PETER
La peor noche de mi vida.
Cuando apareció SANTI en nuestras vidas y LALI se fue de casa, no pude dormir pero por lo menos sabia donde se encontraba y que si no hubiese sido porque entendía que debía asimilar la noticia, la hubiese ido a buscar sin problemas. Pero ahora.
Ahora no tenía idea de donde había ido, lo único que sabía era que se encontraba bien porque había hablado con Ana, pero que no iría a casa. Pase toda la noche sin ni siquiera acercarme a la cama por la frustración.
Dormir a SANTI esa noche fue peor que actividad extrema. Se sentía triste porque LALI no leería uno de sus libros para él, lo intente yo, pero simplemente no quiso y para marcar su punto se cubrió la cara con una almohada y empezó a gritar.
Por suerte en la mañana maría pudo hacerse cargo de él y yo suspirar aliviado. Desistí en llamar a LALI, pues con tantas llamadas hacia que se irritara mas y yo solo quería verla y pedirle perdón. Otra vez.
Decidí que esa mañana no iría a la oficina, no me sentía bien de ninguna manera, aun tenia problemas para ver de mejor forma lo de mi madre y en buscar una forma de que LALI me perdonara, cosa que iba siendo difícil.
- ¿PETER?- dijo susan al contestar animada
- Hola susan- intente igualar su tono pero me fue imposible- creo que no iré esta mañana a la oficina.
- ¿estas bien?- se intereso ella- ¿están bien los dos?
- Eso creo- suspire- me llamas por cualquier emergencia.
- Si PETER, cuídate por favor.
- Si mama- bromee.
Me quede en la habitación un rato mas, sin saber en que ocupar el tiempo, la vida sin ella se tornaba difícil.
- ¿Señor PETER?- llamo maría desde el otro lado.
- ¿pasa algo?- dije esperanzado.
- Hay alguien que desea verlo- dijo apresuradamente mientras yo abría la puerta.
- ¿Quién es?- repuse- no tengo ánimos para visitas.
- Lo siento señor no dijo su nombre, pero me pidió que le dijera que se trataba de LALI.
No pude evitar maldecir, lo que sorprendió mucho a maría, muy raro lo hacía y nunca delante de ella , le sonreí para tranquilizarla y baje rápidamente las escaleras para encontrarme en la puerta con la última persona que deseaba ver. Bonito día que iba siendo.
POLI
Trataba con todas mis ansias de no llevarle la contraria a la enana, sabia lo mucho que odiaba que la decepcionasen y yo trataba a toda costa de ayudarla mientras podía, Que conste que decidí ir a las once de la mañana para no encontrarlo, tratando a toda costa de seguir lo que LALI me había dicho. Pero esta ocasión no iba por ahí.
Cuando la señora maría me informo de que PETER se encontraba en casa no pude evitar dejar pasar la ocasión, mi promesa de que no pasaría nada que le había hecho a LALI seguía en pie, pero hablar no le haría daño a nadie.
Ver a PETER con un aspecto tan vulnerable no estaba en mis planes, por eso borre desde que lo vi mi sonrisa de suficiencia, era el hombre que LALI amaba por lo tanto debía llevarme por lo menos bien con él.
- No estás en tus mejores momentos- dije a modo de saludo.
- He tenido mejores días- dijo- ¿Cómo esta?
- Yo muy bien- bromee- LALI también, pero tiene el mismo asqueroso aspecto que tu.
- ¿eso debería alegrarme?- pregunto el burlón
- Como quieras- le reste importancia- te preguntaras porque estoy aquí.
- Me imagino que para arreglar las cosas, recuerdo que decías que no dejarías pasar una.
- Así es- convine- pero le prometí a la enana que no haría nada y cumplo mis promesas. Estoy aquí para buscarle algunas cosas.
- ¿Qué?- pregunto sorprendido- entendí lo que quisiste decir, pero ella ¿piensa quedarse mucho tiempo escondida?
- No está escondida- reí- está en mi casa y al parecer aun su orgullo no se recupera.
- Necesito verla- sus ojos denotaban sinceridad y angustia, este sí que la pasaba mal- por favor dime donde está.
- Me mataría y aun no tengo a quien dejarle mis bienes, debes darle tiempo, no es como que ella este muy contenta con lo pasado.
- Lo sé, pero es muy difícil sin ella- admitió- LALI sabe que no estaba bien cuando dije esas cosas.
