PETER
- ¿Qué demonios acabo de hacer?- susurre.
Tenía un fuerte dolor en mi mejilla por el fuerte golpe que había recibido, dos veces, pero sentía que no era nada con el dolor que tenía en el pecho. Había hablado sin pensar, estar ante esta mujer ahora hacia que todas mis fortalezas se debilitaran. Esperaba que ella lo entendiera, aun así sabia que le había causado un fuerte daño.
- Estará bien- escuche la voz de Elizabeth y levante mi mirada para ver como se debatía entre acercarse o darme espacio, opto por la primera. Bien por ella- solo necesita tiempo, eso que le dijiste es muy doloroso.
- ¿crees que no lo sé?- cuestione sarcásticamente- no solo herí sus sentimientos, lo tengo bien claro.
Escuche unos pasos en la entrada, con el corazón acelerado me apresure a ir, guardaba las esperanzas de que LALI regresara y si quería seguir gritándome la entendería, solo la quería aquí, conmigo.
Me detuve y suspire frustrado al ver que era mi hermano NICO el que venía de la mano de su prometida EUGE- lo que nos faltaba- con todo había olvidado que vendrían hoy para cenar con nosotros.
- Que cara tienes hermano- dijo NICO al verme- pareciera como que no quisieras vernos.
- Muy gracioso- masculle- tenemos problemas.
- ¿tenemos?- pregunto interesado- solo tú y yo o incluye a algunos más.
- Incluye a BRENDA- conteste- y creo que también a nuestro padre.
- ¿y qué es?
- Velo por ti mismo- dije empezando a caminar devuelta al salón, sentí sus pasos detrás de mí, por lo que no me moleste en ver si me seguían, no hasta que escuche una maldición provenir de mi santo hermano.
Suponía que cuando la vi por primera vez, también me había quedado igual a como mi hermano se encontraba, parecía una estatua, NICO de por si era claro y la palidez que había adquirido parecía impresionante, el reconocimiento era notable en sus ojos, al igual que el dolor. Comprendía a mi hermano.
Soltó la mano de EUGE para acercarse lentamente, otra vez Elizabeth había empezado a llorar, ella, al ver que NICO se le acercaba intento agarrarlo pero el dio un paso atrás.
- ¿mama?
- Hola pequeño NICO.
- Nadie me había vuelto a decir así- sonrió- ¿Qué buscas?
- Aclarar las cosas de una vez.
- Muy bien- intervine- llamemos a BRENDA y que nos explique de una vez.
- Le enviare un mensaje- contesto NICO.
- Iré a buscar a LALI- dijo EUGE pareciendo incomoda.
- Se fue- decirlo me causaba más dolor del que ya tenía.
- ¿Qué?- pregunto ella.
- Se fue- volví a decir- supongo que para no matarme.
- Quizás termine yo su trabajo- mascullo ella.
- BRENDA estará aquí en veinte minutos, está en casa de papa, vendrán juntos.
Los minutos pasaron lentos, Elizabeth intentaba entablar conversación, lograba poco solo con EUGE, NICO y yo aun asimilábamos la noticia, mientras por otro lado, desde el teléfono de EUGE intentaba comunicarme con LALI. Sin éxito.
Puntual como siempre mi hermana había llegado, el timbre sonó justo a los veinte minutos que PETER dijo que llegaba. EUGE se ofreció a ir a lo que ninguno de nosotros protestamos en absoluto.
Las expresiones de los recién llegados era igual o peor que la nuestra, podría decir, me asustaría que no fuera de esa manera.
Tomaron asiento junto a nosotros, hubiese sido gracioso en otras circunstancias, pues nos habíamos sentado todos de mismo lado, dejando a Elizabeth sola en el sillón del frente. No podía evitar sentir una punzada de pena por ella, aunque sentía más dolor y este sentimiento opacaba todo lo que podría sentir de afecto hacia ella.
- Muy bien- dije cuando ya todos se había acostumbrado a su presencia- ahora que estamos todos, ya puedes explicarte.
- PETER por favor- repuso mi padre- aun sigue siendo tu madre, no hables así.
- Gracias George, pero supongo que me lo merezco- dijo- no me fui porque estaba cansada de ustedes, eso nunca pasaría, lo hice por protegerlos.
