La heredera.
Hacía bastante tiempo que PETER no disfrutaba de una cena en familia. Desde que había dejado el nido, hacía cinco años ya, se había vuelto un hombre bastante independiente. Aunque jamás, jamás, jamás, jamás habría comida como la de su madre. Y también jamás llegaría a ser un hombre ordenado. Pero aun así vivía bien. Era lindo tener su propio lugar, y no tener que escuchar... las ordenes de su madre para hacer el cuarto o limpiar alguna parte de la casa.
—¿Y cómo van las cosas con MERY? —preguntó NICO L.
PETER lo miró algo sorprendido mientras se llevaba un poco de pasta casera a la boca. Dejó el tenedor sobre el plato y acomodó su garganta. Sabía que ni su padre, ni el resto de su familia estaban interesados en su relación con MERY.
—Bien, supongo —le respondió —Creo que las cosas están mejor que antes.
—Aun no puedo creer que todavía estés con ella —dijo CANDE.
Ella y AGUS habían llegado justo para la hora de la cena. Y GIMENA había insistido en que SIERRA se quedara a cenar con ellos. Por supuesto que las miradas de los LANZANI estaban totalmente puestas en él.
—CANDE —murmuró GIMENA en forma de advertencia.
—No, mamá —dijo ella sin dejar de mirar a PETER —Es hora de que alguien le diga como son las cosas.
—¿Y cómo son las cosas? —preguntó PETER.
Estaba bastante interesado en escuchar a su pequeña hermana. Ya que siempre era la que se callaba todo y no se animaba a enfrentar algunas situaciones.
—Ella es una arpía, PETER. Una… mala persona. No te valora como te lo mereces. Es una malcriada y resentida…
—¡Basta, CANDE! —la detuvo NICO L.
Ella apretó los labios, y miró fijo su plato. Luego se puso de pie.
—Permiso, voy a mi cuarto —se disculpó.
—Osita… —la llamó AGUS y se levantó para ir detrás de ella.
—Tú te quedas ahí —le dijo VICO.
AGUS se sentó al instante pero con la mirada fija en la dirección que había tomado su novia. Un molesto silencio reinó en la mesa. Lo único que se oía era a VICO comer.
—Lo siento, hijo —se disculpó GIMENA
—Mamá —negó levemente con la cabeza —No te preocupes, todo está bien.
—A decir verdad, CANDE, tiene razón —asintió VICO.
—¡VICTORIO! —lo retó NICO L.
—Ya, papá —dijo divertido PETER —No se hagan más problema por este asunto. Ya acepté que ustedes no quieren a MERY…
—Y ella tampoco a nosotros —aseguró VICO. PETER rió por lo bajo.
—¿Y eso… te parece bien? —preguntó AGUS con cautela.
En realidad no quería meterse, pero la pregunta le había salido sin permiso.
—No, no me parece bien, cuñadito —le dijo esbozando una media sonrisa. A pesar de que ese niño salía con su pequeña hermana, lo apreciaba —Pero ya no hablemos de esto. Dime AGUS, ¿sigues estudiando en la Universidad?
SIERRA se limpió la boca con una servilleta y tomó un poco de agua.
—Sí, por eso últimamente no he venido a ver a CANDE. Estuve en época de parciales. Pero ya casi he terminado con todo. Me falta un solo parcial más y termino mi segundo año.
—¿Qué era lo que estudiabas, muchacho? —preguntó NICO L.
—Era abogacía, NICO L —contestó GIMENA por él —Creo que CANDE te lo dijo unas 800 veces.
—Se me olvida —dijo él encogiéndose de hombros y volvió la vista al novio de su hija. Aquel muchacho tenía que tener un defecto, no podía ser tan perfecto.
—Tengo el sueño de ser un honorable político algún día —dijo AGUS.
—Quien les dice que hasta Presidente de los Estados Unidos —dijo CANDE mientras entraba a la sala.
Todos la miraron. Ella se acercó a la mesa y se sentó de nuevo al lado de su novio.
—Podría ser —sonrió el de rulos.
—CANDE, cielo, creo que le debes una disculpa a tu hermano mayor —le dijo GIMENA.
Ella miró a su madre y luego a PETER. No tenía por qué disculparse, solo le había dicho la verdad. En serio él se merecía lo mejor.
Su hermano era un gran hombre. Y solo se merecía una gran mujer que lo apoyase, que estuviera orgullosa de todos sus logros y que hiciera el intento de llevarse bien con su familia. ¡O por lo menos que aparentara!
CANDE siempre había visto a PETER como a un súper héroe. Uno que la protegía a ella y a VICO de todo lo malo. Desde su punto de vista él había asumido el papel de segundo padre para ellos dos. Cuando eran niños, NICO L, a causa de su empleo de piloto de aviones, no estaba mucho tiempo en la casa. Por lo que ella y Chace se habían aferrado a la única figura ‘masculina’ de la casa para sentirse protegidos. Y PETER había asumido muy bien su rol.