- Lo sabemos, pero no por eso las palabras dejan de doler.
- Necesito hablar con ella, necesito escuchar su voz.
- Intentare persuadirla pero no te prometo nada- suspire- no eres la mejor persona del mundo, pero al parecer eres perfecto para ella, solo necesita recuperar su orgullo, estará bien. Tengo que irme ya, vuelo en un par de horas ¿me podrías dar algo para llevarle?
- Este bien- suspiro él con tristeza- pero solo cosas para hoy, no dejare que se quede mucho más tiempo. Moveré cielo y tierra si es necesario para buscarla.
- Eso espero.
Me sorprendió la rapidez con la que hizo las cosas, en cinco minutos bajaba nuevamente las escaleras con uno de los bolsos de LALI. Al entregármelo titubeo un poco pero al final cedió, el sabía que era lo mejor y eso me hacia comprenderlo un poco más.
LALI
Reí a carcajadas cuando vi el pequeño bolso que POLI me traía. Al parecer mis ruegos no fueron escuchados y POLI logro su cometido. Encontrarse con PETER.
Lo mire de todas formas, buscando algún indicio para saber si algo había pasado, pero suspire a liviada al ver que no tenía ni un rasguño. Su linda y suave piel seguía igual que esta mañana.
- Algo que me quieras contar- dije mientras sacaba el único cambio de ropa que había traído.
- Al aparecer tu querido amor no había salido al trabajo- dijo en tono burlón- me lo encontré casualmente en su casa.
- ¿y?
- Nada- se apresuro a decir- solo le dije que te diera espacio y estuvo de acuerdo.
- ¿así sin más?- el bobo asintió- ¿estas seguro?
- Que si pesada- resoplo- ¿Qué te hace dudar de mi palabra?
- No es eso more. Es que me extraña que actuara de esa forma. Me esperaba peleas y gritos.
- Ganas no faltaron more. Por lo menos de mi parte.
- POLI...
- No paso nada- suspiro- lamento dejarte pero ya es tarde y tengo que tomar un avión.
- No tenias que haber venido precioso- dije abrazándolo- con una llamada hubiese sido suficiente.
- Necesitaba ver el asco que estas hecha- sonrió
- Bastardo
- Hororosa
- Inútil
- Reina del drama
- Idiota
- Te quiero
- Igual yo POLI, déjame acompañarte al aeropuerto
- No es necesario. Podrías cansarte.
- No soy tan vieja- dramatice- llevo todo el día sin salir. Por favor.
- Está bien. muévete.
Cuando llegamos al aeropuerto me arrepentí de haber ido, odiaba las despedidas. Como era de esperar en mi estado hormonal y de sensibilidad aguda, añadiéndole el hecho de estar triste por lo de PETER hice un drama de lo más conmovedor, o eso creía.
Llore como loca, como llevaba tiempo haciéndolo, un lindo chico hasta me ayudo a encontrar un lugar donde sentarme y me regalo su botella de agua, aun habían personas buenas en el mundo. Obviamente la mayor parte del drama lo hice cuando ya POLI se había ido. Sabía que si me desacataba así delante de él se atrevía a perder el vuelo y ya demasiado hacia el por mí.
Necesitaba una novia. Pronto.
Me encargaría de eso más adelante.
Cuando ya estuve más tranquila y me había cansado de restregarme contra el torso desgraciadamente bien cubierto del chico, que se llamaba lían y que estaba para morirse decidí tomar el camino a casa, ya iba siendo hora, antes de que empezara otra vez.
PETER
Pase todo el día en casa, esperando la bendita llamada que nunca llegaba, no soportaba tanta espera por lo que decidí ocupar mi tiempo en algo productivo o por lo menos mejor que estar el día en casa.
Visite a MARIANO, a mi hermano en su departamento y por ultimo decidí ir yo en busca de SANTI al colegio. Las palabras de LALI me llegaron a la mente mientras lo veía de la mano de una pequeña niña de cabello rubio, está enamorado había dicho. Pero con todo no le había prestado atención.
Caminaron juntos a mi encuentro, no tuve ni siquiera que forzar la sonrisa como lo había hecho en todo el día. Corrieron y me sorprendí levantándolos a ambos del suelo para abrazarlos, al momento una señora que supuse era su madre llego a nuestro encuentro y no dejaba de sonreír.
