lunes, 1 de mayo de 2017

CAPITULO 39

- Si no dejas de tocarme PETER, sabes bien lo que te pasara- dije entre sueños, odiaba que me despertara en las mañanas. Aun así, seguía molestándome por lo que abrí mis ojos con furia- PETER...

- ¿mama?- pregunto el pequeño SANTI mirándome asuntado.

Hay caí en la cuenta, rápidamente, sostuve con fuerzas las sabanas- estaba desnuda- y me apresure a sonreírle como psicópata para que se le pasara el susto o para ponerlo peor. Al parecer, paso lo primero.

Es que era más hermosa yo.

- ¿Qué haces despierto?- mire el reloj, eran las 6:03 AM

- No tenia sueño- afirmo.

- ¿quieres quedarte aquí?- me gire para ver porque no sentía a PETER, dándome cuenta de que no estaba en la cama.

- ¿puedo?- pregunto ansioso.

- Si ven- con cuidado de que no se bajara la sabana lo ayude a subir y a acurrucarse a mi lado, después de algunos minutos se había quedado dormido. Era toda una ternura.

Tratando de no despertarlo, Salí lo más rápido que pude de la cama y me coloque una de las camisetas de PETER, suspire aliviada, que bonita impresión daría. Camine de vuelta a la cama, a punto estuve de subirme y disfrutar del precioso bebe que tenía en esta, cuando recordé que PETER no estaba en la habitación.

Había dejado la puerta abierta, lo que le hizo la vida más fácil al niño de seguro, camine por el corredor, mirando en todas direcciones sin ninguna suerte, entrecerré mis ojos y fui hasta donde estaba mi ventana personal y ahí estaba. Desgraciado roba lugares.

- ¿Qué parte de mía no te quedo claro?- pregunte colocando mis manos a ambos lados de mis caderas.

- Lo siento- se levanto- no quería importunarte.

- ¿Qué haces aquí?

- No podía dormir, esto es... solo aun no sé cómo proceder.

- Tranquilízate, no seas dramático- me senté en la ventana e hice que hiciera lo mismo- no procederás de ninguna manera.

- ¿Cómo?- pregunto atónito.

- Procederemos, juntos los dos- suspire- aremos todo para que funcione, no te preocupes.

- Ni siquiera dejas que te cuente ¿Cómo crees que podremos hacerlo entonces?

- Esa bien- lo alenté- cuéntame lo que tengas que decirme.

- Hace trece años nuestra madre nos abandono- trague con fuerza, no me imaginaba eso- alegaba que mi padre no nos prestaba atención, que siempre estaba trabajando y esas cosas... pero nos dejo a los tres con el- rio amargamente- sus reales motivos nunca los supimos. Pero en esos momentos todos nos sentíamos muy mal.

>> pase mi adolescencia portándome como un idiota, no me importaba jugar con las mujeres y al parecer a ellas tampoco, en la universidad podría estar con varias en una misma semana, nunca sin detenerme a mirar mas allá de un bonito cuerpo. Solo a los 22 cuando conocí a BELEN cambie de opinión- una punzada de dolor me atravesó- no creas que me enamore de ella, solo me hizo darme cuenta de lo mal que estaba actuando.

>> Ella había empezado a trabajar para mi padre por esos tiempos, hace cuatro años, era una mujer muy bonita e inteligente, pero era muy tímida. Pensaba que podría aprovecharme de ella y en un principio lo hice, no sabía que había quedado embarazada. Dos años después, le pedí disculpas por como la trate por esos tiempos, luego de eso nuestra relación cambio, pero no me imaginaba que había tenido a SANTI, era muy buena disimulándolo al parecer. Creo que eso es un resumen de lo que querrías saber. Estuve anodada por varios minutos, sin saber que decir o hacer, las palabras hacían eco en mi cabeza y no sabía por dónde empezar, así que lo hice desde el principio.
- ¿la has vuelto a ver?

- ¿a quién?- pregunto confundido

- A tu madre

- No- resoplo- llevo desde el año pasado buscándola.

- ¿Por qué no me habías contado nada?

- No había encontrado la forma de decirlo, supongo- dijo claramente avergonzado

- Entiendo- acaricie sus cabellos- ¿y de lo que llevas investigando?

