Los planes pueden cambiar.
Se despertó por el sonido proveniente del pasillo. Estiró el cuerpo sin abrir los ojos, y soltando un suspiro buscó el calor femenino con el que se había dormido. No estaba.
Somnoliento abrió un ojo, el sol de la mañana se filtraba por los pequeños espacios que la persiana a medio cerrar, dejaba. El perfume de LALI se apreciaba en el aire. Respiró profund...amente por puro placer. Volvió a escuchar ruidos detrás de la puerta, luego de unos segundos esta se abrió.
Ella entraba con una enorme bandeja en las manos. Levantó la mirada para encontrarse con que él estaba despierto. Una suave sonrisa curvó sus labios.
—Pensé que seguías dormido… Quería darte una sorpresa —comentó.
PETER se sentó en la cama, contra el respaldo
—Y yo quería despertar y encontrarte entre mis brazos —le dijo él.
LALI dio unos pasos más hacia él y apoyó la bandeja a un costado sobre la cama.
—No quise despertarte cuando me levanté, te veías muy bonito dormido —LANZANI la tomó de la cintura arrastrándola a su regazo. Ella soltó una risita divertida —PETER, vas a tirar todo el desayuno —exclamó mientras le rodeaba el cuello con ambos brazos. Él le dio un pequeño beso en la punta de la nariz.
—Gracias —le dijo después de un silencio en el cual se miraron fijamente. Ella frunció el ceño.
—Todavía no haz probado un bocado como para agradecerme…
PETER sonrió y acomodó un mechón rebelde detrás de la oreja de ella. Luego bajó la mano por su mejilla hasta tocar sus labios.
—No te estaba dando las gracias por el desayuno —dijo y repitió la caricia sobre los labios de la morena. Estos se separaron levemente, derritiéndose con cada gesto —Te estaba dando las gracias por ser tan hermosa.
Ella se mordió el labio inferior, y abrió y cerró los dedos en su nuca, acariciando la base de su cabello.
—Debería darte vergüenza coquetear conmigo en este momento —lo acusó ella.
—¿Por qué? —sonrió divertido. Acarició el redondeado vientre, sin darse cuenta de que lo hacía.
—Porque estoy en completa desventaja —contestó.
Apoyó la mano sobre la de él que seguía acariciando su panza, lo acompañó en el movimiento.
—Dime que desventaja es esa, por favor —le pidió.
—Que eres tan irresistible recién levantado, que no tengo forma de combatir tanta hermosura, y quedo hechizada, completamente enamorada y atrapada —susurró las últimas palabras mientras se acercaba implacablemente a aquella boca sexy y masculina.
Apoyó los labios en los de él, sintiendo su suavidad, absorbiendo aquella sonrisa que siempre parecía tener plasmada.
—Y dices ser la única perjudicada —murmuró mientras abría más los labios y la besaba mejor.
—Mmm —suspiró complacida, pero logró alejarse un poco. Abrió los ojos y lo observó. Él le entregó una galante sonrisa —Ya basta de besos y de caricias, es hora de desayunar.
Se escapó de los brazos del bombom y luego se sentó a su lado. Tomó una tostada y se la alcanzó a él. PETER le agradeció y desayunaron con una animada charla. Luego se levantaron para limpiar las cosas que LALI había ensuciado al cocinar.
—¿Por qué no vas a ducharte tranquila mientras yo termino con esto, cariño? —inquirió él.
—¿Seguro? —preguntó.
—Claro que sí —la besó cortamente en los labios, pero al sentir la calidez de estos volvió a besarla. Y ya no era un besito corto —Dios, como me puedes —le dijo cuando se alejó. Ella casi se dejó caer en sus brazos. Sus besos la debilitaban.
PETER suspiró contento y se dispuso a terminar con lo que quedaba en el lavado y a guardar un par de cosas en la heladera. Un teléfono comenzó a sonar. Miró a su alrededor, para luego darse cuenta de que estaba en su bolsillo y era su celular. Lo sacó rápidamente y miró la pantalla. Frunció el ceño. Haylie, la hermana de MERY, lo estaba llamando. Decidió contestar.
—Haylie —dijo al atender.
—¿Qué le hiciste a mi hermana? – preguntó ella entre lágrimas.
—¿Qué? —preguntó él —¿De qué hablas?
—MERY esta internada en este momento, PETER… intentó suicidarse, está muy mal.
