desde siempre merodeando por las calles de Coconhit Grove. Pedía en una esquina. A veces hablaba a voces de Jesucristo Y la Segunda Venida; oteas veces permanecía en la esquina de noche, gritando que Satán se acercaba y los devoraría a todos en un mar de fuego. Al principio lo detuvieron por haber allanado la casa de un vecino. Había robado comida, que el vecino le habría dado de buena gana, pero también se había llenado los bolsillos con joyas de la familia. La policía lo encontró en la cocina, cortando pan.
Con un cuchillo de trinchar carne.
Harry Nora también llevaba una medalla de oro de San Cristóbal que pertenecía a Mariano Lanzani. lo cual hizo que la policía sospechase. Al examinar el cuchillo que Nore había utilizado para cortar el pan, el forense halló restos diminutos de sangre.
Sangre de Gimena.
Las huellas dactilares de Nore casaban con algunas de las que se encontraron en el dormitorio de Gimena. Y el vagabundo tenía antecedentes penales. Ya había cumplido condena por haber asesinado a su esposa con un cuchillo similar.
Pero Harry Nore, el indigente de ojos saltones, infestado de piojos, nunca fue juzgado por el asesinato de Gimena Esposito Lanzani; lo declararon mentalmente incapacitado. Cuando se le interrogó, empezó a desvariar, asegurando que Dios había dejado el cuchillo en su sombrero. Dios le decía quien era bueno y quién era malo. Confesó haber asesinado a Gimena. En la confesión. afirmo que el mismísimo diablo se la habla llevada, porque Gimena había sido una mujer bella y malvada. Tan bella, que empujaba a los hombres a actos de perversión y de violencia. Era un engendro del Diablo, y éste la había reclamado. Las miradas podían matar.
Harry Nore fue encerrado en una institución para dementes peligrosos, en el norte de Florida. Poseía una aterradora sonrisa, desprovista de dientes, que recorrió el país entero en las portadas de as principales revistas. Daba el tipo de maniaco homicida, y tanto la policía como la oficina del fiscal del distrito se dieron por satisfechos, asegurando a Lali y a su familia, por lo menos, no tendrían que vivir con
la de un asesinato no resuelto.

CAPITULO 1

Ella se volvió levemente, Mariano también estaba allí. Mariano, que lloraba abiertamente.
—Apártate, Mariano.
Fue el padre de Lali quien habló, Nicolas Esposito, un apuesto escritor de unos cuarenta y pico años, con barba y cabello plateados y penetrantes ojos azules. Muy característico de su madre, Gimena solo se casaba con hombres que fuesen diferentes: un cantante de rock, primero, un escritor, un artista. También Nicolas se había casado varias veces, Sin embargo, a pesar de su separación, siempre había querido a Gimena.
Y Lali sabia que también la quería a ella.
Al igual que Mariano y Peter, Nicolas tenía lágrimas en los ojos. Entonces Lali reparó en el sonido de las sirenas Y en el hecho de que el vestíbulo estaba lleno de policías. Mariano se retiro. Lali vio a más miembros. de su familia su hermana y sus hermanastros que permanecían de pie en la sala de estar con aire incómodo.
Rocio y Cande eran las chicas. Rocio, hija de Mariano en su primer matrimonio, era guapa y delicada, rubia con los ojos azules, Cande era la única hermana carnal de
Lali Ambas se Parecían a Gimena, rubias, con los ojos negros
Los Chicos eran Trent rubio y de penetrantes ojos azules hijo de Mariano, y Gaston, el mayor a sus veinte años el único hijo que tuvo Mariano en su primer matrimonio Sus ojos eran de un vaporoso color azul y su pelo rubio claro.
Cande, un año menor que Lali. empezó sollozar de repente Le fallaron las rodillas pero, Gaston le la rodeó con el brazo antes de que se desplomara De repente, Lali se acordó.
Empezó a gritar y a temblar incontrolablemente Un enfermero acudió con una jeringuilla y le puso una inyección en el brazo Oyó decir a alguien que aún era demasiado pronto para que hablase con la policía. Además, aunque pudiese hablar ¿de qué serviría? luego el sedante hizo efecto y todo volvió a tornarse negro. Esta vez se despertó en la casa de su padre, con Peter sentado a su lado en el borde de la cama. Oyó unos débiles sollozos procedentes de otra habitación, Una de sus hermanas.
—Mi madre ha muerto —susurró Lali.
—Alguien la asesinó, Lali. Lo siento mucho. Tu padre está con Cande. pero puedo pedirle que venga si...
—Yo lo vi, Peter.
Él entrecerró los ojos.
—Lo vi.
—¿Cómo que lo viste? Estabas en el pasillo. ¿Paso el asesino corriendo por tu lado? ¿Llegaste a ver quién lo hizo?
Lali negó con la cabeza, buscando las palabras para describir lo sucedido. Se le saltaron las lágrimas.
—Mi madre estaba aterrorizada. Vio el cuchillo. Yo también lo vi. Lo sentí.
—Estabas a varios metros de la puerta del cuarto cuando te encontramos, Lali. ¿Entraste en el dormitorio?
Ella hizo un gesto negativo.
—Entonces es imposible que vieras algo.
—Vi el cuchillo.
—¿Quién la mató, entonces?
—No lo sé. No vi ninguna cara. Solo el cuchillo. El cuchillo descendiendo sobre ella. y lo sentí. Sentí cómo la atravesaba.
Lali empezó a temblar de nuevo. Su madre había sido asesinada, y le dolía como si tuviera un millón de cuchillos diminutos clavados en el corazón. Emilia había sido una mujer alocada, testaruda y temeraria, pero también una buena madre.