Me imagine estar así con PETER y la pequeña minimi un día de escuela.
Tenía que solucionar mis problemas cuanto antes.
De camino a casa supe todo del nuevo amor de mi hijo, desde que era mejor con las vocales hasta su color favorito, tenía un conejito violeta con el que dormía y jugaba en su casa de muñecas. Esperaba no hablar así de LALI a las otras personas.
Nos detuvimos en un semáforo en rojo, recosté mi cabeza contra el respaldo mientras trataba de no pensar en que estaría haciendo LALI en estos momentos, eso hasta que la estridente voz de SANTI me saco de mis pensamientos.
- ¡mami! ¡mami!- gritaba con alegría
- ¿Qué pasa ahora?- dije girándome a verlo
- ¡mami! – continuo y señalo con su pequeño índice- ¡ahí esta!
Seguí la dirección en que apuntaba y era cierto, a dos coches del nuestro estaba ella, en su estúpido auto viejo que tanto deseaba borrar del mapa. Estaba cantando, pero desde la distancia se veía que era una de esa corta venas que tanto le gustaban.
Mi corazón dio un vuelco al ver como se recostaba del volante limpiándose las lágrimas que corrían por su rostro. No podía sentirme peor.
El semáforo cambio y tome una decisión, la seguiría. Las cosas se mejorarían o pondrían peor pero lo harían hoy. Quisiera ella o no.
La seguí a una distancia considerable por algunos quince minutos, se dirigía a una parte de la ciudad muy conocida por sus grandes apartamentos de lujos y estilo moderno, tenía algunos amigos por aquí.
Entro en un parqueo subterráneo de un bloque de esos departamentos. Seguro era de su amiguito que tanto me irritaba con toda su arrogancia de estar siempre con LALI. Pero debía de soportarlo si quería que ella estuviera bien conmigo.
Aparque en la acera un bloque antes del de ella. Espere algunos minutos y con Gabriel camine hasta el edificio. En la recepción había un chico de algunos veinte años jugando con el ordenador tan concentrado que tuve que tocarlo para que me prestara atención.
- ¿en qué puedo ayudarle?- pregunto nervioso
- Estoy buscando el departamento de PABLO MARTINEZ
- El señor MARTINEZ ya se ha ido ¿quiere dejar algún mensaje?
- Sé que ya se ha ido, pero la señorita ESPOSITO está ahí.
- Así es señor, pero...- no lo deje continuar.
- ¿me podrías decir el número de piso, por favor?
- No estoy autorizado para...
- Si lo estas, no me hagas llamar a PABLO y que él se moleste, odia que hagan a su sobrino esperar- dije señalando a SANTI que estaba de lo más entretenido mirando a su alrededor.
- Llamare para informarle sobre...
- No- lo detuve- es una sorpresa.
Después de pensarlo mucho decidió darme la dirección, al entrar al elevador suspire aliviado, ya estaba pensando sobornarlo.
Nos detuvimos en su planta y camine hasta una puerta de madera oscura. Respire profundo varias veces antes de tocar. Al principio no escuche nada, por lo que pensé que me había equivocado de piso, pero después de unos segundos la escuche maldecir mientras se acercaba a la puerta sonreí involuntariamente mientras mis nervios aumentaban.
Sonrisa que desapareció al momento al que abrió la puerta, se veía mal, estaba vestida con cosas de PABLO, aun tenía las marcas de las lágrimas en sus mejillas. No creí estar peor, pero vi que era posible.
SANTI, en vez de fijarse en eso se soltó de mi agarre y se apresuro a abrazar sus piernas, ella con un poco de esfuerzo lo levanto para abrazarlo también.
- ¿Cómo estas precioso?
- Bien- dijo el sonriendo- no leíste anoche
- Lo sé amor- sonrió aunque con tristeza- y lo siento
- Está bien mami.
Ella sonreía mientras él la abrazaba, lo hacía hasta que se fijo en mí. Su sonrisa desapareció al instante, entrecerró sus ojos dejando dos finas líneas para mirar, era cómico, pero si me reía me tocaría mas aun.
Hablando del colegio con el niño entro en el departamento dejándome ahí parado, me apresure a cerrar la puerta y seguirlos, me mantuve en silencio todo el trayecto, pensando en lo difícil que esto seria. Porque de verdad lo seria.
