CAPITULO 55

 Confesiones.

LALI ingresó en silencio, una extraña calma invadía todo. Se sintió algo incomoda. Sacudió la cabeza y soltando un leve suspiro se dirigió a su habitación para ponerse cómoda. Presto atención para oír algún ruido que le dijera si PETER estaba despierto. Si estaba de mal humor como le había dicho Niall, entonces tendría que saber como tratarlo.
Entró a su cuarto y dejó ...sus cosas en el pequeño placard, se quitó los zapatos de taco y buscó sus pantuflas. Antes de salir se detuvo frente a su espejo, levantándose la remera se miró la panza, y una sonrisa se dibujó en su rostro. Dentro suyo había una pequeña niña. Sus ojos acumularon lágrimas de alegría pero se obligó a no llorar. Quería compartir la noticia con el moreno, estaba ansiosa por ver su reacción.
Salió de allí y se acercó a la habitación principal, al ver la puerta cerrada se encaminó hacia la cocina. Seguramente él seguía durmiendo. Lo esperaría entonces.
Al ingresar se sobresaltó ante la repentina aparición de alguien sentado junto a la mesa. LALI sonrió al reconocerlo.
—Hola —lo saludó y se acercó para sentarse frente a él —¿No me escuchaste llegar? Pensé que estabas dormido —PETER no dijo nada, ni siquiera pestañeó —¿Cómo estás?
Él observó cada uno de sus movimientos con calma.
—Bien —contestó fríamente.
—NICO me dijo que estabas… de mal humor.
—No.
—¿No? —sonrió —Tu cara no dice lo mismo. Pero no importa – lo miró contenta, estaba segura que la noticia lo haría cambiar de estado —Hay algo que estoy segura te gustará muchísimo saber —se tocó la panza por debajo de la mesa, los latiditos sonaron contra su palma.
—¿Qué cosa? —dijo él —¿Lo bien que la pasaste con tu doctor hoy?
La sonrisa de LALI comenzó a desvanecerse. Lo miró confundida.
—¿Qué? —preguntó.
—¿Qué? —repitió él —¿Vas a negármelo?
—¿De que estás hablando, PETER? —quiso saber. Quitó la mano de su vientre.
—Te vi, LALI —habló él, mirándola fijamente a los ojos. Ella pudo ver el enojo en ellos, la rabia —Te vi con tu doctor en un bar, muy cariñosa, por cierto.
—¿Qué quieres decir con muy cariñosa?
—Me mentiste… dijiste que ibas a salir con tu primo…
—¡Salí con mi primo! —exclamó sin poder creerlo.
—¡No me mientas más! —dijo exasperado —¡Los vi juntos, riéndose, comiendo helado, maldita sea!
—No sabes de lo que estás hablando…
—¿No? —inquirió —¿Por qué no me dijiste la verdad? ¡¿Por qué no me dijiste que salías con tu doctor, en vez de gritarme que no querías enamorarte de nuevo?! ¿eh?
—Eres un imbécil —dijo ella y se puso de pie para salir de allí.
PETER se paró rápidamente y fue tras ella. Al alcanzarla la tomó del brazo, haciendo que girara para enfrentarlo.
—No vas a escaparte ahora…
—Suéltame, PETER —dijo ella e intentó zafarse de su agarre.
—Quiero saber por qué no me dijiste nada…
—Es que no hay nada que decir.
—¡Sí que lo hay! Merezco saber la verdad.
LALI lo miró entre dolida y confundida. ¿Qué mierda le sucedía? Él no tenía ningún derecho sobre ella como para estarle haciendo semejante escándalo. Ni siquiera sabía como eran las cosas realmente.
—Fui con AGUS a una muestra de arte, y comencé a sentirme mal… —el semblante de PETER comenzó a cambiar —Me desvanecí y AGUS pidió ayuda. Allí estaba GAS, su hermana tiene una muestra de arte en ese lugar, y cuando escuchó el llamado de mi primo, se acercó. Me reconoció y se ofreció a llevarnos a un lugar más calmo, para que yo pudiera recuperarme. Luego se ofreció a llevarme a comer algo, porque estaba seguro de que mi desmayo se debió a que no estaba bien alimentada. Así que acepté ir con él… AGUS y Antonieta se quedaron a terminar de arreglar unas cosas de la muestra. Almorzamos y yo tenía antojo de helado, así que pedimos uno y él… él simplemente se mostró amable y solidario conmigo. ¿Era lo que querías escuchar, PETER, o prefieres que te diga algo como: sí, estoy saliendo con mi doctor?
Él no dijo nada, se quedó quieto, sin soltarla. En realidad no esperaba que ella le dijera todo eso. Jamás se había puesto a pensar que tal vez había sido una casualidad que ellos dos estuvieran en el mismo lugar.
—LALI yo…