jueves, 11 de febrero de 2016

CAPITULO 69

 Se terminó.


PETER entró en silencio a su casa, y pudo escuchar el sonido de alguien moviéndose en la cocina. En ese preciso momento supo que era MERY. La había llamado a su casa, pero nadie había contestado, y el celular lo tenía apagado.
—PETER, amor, ¿eres tú? —escuchó que ella decía.
Él tragó saliva, su corazón latía muy rápido y de repente la garganta se le había secado. Tenía... las manos transpiradas y no estaba seguro de que sí podría hablar.
MERY salió de la cocina, secándose las manos con un repasador. Le entregó una cariñosa sonrisa y se acercó a él. Lo abrazó y luego le dio un corto beso en los labios. PETER seguía quieto como una estatua.
—Hola, MER —la saludó luego de unos segundos —¿Qué haces aquí?
—Estaba preparando algo para comer —le contó ella —Hoy salí más temprano del trabajo y ya que ayer no te vi en todo el día quise darte una sorpresa… ¿no te agrada?
—Emm, no, no es eso —sonrió nervioso. La sonrisa de ella desapareció.
—¿Qué pasa, PETER? —quiso saber.
—MERY, yo… —apretó los labios y soltó un suspiro —Necesito que hablemos.
MERY esbozó una sonrisa forzada y le tendió la mano. PETER la tomó y ella los condujo hasta uno de los grandes sillones de la sala. Se dejó caer a su lado y lo miró a los ojos, sin dejar de tener aquella media sonrisa en el rostro.
—¿De qué quieres hablar, mi amor? —inquirió.
—MERY, tú sabes muy bien por todo lo que nosotros hemos pasado. Lo nuestro no fue amor a primera vista, se fue dando con el correr del tiempo…
—Para mí sí fue a primera vista —lo interrumpió y le acarició el rostro —Eras lo más hermoso que yo había visto en mi vida.
Él tomó sus manos y las apartó muy despacio de su rostro, para colocarlas unidas en medio del sillón. MERY ya no podía forzar una sonrisa. Sabía que algo estaba pasando, y creía saber que no era bueno.
—MERY —murmuró él como si le doliera hablar. Ella vio las lágrimas en los ojos azules. Muy raras veces PETER se mostraba vulnerable frente a ella —Yo jamás quise hacerte daño, linda, jamás. Pero…
—No, no lo digas —lo detuvo y se puso de pie. Caminó nerviosa de un lado para el otro frente a él, moviendo las manos y apretándolas —No sé si te lo he comentado pero ya he reservado una fecha en la PETER comenzó a negar con la cabeza. Ella no estaba escuchando, ella no quería escuchar. Se puso de pie y se acercó a ella para tomarla de los hombros con cuidado, haciendo que lo mirara fijo a los ojos. Pudo ver el miedo en ellos.
—No, MERY —negó levemente —No podemos casarnos.
—¿De… de qué estás hablando, PETER? —inquirió y volvió a sonreír mientras las lágrimas comenzaban a hacerse presentes en sus ojos —Dijiste que sí, dijiste que querías casarte conmigo.
—Sé lo que dije, lo sé —aseguró sintiéndose la mierda más grande del planeta. Pero sabía que era mejor así —Dios, MERY, hice todo mal.
—No lo entiendo…
—Como ya lo dije antes, jamás quise hacerte daño, nunca. Eres una gran mujer, MERY. Y te puedo asegurar que fui muy feliz contigo, pero ya no puedo seguir así.
Ella se sentó lentamente en el sillón, con la mirada fija en la nada. Su mandíbula temblaba levemente, pero MERY pudo notarlo.
—Me estas dejando —susurró ella. No era pregunta, era una afirmación.
El moreno volvió a sentarse a su lado y tomó una de sus manos, luego la cerró en un puño. MERY lo miró, pudo sentir que él había puesto algo allí. Con cuidado abrió la mano para divisar el anillo que ella le había dado al proponerle matrimonio.
Lo miró a los ojos. No, él no podía dejarla, aquello no podía estar pasando.
—No puedo casarme contigo, MERY, porque sería condenarnos a ambos a un matrimonio desastroso, y lo sabes, en lo fondo siempre lo supiste.
—No —ella comenzó a llorar —No es así…
—Sí, así es. ¿Cuánto tiempo crees que íbamos a durar casados? ¿Seis meses? ¿Un año? Nos estoy salvando de llegar a odiarnos, MERY.
—Esto es por ella, ¿verdad? —le preguntó —Me estas dejando por LALI… Hablé con ella hoy, PETER, dijo que iba a ayudarme a organizar la boda. Ella no te quiere, no te necesita.
—No es por LALI. Es por mí, solo por mí —le dijo muy seguro.