Él procesó las palabras que ella acababa de decir. Lo único que se repetía una y otra vez en su mente era el intentó suicidarse. El corazón comenzó a bombearle con fuerza.
—¿En qué hospital esta? —quiso saber al instante.
—¡Necesito saber que le hiciste! —exclamó enojada. PETER comenzó a caminar de un lado al otro en aquella cocina. Se pasó una mano por el rostro.
—Yo le dije que no podíamos casarnos…
—Eres un hijo de puta —lloró ella —¡Si mi hermana se muere, PETER, vas a lamentarlo!
—Cálmate —le pidió él —Necesito que me digas donde están, por favor.
—¿Para qué? —inquirió ella —¿Para que puedas hacerle más daño? ¿No te alcanzó con haber embarazado a otra? Ella te perdonó aquello, PETER, porque mi hermana te ama de verdad. Pero eso a ti no te importa, ¿verdad?
—Por favor, Haylie, tú no sabes como son las cosas —dijo mientras todavía intentaba entender lo que estaba pasando —Solo dime la dirección.
Ella accedió y al fin se la dijo. Luego cortó. PETER se quedó parado en su lugar, con el celular aun pegado a la oreja. Jamás se le había pasado por la cabeza que MERY podía llegar a atentar contra su vida por él.
LALI apareció en la cocina, secándose el cabello con una pequeña toalla. Se detuvo al verlo ahí parado como una estatua. Estaba tan blanco, que se preocupó.
—¿Qué pasó? —le preguntó mientras se acercaba más a él. Ella pudo apreciar que sus ojos miel estaban levemente humedecidos —¿PETER?
—MERY intentó suicidarse —le dijo luego de unos segundos.
LALI se llevó la mano a la boca mientras lo miraba sin poder creerlo.
—¿Qué? —inquirió con un hilo de voz.
—Haylie, su hermana, acaba de llamarme —él seguía con la mirada fija en la nada. Aun no podía creerlo —Está muy grave.
—Es nuestra culpa… —susurró ella al darse cuenta de ello.
PETER reaccionó ante esas palabras y tomó a LALI del rostro.
—No, no es nuestra culpa —le aseguró mientras la miraba fijo a los ojos —En todo caso es solo mía… tuve que haber parado todo esto hace mucho, LALI.
—PETER —dijo ella con la voz temblorosa —Ella intentó matarse porque tú la dejaste, porque tú embarazaste a otra, porque hemos roto todos sus sueños.
Él negó levemente con la cabeza. LALI no tenía razón, no podía estar pensando así, no ahora que eran felices, que iban a ser felices juntos.
—No digas eso…
—Tienes que ir a verla —lo interrumpió.
—Lo sé —asintió él —Pero, LALI
—No es momento para hablar ahora, PETER —lo detuvo de nuevo —Es hora de actuar, ¿si? —acarició su rostro y sonrió levemente —No está destinado a suceder…
—¿Qué cosa? —preguntó sin entender. Ella volvió a sonreír con pesar.
—Nosotros.
—No —disintió —Claro que va a suceder.
—Por favor, ve —le pidió mientras daba un paso hacia atrás —Ella te necesita mucho en este momento.
Él se sentía entre la espada y la pared. Las palabras de LALI lo desconcertaban, lo herían. Sabía que él tenía la culpa de todo.
—Te prometo que todo se va a solucionar, mi amor —le dijo.
—Gracias —fue lo único que ella pudo decirle.
PETER dio un paso hacia ella y la atrajo a sus brazos. LALI apoyó la cabeza contra su pecho y sintió los acelerados latidos de su corazón. Sabía que iba a tener que hacerse a un lado de la vida de PETER. Lo presentía. Cerró los ojos y dejó que su abrazo intentara calmar el dolor y la angustia de su corazón.
Él se alejó un poco para poder mirarla a los ojos.
—¿Me esperaras? —le preguntó.
LALI sonrió con los labios sellados, la tristeza reinaba en sus ojos.
—Tal vez.
En esas dos palabras había muchas cosas, y PETER no supo con cual quedarse. Se inclinó un poco y besó sus labios. La soltó y tomó sus cosas, para luego dirigirse a la puerta. Ella lo observaba. Él se giró a verla una vez más.
—Voy a volver por ti, LALI.
Se despertó por el sonido proveniente del pasillo. Estiró el cuerpo sin abrir los ojos, y soltando un suspiro buscó el calor femenino con el que se había dormido. No estaba.