La peor noche de mi vida.
Cuando apareció SANTI en nuestras vidas y LALI se fue de casa, no pude dormir pero por lo menos sabia donde se encontraba y que si no hubiese sido porque entendía que debía asimilar la noticia, la hubiese ido a buscar sin problemas. Pero ahora.
Ahora no tenía idea de donde había ido, lo único que sabía era que se encontraba bien porque había hablado con Ana, pero que no iría a casa. Pase toda la noche sin ni siquiera acercarme a la cama por la frustración.
Dormir a SANTI esa noche fue peor que actividad extrema. Se sentía triste porque LALI no leería uno de sus libros para él, lo intente yo, pero simplemente no quiso y para marcar su punto se cubrió la cara con una almohada y empezó a gritar.
Por suerte en la mañana maría pudo hacerse cargo de él y yo suspirar aliviado. Desistí en llamar a LALI, pues con tantas llamadas hacia que se irritara mas y yo solo quería verla y pedirle perdón. Otra vez.
Decidí que esa mañana no iría a la oficina, no me sentía bien de ninguna manera, aun tenia problemas para ver de mejor forma lo de mi madre y en buscar una forma de que LALI me perdonara, cosa que iba siendo difícil.
- ¿PETER?- dijo susan al contestar animada
- Hola susan- intente igualar su tono pero me fue imposible- creo que no iré esta mañana a la oficina.
- ¿estas bien?- se intereso ella- ¿están bien los dos?
- Eso creo- suspire- me llamas por cualquier emergencia.
- Si PETER, cuídate por favor.
- Si mama- bromee.
Me quede en la habitación un rato mas, sin saber en que ocupar el tiempo, la vida sin ella se tornaba difícil.
- ¿Señor PETER?- llamo maría desde el otro lado.
- ¿pasa algo?- dije esperanzado.
- Hay alguien que desea verlo- dijo apresuradamente mientras yo abría la puerta.
- ¿Quién es?- repuse- no tengo ánimos para visitas.
- Lo siento señor no dijo su nombre, pero me pidió que le dijera que se trataba de LALI.
No pude evitar maldecir, lo que sorprendió mucho a maría, muy raro lo hacía y nunca delante de ella , le sonreí para tranquilizarla y baje rápidamente las escaleras para encontrarme en la puerta con la última persona que deseaba ver. Bonito día que iba siendo.
POLI
Trataba con todas mis ansias de no llevarle la contraria a la enana, sabia lo mucho que odiaba que la decepcionasen y yo trataba a toda costa de ayudarla mientras podía, Que conste que decidí ir a las once de la mañana para no encontrarlo, tratando a toda costa de seguir lo que LALI me había dicho. Pero esta ocasión no iba por ahí.
Cuando la señora maría me informo de que PETER se encontraba en casa no pude evitar dejar pasar la ocasión, mi promesa de que no pasaría nada que le había hecho a LALI seguía en pie, pero hablar no le haría daño a nadie.
Ver a PETER con un aspecto tan vulnerable no estaba en mis planes, por eso borre desde que lo vi mi sonrisa de suficiencia, era el hombre que LALI amaba por lo tanto debía llevarme por lo menos bien con él.
- No estás en tus mejores momentos- dije a modo de saludo.
- He tenido mejores días- dijo- ¿Cómo esta?
- Yo muy bien- bromee- LALI también, pero tiene el mismo asqueroso aspecto que tu.
- ¿eso debería alegrarme?- pregunto el burlón
- Como quieras- le reste importancia- te preguntaras porque estoy aquí.
- Me imagino que para arreglar las cosas, recuerdo que decías que no dejarías pasar una.
- Así es- convine- pero le prometí a la enana que no haría nada y cumplo mis promesas. Estoy aquí para buscarle algunas cosas.
- ¿Qué?- pregunto sorprendido- entendí lo que quisiste decir, pero ella ¿piensa quedarse mucho tiempo escondida?
- No está escondida- reí- está en mi casa y al parecer aun su orgullo no se recupera.
- Necesito verla- sus ojos denotaban sinceridad y angustia, este sí que la pasaba mal- por favor dime donde está.
- Me mataría y aun no tengo a quien dejarle mis bienes, debes darle tiempo, no es como que ella este muy contenta con lo pasado.
- Lo sé, pero es muy difícil sin ella- admitió- LALI sabe que no estaba bien cuando dije esas cosas.
