PETER
No tengo una maldita idea de cómo rayos llegue al hospital, de cómo me arrastraron a la sala de espera por tratar de entrar en intensivos sin permiso, ni siquiera de cómo estaba en los brazos de MARIA la amiga de LALI. Solo sabía que a medida que pasaba el tiempo sentía como me perdía un poco más.
En el transcurso de la tarde las personas más cercanas a nosotros habían empezado a llegar con rostros llorosos y tristes. Odiaba esta situación, se veían como se verían en un funeral y esto no lo era.
Maldita sea, LALI y mi niña estaban bien.
Debían estarlo, si no, no sabía que haría con mi vida.
El tiempo había pasado malditamente lento y no encontraba que hacer, pase de estar sentado removiendo me inquieto a levantarme y caminar por toda la sala, había desistido de preguntar las enfermeras pues, ella tenían menos ideas que yo sobre el estado de mis mujeres y no hacia más que causarme sufrimiento con cada intento. Era casi media noche cuando un doctor de algunos cincuenta años apareció buscando a los familiares de mi LALI.
- Es mi mujer- dije sin dudar, aunque ver al doctor realmente tan agotado como parecía no hacia más que incrementar mi miedo- ¿Qué pasa con ellas?
- Al parecer el impacto del coche fue muy fuerte por lo que hemos tenido algunos problemas- dijo rápidamente el doctor- pero ya hemos podido estabilizarla.
- ¿eso significa que están bien?- pregunte esperanzado.
- Eso significa muchas cosas más- dijo el doctor mirándome fijamente- si es tan amable de seguirme podre llevarla con ella y de paso le explicaría lo ocurrido.
Eche un vistazo a la sala, todos estaban atentos a la charla que mantenía con el doctor, mi padre tenía el brazo en un hombro de mi madre y no pude evitar lanzarles una pequeña sonrisa. Salí de la sala siguiendo al doctor por un pasillo descolorido y con un fuerte olor a lejía, pero nada de eso me importaba, en estos momentos solo quería tener a LALI en mis brazos.
LALI
Me sentía en una nube, la oscuridad era tal que no podía ver nada a mi alrededor, hasta que me di cuenta que tenía los ojos cerrados, tratar de abrirlos fue más difícil que correr los diez kilómetros de maratón; cuando por fin pude hacerlo, me hubiese dado lo mismo no haberlo hecho.
La oscuridad fue remplazada por una intensa luz blanca, que me cegaba, parpadee varias veces sin poder acostumbrarme a ella hasta que deje de intentarlo y volví a cerrar los ojos.
- Apaguen esa maldita luz- creí decirlo en voz alta, pero las palabras solo resonaron en mi cabeza.
En ese momento me asuste, volví a abrir los ojos e intente vocalizar nuevamente, en vano. No tenía fuerzas para levantar los brazos y empecé a horrorizarme y lo único que sentí fue una lágrima caliente deslizarse por mi mejilla.
Esforzándome pude hacer que de mi garganta brotara una especie de graznido poco audible, pero lo suficiente para que alguien a mi lado se percatara de mi presencia, solo veía su silueta borrosa, mi vista aun irritada por la luz blanca no me dejaba enfocarme en su rostro, ni en escuchar la lo que decía. Después de lo que creí unos segundos, escuche la voz de PETER diciéndome que estaría bien y lo mucho que me amaba, pero cuando intente responderle la oscuridad volvió a cernirse sobre mí.
PETER
- Deberías irte a descansar, hijo- dijo mi madre por tercera vez en lo que llevaba en la habitación de LALI- llevas tres días sin salir de esta habitación.
- No me iré hasta que ella no esté lista para salir de aquí- conteste cortante.
- Sabes que aun pueden pasar algunos días más hasta que esté lista para despertar por completo- me coloco un brazo en el hombro, comprendía a Elizabeth, pero no podía dejarla ni un instante- por lo menos ve a casa, dúchate mejor y aféitate, eres demasiado guapo hijo, no prives los ojos de LALI de tu hermoso rostro.
- Lo haré de un momento a otro- suspire- ¿Cómo se porta SANTINO?
- Es un ángel- contesto ella sonriendo- para ser tan pequeño es un niño muy inteligente y no miento al decirte que está muy preocupado por ustedes, teme que a ella le pase lo mismo que a su primera mama.
- Lo llamare esta tarde, me imagino como deberá sentirse, es un niño muy inteligente es cierto.
