martes, 19 de abril de 2016

CAPITULO 78




Tres meses más tarde, por fin llegó la vigilia de la boda.
«¡Gracias a Dios!», pensó PETER mientras daba un sorbo a su copa de brandy en la biblioteca de la casa de Londres de su padre.
Esperar tres largos e interminables meses para convertir a LALI en su esposa casi lo mata. Habría preferido desposarla inmediatamente con un permiso especial, pero se dio cuenta de que sería sumamente egoísta de su parte negar a LALI el tipo de boda que se merecía sólo porque él no podía esperar a empezar su vida en común, por no mencionar lo mucho que le costaba no ponerle las manos encima. Además LALI insistió en que, por muchas ganas que tuviera de casarse con él, quería esperar a que se hubiera celebrado la boda de Lucy.
De modo que PETER tuvo que esperar tres terriblemente largos meses, durante los cuales tuvo que movilizar hasta el último ápice de su capacidad de autocontrol para abstenerse de hacer el amor con LALI. Se había volcado completamente en el trabajo para tener la mente y las manos ocupadas.
Inmediatamente después de la boda de Lucy y Marshall, que se había celebrado el mes anterior, LALI y el resto de los ESPOSITO se habían trasladado a Londres. Mientras la casa de los ESPOSITO estaba vacía, PETER lo organizó todo para que la repararan y la reformaran, y LALI se la había regalado a los recién casados como regalo de bodas.
Desde que LALI llegó a Londres, siempre parecía estar ocupada con la madre de PETER y ROCIO preparando la boda. PETER se quejaba de no poder pasar más tiempo con su prometida, pero el mero hecho de tenerla cerca, sabiendo que dentro de pocas semanas estarían juntos, le llenaba de una dicha hasta entonces desconocida para él.
Él se encargó de buscar tutores para Nathan y Andrew y dedicó una considerable cantidad de tiempo a enseñar Londres a los chicos y a Callie mientras las mujeres ultimaban los detalles de la boda.
Pierre estaba cómodamente instalado en la cocina de PETER, y Grimsley, resplandeciente con su librea granate y dorada, se encargaba de contestar a la puerta. Winston estaba a cargo del mantenimiento del edificio, un trabajo que se tomaba muy en serio, tan en serio como su incipiente coqueteo con el ama de llaves de PETER.
Y ahora, por fin, después de tanto esperar, de tantas noches sin dormir, completamente solo, dando vueltas en su enorme cama y con el cuerpo tenso y dolorido, por fin iba a concluir la larga espera. Al día siguiente, _LALI sería su esposa. Aquélla era la última y maldita noche que tendría que pasar sin ella.
Apoyando las botas en una otomana, James cerró los ojos, recostó la cabeza en el respaldo de la silla y emitió un largo y sonoro suspiro de satisfacción.
- Pareces bastante satisfecho - Dijo Gregory mientras entraba en la habitación.
Tomó asiento en una butaca orejera que había enfrente de James.
- Lo estoy - Asintió PETER sin dudarlo.
Miró a su hermano de arriba abajo. Durante los tres últimos meses Gregory había experimentado un profundo cambio. Desde el horrible episodio con Melissa, Gregory había recapacitado sobre su vida y había hecho algunas mejoras espectaculares. Ahora se tomaba las cosas mucho más en serio y era mucho más responsable y, por primera vez en su vida, mostraba interés por cosas distintas de sí mismo. Había dejado de jugar y de beber en exceso. Siguiendo la sugerencia de LALI, PETER había encargado a su hermano la gestión de dos pequeños feudos.
«Si le demuestras que crees en él y confías en él, estoy segura de que estará a la altura de tus expectativas».
PETER se tomó aquel consejo con un gran escepticismo, pero hizo caso a LALI y comprobó, para su sorpresa, que ella tenía razón. Gregory estaba haciendo un trabajo admirable.
Gregory levantó su copa en el aire y propuso un brindis.
- Porque, al fin, ha llegado tu última noche como solterón - Dijo con una medio sonrisita.
- Amén - Dijo PETER fervientemente.
Tras tres meses de celibato, se sentía como si estuviera a punto de explotar.
Estuvieron varios minutos sentados en silencio, bebiendo brandy y observando la danza de las llamas. Al final, Gregory rompió el silencio.
- Quiero... Eh, quiero que sepas... - Empezó, pero se calló súbitamente.
PETER se volvió para mirarle y se sorprendió al ver que se había ruborizado.
- ¿Sí?-
- Quiero que sepas que durante los últimos meses... - Gregory carraspeó - Te agradezco mucho la confianza que has depositado en mí, PETER. Soy consciente de que nunca hemos tenido una relación muy estrecha y que, después de lo que pasó con Melissa...-
- Lo que pasó con Melissa no fue en absoluto culpa tuya, Greg - Dijo PETER con voz serena.
- Supongo que no, pero sigo sin poder evitar sentirme en cierto modo responsable.-
- No lo hagas. Eso es agua pasada. Y no es necesario que me des las gracias. Me has demostrado que mereces mi confianza con tu trabajo y tu buen sentido de los negocios.-
Volvió a hacerse el silencio; el único sonido en la habitación era el crepitar del fuego.
- LALI me cae muy bien - Dijo Gregory al cabo de varios minutos - Es como un soplo de aire fresco.-
- Sí, lo es.-
«Aire fresco con olor a rosas.»
- Mamá se ha encariñado mucho con ella, y ROCIO la quiere con locura - Prosiguió Gregory - Pero lo más sorprendente de todo es la reacción de papá.-
PETER soltó una risita.
- Sí. Parece un milagro, ¿Verdad?-
- Creo que papá ha caído bajo una especie de hechizo.-
- Desde luego - Asintió PETER - Trata a LALI con una asombrosa ternura. Pero, en cierto modo, no me sorprende. Cuando conocí a Callie, recuerdo que me dijo que yo también iba a querer a LALI, que todo el mundo la quería.-
- Vaya niña tan lista - Dijo Gregory con una sonrisa.
- Muy lista.-
- Es una lástima que LALI no tenga más hermanas - Dijo Gregory con tristeza - Lucy ya está casada, y Callie es demasiado pequeña.-
- Siempre te queda la opción de tía JUSTINA- Recordó PETER a su hermano con una mirada maliciosa - Creo que me has sustituido en su lista de afectos.-
Gregory se rió.
- Es todo un personaje. Esta mañana se me ha salido un zapato cuando estaba en el salón y me he agachado para volvérmelo a poner. Tía JUSTINA ha entrado en el salón como Pedro por su casa y me ha preguntado qué hacía. Yo le he contestado: «se me ha salido el zapato.» Ella se ha sonrojado, me ha dicho: «si insiste», y me ha dado un fuerte abrazo de oso. Luego me ha señalado con el dedo y me ha llamado joven desvergonzado.-
Una sonrisa arqueó los labios de PETER.
- Sí. He heredado una pandilla bastante pintoresca.-
- Y no te olvides de los perros - Le recordó Gregory - Ya sabes, los tres sabuesos de Mayfair.-
PETER resopló.
- No me lo recuerdes.-
- Por lo menos no tendrás que preocuparte demasiado por que alguien pueda entrar a robar en tu casa con esas bestias dentro.-
- Me siento completamente seguro - Asintió PETER - Me temo que la porcelana será la que se llevará la peor parte.-
- Destrozarán hasta el último de los muebles que posees - Le avisó Gregory entre risas.
La imagen de LALI, riéndose y jugando con aquellos inmensos perros, acudió de súbito a su mente.
- Desde luego. Pero me compensa con creces, Greg. Créeme, con creces.-

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