Somnoliento abrió un ojo, el sol de la mañana se filtraba por los pequeños espacios que la persiana a medio cerrar, dejaba. El perfume de LALI se apreciaba en el aire. Respiró profund...amente por puro placer. Volvió a escuchar ruidos detrás de la puerta, luego de unos segundos esta se abrió.
Ella entraba con una enorme bandeja en las manos. Levantó la mirada para encontrarse con que él estaba despierto. Una suave sonrisa curvó sus labios.
—Pensé que seguías dormido… Quería darte una sorpresa —comentó.
PETER se sentó en la cama, contra el respaldo
—Y yo quería despertar y encontrarte entre mis brazos —le dijo él.
LALI dio unos pasos más hacia él y apoyó la bandeja a un costado sobre la cama.
—No quise despertarte cuando me levanté, te veías muy bonito dormido —LANZANI la tomó de la cintura arrastrándola a su regazo. Ella soltó una risita divertida —PETER, vas a tirar todo el desayuno —exclamó mientras le rodeaba el cuello con ambos brazos. Él le dio un pequeño beso en la punta de la nariz.
—Gracias —le dijo después de un silencio en el cual se miraron fijamente. Ella frunció el ceño.
—Todavía no haz probado un bocado como para agradecerme…
PETER sonrió y acomodó un mechón rebelde detrás de la oreja de ella. Luego bajó la mano por su mejilla hasta tocar sus labios.
—No te estaba dando las gracias por el desayuno —dijo y repitió la caricia sobre los labios de la morena. Estos se separaron levemente, derritiéndose con cada gesto —Te estaba dando las gracias por ser tan hermosa.
Ella se mordió el labio inferior, y abrió y cerró los dedos en su nuca, acariciando la base de su cabello.
—Debería darte vergüenza coquetear conmigo en este momento —lo acusó ella.
—¿Por qué? —sonrió divertido. Acarició el redondeado vientre, sin darse cuenta de que lo hacía.
—Porque estoy en completa desventaja —contestó.
Apoyó la mano sobre la de él que seguía acariciando su panza, lo acompañó en el movimiento.
—Dime que desventaja es esa, por favor —le pidió.
—Que eres tan irresistible recién levantado, que no tengo forma de combatir tanta hermosura, y quedo hechizada, completamente enamorada y atrapada —susurró las últimas palabras mientras se acercaba implacablemente a aquella boca sexy y masculina.
Apoyó los labios en los de él, sintiendo su suavidad, absorbiendo aquella sonrisa que siempre parecía tener plasmada.
—Y dices ser la única perjudicada —murmuró mientras abría más los labios y la besaba mejor.
—Mmm —suspiró complacida, pero logró alejarse un poco. Abrió los ojos y lo observó. Él le entregó una galante sonrisa —Ya basta de besos y de caricias, es hora de desayunar.
Se escapó de los brazos del bombom y luego se sentó a su lado. Tomó una tostada y se la alcanzó a él. PETER le agradeció y desayunaron con una animada charla. Luego se levantaron para limpiar las cosas que LALI había ensuciado al cocinar.
—¿Por qué no vas a ducharte tranquila mientras yo termino con esto, cariño? —inquirió él.
—¿Seguro? —preguntó.
—Claro que sí —la besó cortamente en los labios, pero al sentir la calidez de estos volvió a besarla. Y ya no era un besito corto —Dios, como me puedes —le dijo cuando se alejó. Ella casi se dejó caer en sus brazos. Sus besos la debilitaban.
PETER suspiró contento y se dispuso a terminar con lo que quedaba en el lavado y a guardar un par de cosas en la heladera. Un teléfono comenzó a sonar. Miró a su alrededor, para luego darse cuenta de que estaba en su bolsillo y era su celular. Lo sacó rápidamente y miró la pantalla. Frunció el ceño. Haylie, la hermana de MERY, lo estaba llamando. Decidió contestar.
—Haylie —dijo al atender.
—¿Qué le hiciste a mi hermana? – preguntó ella entre lágrimas.
—¿Qué? —preguntó él —¿De qué hablas?
—MERY esta internada en este momento, PETER… intentó suicidarse, está muy mal.
Él procesó las palabras que ella acababa de decir. Lo único que se repetía una y otra vez en su mente era el intentó suicidarse. El corazón comenzó a bombearle con fuerza.
—¿En qué hospital esta? —quiso saber al instante.
—¡Necesito saber que le hiciste! —exclamó enojada. PETER comenzó a caminar de un lado al otro en aquella cocina. Se pasó una mano por el rostro.