Las visitas eran constantes, amigos, familiares y algunas personas de confianza de la empresa, no fue fácil, pero con ayuda de mi padre y de MERY convencimos a NICO y EUGE de que no suspendieran su luna de miel. Aun así dos días después del accidente se presentaron aquí.
Después de que pasaron a LALI a una habitación normal, luego de estar un día y medio en una sala de observación he tratado de estar lo más cerca de ella posible, entre todos han tratado de sacarme y enviarme a casa, pero no han podido, al parecer si es verdad que soy una persona irracional. Por lo menos cuando se trata de mi familia así es.
Iba evolucionando de maravilla, aunque aun no despertaba de su coma inducido, despertaba algunas veces pero para que sus lecciones nada graves en la cabeza se reestructuraran eficazmente fue necesario dormirla. Y de qué manera.
Soñaba con el momento en que ella abriera los ojos y con su sonrisa volviera a insultarme.
LALI
Volvía otra vez a sentirme flotar en la oscuridad, pero esta vez, a través de ella podía escuchar el pitido de algo muy cerca a mi cabeza, respire hondo, esto no lo había podido sentir en las otras dos veces que me había pasado lo mismo.
Por la misma razón abrí los ojos otra vez, la luz blanca y cegadora volvió al ataque, pero esta vez al parpadear pude dispersarla hasta lograr enfocar la lámpara blanca que colgaba del techo.
Para no abusar de la al parecer "magnifica suerte" moví lentamente mis dedos hasta estar segura de que no era producto de mi imaginación, me di cuenta en ese instante de que estaba en el hospital.
Antes de que me preguntara lo que estúpidamente había hecho esta vez, la realidad de lo ocurrido llego a mi tan rápido que ni flash podría conmigo.
La llamada del colegio.
Llamada a PETER.
Ir en el auto a buscar a SANTI.
El tráiler descarrilándose.
Todo se volvió oscuro.
Mi corazón empezó a martillar en mi pecho, había tenido un accidente, pero la inquietud de lo que había pasado con SANTI me sobrepasaba, si yo no fui por el ¿Quién lo haría?
Quise moverme pero me dolían las piernas, me gire a la izquierda, sintiendo un fuerte dolor en el cuello, pero eso no me limito, vi mi brazo izquierdo escayolado y no pude evitar resoplar ante la situación. Volví a girar la cabeza y esta vez, logre ver mucho más que unos moratones que ya se iban borrando de mi brazo. Vi a PETER durmiendo.
Se veía horrible, llevaba la misma ropa de la mañana o quién sabe, de seguro ya habían pasado días por como él se veía. Tenía más que una sombra de barba y su cabello revuelto. Sin mencionar la mala posición de estar durmiendo en una silla de hospital.
Se veía que necesitaba dormir, pero tenía la necesidad de preguntarle sobre lo ocurrido conmigo y con SANTI, después, le dejaba la cama si quería. Por lo que sutilmente lo desperté.
- Despierta inútil- mi intento de gritarle quedo reducido a murmullo de borracha a las 4:00 am- que despiertes.
- ¿LALI?- su vista rápidamente voló hacia mí y todo rastro de sueño desapareció de su rostro- ¿LALI? Amor, por Dios has despertado ¿Cómo te sientes?
- Como una idiota- lloriquee- necesito que me digas que paso con mi niño.
- ¿minimi?- pregunto y en ese momento me di cuenta de que ni siquiera hubiese pensado en la posibilidad de que a ella le hubiese pasado algo.
El miedo llego a mi cuerpo con un temblor escalofriante, lleve mi mano no enyesada a mi vientre y note que había disminuido "no puede ser" pensé, no puede disminuir nada si aun minimi no ha nacido, al contrario cada día crecía mas y mas. Intente incorporarme pero el dolor que implico mi pequeño esfuerzo fue horrible, grite de dolor mientras PETER trataba de calmarme al tiempo que apretaba el botón de emergencia.
Lagrimas gruesas caían por mi rostro, mientras desesperadamente trataba de aislar en zumbido que tenía en los oídos para escuchar lo que PETER trataba con tanto ahincó de decirme. Pero no podía, la posibilidad de perder a minimi no estaba en mis planes, ni ahora ni nunca.
De soslayo vi como una enfermera entraba en la habitación, PETER había parado de hablarme para decirle lo que me ocurría o eso pensaba ya que aun no entendía nada, me sentía flotar nuevamente pero esta vez sin oscuridad y sin luz segadora, solo con el temor de que pasara algo horrible.