PROLOGO

Lali oía las voces procedentes del dormitorio, y estaba asustada.
Tenía doce años, casi trece, de modo que no se asustaba fácilmente. Su atractiva y voluble madre se había casado con el igualmente voluble y temperamental artista Mariano Lanzani, y, desde entonces, era frecuente oír voces y ruidos en el dormitorio principal.
Pero aquella noche...
Algo había cambiado. No se trataba de la discusión apasionada de costumbre. Se estaban lanzando acusaciones de infidelidad. Y había otra voz en el cuarto, una voz atenuada...
Una voz amenazante y asexuada que provocaba escalofríos a Lali. La voz era maligna, y Lali lo sabía. Se dijo que estaba siendo demasiado fantasiosa, que podía incluso ser la voz de su madre, dado que Gimena Esposito era una actriz aclamada y célebre por su extraordinaria habilidad con los acentos.
Pero no era su madre. Lali estaba segura de ello. En el cuarto había algo o alguien maligno.
Se preguntó si Mariano estaría allí también. No lo sabía. Podía oír la voz de su madre, alzándose, bajando, con una nota de histeria, de súplica, en su tono. Luego
oyó la voz susurrante y asexuada otra vez. La voz diferente La voz maligna.
La voz que le ponía la carne de gallina.
Sin pensarlo, había salido de su dormitorio y ahora se hallaba de pie en el pasillo. Temblando en el interior de su camiseta de algodón. Jamás había sentido tanto miedo. Dios santo, estaba aterrorizada. El pánico le atenazaba la garganta, de manera que no podía gritar, aunque sabía que no debía hacerlo, pues eso alertaría a la voz de su presencia. Tenía que moverse, avanzar hacia la puerta, ver a la persona
unida a la voz.
Deseaba huir, pero no podía, porque entonces sucedería algo terrible. Salvo que ya estaba sucediendo algo terrible, y ella debía ser valiente. Debía detener el mal.
El mal impregnaba el aire a su alrededor, oprimiéndola. Lo hacia espeso y pesado, de forma que costaba trabajo caminar por el pasillo.
La puerta del dormitorio de su madre parecía pandearse y combarse contra la jamba. Mientras la luz del interior emanaba en extraños tonos rojo sangre.
Lali trató de ser racional.
Seguro que Mariano y su madre se estaban peleando, simplemente.
Tenía que calmarse, pensar con la cabeza, llamar a la puerta y recordarle a su madre que necesitaba algunas horas de sueño ininterrumpido. Claro que, si Gimena se estaba peleando Con Mariano, era muy posible que hicieran las paces antes incluso de que Lali Llegara hasta la puerta. Y. en ese caso, si entraba de sopetón, bueno...
Pero Lali sabia que su temor de sorprenderlos enredados en algún perverso juego sexual no era real.
Lo sabía, que Dios la ayudase. Lo sabía.
Podía sentir lo que su madre estaba sintiendo, y Gimena estaba asustada. La estaban amenazando y ella intentaba defenderse. Hablaba desesperadamente, en tono apaciguador. Intentaba...
Lali se quedó completamente inmóvil. temblando, empapada en un sudor helado. Porque ya no estaba sintiendo lo que Gimena sentía.
¡Lo estaba viendo! Estaba viendo lo que Gimena veía.
Y Gimena veía un cuchillo.
Grande brillante afilado Un cuchillo de trinchar carne. Lali lo había visto otras veces en la cocina. El cuchillo se alzó bajo la luz tenue del dormitorio situándose por encima de Gimena
Gimena lo miró .. y, a través de sus ojos, Lali pudo verlo El cuchillo descendió con una fuerza brutal e implacable.
Gimena chilló pero Lali no oyó los gritos de su madre porque también ella estaba gritando, doblando la cintura. Sintiendo. Sintiendo lo que sentía su madre
El cuchillo
Perforándola atravesando la carne y los músculos Desgarrándola justo por debajo de las costillas
Lali se tambaleó y se apoyó en la pared para no caerse, sintiendo la agonía de la carne desgarrada, el frío. el miedo Se aferró el vientre y bajó la mirada, y vio sangre en sus manos...
Sin despegar la mano de la pared, luchó por seguir en píe, pero una súbita negrura la engulló e hizo que se desplomara en el suelo.
-¡Lali, Lali!
La despertó el urgente sonido de su nombre.
Abrió los ojos. Estaba tendida en el sofá del cuarto de estar, y a su lado se hallaba Peter, uno los hijos de Mariano. Tenía dieciocho años y aparentaba muchos más con sus aires de superioridad. Con el pelo negro y los ojos verdes, era quarterback de su equipo de fútbol. Lali lo odiaba casi todo el tiempo, sobre todo cuando la llamaba «renacuajo» o «cabeza de chorlito». No obstante, cuando sus amigos no estaban presentes, no era un mal chico. En realidad, de no haber sido hermanastro suyo, Lali podía haberse enamorado locamente de él. Pero, como lo era, ella ni siquiera se permitió pensar en tal posibilidad.
Peter la estaba mirando fijamente, con los ojos brillantes por las lágrimas.
—¿Lali? ¿Te encuentras bien?

sinopsis

Lali Esposito no había presenciado el brutal asesinato de su madre, pero había visto la mano enguantada, sentido el golpe del cuchillo, experimentado el terror de su madre...
Eso había sucedido hacia mucho tiempo. En la actualidad, Lali era una madre divorciada con éxito en la vida. Pero las pesadillas habían regresado y, esta vez, se centraban en un asesino en serie que acechaba a las mujeres de Miami. Un asesino al que Lali no podía ver, pero que sabía que ella lo estaba observando.
Lali era el Único nexo de Peter Lanzani, agente del FBI, con el asesino. Pero ¿conseguirían descubrir la verdad antes de que este atacara de nuevo? A veces, el mayor peligro está en lo que no se ve...