Los ingalls, un poroto.
Ella sonrió al ver el mensaje en su celular.
‘Estoy abajo, osita pooh. Sal que quiero verte’...
Ahogó un gritito de emoción y salió prácticamente volando de su habitación. Estaba tan contenta por verlo. Bajó corriendo las escaleras con su bolso y su abrigo en la mano.
—Oye, oye, oye —la llamó él. Ella cerró los ojos y maldijo internamente. Era horrible tener hermanos mayores. Ambos eran tan celosos e idiotas. Por suerte el mayor de los dos ya no vivía con ellos desde hacía bastante tiempo. Se giró a verlo y le entregó una linda y tierna sonrisa —¿A dónde crees que vas, jovencita?
—VICTORIO… —resopló ella —¿No crees que ya estoy algo grandecita como para que me controles?
—Claro que no —aseguró él —Eres una niña aun. Y mi deber como hermano mayor es protegerte.
—No quieras hacer el papel de PETER —le dijo ella —Jamás vas a ser como él.
Chace la miró indignado. Como si él se quisiera parecer al calzonudo de PETER, que era controlado por la muñeca inflable de su novia.
—CANDELA LANZANI —la regañó —Yo no me quiero parecer a nadie. Y mucho menos a ese pelmazo. Por eso ahora mismo vas a decirme a dónde vas…
—¿A dónde va quien? —preguntó NICOLAS LANZANI ingresando al vestíbulo en donde estaban ellos. CANDE se giró, algo nerviosa, a mirar a su padre.
—Papá, yo…
—Esta mocosa, maleducada —la interrumpió VICO —Estaba por salir de aquí sin ningún permiso.
—Maldito chismoso —murmuró ella entre dientes mirándolo asesinamente. NICO L miró a su hija y cruzó los brazos sobre su pecho.
—¿Es cierto eso, chanchita? —le preguntó.
Ella tensó la mandíbula ante el nombre cariñoso que su padre siempre utilizaba para sacarle información. ¡Odiaba a los hombres de su familia!
—AGUS está afuera esperándome —dijo al fin. No tenía sentido seguir ocultándoles que iba a salir con su novio. Sí, con su novio —Así que… si no les importa…
—¿Sigues saliendo con el imbécil de SIERRA? —preguntó totalmente alarmado VICO.
—No es ningún imbécil, idiota —chilló ella —Es mi novio.
—¿Has dicho novio? —quiso saber NICO L.
CANDE resopló. Simplemente no podía seguir lidiando con aquello. Solo podía esperar a que los dos meses que quedaban para sus 18 pasaran más rápido y así no tener que andar explicándole nada a nadie.
—¿Cuál es el problema? —dijo algo cansada —Tengo todo el derecho del mundo de tener un novio. Lo amo, él me ama. Somos felices.
—Nada sabes de amor, niña —le aseguró VICO.
—¡Ja! ¿Y tú si sabes, idiota? —preguntó divertida —Para tu información no falta nada para que cumpla la mayoría de edad. Y Por favor, VICO, tu máxima relación ha durado un mes.
—¡Y eso sí que es mucho! —aseguró él —Aun soy un hombre joven. Apenas tengo 20 años… merezco vivir la vida. Nada de relaciones serias.
—¿Se puede saber por qué están discutiendo en el hall de la casa? —preguntó él ingresando. Todos se giraron a verlo. Y CANDE dio un saltito alegre al ver que AGUS entraba detrás de él. Se acercó al de rulos —Me lo encontré en la puerta, así que decidí traerlo.
La niña de la familia lo abrazó, ignorando completamente al mayor de sus hermanos, al que no veía hacía un par de semanas. PETER sintió un pinchazo de celos hermanisticos recorrer su cuerpo.
AGUS, algo nervioso, la abrazó también, pero atento a las acusadoras miradas de sus cuñados y su suegro. CANDE se alejó un poco de él y entonces lo besó.
—¡Hey! —exclamaron los tres hombres a la vez.
VICO se iba a acercar para separarlos, pero AGUS fue rápido y alejó a la linda ojos claros de él.
—AGUS —se quejó ella. El de rulos la miró sobre su hombro.
—Amor, no creo que quieras ver como tus hermanos y padre me asesinan —le aseguró.
Ella negó con la cabeza y miró a esos cavernícolas a los que tenía que llamar, con cariño, hermanos y papi.
—Todavía estoy esperando a que te dignes a saludarme y abrazarme como es debido, CANDELA LANZANI —la regañó PETER. Ella lo miró espantada.
—No me llames así —lo retó. PETER sonrió con soberbia.