Calcule que habían pasado unos minutos largos cuando el zumbido desapareció y la voz de la enfermera explicándole a PETER que tuvo que ponerme un calmante llego a mis oídos, sorbí extrañamente cansada, como si de los minutos anteriores habían pasado dos vidas.
- ¿estas bien?- dijo PETER percatándose de mi lucidez.
- Dime que paso- dije aun con voz llorosa.
- El impacto fue muy fuerte entre el auto y el tráiler, te trajeron aquí y tuvieron que hacerte una cesárea de emergencia- suspiro profundamente- minimi está bien, esta en observación ahora pero esta de maravilla. Casi las pierdo a ambas pero supongo que los milagros si existen.
- Dices- trague saliva- que minimi ya es una personita ¿es lo que me quieres decir?
- Quiero decir que es una de las tres personas más hermosas de esta tierra, y si, ya es oficialmente una persona.
- ¿lo prometes?- pregunte sonriendo al tiempo que sentía más lágrimas caer.
- Lo prometo more- me dio un beso fugaz en los labios y se aparto- he pasado los peores cuatro días de mi vida.
- ¿cuatro días?- pregunte asombrada.
- Cuatro interminables días- sonrió- estaba pensando mientras te veía inconsciente que aun no habíamos decidido el nombre para nuestra pequeña.
- Es cierto, dijimos que lo haríamos en el noveno mes- recordé- lo haré después de verla.
- No te puedes levantar hasta que el médico lo autorice- dijo frunciendo el ceño
- Pues tráelo para que lo haga, si no quieres ver como lo hago por mi cuenta y voy a ver a mi hija.
- No te muevas- me miro entornando los ojos- llegare en unos minutos.
Con un poco de esfuerzo logre incorporarme un poco en la cama, por lo menos ahora podía verme la sabana que cubría mis piernas, mire alrededor una parte para reconocer el lugar y la otra para preguntarme si no había estado en esta antes, con lo tanto que veníamos no era una idea descabellada.
PETER volvió junto a un doctor de algunos 50 años, tenía unas ojeras horribles y su cabello canoso y desaliñado proclamaba que la noche anterior no fue la mejor de su vida. En cuanto llego y después de saludarme se puso a mirar las maquinas de la que estaba conectada y escribía en el de por sí ya gran historial clínico.
Mire mi mano cuando sentí los dedos de mi inútil personar entrelazarse con los míos, levante la mirada y le sonreí un poco, gesto que a el no le paso desapercibido, el brillo de sus hermosos ojos me lo había confirmado.
- Muy bien señorita- dijo el doctor sacándome de mis ensoñaciones- creo que todo está bien, pero de igual forma tendremos que hacer algunas pruebas para confirmarlo.
- ¿podría ser después de ver a mi pequeña?- pregunte esperanzada.
- Lo prudente es que esperemos los resultados antes- contesto él.
- ¿prudente?- resople- ¿está seguro que ahora me siento una persona prudente?
- Lo siento señorita, pero es el protocolo.
- No quiero protocolos doctor- dije fulminándolo con la mirada- quiero a mi hija, quiero ver por mi misma que está bien aunque sea nacida de siete meses, creo que eso si es lo prudente.
- Hagamos esto- intervino PETER- porque no te hacen los exámenes y vamos a ver a la niña, así cuando vuelvas aquí estén los resultados.
- Bien- dije exasperada- puedo con eso ¿y usted doctor?
- Estoy de acuerdo- contesto aliviado- enviare a las enfermeras.
Lo fulmine con la mirada mientras caminaba hacia la puerta, seguí haciéndolo hasta que la cara de PETER apareció en mi vista. Entrometido.
- Solo hace su trabajo- dijo suavemente.
- Qué demonios me importa el trabajo- resople- quiero a mis hijos, quiero ver al enano también.
- A ese lo veras mañana- sonrió- sé que me preguntaste hace un rato por él, está bien, mi madre fue por el al colegio y esta con ella desde entonces, aunque no para de preguntar por ti.
- Es un amor- suspire- ¿y tu como estas? Te ves mal.
- Ahora estoy muy bien- suspiro igual- no sé que hubiese hecho si les hubiera pasado algo.
- Pero nada paso- intente devolverle el brillo a sus hermosos ojos- pero quiero que me digas algo.
- Dime- dijo interesado.
- ¿Es que me veo tan mal para que aun no me hayas dado un beso en condiciones?
- Solo te daba tiempo a recuperarte.
