La familia del padre de mi hijo… ¿Cómo?
GIMENA LANZANI corría de aquí para allá en su casa, ultimando los últimos detalles de la mesa. Contó la cantidad de vasos, cubiertos, servilletas y platos. Al parecer todo estaba en perfecto orden. Por alguna extraña razón se sentía realmente nerviosa. Y así había estado después de que PETER la llamara por la tarde para decirle que iría a cenar con... LALI allí.
Se sobresaltó un poco cuando giró y se encontró de frente con su hija. Se llevó la mano al pecho y respiró profundamente.
—CANDE, Dios santo, me asustaste —le dijo.
Ella se cruzó de brazos y la miró acusadoramente.
—¿Vas a decirme de una buena vez quienes vienen a cenar con nosotros, como para que estés tan nerviosa? —le preguntó.
Trish miró nerviosa a su alrededor. A pesar de que no le gustaba ocultarle cosas a su familia, no había podido hablar con sus otros dos hijos sobre la GRAN noticia quePETER le había comunicado a NICO L y a ella el día anterior. En ese momento Chace también ingresó al lugar.
—¿Y cual es el gran misterio? —preguntó él.
—Es lo que estoy esperando que me diga —le dijo CANDE. Volvió a mirar a su madre. GIMENA le sonrió para evadirla —Tanto tú como papá han estado muy raros. Escuché a papá hablando con el tío John y le dijo algo como: ‘Me llegaron las canas antes de tiempo’ No lo entendí, pero por lo que parecía el tío lo felicitó y papá se puso a reír…
GIMENA se sintió acorralada. No sabía como hacer para abordar el tema… era tan complicado. Tal vez debería dejar que fuera PETER el encargado de decirles a sus hermanos lo que estaba pasando. Pero en realidad, ya no podía más de la ansiedad.
—Bueno —suspiró —Voy a decirles lo que sucede. Papá se refería a ‘me salieron las canas antes de tiempo’ porque… vamos a ser abuelos.
Ambos fruncieron el ceño levemente. Entonces el rostro de VICO se deformó.
—Voy a matarlo —murmuró y miró a CANDE —¡Ese hijo de puta te embarazó!
—¿Qué? —chilló ella —¡No, imbécil! ¡Yo no estoy embarazada!
VICO miró rápidamente a su madre. Se puso algo pálido.
—¿Dejé embarazada a alguien, mami? —preguntó con voz insegura. GIMENA negó con la cabeza y soltó un suspiro.
—PETER —susurró CANDE espantada —La bruja está embarazada…
—Sí, fue PETER —asintió su madre y rió algo nerviosa —Pero la embarazada no es MERY.
Ellos la miraron más extrañados.
—¿Qué nos estás queriendo decir, madre? —preguntó VICO y luego una sonrisa divertida se dibujó en su rostro —¿Me estás queriendo decir que mi hermano PETER, el siempre correcto PETER, embarazó a otra mujer que no es su novia?
—Sí, es eso lo que quiero decir —asintió —Y dentro de cualquier momento van a llegar, para que todos la conozcamos.
—No entiendo —dijo CANDE —No comprendo… todo esto es… ¡Estoy confundida, mamá! ¿Cómo es que CANDE está esperando un hijo y no me dijo nada… a mí?
El timbre sonó, haciendo que todos voltearan hacia el sonido. Trish salió corriendo hacia la puerta.
—¡NICO L! —lo llamó. El hombre entró corriendo a la casa desde el patio.
—¿Qué pasó? —preguntó agitad.
—Están aquí —murmuró nerviosa.
NICO L se giró a ver sus otros dos hijos. Ambos miraban realmente confundidos a sus padres.
—VICO, arréglate esa camisa, prende esos botones… pareces un muchachito de revista, te queda horrible —le dijo —CANDE, esa pollera es muy corta, niña. Luego la quemas y la metes en una bolsa biodegradable. Pónganse derechos y sonrían. S O N R Í A N.
GIMENA se arregló el vestido y el collar, esbozó una pequeña sonrisa y abrió la puerta para encontrarse con la mirada de PETER. Su hijo le sonrió levemente.
—Hola, ma —la saludó.
—Hola, cielo —sonrió ella. Entonces dirigió su mirada al costado de su hijo, y observó detenidamente a la muchacha. Ella era mucho más bajita de lo que esperaba. Y se veía mucho más bonita que en la revista. Sacó lentamente su mirada de ella, para volver a mirar a PETER. NICO L la empujó levemente para que reaccionara —Hola, LALI…
—Hola, señora LANZANI —dijo ella tímidamente.
—Oh, nada de señora, por favor —rió quedamente —Solo dime GIMENA.
David se asomó detrás de su mujer y apoyó sus grandes manos en los hombros de la misma.