- ¿protegernos?- preguntamos BRENDA y yo al tiempo.
- Dejándonos solos nos protegías ¿Cómo se supone que eso encaja?- pregunto NICO.
- Este...- dijo EUGE nerviosas e incómoda- yo iré a ver al pequeño Gabriel.
- Esta bien- contesto NICO antes de besarla.
- Nos explicas esa parte de la protección- dijo mi padre.
- Por supuesto- recordaba esa postura de Elizabeth, cuando tenía un punto en algo siempre alzaba la barbilla- para eso estoy aquí- suspiro.
<<tres meses antes de que desapareciera de sus vidas me tocaba el chequeo general en el hospital. Por esos días siempre me estaba sintiendo mal, tenía dolores de cabeza y algunos mareos. Cuando el doctor me revisaba detecto un abultamiento en uno de mis senos, decidió que para estar tranquilos me harían una mamografía.
<<me detectaron unos pequeños tumores cancerígeno en ellos- se detuvo un momento como para tomar aire, las lagrimas volvían a aparecer- el doctor González me indico un tratamiento para ver si lo detenían sin la necesidad de operar y estuve de acuerdo, hice que el jurara que no diría nada a ninguno de ustedes, pues teníamos la esperanza de que todo se solucionara con el medicamento. Aunque no fue así.
<<los primeros días funcionaba de maravilla, las molestias iban desapareciendo y yo me sentía bien, por esos días fue el cumpleaños numero diez del pequeño NICO- sonrió recordando- el ultimo que pude ver.
<< dos meses después de llevar el tratamiento, empecé a sentirme mal otra vez y fui a ver al doctor González. El me explico que ya mi cuerpo se había adaptado sorprendentemente rápido al tratamiento y que el tumor había empezado a aumentar de manera preocupante. Me hablo de quimioterapias y de que sería un proceso doloroso. Me explico que perdería el cabello y que pasaría mucho tiempo en el hospital, que tendría que contárselo a ustedes.
- ¿y porque no lo hiciste?- susurro BRENDA- hubiésemos estado hay para ti.
- Lo se BREN- suspiro- pero los amaba demasiado, los amo demasiado a todos como para querer verlos sufrir, todo iba muy bien en casa, ustedes estaban bien en la escuela y George había estado hablando de las cosas nuevas en su trabajo. Si decía algo sabia que todo se desmoronaría.
<< y se que de alguna manera eso sucedió cuando me fui, pero no quería quedarme y verlos sufriendo por como me debilitaba, podría ver muerto y la perdida seria peor a que cuando yo desapareciera.
- Podrías verte detenido a pensar que queríamos nosotros- dije- no sabes lo que sufrimos con tu ida, aun así.
- No tengo ni idea, lo se- repuso- pero no tenia las fuerzas para pasar por ese proceso junto a ustedes.
- Y que paso después- intervino NICO- ¿te recuperaste, verdad?
- Mas o menos- contesto- después del tratamiento con quimioterapia me hicieron una extirpación, creía que estaría bien pero al parecer no era el caso. tuvieron que operarme varias veces.
- Debió ser horrible- dijo BRENDA, con un hilo de voz- ¿pasaste por eso sola?
- Fue horrible- sonrió con tristeza-pero no, no lo pase sola, la tía Pamela me ayudo.
- Eso explica muchas cosas- dije recordando que las veces en que decíamos algo mal de nuestra madre frente a ella, se ponía histérica y la defendía a toda costa.
- Pase el tiempo con ella hasta que cinco años después, ya había superado el problema.
- ¿y porque después de eso no te acercaste a nosotros?- preguntó mi padre.
- Me había alejado de ustedes- contesto- pero aun así sabia todo lo que les pasaba, creí inoportuno ocasionar problemas una vez estuve libre.
- ¿Qué problemas?- dijo BRENDA
- Tu padre se había casado por esas fechas, Mónica me dijo la tía Pamela que se llamaba.
- A si es- contesto el- pero eso no tenía nada que ver con los niños.
- Pensé que estarían bien con ella.
- En realidad no- dijo NICO y BRENDA y yo asentimos en acuerdo.