- Al demonio con la recuperación- dije intentando seducirlo.
Y funciono, de maravilla funciono, al momento en que termine de hablar se abalanzo buscando mi boca y me beso suavemente para no lastimarme, porque en mis intentos de hacerme la dura para ver a mi minimi estaba pasando por alto todos y cada uno de los dolores que me recorrían el cuerpo.
Pero esto era lo que necesitaba. Un suave, dulce y delicioso beso de mi encantador inútil, tenía muchos motivos para agradecer al cielo. Cuando nos separamos no pude evitar suspirar de amor. Este hombre me hacia hacer cosas impensables.
- Respondiendo a tu pregunta correctamente- dijo mientras me acariciaba la mejilla con sus dedos, a pesar de que te falte un diente y tengas un ojo chueco sigues siendo hermosa.
- Rezo para que te equivoques- dije sonriendo, me había dado cuenta de que si me reía el dolor se haría peor- porque tendrías muchos problemas de ser así.
En vez de contestarme se rio y volvió a besarme, con esto podrían curarme yo no tenía ningún problema.
- Disculpen- dijo una enfermera entrando en la habitación- vengo para revisarla.
- Mientras más rápido mejor- dije volviendo a sonreírle a PETER.
- Señor debe salir para que podamos proceder- dijo la segunda enfermera, esta, contraria a su compañera era morena y con rizos negros muy oscuros- política del hospital.
- Está bien- resoplo y volvió a acercarse a mi- estaré justo detrás de la puerta, te amo.
- Si pasa algo grito, también te amo moii.
La revisión fue maravillosamente rápida, mientras revisaban monitores, los moretones de mis piernas y cuerpo, me extraían sangre y todo lo demás, me hablaban de lo grandioso que era PETER y de todo lo que había hecho en estos días, contándome que solo se despegaba de mi para ver a la niña un rato. Yo solo pude contestarles diciéndoles que él era un amor de persona.
PETER me apretó levemente el hombro, mientras se agachaba a susurrarme que me calmara que todo saldría bien, me tranquilizó un poco, pero algo era algo ¿no? Iba en una silla de ruedas, aunque mi recuperación al parecer era buena, mis piernas aun no eran lo suficiente buenas para llegar al ala de maternidad.
Me sentía igual o más nerviosa que cuando fuimos a conocer a SANTI, para cuando llegamos a donde se encontraba minimi mis dedos dolían de tanto retorcerlos en mi bata de hospital.
Jadee cuando llegamos hasta ella, me levante de la silla y agarrada de PETER me acerque un poco a ella. Me coloque los guantes de látex lentamente mientras la veía dormida. Me colocaron una mascarilla, pues aun era muy vulnerable y había que evitar que se le pegara cualquier virus.
Me sentí completamente feliz cuando el toque, fue impresionante la sensación de sus pequeños deditos en mi mano, hubiese matado por tomarla en brazos pero no podía, dentro de tres días más si, cuando ya no necesitara estar ahí.
Tenía el cabello oscuro y sus mejillas sonrosadas eran adorables, se parecía mucho a Gabriel y por tanto, se parecía mucho a PETER. La acaricie largo y tendido hasta que ella respiro hondo y lenta, muy lentamente abrió sus ojos. Era perfecta, más que eso ella era deslumbrante, tenía unos ojos grandes y preciosos.
Las lágrimas corrieron como si de un plan se tratara, conocía esos ojos, los vi gran parte de mi vida y los volvía a ver otra vez, en mi pequeña. Eran oscuros, negros y profundos con un aro azul igual al color de los de su padre, pero aun así el negro de ellos predominaba. Eran exactamente igual que los de mi abuela, ALLEGRIA, la mujer que tanto significo en mi vida.
PETER me abrazo cuando mis lágrimas silenciosas se convirtieron en sollozos, no trato de tranquilizarme hablándome, pero con su tacto y con sus besos fugaces en mi cabeza lo logro, después de un tiempo.
- Dijiste que cuando la vieras sabrías como se llamaría- dijo el suavemente.
- Así es y ya lo tengo- dije volviéndome a mirarla, aunque ya había cerrado los ojos nuevamente.
- ¿y cuál es?- pregunto impaciente.
- ALLEGRA, por sus ojos.
- ¿tu abuela?- no pude más que asentir- para mi es perfecto.
- Gracias PETER.
- Gracias a ti more, por recomponer mi vida y darme una hermosa familia.