- Tengo a varias personas buscándola, todos los datos son muy superficiales, aun no han podido dar con ella. Al parecer no quiere que la encontremos.

- Es bueno que lo hagas.

- Solo quiero saber cuáles fueron sus verdaderas razones, no quiero una madre.

- Tenemos que ir a la habitación- dije luego de varios minutos.

- ¿Qué quieres hacer?- dijo entre divertido y excitado.

- SANTI está durmiendo allá.

- Lo que me faltaba- mascullo poniéndose de pie y guiándome hasta la habitación- ahora tendremos que utilizar el seguro.

Me reí ante la imagen que encontramos en la cama, el niño, se había cruzado por todo el lado de PETER abriéndose como si fuese aposta, me apresure a subirme de mi lado y el inútil de mi jefe, después de meditarlo por varios minutos, levanto a SANTI sin despertarlo hasta hacerse un pequeño espacio.

Los días siguientes pasaron increíblemente rápidos, conseguimos hacer que el niño siguiera yendo al mismo colegio que se encontraba a media hora de la casa, mientras íbamos a la oficina maría, la ama de llaves, se lo quedaba, eso hasta que el próximo lunes volviera al colegio. Se lo presentamos a mis amigas y NICO, NICO literalmente se volvió loco al conocerlo. Es que era todo un amor.

Me había ganado su amor a pulso, PETER se veía más relajado con el paso de los días, estaba empezando a comprender el cabezota, que debía de tomar las cosas con calma, SANTI, le había tomado una gran estima y respeto. En pocas palabras éramos felices.

El viernes mientras sacaba el zumo de naranjas del congelador y aun media dormida me percate de una nota pegada en la encimera. Sonreí pensando que era de PETER, como hacia algunas veces, pero desperté por completo cuando vi que era de maría.

- PETER- grite para que pudiera escucharme.

- ¿Qué pasa?- pregunto alarmado cuando llego.

- Toma- le lance la nota- ¿Qué haremos?

- Te preguntaría lo mismo- contesto sarcásticamente.

- Como se le ocurre ir de compras hoy- resople- ¿a quién se lo dejaremos?

- No se me ocurre nadie- murmuro.

- EUGE, MERY y CANDE están trabajando- recordé que caro había conseguido un trabajo en una librería cerca de donde estaba el departamento- y NICO igual.

- Llevémoslo con nosotros- dijo después de lo que pareció una eternidad.

- Sabes que todos sabrán que es tu hijo ¿verdad?

- Lo sé- suspiro- pero ya es hora de que todos lo sepan supongo.

- Está bien, despiértalo entonces-
Al llegar a la empresa los deje entrar solos, pues como todos los días tenía una tarea muy importante en la cafetería del frente. Diez minutos después, al entrar en ella, escuche el cuchicheo por las esquinas. La novedad de la semana

Una de las chicas de marketing se acerco a mi mientras caminaba para tomar el ascensor, subió junto conmigo y en el momento en el que las puertas se cerraron se giro a para mirarme a los ojos.

- Te perdiste de algo bueno esta mañana.

- ¿ah sí?- me hice la sorprendida.

- Nuestro jefe, el buenorro, entro hoy a la empresa con un niño en brazos- hice señas con las manos para dar mayor énfasis- no sabía que tenía un hijo.

- Así es- conteste de mala gana, me gustaba el chisme pero no en la empresa- son idénticos.

- Mas que idénticos- repuso- dichosa la mujer que lo tuvo

- Qué cosas dices- me reí.

- A propósito, me contaron que el padre del tuyo tampoco está nada mal.

- ¿Qué?- pregunte atónita

- Ese chico, el que vino a verte por dos veces, eres una suertuda.

- Supongo- dije recordando cuándo POLI había venido, eso sí que sería interesante de contarle, por suerte el ascensor abrió sus puertas y ella bajo saludándome con las manos. Suspire aliviada.

Cuando volvieron abrirse me encontré con la imagen más cómica del día, PETER tenía a SANTI en brazos y estaba junto a susan, le estaba diciendo algo pero era obvio que ella no le estaba prestando atención. Alternaba su mirada de PETER a SANTI una y otra vez. Si no se detenía pronto, le iba a doler mucho el cuello.

Explote en carcajadas, poyándome de la pared cercana, lleve una de mis manos al vientre mientras lo hacía, eso llamo la atención de ellos, pues al parecer, hasta ahora no se habían percatado de mi existencia. Que duro no es ser importante.