- Lo siento mucho- sollozo- pero no cambiaria eso por nada, si pudiera volver el tiempo atrás volvería a esconderle mi enfermedad, aunque vuelva a ganarme otra vez su odio.
- No te odiamos- BRENDA se levanto y corrió a abrazarla- ¡Dios mío!- grito al separarse- ¿no tienes...?
- ¿Senos?- sonrió Elizabeth- no, podría pasar por varón ahora, pero no va con mi personalidad aun.
- Lo siento tanto- sollozo BRENDA abrazándola nuevamente- siento que seas tan testaruda y no me dejaras verte madre, pero no tengo nada que perdonarte, aun tienes el puesto de madre para mí.
- Me alegra escucharlo- rompió a llorar otra vez, aun abrazada a mi hermana, NICO se acerco a ellas, pero fue más prudente, solo coloco una mano en su hombro, mientras yo aun procesaba todo lo ocurrido e intentando no pensar en que estaría LALI metida ahora.
LALI
El número de EUGE apareció en mi pantalla por vigésima sexta vez y no pude evitar tomar la llamada, era eso o volverme loca. Me había despertado una hora después de que me entrara mi emotivo lloriqueo contra la almohada de POLI. Me encontraba tirada en un sofá frente a la tv viendo a Damon en the vampires daires, comiendo helado desde el enorme tarro y siendo asquerosamente miserable. Que le tomara la llamada a EUGE, no sería lo peor.
- Te dije que ya no te amo- intente bromear- encontré a otra mujer, mejor que tu y que sabe valorarme.
- Pero yo aun si a ti- me siguió la corriente- ¿no estás en casa no?
- No- canturrea- tengo nueva casa y con mejores vistas.
- Falsa- refunfuño- estoy en tu casa ahora.
- Pues...- dije haciendo de tonta- no te veo por ningún lado.
- No te hagas la idiota, estoy mirando a tu enano dormir.
- ¿al tiernoso? Que lleva puesto.
- Un pijama de tren azul
- Mi favorito- suspire- le queda de muerte.
- ¿Cuándo aparecerás?- dijo cambiando de tema.
- Cuando se me vallan las ganas de matar
- Entonces no volverás nunca- resoplo- por lo menos nos dirás a nosotras donde estas. ¿cierto?
- No, no y no- uno para cada una- confórmate con saber que estoy bien, veo a Damon y tengo mucho helado con el convivir.
- No le diremos nada
- Las veré en casa, tal vez mañana en la noche, pero si dices algo juro que se acaba este amor.
- No tienes que ponerte dramática, esta bien nos veremos entonces.
- Adiós more.
- Te quiero mi LALI.
**
El sonido de las cortinas al desplazarse y la luz al entrar hace que me despierte, los pasos de alguien
acercándose me hacen incorporarme del miedo. No recordaba tener a alguien aquí.
- Te vez asquerosamente mal- dijo POLI sentándose en la cama.
- Tú estarás muerto y no veo que eso sea problema entonces.
- Ha crecido- dijo mirando mi panza- muy pronto no podrás ver ni tus piernas.
- Gracias- rodee los ojos- eres el mejor amigo del mundo mundial.
- Lo se- dijo engreídamente- y tu, señorita tienes cosas que contarme.
- No me molestes ahora, estoy frustrada no traje nada que ponerme.
- Me he fijado.
- Como sea- dije caminando al baño- usare tus cosas.
- De eso nada- dijo siguiéndome- después te las quedas todas.
- Como si te molestara.
- No, pero buscarte ropa será una buena excusa.
- POLI...
- No haré nada, te lo prometo, solo veré como de bien esta funcionando el mundo.
Trataba a toda costa de ocultar una de sus maliciosas sonrisas, me irritaba y lo sabia. Era su bonita forma de decirme lo confiada que iba siendo y lo que le estaba disfrutando de la situación, maldito infeliz, pero así lo quería, que podría hacer.
Después de que me convenciera de que no pasaría nada cuando fuera a casa, me quede mas tranquila; además de que PETER seguramente ya estaba de camino a la oficina, lo que era otro tema.
Sonreí aliviada, el iría, le pediría las cosas a maría y luego vendría. No había porque estar paranoica.
