viernes, 15 de enero de 2016

CAPITULO 28


CAPITULO 28:
Una conversación de hermanos

—Toc-toc —dijo él mientras entraba a la habitación de su hermana.
CANDE estaba tirada en su cama, con la mirada clavada en la ventana. PETER cerró la puerta despacio, y se acercó hasta ella. Se dejó caer a su lado....
—No quiero hablar contigo —le dijo ella cortante.
—¿Qué es lo que te molesta, CANDE? —le preguntó.
Ella se mantuvo en silencio por unos cuantos segundos, pero luego giró la cabeza para mirarlo. Él vio que sus ojos se volvían algo cristalinos.
—No confiaste en mí… —murmuró —¿Por qué no me dijiste nada? Con razón la otra vez que vino AGUS, estabas tan interesado en sacarle información sobre su prima… tenías algo con ella.
—No —suspiró PETER —Estás sacando una conclusión apresurada. La historia no es así.
—La historia no es así —repitió ella, como si estuviera indignada —¡Mamá dijo que ella está embarazada! —exclamó —Tampoco puedo creer que ella no le haya contado nada a AGUS, ¡Ayer fuimos a verla! Y dijo que tenía un simple resfriado.
—LALI no sabía que eras mi hermana cuando te conoció ayer —le dijo y la miró fijo a los ojos —Y si me dejas hablar voy a contarte como es todo realmente.
—Está bien, te escucho…
—Conocí a LALI en una fiesta hace un poco más de un mes. Fue por casualidad. Sin querer nos chocamos y luego empezamos a hablar. La invité a tomar un trago, y seguimos hablando —él comenzó a recordar ese día tan claramente, que sintió un suave calor en la boca del estomago —Seguimos tomando y tomando, y luego…
—Y luego terminaron en la casa de alguno de los dos haciendo eso —terminó ella la frase por él.
—Sí —susurró —Eso mismo.
—Es increíble —dijo CANDE —Tú jamás hiciste una cosa así. Siempre dijiste que tener sexo con alguien porque sí, no era lo tuyo…
—Por eso hermanita, nunca digas nunca —aseguró y la miró —Pero todo esto no quiere decir que LALI sea una cualquiera y…
—Lo sé —lo interrumpió con una leve sonrisa —AGUS se ha encargado de hacerme conocer a su prima perfectamente, sin conocerla en persona…
—Bien —dijo ya más tranquilo —Pasó eso y al otro día discutimos, ella me echó de su casa y no volví a verla hasta hace tres días. Nos encontramos y me soltó la noticia…
—¿Cómo fuiste capaz de no cuidarte, PETER?
—¡En ese momento pensaba en muchas cosas, menos en el cuidado! —aseguró algo nervioso y luego soltó una risita —Pero ya, no voy a seguir hablando sobre eso contigo. La cuestión es que ella ahora va a formar parte de mi vida, y también de la tuya. Vas a ser tía. LALI no es una mala persona, se merece una oportunidad.
—Yo jamás creí que fuera una mala persona, y no estoy enojada con ella, ni nada por el estilo. Era contigo la bronca. Tú eres el único culpable. Me dio rabia que no me lo contaras antes y tener que enterarme que voy a ser tía así como así.
—Bueno, tienes razón. Pero… me perdonaras, ¿verdad?
—No lo sé —dijo pensativa y luego sonrió —Claro que te perdono, tonto. Eres mi hermano mayor, aunque a veces seas un idiota, te amo.
—Yo también, sonrisita.
—¿Y MERY? —exclamó al instante —Quiero creer que ya lo sabe, ¿no?
—Emm, ese es otro temita. Aun no he podido decirle nada…
—Dios mío, PETER —dijo sin poder creerlo y luego sonrió —¿Quieres que se lo diga yo?
—CANDE —dijo en tono de advertencia. Ella rió y se puso de pie.
—No es para que te enojes, tonto. Solo estoy siendo una buena hermana, que quiere ayudar a su hermano con un problema.
—No, lo que tú quieres es ser mala con MERY.
—Bien, lo admito, sí quiero ser mala. Quiero ver su cara cuando lo sepa.
—No vas a poder verla, lo siento.
—¿Por qué? —dijo haciendo un leve puchero.
—MERY se fue por trabajo a no recuerdo bien donde. Vuelve en dos semanas.
—¿Dos semanas sin la bruja? —sonrió —Eso es genial, PETER…
—No, no lo es… aunque no lo creas, me siento pésimo. No puedo hacerle esto a ella, CANDE. MERY podrá ser todo lo que quieras. Pero no se merece que le mienta de esta manera.
CANDE dejó de sonreír y se sentó. Levantó la mano y acarició el rostro de su hermano.
—Eres tan bueno, PETER —la aseguró —Y estoy segura de que si la bruja… digo, si MERY de verdad te ama… va a perdonarte.
—¿Tú crees? —inquirió él —Si AGUS un día llegara a dejar embarazada a otra chica, ¿lo perdonarías?
Ella se quedó en silencio por unos cuantos segundos.
—Primero lo mato y luego lo perdono —le dijo. PETER rió y negó con la cabeza. Se puso de pie y le tendió la mano a su hermana.
—Vamos que deben estar esperándonos.

