lunes, 8 de febrero de 2016

CAPITULO 63




Tiene el teléfono apagado.

La película había sido increíble. LALI se seguía riendo y se sentía a punto de explotar por culpa de todas las porquerías que había consumido. Cameron Díaz era simplemente encantadora y divertida hasta la médula. Y ni hablar de Justin Timberlake. Además de seducir mujeres con su música, también lo hacía con su humor. ...
—Sin duda es una de las mejores películas que vi en mucho tiempo —aseguró DALMAU.
—No recuerdo cuando fue la última vez que me reí tanto —dijo ella contenta.
GAS sonrió y se acercó a un tacho para tirar los vasos vacíos de gaseosa y los restos de comida de las bandejas.
—Hemos hecho una buena elección…
—Claro que sí.
Dirigieron sus pasos hacia la salida, el frío de la noche envolvió a la morena, que se abrazó a sí misma y se colocó mejor la cartera en el brazo. GAS miró la hora.
—Vaya, ya es tarde —suspiró. Eran casi la una de la madrugada.
LALI no pudo impedir que un bostezo se le escapara de los labios. El rubio sonrió.
—Que flojita resultaste ser, LALI.
—Claro que no —dijo y otra vez bostezó —Podría ir a bailar toda la noche, en este mismo momento.
—Sí, como si lo fuera a permitir —dijo él.
—Ja, como si fueras mi padre…
—Soy tu médico —le golpeó levemente la punta de la nariz —Es casi lo mismo.
Ella rió quedamente. Todo estaba demasiado tranquilo a su alrededor para ser una noche de Nueva York. Ella observó detenidamente todo.
—Bien, creo que es hora de irme —habló luego de rato de silencio.
—Tengo el auto a una cuadra, te llevo —le ofreció.
—No —negó levemente —No te molestes. Yo me tomo un taxi.
—No es ninguna molestia, LALI.
—Es que… —se mordió los labios —Aun no sé a donde ir…
GAS frunció el ceño.
—¿Cómo que no sabes a dónde ir? —inquirió.
—Es largo de explicar —suspiró ella.
—No puedo dejarte sola en la calle, LALI—razonó moviendo nerviosamente los brazos en el aire —No me quedaría tranquilo.
—GAS, no tienes por qué…
—Sí, sé que no tengo por qué preocuparme… pero lo hago —la miró fijamente a los ojos. LALI sintió como sus mejillas se enrojecían rápidamente. Alex sonrió nervioso y luego se rascó la nuca —Quiero decir, eres mi paciente, estás embarazada, ¿Qué clase de hombre sería si te dejo aquí, en medio de Nueva York, sola?
—No me va a pasar nada —aseguró ella.
—¿Por qué no vienes a mi casa? —dijo al instante.
—¿Qué? —preguntó algo sorprendida.
—Sí, solo hasta que decidas a donde ir —buscó las llaves del coche dentro de su bolsillo y se las mostró —Sino me quedaré aquí contigo y ambos moriremos de frío.
—No —sonrió ella —Está bien, vamos a tu casa, me prestas tu baño y luego veo a donde voy.
—Trato hecho —le estrechó la mano y ella la tomó sin dejar de reír.
Se dirigieron al auto, entonando la famosa canción New York de Frank Sinatra mientras los ojos curiosos los miraban divertidos. El viaje también fue entre risas y un par de anécdotas de la infancia de GAS. El auto se detuvo frente a un lujoso edificio.
—Wow —dijo LALI mirando por la ventana como si fuera un cachorrito apoyado en la ventana de la veterinaria, mirando a los niños pasar.
—Sí, no sé por qué es tan grande —dijo él —Me lo regaló mi padre cuando me recibí. Pensé en mudarme muchas veces, pero nunca lo hago.
Se bajaron del auto y entraron rápidamente. Al instante el calor recorrió el cuerpo de la morena y soltó un suspiro de alivio. Se acercaron al ascensor y GAS marcó el piso veintidós.
—Vaya que vives alto —dijo.
—La vista es increíble… ya verás.
Llegaron y al entrar LALI observó todo con admiración. Ella esperaba que todo fuera muy ostentoso y brillante. Pero era más bien cómodo y practico. Y claramente estaba bien decorado.
—¿Quién decoró todo? —le preguntó.
—¿Quién crees? —dijo él mientras dejaba sus cosas sobre una hermosa mesa de roble.
—¿Tú? —inquirió no muy segura. Él rió y negó con la cabeza.
—No, mi madre…
—Oh, me lo tuve que haber imaginado —asintió sin dejar de mirar a su alrededor.
GAS le indicó en dónde estaba el baño. Ella se lo agradeció y corrió a usarlo. Eso era una de las desventajas de los embarazos. Jamás se dejaba de ir al baño. Para salir tranquila tendría que tener un baño portátil en la cartera.