—Ese es el nombre que figura en tu partida de nacimiento, sonrisita.
—Jamás utilizamos esos nombres —aseguró arrugando levemente la nariz —Y ya comencé con los trámites para el cambio definitivo.
—Ni que fueras famosa —rió CANDE. Se acercó a ella para abrazarla. Ella intentó alejarse pero no pudo. Hasta que PETER al fin la soltó, y besó su frente.
El moreno mayor giró para mirar a su otro hermano. VICO le tendió la mano y PETER la tomó para luego tirar de él y terminar abrazándolo hermativamente. VICO odiaba cuando PETER hacía esas muestras de cariño. Pero no podía negar que había veces, muy pocas, que lo extrañaba. En ese momento una mujer, demasiado parecida a CANDE, pero de unos 45 años y con el cabello rubio (teñido maternalmente) entró al lugar. PETER se alejó de VICO y la miró, se le llenó el corazón de una tonta alegría de niño pequeño.
—Hijo —sonrió GIMENA LANZANI y se acercó a su ‘bebe’ mayor para abrazarlo. PETER la envolvió y la abrazó tanto como pudo —Es tan lindo verte aquí, mi cielo. ¿Por qué no me avisaste que vendrías?
Él se alejó para mirarla a la cara.
—Quería que fuera sorpresa —aseguró él.
—Vaya que es una linda sorpresa, cielito —le sonrió dulce y palmeó su mejilla con suavidad. Giró para mirar a su hija y vio a AGUS. Le dedicó una simpática sonrisa —No sabía que estabas aquí, AGUSTIN. ¿Viniste a ver a mi princesa?
El de rulos rió algo nervioso. Se sentía tan… amenazado por los hombres LANZANI.
—Sí, señora LANZANI —asintió él —En realidad vine a ver si… podía llevar a CANDE a tomar un helado e ir al cine.
—No —dijeron PETER, VICO y NICO L a la vez. GIME sonrió y se acercó a AGUS par palmear su hombro.
—Claro que puedes, muchachito —le dijo.
—Pero mamá…
—GIME, no creo que…
—¡Basta! —dijo ella elevando un poco la voz —CANDE tiene que salir con SU novio. Y va a salir con él. Esa es mi última palabra.
En ese momento un celular comenzó a sonar. Todos los ojos se posaron en AGUS. Él se percató entonces de que era el suyo y lo tomó apresuradamente.
—Un momento, por favor —se disculpó —¿Hola? —todos guardaron silencio. Nick sonrió tiernamente —Luciérnaga, ¿Cómo estás? —PETER miró a VICO y este miró a CANDE al escuchar como AGUS llamaba a otra mujer. CANDE simplemente no le prestó atención —¿Qué tu abuelo hizo qué? —preguntó el de rulos —Oh, vaya… de verdad que ha perdido el juicio. No te preocupes —otro silencio —Ajá, iré a verte esta semana ¿te parece? —sonrió con ternura de nuevo —Claro que sí, y llevare a CANDE para que la conozcas —asintió repetidas veces y miró a su novia —Adiós, yo también te quiero.
Colgó y guardó su celular en el bolsillo.
—Tú —lo llamó VICO —Pedazo de degenerado ¿Quieres hacer un trío con mi hermana y una tal… Luciérnaga?
CANDE se cubrió el rostro con una mano y maldijo entre dientes.
—Eres tan idiota, VICO —le aseguró —AGUS estaba hablando con su prima, imbécil.
—Sí —asintió SIERRA —Ella es hija de la hermana de mi madre. Somos bastante unidos. Y Luciérnaga es un apodo de cariño.
—Pero ya —dijo la menor de los LANZANI —Nos vamos. No tengo por qué seguir soportando toda esta humillación.
Se acercó a su madre y fue a la única que saludó con un beso. Al resto de su familia le entregó una fría mirada.
—La traes antes de la cena, SIERRA —sentenció PETER.
—Claro —asintió mientras era arrastrado por su novia hacia la puerta —Hasta luego, señora LANZANI —miró a sus hermanos y padre —Señores…
Los tres lo miraron asesinamente hasta que ambos jóvenes desaparecieron de allí.NICO L miró indignado a su esposa. PETER se acercó a su padre y lo abrazó.
—No puedo creer que entregaras a nuestra hija como si nada —le dijo.
Ella puso los ojos en blanco.
—Vengan los tres… —comenzó a caminar hacia la cocina. Los tres fueron tras sus pasos. Principalmente PETER —Les voy a preparar unas ricas galletas con chocolates para que se les vaya lo celoso.