LALI rió divertida mientras escuchaba atenta lo que GIMENA le contaba sobre las ‘travesuras’ de PETER, cuando era un niño.
Luego de mostrarle la casa (hermosa casa), ellas dos se habían sentado en un sillón, mientras NICO L y VICO se hacían cargo de la comida. GIMENA le acercó un álbum de fotos.
—Aquí está, mira —abrió la gran carpeta y le mostró una foto.
LALI sonrió divertida al ver a un pequeño moreno de cabellos lacios, completamente desnudo salvo por una especie de capa blanca.
—Que tierno —aseguró LALI.
—Estuvo casi una semana así, diciendo que él era el hijo de superman. No había forma de sacarle aquella capa, ni tampoco de vestirlo. Salía así al patio, y hacía que nuestra vecina, una anciana muy simpática, se pusiera de todos los colores.
LALI miró fijo a GIMENA, y la observó detenidamente. Desprendía un cálido olor a rosas y madera, era como un olor a madre. Ahora entendía por qué le brillaban los ojos a PETER cada vez que hablaba de ella.
—¿Amas mucho a tus hijos, verdad? —le preguntó. GIMENA sonrió y acarició la foto.
—Son mi vida —murmuró y luego la miró. Bajó la mirada a su vientre y sin decirle nada apoyó la mano. LALI miró aquello —Y ahora tú vas a darme un regalo… maravilloso. Jamás pensé que sería tan lindo saber aquello.
—¿No te decepciona saber que… tu hijo va a tener un hijo con una… desconocida?
—LALI—sonrió GIMENA —Si hay algo que aprendí en la vida es que no puedes juzgar los actos de tus hijos, porque son tus hijos. Y no estoy decepcionada… estoy encantada contigo, pequeña —le acarició la mejilla —Eres hermosa, mírate.
—¿Qué hacen? —preguntó PETER entrando al lugar con CANDE a su lado.
LALI lo miró rápidamente y luego miró a la hermana del azulino.
—Le estaba mostrando a LALI, lo hermoso que eras de bebé —dijo GIMENA.
—Oh, no —dijo él y se acercó rápidamente a ellas, para sacarle el álbum de fotos de las manos a la morena —Mamá, ¿Por qué siempre muestras estás fotos a nuestros invitados?
—Oye, estaba mirando eso —se quejó LAI.
—Perdóname si no quiero que veas mis vergüenzas —le dijo. CANDE se acercó muy despacio y se sentó al lado de la morena. PETER miró a su madre —Mami, ¿me acompañas a ver que desastre están haciendo papá y VICO?
—Claro que sí, hijo —sonrió ella. Ambos salieron de ahí, dejándolas en un algo incomodo silencio, más que nada para LALI.
—CANDE, yo…
—Voy a ser tía —murmuró ella —No puedo creerlo.
LALI frunció el ceño, confundida. ¿No estaba molesta o quería matarla?
—¿No estás enojada? —preguntó.
—No, LALI, la cosa no era contigo —sonrió —Solo estoy atónita. O sea, eres la prima de mi novio, te conocí ayer y resulta que ahora estás embarazada de mi hermano…
—Sí, es una locura.
—¿AGUS ya lo sabe? —preguntó.
—Le conté todo hoy que vino a verme, por qué se enteró por el secándolo que hizo mi padre…
—No me dijo nada cuando lo llamé…
—Yo le pedí que no lo hiciera, espero que no te enojes con él por eso.
—Tranquila, no me enojaré —dijo divertida —Pero voy a cobrársela.
LALI rió levemente.
—Pobre de mi primito.
—¿Terminaron de hablar? —preguntó él entrando. Ambas lo miraron.
—Sí —dijo CANDE y se puso de pie —Yo voy a ir a llamar alguien.
—No hables tanto tiempo —le advirtió PETER —No pienso pagarte el teléfono esta vez…

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