- ¿Qué demonios acabo de hacer?- susurre.
Tenía un fuerte dolor en mi mejilla por el fuerte golpe que había recibido, dos veces, pero sentía que no era nada con el dolor que tenía en el pecho. Había hablado sin pensar, estar ante esta mujer ahora hacia que todas mis fortalezas se debilitaran. Esperaba que ella lo entendiera, aun así sabia que le había causado un fuerte daño.
- Estará bien- escuche la voz de Elizabeth y levante mi mirada para ver como se debatía entre acercarse o darme espacio, opto por la primera. Bien por ella- solo necesita tiempo, eso que le dijiste es muy doloroso.
- ¿crees que no lo sé?- cuestione sarcásticamente- no solo herí sus sentimientos, lo tengo bien claro.
Escuche unos pasos en la entrada, con el corazón acelerado me apresure a ir, guardaba las esperanzas de que LALI regresara y si quería seguir gritándome la entendería, solo la quería aquí, conmigo.
Me detuve y suspire frustrado al ver que era mi hermano NICO el que venía de la mano de su prometida EUGE- lo que nos faltaba- con todo había olvidado que vendrían hoy para cenar con nosotros.
- Que cara tienes hermano- dijo NICO al verme- pareciera como que no quisieras vernos.
- Muy gracioso- masculle- tenemos problemas.
- ¿tenemos?- pregunto interesado- solo tú y yo o incluye a algunos más.
- Incluye a BRENDA- conteste- y creo que también a nuestro padre.
- ¿y qué es?
- Velo por ti mismo- dije empezando a caminar devuelta al salón, sentí sus pasos detrás de mí, por lo que no me moleste en ver si me seguían, no hasta que escuche una maldición provenir de mi santo hermano.
Suponía que cuando la vi por primera vez, también me había quedado igual a como mi hermano se encontraba, parecía una estatua, NICO de por si era claro y la palidez que había adquirido parecía impresionante, el reconocimiento era notable en sus ojos, al igual que el dolor. Comprendía a mi hermano.
Soltó la mano de EUGE para acercarse lentamente, otra vez Elizabeth había empezado a llorar, ella, al ver que NICO se le acercaba intento agarrarlo pero el dio un paso atrás.
- ¿mama?
- Hola pequeño NICO.
- Nadie me había vuelto a decir así- sonrió- ¿Qué buscas?
- Aclarar las cosas de una vez.
- Muy bien- intervine- llamemos a BRENDA y que nos explique de una vez.
- Le enviare un mensaje- contesto NICO.
- Iré a buscar a LALI- dijo EUGE pareciendo incomoda.
- Se fue- decirlo me causaba más dolor del que ya tenía.
- ¿Qué?- pregunto ella.
- Se fue- volví a decir- supongo que para no matarme.
- Quizás termine yo su trabajo- mascullo ella.
- BRENDA estará aquí en veinte minutos, está en casa de papa, vendrán juntos.
Los minutos pasaron lentos, Elizabeth intentaba entablar conversación, lograba poco solo con EUGE, NICO y yo aun asimilábamos la noticia, mientras por otro lado, desde el teléfono de EUGE intentaba comunicarme con LALI. Sin éxito.
Puntual como siempre mi hermana había llegado, el timbre sonó justo a los veinte minutos que PETER dijo que llegaba. EUGE se ofreció a ir a lo que ninguno de nosotros protestamos en absoluto.
Las expresiones de los recién llegados era igual o peor que la nuestra, podría decir, me asustaría que no fuera de esa manera.
Tomaron asiento junto a nosotros, hubiese sido gracioso en otras circunstancias, pues nos habíamos sentado todos de mismo lado, dejando a Elizabeth sola en el sillón del frente. No podía evitar sentir una punzada de pena por ella, aunque sentía más dolor y este sentimiento opacaba todo lo que podría sentir de afecto hacia ella.
- Muy bien- dije cuando ya todos se había acostumbrado a su presencia- ahora que estamos todos, ya puedes explicarte.
- PETER por favor- repuso mi padre- aun sigue siendo tu madre, no hables así.
- Gracias George, pero supongo que me lo merezco- dijo- no me fui porque estaba cansada de ustedes, eso nunca pasaría, lo hice por protegerlos.