—¿Qué tal, LALI? —le preguntó y le ofreció la mano. La morena la tomó y le sonrió.
—Muy bien —le contestó.
—Soy NICO L, el padre de ese galán.
—Papá —dijo el moreno en forma de advertencia. LALI se aguantó una sonrisa.
—Pero ya, hace frío aquí, pasen —dijo GIMENA.
LALI no podía sentirse más nerviosa. Jamás pensó que los padres de PETER podrían estar nerviosos por conocerla. Pero había percibido la ansiedad en sus voces. PETER apoyó una mano en su espalda y la empujó levemente para que entrara primero. Ella miró atentamente a su alrededor.
—¿LALI? —escuchó que alguien decía su nombre.
Al instante buscó a esa persona. Y allí estaba CANDE, mirándola algo confundida y con los ojos bien abiertos. A su lado se hallaba un muchacho que LALI notó era muy parecido a PETER.
—Hola, CANDE —la saludó por lo bajo.
La castaña claro miró a su hermano y volvió la vista a la morena. Los miró consecutivamente una y otra vez. Abrió la boca para decir algo pero las palabras no salieron de ella.
—Les acabo de contar la noticia —GIMENA le murmuró a PETER —Pero no del todo…
—Yo… —dijo LALI, pero entonces se dio la vuelta y comenzó a subir las escaleras hacia su habitación.
—CANDE —la llamó NICO L. Ella no se detuvo.
—Ven aquí, jovencita —dijo GIMENA. Tampoco prestó atención.
—CANDELA LANZANI…
—Papá —lo detuvo PETER —Déjala, iré a hablar con ella… —miró a LALI y pudo ver la incomodidad en había adquirido. Se acercó y sin que sus padres y hermano lo vieran, le tomó la mano por lo bajo —No pasa nada —le murmuró. Ella clavó su mirada en la suya. Él le sonrió entregándole seguridad —Solo está algo confundida. Iré a hablar con ella y todo estará bien, ¿si? —ella asintió. PETER no pudo evitarlo y le dio un pequeño golpecito en la nariz. Miró a sus padres —Se la encargo bien a los tres… —comenzó a caminar hacia las escaleras —Sobre todo tú, hermano. Se amable con ella porque sino voy a rebanarte las pelotas…
—¡PETER! —lo retó GIMENA. VICO sonrió
—Que sutil eres—dijo VICO divertido.
—Y lo seguiré siendo —aseguró. PETER palmeó su hombro al pasar por su lado y luego fue corriendo en busca de su hermanita.
Chace miró a la morena.
—¿Qué tal, preciosa? —le dedicó una sonrisa galante.
—VICO, compórtate —lo restó GIMENA. La morena le sonrió.
—Hola, VICO —lo saludó —Tu hermano me ha hablado mucho de ti.
—Espero que te haya dicho lo maravilloso que soy…
LALI rió levemente. VICO se acercó a ella y le tomó la mano para luego depositar un pequeño beso en el dorso de la misma.
—VICO, ya basta —dijo NICO L divertido.
—Solo estoy siendo amable con mi nueva cuñada… —aseguró —PETER va a castrarme sino lo hago, y aunque no lo crean, quiero tener mis hijos algún día.
LALI rió algo incomoda. Iba a corregirlo con lo de nueva cuñada. Pero NICO L le ganó al hablar.
—LALI, disculpa las tonterías de mi hijo.
—No se preocupe, señor LANZANI. No me molesta en lo absoluto.
—¿Lo ven? Todos terminan amándome —dijo él. NICO L rió por lo bajo.
—Linda —la llamó GIMENA —¿Quieres darme tu abrigo? Lo colgaremos por aquí.
—Claro —asintió ella.
Le entregó sus cosas a la madre del moreno y luego le entregó una suave sonrisa. Aquella mujer era realmente hermosa. Sus ojos marrones eran enormes y estaban llenos de amor. Amor hacia sus hijos, hacia su esposo y hacia su familia.
Un nudo se instaló en las entrañas de la morena. Ella cambiaria cada cosa de su vida por tener una madre como GIMENA.
Una madre que al mirarla le transmitiera paz y seguridad. Una madre que se jugaría por ella sin pensarlo dos veces, y que jamás, pero jamás la dejaría sola.
Tragó el nudo en su garganta y sacudió la cabeza. Tal vez, solo por ahí, aquella familia le abría los brazos y la dejaban pertenecer a ellos. No serían tan mala idea.
De repente sintieron un suave olor a humo. VICO miró a NICO L y este también miró a su hijo.
—¡La carne! —exclamaron los dos y corrieron hacia el jardín. GIMENA miró a LALI y le sonrió.
—Nosotras dos vamos a recorrer la casa… dejemos que ellos se encarguen de la cena.
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