—Yo le dije que no podíamos casarnos…
—Eres un hijo de puta —lloró ella —¡Si mi hermana se muere, PETER, vas a lamentarlo!
—Cálmate —le pidió él —Necesito que me digas donde están, por favor.
—¿Para qué? —inquirió ella —¿Para que puedas hacerle más daño? ¿No te alcanzó con haber embarazado a otra? Ella te perdonó aquello, PETER, porque mi hermana te ama de verdad. Pero eso a ti no te importa, ¿verdad?
—Por favor, Haylie, tú no sabes como son las cosas —dijo mientras todavía intentaba entender lo que estaba pasando —Solo dime la dirección.
Ella accedió y al fin se la dijo. Luego cortó. PETER se quedó parado en su lugar, con el celular aun pegado a la oreja. Jamás se le había pasado por la cabeza que MERY podía llegar a atentar contra su vida por él.
LALI apareció en la cocina, secándose el cabello con una pequeña toalla. Se detuvo al verlo ahí parado como una estatua. Estaba tan blanco, que se preocupó.
—¿Qué pasó? —le preguntó mientras se acercaba más a él. Ella pudo apreciar que sus ojos miel estaban levemente humedecidos —¿PETER?
—MERY intentó suicidarse —le dijo luego de unos segundos.
LALI se llevó la mano a la boca mientras lo miraba sin poder creerlo.
—¿Qué? —inquirió con un hilo de voz.
—Haylie, su hermana, acaba de llamarme —él seguía con la mirada fija en la nada. Aun no podía creerlo —Está muy grave.
—Es nuestra culpa… —susurró ella al darse cuenta de ello.
PETER reaccionó ante esas palabras y tomó a LALI del rostro.
—No, no es nuestra culpa —le aseguró mientras la miraba fijo a los ojos —En todo caso es solo mía… tuve que haber parado todo esto hace mucho, LALI.
—PETER —dijo ella con la voz temblorosa —Ella intentó matarse porque tú la dejaste, porque tú embarazaste a otra, porque hemos roto todos sus sueños.
Él negó levemente con la cabeza. LALI no tenía razón, no podía estar pensando así, no ahora que eran felices, que iban a ser felices juntos.
—No digas eso…
—Tienes que ir a verla —lo interrumpió.
—Lo sé —asintió él —Pero, LALI
—No es momento para hablar ahora, PETER —lo detuvo de nuevo —Es hora de actuar, ¿si? —acarició su rostro y sonrió levemente —No está destinado a suceder…
—¿Qué cosa? —preguntó sin entender. Ella volvió a sonreír con pesar.
—Nosotros.
—No —disintió —Claro que va a suceder.
—Por favor, ve —le pidió mientras daba un paso hacia atrás —Ella te necesita mucho en este momento.
Él se sentía entre la espada y la pared. Las palabras de LALI lo desconcertaban, lo herían. Sabía que él tenía la culpa de todo.
—Te prometo que todo se va a solucionar, mi amor —le dijo.
—Gracias —fue lo único que ella pudo decirle.
PETER dio un paso hacia ella y la atrajo a sus brazos. LALI apoyó la cabeza contra su pecho y sintió los acelerados latidos de su corazón. Sabía que iba a tener que hacerse a un lado de la vida de PETER. Lo presentía. Cerró los ojos y dejó que su abrazo intentara calmar el dolor y la angustia de su corazón.
Él se alejó un poco para poder mirarla a los ojos.
—¿Me esperaras? —le preguntó.
LALI sonrió con los labios sellados, la tristeza reinaba en sus ojos.
—Tal vez.
En esas dos palabras había muchas cosas, y PETER no supo con cual quedarse. Se inclinó un poco y besó sus labios. La soltó y tomó sus cosas, para luego dirigirse a la puerta. Ella lo observaba. Él se giró a verla una vez más.
—Voy a volver por ti, LALI.
Me da un poco de pena mery
ResponderEliminarSabia que mery iba a hacer algo asi...
ResponderEliminarOh no! Lali se sentirá mal y no quedra estar con peter :(
ResponderEliminarja mery amarlo si fuera asi lo entenderia y lo dejaria estar ser feliz en verdad y a parte no lo hubiese y estuviese engañando lo con pablo primo de pitt
ResponderEliminarcada vez voy entendiendo menos ya que no se si cada cap es asi tal cual o les hace falta una parte e igual me encanta
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