- ¿protegernos?- preguntamos BRENDA y yo al tiempo.
- Dejándonos solos nos protegías ¿Cómo se supone que eso encaja?- pregunto NICO.
- Este...- dijo EUGE nerviosas e incómoda- yo iré a ver al pequeño Gabriel.
- Esta bien- contesto NICO antes de besarla.
- Nos explicas esa parte de la protección- dijo mi padre.
- Por supuesto- recordaba esa postura de Elizabeth, cuando tenía un punto en algo siempre alzaba la barbilla- para eso estoy aquí- suspiro.
<<tres meses antes de que desapareciera de sus vidas me tocaba el chequeo general en el hospital. Por esos días siempre me estaba sintiendo mal, tenía dolores de cabeza y algunos mareos. Cuando el doctor me revisaba detecto un abultamiento en uno de mis senos, decidió que para estar tranquilos me harían una mamografía.
<<me detectaron unos pequeños tumores cancerígeno en ellos- se detuvo un momento como para tomar aire, las lagrimas volvían a aparecer- el doctor González me indico un tratamiento para ver si lo detenían sin la necesidad de operar y estuve de acuerdo, hice que el jurara que no diría nada a ninguno de ustedes, pues teníamos la esperanza de que todo se solucionara con el medicamento. Aunque no fue así.
<<los primeros días funcionaba de maravilla, las molestias iban desapareciendo y yo me sentía bien, por esos días fue el cumpleaños numero diez del pequeño NICO- sonrió recordando- el ultimo que pude ver.
<< dos meses después de llevar el tratamiento, empecé a sentirme mal otra vez y fui a ver al doctor González. El me explico que ya mi cuerpo se había adaptado sorprendentemente rápido al tratamiento y que el tumor había empezado a aumentar de manera preocupante. Me hablo de quimioterapias y de que sería un proceso doloroso. Me explico que perdería el cabello y que pasaría mucho tiempo en el hospital, que tendría que contárselo a ustedes.
- ¿y porque no lo hiciste?- susurro BRENDA- hubiésemos estado hay para ti.
- Lo se BREN- suspiro- pero los amaba demasiado, los amo demasiado a todos como para querer verlos sufrir, todo iba muy bien en casa, ustedes estaban bien en la escuela y George había estado hablando de las cosas nuevas en su trabajo. Si decía algo sabia que todo se desmoronaría.
<< y se que de alguna manera eso sucedió cuando me fui, pero no quería quedarme y verlos sufriendo por como me debilitaba, podría ver muerto y la perdida seria peor a que cuando yo desapareciera.
- Podrías verte detenido a pensar que queríamos nosotros- dije- no sabes lo que sufrimos con tu ida, aun así.
- No tengo ni idea, lo se- repuso- pero no tenia las fuerzas para pasar por ese proceso junto a ustedes.
- Y que paso después- intervino NICO- ¿te recuperaste, verdad?
- Mas o menos- contesto- después del tratamiento con quimioterapia me hicieron una extirpación, creía que estaría bien pero al parecer no era el caso. tuvieron que operarme varias veces.
- Debió ser horrible- dijo BRENDA, con un hilo de voz- ¿pasaste por eso sola?
- Fue horrible- sonrió con tristeza-pero no, no lo pase sola, la tía Pamela me ayudo.
- Eso explica muchas cosas- dije recordando que las veces en que decíamos algo mal de nuestra madre frente a ella, se ponía histérica y la defendía a toda costa.
- Pase el tiempo con ella hasta que cinco años después, ya había superado el problema.
- ¿y porque después de eso no te acercaste a nosotros?- preguntó mi padre.
- Me había alejado de ustedes- contesto- pero aun así sabia todo lo que les pasaba, creí inoportuno ocasionar problemas una vez estuve libre.
- ¿Qué problemas?- dijo BRENDA
- Tu padre se había casado por esas fechas, Mónica me dijo la tía Pamela que se llamaba.
- A si es- contesto el- pero eso no tenía nada que ver con los niños.
- Pensé que estarían bien con ella.
- En realidad no- dijo NICO y BRENDA y yo asentimos en acuerdo.