En ese entonces PETER tenía 12, VICO 7 y ella 5 años. Eran inseparables. PETER era muy maduro y responsable para la edad que tenía. Él los llevaba a la escuela, los esperaba a la salida de la misma, los defendía de cualquiera que los molestase.
¡Dios! Ella había estado ‘enamorada’ de ese súper héroe, ideal y encantador. Maldito complejo de Electra. Y ahora lo único que quería era alguien especial para él. No a esa quejosa y que nunca estaba conforme.
—Lo siento —se disculpó al fin. Él le sonrió tiernamente.
—No te preocupes, sonrisita —le dijo —Aun así te sigo queriendo.
—¿Ya terminaron con sus cursilerías? —preguntó VICO. PETER rió por lo bajo —Porque quiero que sigamos con el interrogatorio al novio-roba-cunas de mi hermana.
—¿Roba cunas? —inquirió CANDE —Por dios,VICO, AGUS apenas tiene 19.
—Es un roba cunas —aseguró.
AGUS sonrió sin poder evitarlo. A veces el menor de sus cuñados era muy ocurrente.
—Bien, pregunta lo que quieras saber —le dijo.
—Veamos, necesito saber sobre: tus padres, dónde vives, con qué profesora de derecho coqueteas, con cuantas mujeres te has acostado…
—¡VICTORIO! —chilló CANDE.
—Tranquila, osita —dijo AGUS divertido. Miró a VICO —Todavía vivo con mis padres. Tengo una buena relación con ellos. Como ya mencioné, o eso creo, no tengo hermanos. Pero si tengo algunos primos. Aunque con la única que tengo contacto es con LALI…
PETER alzó la mirada hacia él. Ese nombre se le metió pesadamente por los oídos, haciendo que su cuerpo recordara aquella noche. Podría decirse que había logrado olvidarse de la morena candente dos semanas después de lo sucedido. Volver a escuchar aquel ‘pecaminoso’ nombre lo acababa de poner nervioso.
—¿Es a la que le dices Luciérnaga? —preguntó VICO.
—Sí, así es —asintió —Ella tampoco tiene hermanos, así que podría decirse que me quiere como a uno. LALI no tiene una vida fácil…
—LALI ¿Cuánto? —lo interrumpió PETER.
—LALI —le dijo AGUS —LALI ESPOSITO_.
El corazón del moreno comenzó a latir con más fuerza. Podía ser una GRAN coincidencia que la prima de AGUS tuviera el mismo nombre y el mismo apellido que la morena candente.
—¿Cuántos años tiene? —quiso saber.
—¿Por qué tanto interés en la prima de AGUS, PETER? —preguntó CANDE mientras alzaba ambas cejas —¿Acaso quieres una cita con ella?
—Nonono —se apresuró a decir algo nervioso —Pero… creo que la conozco.
—¿A LALI? —inquirió AGUS —Puede que sí, pero no lo creo. La pobre tiene menos tiempo para salir, a veces me da pena. Pero tal vez la conozcas de alguna revista como ‘Herederas Multimillonarias’
—¿Herederas Multimillonarias? —inquirió VICO.
PETER se sintió más aliviado. No, no era su morena candente. La que él había conocido vivía en un pequeño departamento de dos habitaciones. Era sencilla. Y además una simple, sexy y linda secretaria.
Sacudió la cabeza, ¿Por qué demonios estaba pensando de esa forma? Hacía un poco más de un mes que no sabía absolutamente nada de ella.
Más de una vez CANDE había intentado hablarle de LALI, pero PETER se había negado a escucharlo. Mucho más después de todo lo que había pasado. Esa mujer debía pensar que él era un completo imbécil, mal nacido, patán, etc.
Luego de unos días de lo sucedido, PETER, quiso verla y explicarle que él no creía que ella fuera una cualquiera, ni nada de esas cosas.
Lo que pasó entre ellos simplemente había pasado. Una mezcla de sentimientos encontrados, mucha lujuria, unas cuantas copas de más y principalmente el desencantamiento con el amor. Así que no había sido cumpla de ninguno de ellos dos. Solo había pasado.
En varias ocasiones él comparó a MERY con LALI. Parecían ser bastante distintas. O eso creía él. En realidad no sabía casi nada de ella. Solo que era la mejor amiga de la novia de su mejor amigo. Se detuvo un momento a pensar en aquello. ¿Sabría ella que EUGE salía con el mejor amigo de él? Eso sería interesante.
—Me muero —dijo GIMENA y se puso de pie.
—¿Qué sucede, amor? —preguntó NICO L.
—Yo sí leí esa revista —dijo contenta.