—¿Quién te crees que eres? —exclamó poniéndose de pie mientras el ataque de nervios la invadía —Me he humillado de mil maneras diferentes ante ti, PETER… ¡He perdonado que dejaras embarazada a otra mujer! ¡Soporté los desplantes de tu familia, el odio de tu mejor amigo! ¿Quién te crees que eres para jugar así conmigo?
—Cálmate, MERY, esto es por el bien de ambos.
—No —ella lo miró fijo a los ojos —Esto no es por el bien de ambos. Pero está bien, PETER, al fin vas a librarte de mí…
Se acercó al perchero y tomó su abrigo y su bolso, luego salió de allí, dejando a un PETER quieto como una estatua. En la casa reinó el silencio. Él no podía creer lo que acababa de pasar, no podía creer que al fin había podido decírselo.
Se dejó caer en el sillón mientras se masajeaba la sien. Tal vez debería ir detrás de ella para tranquilizarla, pero no podía moverse. Maldijo entre dientes y se puso de pie para a su habitación y ducharse. Luego descansaría un poco para más tarde ir a cenar con LALI.
A pesar de lo que acababa de pasar, al pensar en ella una sonrisa se formó en sus labios. La tarde que pasaron juntos fue maravillosa. Y estaba realmente ansioso a que llegara la noche. Aquella morena ya no tenía escapatoria de él, claro que no.

Robert yacía casi inconsciente en el frío suelo de aquel lugar. Le dolía hasta el alma. No podía abrir los ojos de los golpes que había recibido. Estaba seguro de que ese era su final.
Escuchó a lo lejos una puerta que se abría, un halo de luz se filtró a través de sus parpados. Una sombra se proyectó sobre su cabeza.
—¿Cómo te sientes, ESPOSITO ? —le preguntó.
—Por… por favor, déjame ir —le rogó.
El gordo Tonny sonrió y se paró erguidamente. Comenzó a caminar alrededor de Robert. Vaya que sus hombres le habían dado una buena paliza.
—¿Dónde está mi dinero? —le preguntó.
Robert comenzó a toser y trató de ponerse de costado. Estaba seguro de que tenía alguna costilla rota.
—Necesito tiempo, Tonny, solo un poco de tiempo —murmuró.
—Te he dado mucho tiempo, ESPOSITO. Mi paciencia tiene un límite.
—Lo sé, lo sé —aseguró y logró acomodarse de una manera en la cual el dolor se mitigaba y podía hablar con mayor claridad. Pudo abrir más los ojos y observó los caros zapatos italianos del hombre que tenía su vida en las manos —Pero te aseguro que puedo darte mucho más de lo que te debo, si solo me das tiempo.
—¿Y cómo podrías hacerlo? Estás perdido, ESPOSITO. Tu padre te ha dado la espalda, tu esposa te ha dejado por un muy acaudalado abogado, y tu hija ya ni es heredera.
—Te equivocas, en eso te equivocas —dijo.
Tonny alzó las cejas en un gesto curioso. Se puso de cuclillas para poder mirar mejor a la cara a ese bastardo.
—Ilústrame, por favor —le ordenó.
Robert sonrió con los labios sellados.

6 comentarios:

  1. Ohh no :/ secuestraran a lali?

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  2. aca hace falta una parte digo ya que lali y el estaban platicando por mery osea donde esta la otra parte que le responde par luego despedirse de ella que ella le dice que aun no ha hablado con mery osea sobre terminar y el le dice que lo ara ahora y e donde lalo se asombra y dice tan rapido quedadon ay osea que paso con la otra parte? cuando lo ley antes no lo habia notado pero cada vez que leo un cap siento que le falta partes ya que al pasar el siguiente cap ya esta en otro tema no se si es asi como esta en el original o que ? va no se si se tome en cuenta esto pero es para entender mejor la nove? gracias

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  3. la verdad que si ay unos caps que les hacen falta partes que no cuadran con el cap que le sigue

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  4. no uede ser que para lograr salvarse tenga algo planeado en contra de lali para favorecerse el seve que ese no tiene corazon pobre lali

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