- Lo siento mucho- sollozo- pero no cambiaria eso por nada, si pudiera volver el tiempo atrás volvería a esconderle mi enfermedad, aunque vuelva a ganarme otra vez su odio.
- No te odiamos- BRENDA se levanto y corrió a abrazarla- ¡Dios mío!- grito al separarse- ¿no tienes...?
- ¿Senos?- sonrió Elizabeth- no, podría pasar por varón ahora, pero no va con mi personalidad aun.
- Lo siento tanto- sollozo BRENDA abrazándola nuevamente- siento que seas tan testaruda y no me dejaras verte madre, pero no tengo nada que perdonarte, aun tienes el puesto de madre para mí.
- Me alegra escucharlo- rompió a llorar otra vez, aun abrazada a mi hermana, NICO se acerco a ellas, pero fue más prudente, solo coloco una mano en su hombro, mientras yo aun procesaba todo lo ocurrido e intentando no pensar en que estaría LALI metida ahora.
LALI
El número de EUGE apareció en mi pantalla por vigésima sexta vez y no pude evitar tomar la llamada, era eso o volverme loca. Me había despertado una hora después de que me entrara mi emotivo lloriqueo contra la almohada de POLI. Me encontraba tirada en un sofá frente a la tv viendo a Damon en the vampires daires, comiendo helado desde el enorme tarro y siendo asquerosamente miserable. Que le tomara la llamada a EUGE, no sería lo peor.
- Te dije que ya no te amo- intente bromear- encontré a otra mujer, mejor que tu y que sabe valorarme.
- Pero yo aun si a ti- me siguió la corriente- ¿no estás en casa no?
- No- canturrea- tengo nueva casa y con mejores vistas.
- Falsa- refunfuño- estoy en tu casa ahora.
- Pues...- dije haciendo de tonta- no te veo por ningún lado.
- No te hagas la idiota, estoy mirando a tu enano dormir.
- ¿al tiernoso? Que lleva puesto.
- Un pijama de tren azul
- Mi favorito- suspire- le queda de muerte.
- ¿Cuándo aparecerás?- dijo cambiando de tema.
- Cuando se me vallan las ganas de matar
- Entonces no volverás nunca- resoplo- por lo menos nos dirás a nosotras donde estas. ¿cierto?
- No, no y no- uno para cada una- confórmate con saber que estoy bien, veo a Damon y tengo mucho helado con el convivir.
- No le diremos nada
- Las veré en casa, tal vez mañana en la noche, pero si dices algo juro que se acaba este amor.
- No tienes que ponerte dramática, esta bien nos veremos entonces.
- Adiós more.
- Te quiero mi LALI.
**
El sonido de las cortinas al desplazarse y la luz al entrar hace que me despierte, los pasos de alguien
acercándose me hacen incorporarme del miedo. No recordaba tener a alguien aquí.
- Te vez asquerosamente mal- dijo POLI sentándose en la cama.
- Tú estarás muerto y no veo que eso sea problema entonces.
- Ha crecido- dijo mirando mi panza- muy pronto no podrás ver ni tus piernas.
- Gracias- rodee los ojos- eres el mejor amigo del mundo mundial.
- Lo se- dijo engreídamente- y tu, señorita tienes cosas que contarme.
- No me molestes ahora, estoy frustrada no traje nada que ponerme.
- Me he fijado.
- Como sea- dije caminando al baño- usare tus cosas.
- De eso nada- dijo siguiéndome- después te las quedas todas.
- Como si te molestara.
- No, pero buscarte ropa será una buena excusa.
- POLI...
- No haré nada, te lo prometo, solo veré como de bien esta funcionando el mundo.
Trataba a toda costa de ocultar una de sus maliciosas sonrisas, me irritaba y lo sabia. Era su bonita forma de decirme lo confiada que iba siendo y lo que le estaba disfrutando de la situación, maldito infeliz, pero así lo quería, que podría hacer.
Después de que me convenciera de que no pasaría nada cuando fuera a casa, me quede mas tranquila; además de que PETER seguramente ya estaba de camino a la oficina, lo que era otro tema.
Sonreí aliviada, el iría, le pediría las cosas a maría y luego vendría. No había porque estar paranoica.
Si que sufrio mucho la mama :/
ResponderEliminar