- Lo sabemos, pero no por eso las palabras dejan de doler.
- Necesito hablar con ella, necesito escuchar su voz.
- Intentare persuadirla pero no te prometo nada- suspire- no eres la mejor persona del mundo, pero al parecer eres perfecto para ella, solo necesita recuperar su orgullo, estará bien. Tengo que irme ya, vuelo en un par de horas ¿me podrías dar algo para llevarle?
- Este bien- suspiro él con tristeza- pero solo cosas para hoy, no dejare que se quede mucho más tiempo. Moveré cielo y tierra si es necesario para buscarla.
- Eso espero.
Me sorprendió la rapidez con la que hizo las cosas, en cinco minutos bajaba nuevamente las escaleras con uno de los bolsos de LALI. Al entregármelo titubeo un poco pero al final cedió, el sabía que era lo mejor y eso me hacia comprenderlo un poco más.
LALI
Reí a carcajadas cuando vi el pequeño bolso que POLI me traía. Al parecer mis ruegos no fueron escuchados y POLI logro su cometido. Encontrarse con PETER.
Lo mire de todas formas, buscando algún indicio para saber si algo había pasado, pero suspire a liviada al ver que no tenía ni un rasguño. Su linda y suave piel seguía igual que esta mañana.
- Algo que me quieras contar- dije mientras sacaba el único cambio de ropa que había traído.
- Al aparecer tu querido amor no había salido al trabajo- dijo en tono burlón- me lo encontré casualmente en su casa.
- ¿y?
- Nada- se apresuro a decir- solo le dije que te diera espacio y estuvo de acuerdo.
- ¿así sin más?- el bobo asintió- ¿estas seguro?
- Que si pesada- resoplo- ¿Qué te hace dudar de mi palabra?
- No es eso more. Es que me extraña que actuara de esa forma. Me esperaba peleas y gritos.
- Ganas no faltaron more. Por lo menos de mi parte.
- POLI...
- No paso nada- suspiro- lamento dejarte pero ya es tarde y tengo que tomar un avión.
- No tenias que haber venido precioso- dije abrazándolo- con una llamada hubiese sido suficiente.
- Necesitaba ver el asco que estas hecha- sonrió
- Bastardo
- Hororosa
- Inútil
- Reina del drama
- Idiota
- Te quiero
- Igual yo POLI, déjame acompañarte al aeropuerto
- No es necesario. Podrías cansarte.
- No soy tan vieja- dramatice- llevo todo el día sin salir. Por favor.
- Está bien. muévete.
Cuando llegamos al aeropuerto me arrepentí de haber ido, odiaba las despedidas. Como era de esperar en mi estado hormonal y de sensibilidad aguda, añadiéndole el hecho de estar triste por lo de PETER hice un drama de lo más conmovedor, o eso creía.
Llore como loca, como llevaba tiempo haciéndolo, un lindo chico hasta me ayudo a encontrar un lugar donde sentarme y me regalo su botella de agua, aun habían personas buenas en el mundo. Obviamente la mayor parte del drama lo hice cuando ya POLI se había ido. Sabía que si me desacataba así delante de él se atrevía a perder el vuelo y ya demasiado hacia el por mí.
Necesitaba una novia. Pronto.
Me encargaría de eso más adelante.
Cuando ya estuve más tranquila y me había cansado de restregarme contra el torso desgraciadamente bien cubierto del chico, que se llamaba lían y que estaba para morirse decidí tomar el camino a casa, ya iba siendo hora, antes de que empezara otra vez.
PETER
Pase todo el día en casa, esperando la bendita llamada que nunca llegaba, no soportaba tanta espera por lo que decidí ocupar mi tiempo en algo productivo o por lo menos mejor que estar el día en casa.
Visite a MARIANO, a mi hermano en su departamento y por ultimo decidí ir yo en busca de SANTI al colegio. Las palabras de LALI me llegaron a la mente mientras lo veía de la mano de una pequeña niña de cabello rubio, está enamorado había dicho. Pero con todo no le había prestado atención.
Caminaron juntos a mi encuentro, no tuve ni siquiera que forzar la sonrisa como lo había hecho en todo el día. Corrieron y me sorprendí levantándolos a ambos del suelo para abrazarlos, al momento una señora que supuse era su madre llego a nuestro encuentro y no dejaba de sonreír.