No tengo una maldita idea de cómo rayos llegue al hospital, de cómo me arrastraron a la sala de espera por tratar de entrar en intensivos sin permiso, ni siquiera de cómo estaba en los brazos de MARIA la amiga de LALI. Solo sabía que a medida que pasaba el tiempo sentía como me perdía un poco más.
En el transcurso de la tarde las personas más cercanas a nosotros habían empezado a llegar con rostros llorosos y tristes. Odiaba esta situación, se veían como se verían en un funeral y esto no lo era.
Maldita sea, LALI y mi niña estaban bien.
Debían estarlo, si no, no sabía que haría con mi vida.
El tiempo había pasado malditamente lento y no encontraba que hacer, pase de estar sentado removiendo me inquieto a levantarme y caminar por toda la sala, había desistido de preguntar las enfermeras pues, ella tenían menos ideas que yo sobre el estado de mis mujeres y no hacia más que causarme sufrimiento con cada intento. Era casi media noche cuando un doctor de algunos cincuenta años apareció buscando a los familiares de mi LALI.
- Es mi mujer- dije sin dudar, aunque ver al doctor realmente tan agotado como parecía no hacia más que incrementar mi miedo- ¿Qué pasa con ellas?
- Al parecer el impacto del coche fue muy fuerte por lo que hemos tenido algunos problemas- dijo rápidamente el doctor- pero ya hemos podido estabilizarla.
- ¿eso significa que están bien?- pregunte esperanzado.
- Eso significa muchas cosas más- dijo el doctor mirándome fijamente- si es tan amable de seguirme podre llevarla con ella y de paso le explicaría lo ocurrido.
Eche un vistazo a la sala, todos estaban atentos a la charla que mantenía con el doctor, mi padre tenía el brazo en un hombro de mi madre y no pude evitar lanzarles una pequeña sonrisa. Salí de la sala siguiendo al doctor por un pasillo descolorido y con un fuerte olor a lejía, pero nada de eso me importaba, en estos momentos solo quería tener a LALI en mis brazos.
LALI
Me sentía en una nube, la oscuridad era tal que no podía ver nada a mi alrededor, hasta que me di cuenta que tenía los ojos cerrados, tratar de abrirlos fue más difícil que correr los diez kilómetros de maratón; cuando por fin pude hacerlo, me hubiese dado lo mismo no haberlo hecho.
La oscuridad fue remplazada por una intensa luz blanca, que me cegaba, parpadee varias veces sin poder acostumbrarme a ella hasta que deje de intentarlo y volví a cerrar los ojos.
- Apaguen esa maldita luz- creí decirlo en voz alta, pero las palabras solo resonaron en mi cabeza.
En ese momento me asuste, volví a abrir los ojos e intente vocalizar nuevamente, en vano. No tenía fuerzas para levantar los brazos y empecé a horrorizarme y lo único que sentí fue una lágrima caliente deslizarse por mi mejilla.
Esforzándome pude hacer que de mi garganta brotara una especie de graznido poco audible, pero lo suficiente para que alguien a mi lado se percatara de mi presencia, solo veía su silueta borrosa, mi vista aun irritada por la luz blanca no me dejaba enfocarme en su rostro, ni en escuchar la lo que decía. Después de lo que creí unos segundos, escuche la voz de PETER diciéndome que estaría bien y lo mucho que me amaba, pero cuando intente responderle la oscuridad volvió a cernirse sobre mí.
PETER
- Deberías irte a descansar, hijo- dijo mi madre por tercera vez en lo que llevaba en la habitación de LALI- llevas tres días sin salir de esta habitación.
- No me iré hasta que ella no esté lista para salir de aquí- conteste cortante.
- Sabes que aun pueden pasar algunos días más hasta que esté lista para despertar por completo- me coloco un brazo en el hombro, comprendía a Elizabeth, pero no podía dejarla ni un instante- por lo menos ve a casa, dúchate mejor y aféitate, eres demasiado guapo hijo, no prives los ojos de LALI de tu hermoso rostro.
- Lo haré de un momento a otro- suspire- ¿Cómo se porta SANTINO?
- Es un ángel- contesto ella sonriendo- para ser tan pequeño es un niño muy inteligente y no miento al decirte que está muy preocupado por ustedes, teme que a ella le pase lo mismo que a su primera mama.
- Lo llamare esta tarde, me imagino como deberá sentirse, es un niño muy inteligente es cierto.
