jueves, 23 de junio de 2016

CAPITULO 61

Rocio abrió la caja. Envueltas en delicado papel de seda rosa había unas braguitas «comestibles». Eran de chocolate blanco, con una rosa roja de caramelo en la entrepierna. Rocio se puso como un tomate. 
— ¡Anda! ¡Qué... qué romántico! —exclamé Candy—. Y qué sexy. ¡Esta noche te espera una buena, cielo! Ojalá David me hiciera regalos como ese. Qué soso es este hombre. ¡Para mi cumpleaños va y me regala utensilios de cocina! 
Empezaban a atraer la atención de las mesas circundantes. Rocio cerró enseguida la caja, ruborizada. 
—Es extraño... 
—¿Qué es extraño? —preguntó Tara. 
Rocio se encogió de hombros. 
—Esto no es... no es propio de Nico. 
—¿Habéis tenido alguna pelea? —quiso saber Candy—. ¡Ya sabes lo melosos que se ponen después! 
—Bueno, discutimos, pero ya pasó. Está en casa, cuidando de los niños. 
— ¡ Un hombre metido en casa todo el día con críos pequeños! No me extraña lo de la lencería comestible. ¡Ya está pensando en cómo desfogarse! — apuntó lara. 
—Puede ser —murmuré Rocio. 
— ¡ Está en una racha romántica, cielo! ¡ Disfrútalo! — aconsejó Tara. 
Rocio esbozó una sonrisa. Nico se estaba portando tan bien... Parpadeó, dándose cuenta de lo cerca que había estado de destrozar su matrimonio. Sorbió su café y sonrió a lara. 
— ¡Espero que necesite desfogarse, porque le espera una noche de infarto! — iba a portarse bien con Nico: Se pondría su regalo y lo compensaría con creces. Esa noche... 
Peter tardó menos de una hora en ir de Cayo Hueso a Miami en avión. A mediodía, se encontraba ya en la oficina de Jimmy, leyendo y releyendo los informes forenses, con la esperanza de realizar algún hallazgo. 
VICO tomó asiento y lo miró. 
—¿Adivinas qué? 
—¿Qué? 
—~,Te acuerdas de Harry Nore, el vagabundo al que se le encontró la medalla de San Cristóbal de tu padre y el cuchillo que mató a Gimena? Peter frunció el ceño. 
—¿,Qué pasa con él? 
—Lo han soltado. 
— ¿Cómo? — preguntó Peter incrédulo. 
VICO asintió con disgusto. 
— Lo creas o no, los psiquiatras decidieron soltarlo. Se suponía que debían avisarnos en cuanto lo hicieran, pero acaba de llegarnos la carta... Y lleva en libertad unos seis meses. 
—¿Seis meses? 
— Y los asesinatos empezaron hace cuatro meses. Todas rubias, igual que Gimena, como tú dijiste. ¿Qué opinas? ¿Crees que puede haber sido él? 
— No da el tipo. ¿Te imaginas a Nore seduciendo a alguien? —Peter meneé la cabeza—. Pero... ¿se sabe dónde está ahora? 
VICO hizo un ademán negativo.

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