Ella sonrió al ver el mensaje en su celular.
‘Estoy abajo, osita pooh. Sal que quiero verte’...
Ahogó un gritito de emoción y salió prácticamente volando de su habitación. Estaba tan contenta por verlo. Bajó corriendo las escaleras con su bolso y su abrigo en la mano.
—Oye, oye, oye —la llamó él. Ella cerró los ojos y maldijo internamente. Era horrible tener hermanos mayores. Ambos eran tan celosos e idiotas. Por suerte el mayor de los dos ya no vivía con ellos desde hacía bastante tiempo. Se giró a verlo y le entregó una linda y tierna sonrisa —¿A dónde crees que vas, jovencita?
—VICTORIO… —resopló ella —¿No crees que ya estoy algo grandecita como para que me controles?
—Claro que no —aseguró él —Eres una niña aun. Y mi deber como hermano mayor es protegerte.
—No quieras hacer el papel de PETER —le dijo ella —Jamás vas a ser como él.
Chace la miró indignado. Como si él se quisiera parecer al calzonudo de PETER, que era controlado por la muñeca inflable de su novia.
—CANDELA LANZANI —la regañó —Yo no me quiero parecer a nadie. Y mucho menos a ese pelmazo. Por eso ahora mismo vas a decirme a dónde vas…
—¿A dónde va quien? —preguntó NICOLAS LANZANI ingresando al vestíbulo en donde estaban ellos. CANDE se giró, algo nerviosa, a mirar a su padre.
—Papá, yo…
—Esta mocosa, maleducada —la interrumpió VICO —Estaba por salir de aquí sin ningún permiso.
—Maldito chismoso —murmuró ella entre dientes mirándolo asesinamente. NICO L miró a su hija y cruzó los brazos sobre su pecho.
—¿Es cierto eso, chanchita? —le preguntó.
Ella tensó la mandíbula ante el nombre cariñoso que su padre siempre utilizaba para sacarle información. ¡Odiaba a los hombres de su familia!
—AGUS está afuera esperándome —dijo al fin. No tenía sentido seguir ocultándoles que iba a salir con su novio. Sí, con su novio —Así que… si no les importa…
—¿Sigues saliendo con el imbécil de SIERRA? —preguntó totalmente alarmado VICO.
—No es ningún imbécil, idiota —chilló ella —Es mi novio.
—¿Has dicho novio? —quiso saber NICO L.
CANDE resopló. Simplemente no podía seguir lidiando con aquello. Solo podía esperar a que los dos meses que quedaban para sus 18 pasaran más rápido y así no tener que andar explicándole nada a nadie.
—¿Cuál es el problema? —dijo algo cansada —Tengo todo el derecho del mundo de tener un novio. Lo amo, él me ama. Somos felices.
—Nada sabes de amor, niña —le aseguró VICO.
—¡Ja! ¿Y tú si sabes, idiota? —preguntó divertida —Para tu información no falta nada para que cumpla la mayoría de edad. Y Por favor, VICO, tu máxima relación ha durado un mes.
—¡Y eso sí que es mucho! —aseguró él —Aun soy un hombre joven. Apenas tengo 20 años… merezco vivir la vida. Nada de relaciones serias.
—¿Se puede saber por qué están discutiendo en el hall de la casa? —preguntó él ingresando. Todos se giraron a verlo. Y CANDE dio un saltito alegre al ver que AGUS entraba detrás de él. Se acercó al de rulos —Me lo encontré en la puerta, así que decidí traerlo.
La niña de la familia lo abrazó, ignorando completamente al mayor de sus hermanos, al que no veía hacía un par de semanas. PETER sintió un pinchazo de celos hermanisticos recorrer su cuerpo.
AGUS, algo nervioso, la abrazó también, pero atento a las acusadoras miradas de sus cuñados y su suegro. CANDE se alejó un poco de él y entonces lo besó.
—¡Hey! —exclamaron los tres hombres a la vez.
VICO se iba a acercar para separarlos, pero AGUS fue rápido y alejó a la linda ojos claros de él.
—AGUS —se quejó ella. El de rulos la miró sobre su hombro.
—Amor, no creo que quieras ver como tus hermanos y padre me asesinan —le aseguró.
Ella negó con la cabeza y miró a esos cavernícolas a los que tenía que llamar, con cariño, hermanos y papi.
—Todavía estoy esperando a que te dignes a saludarme y abrazarme como es debido, CANDELA LANZANI —la regañó PETER. Ella lo miró espantada.
—No me llames así —lo retó. PETER sonrió con soberbia.