Las visitas eran constantes, amigos, familiares y algunas personas de confianza de la empresa, no fue fácil, pero con ayuda de mi padre y de MERY convencimos a NICO y EUGE de que no suspendieran su luna de miel. Aun así dos días después del accidente se presentaron aquí.
Después de que pasaron a LALI a una habitación normal, luego de estar un día y medio en una sala de observación he tratado de estar lo más cerca de ella posible, entre todos han tratado de sacarme y enviarme a casa, pero no han podido, al parecer si es verdad que soy una persona irracional. Por lo menos cuando se trata de mi familia así es.
Iba evolucionando de maravilla, aunque aun no despertaba de su coma inducido, despertaba algunas veces pero para que sus lecciones nada graves en la cabeza se reestructuraran eficazmente fue necesario dormirla. Y de qué manera.
Soñaba con el momento en que ella abriera los ojos y con su sonrisa volviera a insultarme.
LALI
Volvía otra vez a sentirme flotar en la oscuridad, pero esta vez, a través de ella podía escuchar el pitido de algo muy cerca a mi cabeza, respire hondo, esto no lo había podido sentir en las otras dos veces que me había pasado lo mismo.
Por la misma razón abrí los ojos otra vez, la luz blanca y cegadora volvió al ataque, pero esta vez al parpadear pude dispersarla hasta lograr enfocar la lámpara blanca que colgaba del techo.
Para no abusar de la al parecer "magnifica suerte" moví lentamente mis dedos hasta estar segura de que no era producto de mi imaginación, me di cuenta en ese instante de que estaba en el hospital.
Antes de que me preguntara lo que estúpidamente había hecho esta vez, la realidad de lo ocurrido llego a mi tan rápido que ni flash podría conmigo.
La llamada del colegio.
Llamada a PETER.
Ir en el auto a buscar a SANTI.
El tráiler descarrilándose.
Todo se volvió oscuro.
Mi corazón empezó a martillar en mi pecho, había tenido un accidente, pero la inquietud de lo que había pasado con SANTI me sobrepasaba, si yo no fui por el ¿Quién lo haría?
Quise moverme pero me dolían las piernas, me gire a la izquierda, sintiendo un fuerte dolor en el cuello, pero eso no me limito, vi mi brazo izquierdo escayolado y no pude evitar resoplar ante la situación. Volví a girar la cabeza y esta vez, logre ver mucho más que unos moratones que ya se iban borrando de mi brazo. Vi a PETER durmiendo.
Se veía horrible, llevaba la misma ropa de la mañana o quién sabe, de seguro ya habían pasado días por como él se veía. Tenía más que una sombra de barba y su cabello revuelto. Sin mencionar la mala posición de estar durmiendo en una silla de hospital.
Se veía que necesitaba dormir, pero tenía la necesidad de preguntarle sobre lo ocurrido conmigo y con SANTI, después, le dejaba la cama si quería. Por lo que sutilmente lo desperté.
- Despierta inútil- mi intento de gritarle quedo reducido a murmullo de borracha a las 4:00 am- que despiertes.
- ¿LALI?- su vista rápidamente voló hacia mí y todo rastro de sueño desapareció de su rostro- ¿LALI? Amor, por Dios has despertado ¿Cómo te sientes?
- Como una idiota- lloriquee- necesito que me digas que paso con mi niño.
- ¿minimi?- pregunto y en ese momento me di cuenta de que ni siquiera hubiese pensado en la posibilidad de que a ella le hubiese pasado algo.
El miedo llego a mi cuerpo con un temblor escalofriante, lleve mi mano no enyesada a mi vientre y note que había disminuido "no puede ser" pensé, no puede disminuir nada si aun minimi no ha nacido, al contrario cada día crecía mas y mas. Intente incorporarme pero el dolor que implico mi pequeño esfuerzo fue horrible, grite de dolor mientras PETER trataba de calmarme al tiempo que apretaba el botón de emergencia.
Lagrimas gruesas caían por mi rostro, mientras desesperadamente trataba de aislar en zumbido que tenía en los oídos para escuchar lo que PETER trataba con tanto ahincó de decirme. Pero no podía, la posibilidad de perder a minimi no estaba en mis planes, ni ahora ni nunca.
De soslayo vi como una enfermera entraba en la habitación, PETER había parado de hablarme para decirle lo que me ocurría o eso pensaba ya que aun no entendía nada, me sentía flotar nuevamente pero esta vez sin oscuridad y sin luz segadora, solo con el temor de que pasara algo horrible.