—¿Qué revista? —preguntó PETER.
—La de Herederas Multimillonarias —contestó y comenzó a buscar dentro de uno de los cajones del mueble de la sala —Aquí está… —volvió a la mesa y se sentó. Comenzó a abrir la revista y se detuvo casi a la mitad —¡Esta es! —exclamó. Acomodó su garganta y todos guardaron silencio para escucharla —MARIANA ELIZABETH ESPOSITO, 23 años, hija de Robert ESPOSITO y EMILIA ATTIAS…
—Esa es mi tía —dijo AGUS.
—…se posiciona en el puesto Nº 13 de nuestra lista de ‘Herederas Multimillonarias’ LALI nació en Londres el 10 DE OCTUBRE de 1987. Su residencia en Inglaterra no fue larga. A la edad de 4 años se mudó a Estados Unidos,(...)
(...)país natal de su padre y abuelo, viviendo en la ciudad de Nueva York. Es heredera de una incalculable fortuna. LALI es nieta de ALEJO ESPOSITO, dueño de las empresas ESPOSITO & Asociados. Una de las empresas más importantes de comercio interno y externo del país. LALI no solo es millonaria, también es hermosa y como no era de menos muy inteligente. Estudió comercio, economía y administración de empresas en tan solo 3 años. Habla 4 idiomas (ingles, español, francés y alemán). Y se dice que como hobby ha estudiado diseño gráfico y es una amante de la moda. La vida privada de _LALI siempre se ha mantenido muy bien resguardada. Ella es de bajo perfil. Pero por lo que hemos averiguado, la futura dueña de ESPOSITO & Asociados ha roto su compromiso con su prometido BENJAMI AMADEO, ex abogado y ejecutivo de su abuelo. Varias personas dicen que él la dejó por su secretaria. Pero a esta joven mujer aun le queda mucho camino por recorrer y con los millones que tienen su nombre, no creemos que tenga demasiados problemas.
GIMENA terminó de leer el artículo y colocó la revista en medio de la mesa para que el resto de la familia viera la foto.
PETER la observó bien. No podía ser ella ¿o si? Se apresuró a tomar la revista para poder mirarla mejor. Quedó hipnotizado al ver aquel par de ojos marrones que lo miraban desde abajo, con una media sonrisa en los labios. Era la LALI con la que él había estado. Sí, era ella.
¿Cómo podía ser así? ¿Multimillonaria? Ella le había dicho que era una secretaria.
Entonces simplemente se quedó observándola. Era tan hermosa como siempre la tenía en su mente. Aquella media sonrisa era… encantadora.
''Me encantaría tener algo propio. Sin nadie que este juzgando lo que hago o dejo de hacer. Ya que eso sería mío y de nadie más''
''Eso es posible si tienes la suficiente fuerza de voluntad''
''Es fácil de decirlo… Tengo 23 años y todo el mundo se cree con el suficiente derecho de decirme que tengo o no tengo que hacer''
Ahora lo comprendía mejor. Ella se refería exactamente a todo eso. Al dinero. El mundo la ‘adoraba’ simplemente por el dinero que ella poseía. ¿Era esa la razón por la que no le había contado nada más? No quería sentir que él se acercaba a ella por interés. Y él, él le había dicho más o menos todo. Era un simple mecánico. Ganaba bien. Tenía clientes constantes y era de confianza. Por eso las personas lo elegían. ¿Cómo una mujer como ella pudo haberse fijado en un hombre como él, incluso solo para una noche?
—PETER —lo llamó CANDE —Tierra llamando a PETER.
Sacudió la cabeza y dejó la revista. Alzó la mirada y se percató que todos en la mesa lo miraban de manera extraña.
—¿Qué? —preguntó él.
—¿Qué te sucedió? —le preguntó VICO —Miraste la foto y te pusiste medio… ¿pálido?
—No —rió nervioso y tomó un poco de agua —Solo que sí conozco a tu prima, AGUS
Sí, la conoces muy íntimamente.
—¿En serio? —dijo algo sorprendido SIERRA.
—Sí, ella es la mejor amiga de la novia de NICO.
—¿EUGE? —preguntó aun más sorprendido.
—Exactamente —sonrió con los labios sellados.
—Woow, el mundo sí que es un pañuelo —aseguró el de rulos —Entonces debes saber que LALI es una mujer encantadora. Solo que ha sufrido bastante en su vida.
—¿Cómo puede sufrir si está cagada en dinero? —preguntó VICO.
—El dinero no lo es todo. Es sorprendente que la gente crea que con solo tener dinero ya eres completamente feliz… Y ya, no voy a hablar más de ella. No es mi vida —dijo con una media sonrisa.
—Tienes razón al decir que es encantadora —dijo PETER. Todos lo miraron —De verdad lo es
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