Aunque duro debería ser tan dramática.

Pero eso ya era otra cosa.

El niño se zafó de los brazos de su padre y corrió hacia mí, fue lo más tiernoso que puede ver en toda mi vida, por lo que para hacerlo más dramático, me arrodille y en cuanto estuvo en mis brazos lo abrace mientras lo llenaba de besos.

La mañana paso rápido, el jefe ordeno el almuerzo por lo que no tuvimos que salir a buscarla, almorzamos todos en su oficina, incluida susan, que aun después de contarle la historia no salía de su asombro. Le tomaría un tiempo acostumbrarse, mientras impresionada mente a mí, solo me costó verlo por primera vez.

Al llegar a casa y antes de que pudiera llegar al congelador, el pitido de alerta de mensajes ralentizo mi paso. Era un mensaje de EUGE, de seguro para decirme que me amaba.

Bueno soñar no costaba nada.

Ana: ¿Qué usaras para esta noche? De seguro con el pequeño vestidor que ahora tienes no tendrás nada que ponerte. Maldita.

Y yo me quede como ¿Qué droga se estaba metiendo? Por lo que rápidamente le respondí el mensaje.

LALI: gata igualada ¿tenemos planes para hoy? Porque no tengo idea de lo que hablas y si, ahora tengo para dar y votar si quiero.

No me dio tiempo a llegar al refrigerador cuando me respondió. Aun así la deje esperando mientras buscaba algo de comer. Estar embarazada tenía sus prioridades.
EUGE: se te olvido la cena en casa de tu suegro, deberías salir un poco mas de tu vida de ensueño ¿por lo menos sabes quién soy?

LALI: ridícula, maldita sea ya no me acordaba de esa estupidez y el otro inútil tampoco ha dicho nada, muy bien sabe que no me gusta. Nos vemos allá entonces, debo sacrificar a alguien aquí.

Maldije una y otra vez, por lo que parecieron horas y horas. Siempre buscaba la manera de zafármele a esas cenas. La idea de ir a ver a la cacatúa y a su hija no me hacia la mas mínima gracia, pero al parecer el bendito motivo de que SANTI ahora este en la familia era digno de celebrar.

Mi jefecito entro en la cocina seguido de su sombra personal, venia todo sonriente y contento, digo venia porque al ver mi cara se le borro al instante.

Me encantaba lograr eso, hacer que se asustara en un mini segundo era tan grandioso que me provocaba risa, pero no tenía ganas de reír. Tenía ganas de ahorcarlo.

- ¿paso algo more?- pregunto con precaución

- Me recordaron la cenita de tu casa hoy- sisee.

- Pensé que estabas bien con eso

- Lo estaba porque no lo recordaba, ahora tengo ganas de ahorcarte- pensándolo bien- no, me equivoque tenía ganas de dejarte ir y quemarte junto a todos en casa de tu padre.

- Me encantan tus demostraciones de amor, me llegan al alma.

- No tengo tiempo de sarcasmos inútil- resople- aun así, que tengas en cuenta que no soy responsable de mis actos.

- LALI...- empezó.

- No he preocupes- bese su mejilla- muertes no habrá.

Después de resignarme y hacer algunos ejercicios de relajación y esas cosas, me duche y vestí para la ocasión, entre mi nuevo guardarropa había un vestido celeste suelto que me quedaba súper bien, me lo puse con unas sandalias bajas y como ahora había un niño en la familia, en vez de usar uno de mis bolsos de mano, llevaba un bolso en el que coloque cosas de SANTI. Había que ser precavidos.

A diferencia de mi sensual sencillez, mis dos hombres llevaban puestas camisas similares, la diferencia era que la del padre era de cuadros negra y la del hijo de cuadros rojos, pero los dos estaban igual de apetecibles. Solo faltaba minimi.

Hay si tendrían que ahorcarme.

Llegamos puntualmente a la bendita y dichosa cena, el auto de NICO ya estaba aparcado, por lo que suspire aliviada, con EUGE todo seria más fácil, gracias a Dios. Entramos a la bendita casa y en el salón encontramos a todos los invitados. EUGEy NICO sentados en uno de los sofás junto a BRENDA, su hermana que tenía en brazos al pequeño mateo.