Calcule que habían pasado unos minutos largos cuando el zumbido desapareció y la voz de la enfermera explicándole a PETER que tuvo que ponerme un calmante llego a mis oídos, sorbí extrañamente cansada, como si de los minutos anteriores habían pasado dos vidas.
- ¿estas bien?- dijo PETER percatándose de mi lucidez.
- Dime que paso- dije aun con voz llorosa.
- El impacto fue muy fuerte entre el auto y el tráiler, te trajeron aquí y tuvieron que hacerte una cesárea de emergencia- suspiro profundamente- minimi está bien, esta en observación ahora pero esta de maravilla. Casi las pierdo a ambas pero supongo que los milagros si existen.
- Dices- trague saliva- que minimi ya es una personita ¿es lo que me quieres decir?
- Quiero decir que es una de las tres personas más hermosas de esta tierra, y si, ya es oficialmente una persona.
- ¿lo prometes?- pregunte sonriendo al tiempo que sentía más lágrimas caer.
- Lo prometo more- me dio un beso fugaz en los labios y se aparto- he pasado los peores cuatro días de mi vida.
- ¿cuatro días?- pregunte asombrada.
- Cuatro interminables días- sonrió- estaba pensando mientras te veía inconsciente que aun no habíamos decidido el nombre para nuestra pequeña.
- Es cierto, dijimos que lo haríamos en el noveno mes- recordé- lo haré después de verla.
- No te puedes levantar hasta que el médico lo autorice- dijo frunciendo el ceño
- Pues tráelo para que lo haga, si no quieres ver como lo hago por mi cuenta y voy a ver a mi hija.
- No te muevas- me miro entornando los ojos- llegare en unos minutos.
Con un poco de esfuerzo logre incorporarme un poco en la cama, por lo menos ahora podía verme la sabana que cubría mis piernas, mire alrededor una parte para reconocer el lugar y la otra para preguntarme si no había estado en esta antes, con lo tanto que veníamos no era una idea descabellada.
PETER volvió junto a un doctor de algunos 50 años, tenía unas ojeras horribles y su cabello canoso y desaliñado proclamaba que la noche anterior no fue la mejor de su vida. En cuanto llego y después de saludarme se puso a mirar las maquinas de la que estaba conectada y escribía en el de por sí ya gran historial clínico.
Mire mi mano cuando sentí los dedos de mi inútil personar entrelazarse con los míos, levante la mirada y le sonreí un poco, gesto que a el no le paso desapercibido, el brillo de sus hermosos ojos me lo había confirmado.
- Muy bien señorita- dijo el doctor sacándome de mis ensoñaciones- creo que todo está bien, pero de igual forma tendremos que hacer algunas pruebas para confirmarlo.
- ¿podría ser después de ver a mi pequeña?- pregunte esperanzada.
- Lo prudente es que esperemos los resultados antes- contesto él.
- ¿prudente?- resople- ¿está seguro que ahora me siento una persona prudente?
- Lo siento señorita, pero es el protocolo.
- No quiero protocolos doctor- dije fulminándolo con la mirada- quiero a mi hija, quiero ver por mi misma que está bien aunque sea nacida de siete meses, creo que eso si es lo prudente.
- Hagamos esto- intervino PETER- porque no te hacen los exámenes y vamos a ver a la niña, así cuando vuelvas aquí estén los resultados.
- Bien- dije exasperada- puedo con eso ¿y usted doctor?
- Estoy de acuerdo- contesto aliviado- enviare a las enfermeras.
Lo fulmine con la mirada mientras caminaba hacia la puerta, seguí haciéndolo hasta que la cara de PETER apareció en mi vista. Entrometido.
- Solo hace su trabajo- dijo suavemente.
- Qué demonios me importa el trabajo- resople- quiero a mis hijos, quiero ver al enano también.
- A ese lo veras mañana- sonrió- sé que me preguntaste hace un rato por él, está bien, mi madre fue por el al colegio y esta con ella desde entonces, aunque no para de preguntar por ti.
- Es un amor- suspire- ¿y tu como estas? Te ves mal.
- Ahora estoy muy bien- suspiro igual- no sé que hubiese hecho si les hubiera pasado algo.
- Pero nada paso- intente devolverle el brillo a sus hermosos ojos- pero quiero que me digas algo.
- Dime- dijo interesado.
- ¿Es que me veo tan mal para que aun no me hayas dado un beso en condiciones?
- Solo te daba tiempo a recuperarte.