—Ese es el nombre que figura en tu partida de nacimiento, sonrisita.
—Jamás utilizamos esos nombres —aseguró arrugando levemente la nariz —Y ya comencé con los trámites para el cambio definitivo.
—Ni que fueras famosa —rió CANDE. Se acercó a ella para abrazarla. Ella intentó alejarse pero no pudo. Hasta que PETER al fin la soltó, y besó su frente.
El moreno mayor giró para mirar a su otro hermano. VICO le tendió la mano y PETER la tomó para luego tirar de él y terminar abrazándolo hermativamente. VICO odiaba cuando PETER hacía esas muestras de cariño. Pero no podía negar que había veces, muy pocas, que lo extrañaba. En ese momento una mujer, demasiado parecida a CANDE, pero de unos 45 años y con el cabello rubio (teñido maternalmente) entró al lugar. PETER se alejó de VICO y la miró, se le llenó el corazón de una tonta alegría de niño pequeño.
—Hijo —sonrió GIMENA LANZANI y se acercó a su ‘bebe’ mayor para abrazarlo. PETER la envolvió y la abrazó tanto como pudo —Es tan lindo verte aquí, mi cielo. ¿Por qué no me avisaste que vendrías?
Él se alejó para mirarla a la cara.
—Quería que fuera sorpresa —aseguró él.
—Vaya que es una linda sorpresa, cielito —le sonrió dulce y palmeó su mejilla con suavidad. Giró para mirar a su hija y vio a AGUS. Le dedicó una simpática sonrisa —No sabía que estabas aquí, AGUSTIN. ¿Viniste a ver a mi princesa?
El de rulos rió algo nervioso. Se sentía tan… amenazado por los hombres LANZANI.
—Sí, señora LANZANI —asintió él —En realidad vine a ver si… podía llevar a CANDE a tomar un helado e ir al cine.
—No —dijeron PETER, VICO y NICO L a la vez. GIME sonrió y se acercó a AGUS par palmear su hombro.
—Claro que puedes, muchachito —le dijo.
—Pero mamá…
—GIME, no creo que…
—¡Basta! —dijo ella elevando un poco la voz —CANDE tiene que salir con SU novio. Y va a salir con él. Esa es mi última palabra.
En ese momento un celular comenzó a sonar. Todos los ojos se posaron en AGUS. Él se percató entonces de que era el suyo y lo tomó apresuradamente.
—Un momento, por favor —se disculpó —¿Hola? —todos guardaron silencio. Nick sonrió tiernamente —Luciérnaga, ¿Cómo estás? —PETER miró a VICO y este miró a CANDE al escuchar como AGUS llamaba a otra mujer. CANDE simplemente no le prestó atención —¿Qué tu abuelo hizo qué? —preguntó el de rulos —Oh, vaya… de verdad que ha perdido el juicio. No te preocupes —otro silencio —Ajá, iré a verte esta semana ¿te parece? —sonrió con ternura de nuevo —Claro que sí, y llevare a CANDE para que la conozcas —asintió repetidas veces y miró a su novia —Adiós, yo también te quiero.
Colgó y guardó su celular en el bolsillo.
—Tú —lo llamó VICO —Pedazo de degenerado ¿Quieres hacer un trío con mi hermana y una tal… Luciérnaga?
CANDE se cubrió el rostro con una mano y maldijo entre dientes.
—Eres tan idiota, VICO —le aseguró —AGUS estaba hablando con su prima, imbécil.
—Sí —asintió SIERRA —Ella es hija de la hermana de mi madre. Somos bastante unidos. Y Luciérnaga es un apodo de cariño.
—Pero ya —dijo la menor de los LANZANI —Nos vamos. No tengo por qué seguir soportando toda esta humillación.
Se acercó a su madre y fue a la única que saludó con un beso. Al resto de su familia le entregó una fría mirada.
—La traes antes de la cena, SIERRA —sentenció PETER.
—Claro —asintió mientras era arrastrado por su novia hacia la puerta —Hasta luego, señora LANZANI —miró a sus hermanos y padre —Señores…
Los tres lo miraron asesinamente hasta que ambos jóvenes desaparecieron de allí.NICO L miró indignado a su esposa. PETER se acercó a su padre y lo abrazó.
—No puedo creer que entregaras a nuestra hija como si nada —le dijo.
Ella puso los ojos en blanco.
—Vengan los tres… —comenzó a caminar hacia la cocina. Los tres fueron tras sus pasos. Principalmente PETER —Les voy a preparar unas ricas galletas con chocolates para que se les vaya lo celoso.
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