Al otro lado, como si fueran bandos opuestos, estaba el señor LANZANI junto a la cacatúa, perdón, junto a Mónica y su hija. Todo era paz y armonía hasta que llegamos nosotros.

Como era de esperar la mayoría de ellos- solo la mayoría porque las furcias se quedaron indiferentes- se aglomeraron para ver al niño, ese, en vez de estar intimidado por tanta efusividad saludaba de lo más normal. Esta venia de Marte.

PETER

Gracias a Dios todo iba de maravilla, aunque Mónica y MARTINA no paraban de hablar, LALI no le prestaba atención lo que fue un alivio, temía que hoy si se armara un escándalo. Mi hijo fue aceptado por todos, o casi todos y el estaba encantado.

Cuando pasamos al comedor aun todo seguía bien, y digo aun porque después del segundo plato y antes de que trajeran el postre, LALI le lanzo una mirada a EUGE que no me paso desapercibida, a lo que mi cuñada empezó a negar. Sabía que significaba que habría problemas.

- LALI...- la amenazo EUGE.

- ¿Qué ocurre?- le pregunte en voz baja

- Nada- me contesto sonriendo- tengo que ir al servicio.

- Te acompaño- le dije, disponiéndome para levantarme.

- No te preocupes- dijo posando una mano en mi hombro- recuerdo como llegar.

Se levanto de la mesa y con la sonrisa siniestra que aun tenía en la cara empezó a caminar, pero en vez de tomar la dirección al servicio camino y luego para sorpresa de todos se sentó en el lugar vacio que estaba junto a MARTINA. Esto no estaría bien.

LALI

Debía aparentar seriedad, aunque por dentro estaba que moría por partirme de la risa, había soportado todos los comentarios e indirectas de la zarrapastrosa toda la noche, pero ya me sentía cansada. Le lancee una mirada a EUGE, pero no contaba con su consentimiento, pero no lo necesitaba.

Me senté a su lado en la mesa, dejándolos a todos sorprendida mente callados, tengo mucho poder en esta mesa. Cuando ella se volvió para mirarme incrédula por la situación, sonreí más ampliamente.

- Me gusta tu pelo- le dije falsamente.

- Algunas si lo tenemos perfectos- dijo con su típica voz chillona.

- Si es cierto- dije acariciándoselo y después de que algunos segundos los envolví en mi mano y tire de ellos hacia abajo, dejando que su cabeza golpeara con el respaldo de la silla y tirara un grito- nadie se mueva- dije cuando vi que se levantaban- solo quiero ver la resistencia de sus extensiones- deje de sonreír- escúchame bien que esta será la última vez que te lo diga- apreté mas mi agarre para dar más énfasis- podrás hablar todo lo que quieras de mí, porque me tienes sin cuidado, pero ten cuidado con lo que dices sobre mi hijo, entiendes- murmuro un entendido entre dientes- la próxima vez, tus cara extensiones terminara en la basura porque no podrás usarlas, por lo que procura mantener el pico cerrado.

- Eres una cualquiera- grito su madre- haga alguien algo pronto.

- No es necesario- dije soltándola- no soy ninguna cualquiera, solo estoy cansada de que ustedes dos no tengan vida propia y vivan encima de la mía, de EUGE y ahora del niño. Pero espero que ahora esto se termine.

- ¿Cómo puedes hablarme así en mi casa?

- También es mi casa- dijo PETER interviniendo- y ella es mi mujer.

Me levante del asiento, mirando como esta se acariciaba el cabello, debía de doler o por lo menos lo haría en algunas horas, observe de reojo a EUGE al tomar asiento y esta luchaba por contener la risa. Esa era mi hermana.

El padre de PETER, NICO y su hermana BRENDA me miraban si decir palabras, SANTI sonreía como si supiera que había pasado mientras jugaba con su jugo. La inocencia si es buena. Después de lo que aprecio una eternidad el señor LANZANI volvió a disculparse conmigo por el comportamiento de la cucarachita aquella, asegurándome que no volvería a pasar. Lo tranquilice sabiendo que eso nunca pasaría. Pero no se lo diría suficiente tenia él con aguantar ese par.

Esa noche, después de reírme con EUGE me dormí plenamente satisfecha, era algo que quería hacer desde la primera vez que la vi. Meta alcanzada.

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