miércoles, 6 de abril de 2016

CAPITULO 51

En el otro extremo del salón, PETER oyó la risa de BENJAMI AMADEO. Había observado disimuladamente cómo aquel hombre entraba con LALI en el salón y luego el modo en que la devoraba con los ojos. PETER conocía demasiado bien el significado de aquella mirada. Era la mirada de un hombre a quien le gustaba lo que veía, que lo deseaba.
Los dedos de PETER se apretaron contra la base de la copa de vino que tenía en la mano. Luchó con todas sus fuerzas para no dejarse llevar por el deseo de aporrear a AMADEO hasta convertirlo en polvo. Y, para empeorar todavía más las cosas, Lorelei Smythe volvía a estar a su lado, cada vez más pegada a él e intentando conducirlo hacia un íntimo rincón del salón. Se había dejado guiar por ella al principio porque le había cogido desprevenido y no quería ser grosero con la gente con la que se relacionaba LALI y su familia. Pero ya había decidido que iba a darle a aquella pesada exactamente dos minutos más de su tiempo y luego prescindiría de tan molesta compañía.
- ¿Le gusta mi casa, señor LANZANITIEL? - Le preguntó Lorelei cuando se encontraban en una relativa intimidad cerca de las ventanas.
Él ni siquiera se había fijado en el color de las paredes.
- Sí. Es preciosa, señora Smythe.-
- Llámeme Lorelei. Mi marido, que en paz descanse, me compró esta casa varios años antes de su muerte prematura.-
- Le acompaño en el sentimiento - Musitó PETER, con la atención puesta en la pareja que había en el otro extremo del salón.
- Oh, ya hace dos años de su muerte - Dijo haciendo un gesto con la mano para quitarle importancia - Ya tengo el luto bastante superado.-
PETER se forzó a mirarla directamente. Era innegablemente atractiva, con cabello marrón claro y avispados ojos castaños rebosantes de sensualidad. Su cuerpo era exuberante, un hecho patentizado por sus voluptuosos senos, insinuantemente comprimidos contra el brazo de PETER, y la pasmosa cantidad de carne que le sobresalía por encima del escote. Hubo un tiempo, no muy lejano, en que probablemente PETER habría mostrado por ella el mismo interés que ella demostraba por él, y la noche habría culminado en un encuentro sexual mutuamente satisfactorio. Pero las cosas habían cambiado.
PETER miraba a Lorelei Smythe de forma desapasionada, experimentando nada más que una ligera molestia ante sus empalagosas atenciones. Estaba tenso y aburrido, y no había nada que le apeteciera más que cruzar el salón a toda velocidad y lanzar a BENJAMI AMADEO por la ventana. El muy canalla estaba prácticamente desnudando a LALI con los ojos.
Los ojos de PETER se achinaron hasta reducirse a meras ranuras cuando vio que BENJAMI se inclinaba sobre LALI para decirle algo al oído. Independientemente de lo que le hubiera dicho, un atractivo rubor riñó inmediatamente las mejillas de LALI. AMADEO, sin lugar a dudas, iba a salir despedido por la ventana. De cabeza.
- Hacen buena pareja. ¿No cree? - Le susurró Lorelei al oído.
- ¿Quiénes?-
- BENJAMI y LALI, por supuesto, aunque debo decir que me sorprenden un poco los gustos de BENJAMI. Creo que le pega mucho más Lucy. Es mucho más adecuada para él que LALI.-
PETER se volvió hacia Lorelei.
- ¿Eso cree? ¿En qué sentido?-
A Lorelei se le escapó una sonora carcajada.
- Bueno, LALI es tan... No sé muy bien cómo expresarlo. Tan larguirucha y tan poco femenina. Lucy es mucho más señorita, pero parece ser que su corazón ya está ocupado por otro hombre.-
Su mirada se detuvo en Lucy y Marshall, que estaban conversando junto a la chimenea.
- En el caso de que BENJAMI esté realmente interesado por _LALI - Prosiguió Lorelei - Ella sería estúpida si rechazara su proposición. Ya no es ninguna niña, y no puedo imaginarme a ningún otro hombre cortejándola - Miró a PETER a los ojos - ¿Sabe que no hace mucho LALI y BENJAMI tuvieron una relación... Muy estrecha?-
- Sí, pero tenía la impresión de que AMADEO no estaba dispuesto a hacerse cargo de toda la familia de la señorita ESPOSITO.-
«Es evidente que es un completo idiota».
AMADEO... BENJAMI me ha confiado que, puesto que lo más probable es que Lucy se case pronto, y los niños ya no son tan pequeños, cree que podrá convencer a LALI para que delegue parcialmente el cuidado de sus hermanos en Lucy.-
- ¿Ah, sí? - Preguntó PETER con una calma sólo fingida.
Si AMADEO estaba barajando la idea de que LALI dejara tirada a su familia, aquel tipo todavía era más estúpido de lo que él creía. Un impulso arrollador de agarrar a aquel desgraciado por el cuello y sacudirlo hasta que le castañearan los dientes se adueñó de PETER. Mientras contemplaba la posibilidad de dejarse llevar por ese impulso, le interrumpió su fastidiosa voz interior.
«Déjalos en paz. Ella merece ser feliz y, si AMADEO es el hombre que va a hacerla feliz, es mejor que te mantengas al margen. Te vas de Halstead mañana. No la volverás a ver nunca más. No estropees lo que podría ser su última oportunidad para ser feliz».
PETER aspiró profundamente y se obligó a relajarse, a luchar contra aquellos celos que le corroían ante la idea de que LALI estuviera con otro hombre. Ella no era suya, no le pertenecía. No tenía ningún derecho a impedir que LALI estuviera con otro hombre. De hecho, lo mejor que podía hacer por ella era lanzarla en los brazos de BENJAMI. Sólo con pensarlo se le revolvían las tripas.
«¡Maldita sea! No creo que sea capaz de ser tan considerado».
- ¿Le importaría traerme otro vaso de vino? - Le preguntó Lorelei con una voz ronca que pretendía ser seductora.
PETER hizo un esfuerzo por centrarse en su acompañante. La mirada de sugerente invitación en los ojos de Lorelei era inequívoca. La mejor forma de incitar a LALI a pasar la velada con BENJAMI sería ocuparse en otra actividad.
- ¿Un vaso de vino? Por supuesto.-
Cruzó el salón y se dirigió hacia la mesa de las bebidas, contento de poder alejar puntualmente la atención de sus mortificantes pensamientos

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