Salió aliviada y con el sueño renovado, quería dormir. Recorrió el pasillo de vuelto a la sala y observó los cuadros en las paredes. Sin duda cuadros de Antonieta. Eran únicos. Llegó a donde estaba GAS, y lo encontró parado frente a un enorme ventanal, tomando un poco de agua. Él se giró a verla y le hizo un gesto para que se acercara.
—Mira como duerme Nueva York —le dijo.
LALI caminó hasta posarse a su lado y miró fascinada las luces de los demás edificios. Aquello era más que hermoso.
—Es increíble —aseguró ensimismada en la vista.
—¿Quieres un poco de agua? —le preguntó alejándose.
—Sí, por favor —dijo y también se alejó de la ventana para dejarse caer en el cómodo sillón. Tomó el control remoto y prendió la tele —Los cuadros del pasillo son de tu hermana, ¿cierto?
—Sí —contestó desde la cocina —Cada obra de arte que está aquí es de ella. No me deja tener nada de otros artistas. Es capaz de matarme.
—Ya lo creo —dijo divertida.
Ella comenzó a hacer zapping con el control remoto. Su dedo dejó de apretar el botón de cambio cuando sus ojos captaron los coloridos dibujos animados. Una sonrisa apareció en su rostro, como si fuera una niña de cinco años. Phineas y Ferb 2 dimensión, la película. Se quitó el abrigo y se acomodó mejor, para mirar contenta. GAS volvió con el vaso y se lo entregó.
—Muchas gracias —dijo ella sin quitar la mirada del televisor.
—¿Qué miras? —quiso saber él mientras se sentaba a su lado.
(...)despertador que había puesto. Se sentó rápidamente en su cama y miró a su alrededor. Salió de su cuarto y caminó hacia la habitación de LALI. Ella no había vuelto, y eso lo hacía pensar demasiado. Para su suerte, estaba solo, MERY había recibido una llamada a la noche y se había ido, dejándolo solo con sus pensamientos. Todavía no salía de su cabeza lo que había hecho, ¿Cómo podría olvidarlo? Iba a casarse, había aceptado casarse…
—Acepto casarme contigo…
MERY se puso de pie en un salto.
—¿Qué? —inquirió exaltada.
—Lo que escuchaste —continuó —Casémonos…
—Ay, PETER —chilló contenta y se acercó rápidamente a él para abrazarlo con fuerza y empezar a besar su rostro —Te amo, te amo, te amo… Va a ser hermoso, mi amor, perfecto. Voy a encargarme de todo. Tú solo tendrás que esperarme en el altar.
¿Qué había hecho? Sacudió la cabeza. Ya era demasiado tarde para lamentaciones. Era un jodido estúpido, un mal nacido. No sabía ni en donde estaba parado.
El teléfono lo sacó de sus pensamientos. Corrió a contestar.
—¿Hola?
—Buenos días, matón —saludó EUGE. La decepción se apoderó de él. Esperaba que fuera LALI.
—¿Qué hay, loca? —le preguntó tratando de sonar despreocupado.
—Muy bien —aseguró —¿Tú?
—Genial, mejor que nunca —la ironía sonó en cada palabra.
—Uh, eso suena muy mal —dijo divertida —¿Está mi mejor amiga por ahí?
—No —contestó.
—¿Cómo que no? —preguntó.

PETER se quedó completamente desquiciado. No podía pedirle tranquilidad. Su cabeza acababa de imaginar millones de cosas malas. Si ese infeliz le había hecho algo a LALI, iba a arrepentirse de haber nacido.

5 comentarios:

  1. Peter es un estúpido. Quiero que se muera de celos viendo él acercamiento de lali y gas

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  2. Que se dejen de joder y esten juntos yaaa

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  3. me puedes explicar la ultima parte que no entendi es de donde gas le pregunta que esta viendo a lali en tv desde ahi todo bien pero despues..... aparece una parte de pitt pensamiento luego una parte de mery y nuevamente pitt esa parte no la entendi que onda eh? antes no lo habia notado hasta ahora que lo volvi a leer no se si va asi o que

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