Me imagine estar así con PETER y la pequeña minimi un día de escuela.
Tenía que solucionar mis problemas cuanto antes.
De camino a casa supe todo del nuevo amor de mi hijo, desde que era mejor con las vocales hasta su color favorito, tenía un conejito violeta con el que dormía y jugaba en su casa de muñecas. Esperaba no hablar así de LALI a las otras personas.
Nos detuvimos en un semáforo en rojo, recosté mi cabeza contra el respaldo mientras trataba de no pensar en que estaría haciendo LALI en estos momentos, eso hasta que la estridente voz de SANTI me saco de mis pensamientos.
- ¡mami! ¡mami!- gritaba con alegría
- ¿Qué pasa ahora?- dije girándome a verlo
- ¡mami! – continuo y señalo con su pequeño índice- ¡ahí esta!
Seguí la dirección en que apuntaba y era cierto, a dos coches del nuestro estaba ella, en su estúpido auto viejo que tanto deseaba borrar del mapa. Estaba cantando, pero desde la distancia se veía que era una de esa corta venas que tanto le gustaban.
Mi corazón dio un vuelco al ver como se recostaba del volante limpiándose las lágrimas que corrían por su rostro. No podía sentirme peor.
El semáforo cambio y tome una decisión, la seguiría. Las cosas se mejorarían o pondrían peor pero lo harían hoy. Quisiera ella o no.
La seguí a una distancia considerable por algunos quince minutos, se dirigía a una parte de la ciudad muy conocida por sus grandes apartamentos de lujos y estilo moderno, tenía algunos amigos por aquí.
Entro en un parqueo subterráneo de un bloque de esos departamentos. Seguro era de su amiguito que tanto me irritaba con toda su arrogancia de estar siempre con LALI. Pero debía de soportarlo si quería que ella estuviera bien conmigo.
Aparque en la acera un bloque antes del de ella. Espere algunos minutos y con Gabriel camine hasta el edificio. En la recepción había un chico de algunos veinte años jugando con el ordenador tan concentrado que tuve que tocarlo para que me prestara atención.
- ¿en qué puedo ayudarle?- pregunto nervioso
- Estoy buscando el departamento de PABLO MARTINEZ
- El señor MARTINEZ ya se ha ido ¿quiere dejar algún mensaje?
- Sé que ya se ha ido, pero la señorita ESPOSITO está ahí.
- Así es señor, pero...- no lo deje continuar.
- ¿me podrías decir el número de piso, por favor?
- No estoy autorizado para...
- Si lo estas, no me hagas llamar a PABLO y que él se moleste, odia que hagan a su sobrino esperar- dije señalando a SANTI que estaba de lo más entretenido mirando a su alrededor.
- Llamare para informarle sobre...
- No- lo detuve- es una sorpresa.
Después de pensarlo mucho decidió darme la dirección, al entrar al elevador suspire aliviado, ya estaba pensando sobornarlo.
Nos detuvimos en su planta y camine hasta una puerta de madera oscura. Respire profundo varias veces antes de tocar. Al principio no escuche nada, por lo que pensé que me había equivocado de piso, pero después de unos segundos la escuche maldecir mientras se acercaba a la puerta sonreí involuntariamente mientras mis nervios aumentaban.
Sonrisa que desapareció al momento al que abrió la puerta, se veía mal, estaba vestida con cosas de PABLO, aun tenía las marcas de las lágrimas en sus mejillas. No creí estar peor, pero vi que era posible.
SANTI, en vez de fijarse en eso se soltó de mi agarre y se apresuro a abrazar sus piernas, ella con un poco de esfuerzo lo levanto para abrazarlo también.
- ¿Cómo estas precioso?
- Bien- dijo el sonriendo- no leíste anoche
- Lo sé amor- sonrió aunque con tristeza- y lo siento
- Está bien mami.
Ella sonreía mientras él la abrazaba, lo hacía hasta que se fijo en mí. Su sonrisa desapareció al instante, entrecerró sus ojos dejando dos finas líneas para mirar, era cómico, pero si me reía me tocaría mas aun.
Hablando del colegio con el niño entro en el departamento dejándome ahí parado, me apresure a cerrar la puerta y seguirlos, me mantuve en silencio todo el trayecto, pensando en lo difícil que esto seria. Porque de verdad lo seria.
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