- Al demonio con la recuperación- dije intentando seducirlo.
Y funciono, de maravilla funciono, al momento en que termine de hablar se abalanzo buscando mi boca y me beso suavemente para no lastimarme, porque en mis intentos de hacerme la dura para ver a mi minimi estaba pasando por alto todos y cada uno de los dolores que me recorrían el cuerpo.
Pero esto era lo que necesitaba. Un suave, dulce y delicioso beso de mi encantador inútil, tenía muchos motivos para agradecer al cielo. Cuando nos separamos no pude evitar suspirar de amor. Este hombre me hacia hacer cosas impensables.
- Respondiendo a tu pregunta correctamente- dijo mientras me acariciaba la mejilla con sus dedos, a pesar de que te falte un diente y tengas un ojo chueco sigues siendo hermosa.
- Rezo para que te equivoques- dije sonriendo, me había dado cuenta de que si me reía el dolor se haría peor- porque tendrías muchos problemas de ser así.
En vez de contestarme se rio y volvió a besarme, con esto podrían curarme yo no tenía ningún problema.
- Disculpen- dijo una enfermera entrando en la habitación- vengo para revisarla.
- Mientras más rápido mejor- dije volviendo a sonreírle a PETER.
- Señor debe salir para que podamos proceder- dijo la segunda enfermera, esta, contraria a su compañera era morena y con rizos negros muy oscuros- política del hospital.
- Está bien- resoplo y volvió a acercarse a mi- estaré justo detrás de la puerta, te amo.
- Si pasa algo grito, también te amo moii.
La revisión fue maravillosamente rápida, mientras revisaban monitores, los moretones de mis piernas y cuerpo, me extraían sangre y todo lo demás, me hablaban de lo grandioso que era PETER y de todo lo que había hecho en estos días, contándome que solo se despegaba de mi para ver a la niña un rato. Yo solo pude contestarles diciéndoles que él era un amor de persona.
PETER me apretó levemente el hombro, mientras se agachaba a susurrarme que me calmara que todo saldría bien, me tranquilizó un poco, pero algo era algo ¿no? Iba en una silla de ruedas, aunque mi recuperación al parecer era buena, mis piernas aun no eran lo suficiente buenas para llegar al ala de maternidad.
Me sentía igual o más nerviosa que cuando fuimos a conocer a SANTI, para cuando llegamos a donde se encontraba minimi mis dedos dolían de tanto retorcerlos en mi bata de hospital.
Jadee cuando llegamos hasta ella, me levante de la silla y agarrada de PETER me acerque un poco a ella. Me coloque los guantes de látex lentamente mientras la veía dormida. Me colocaron una mascarilla, pues aun era muy vulnerable y había que evitar que se le pegara cualquier virus.
Me sentí completamente feliz cuando el toque, fue impresionante la sensación de sus pequeños deditos en mi mano, hubiese matado por tomarla en brazos pero no podía, dentro de tres días más si, cuando ya no necesitara estar ahí.
Tenía el cabello oscuro y sus mejillas sonrosadas eran adorables, se parecía mucho a Gabriel y por tanto, se parecía mucho a PETER. La acaricie largo y tendido hasta que ella respiro hondo y lenta, muy lentamente abrió sus ojos. Era perfecta, más que eso ella era deslumbrante, tenía unos ojos grandes y preciosos.
Las lágrimas corrieron como si de un plan se tratara, conocía esos ojos, los vi gran parte de mi vida y los volvía a ver otra vez, en mi pequeña. Eran oscuros, negros y profundos con un aro azul igual al color de los de su padre, pero aun así el negro de ellos predominaba. Eran exactamente igual que los de mi abuela, ALLEGRIA, la mujer que tanto significo en mi vida.
PETER me abrazo cuando mis lágrimas silenciosas se convirtieron en sollozos, no trato de tranquilizarme hablándome, pero con su tacto y con sus besos fugaces en mi cabeza lo logro, después de un tiempo.
- Dijiste que cuando la vieras sabrías como se llamaría- dijo el suavemente.
- Así es y ya lo tengo- dije volviéndome a mirarla, aunque ya había cerrado los ojos nuevamente.
- ¿y cuál es?- pregunto impaciente.
- ALLEGRA, por sus ojos.
- ¿tu abuela?- no pude más que asentir- para mi es perfecto.
- Gracias PETER.
- Gracias a ti more, por recomponer mi vida y darme una hermosa familia.
Ohhh que lindo que las dos están super bien :)
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