domingo, 27 de marzo de 2016

CAPITULO 31

- Tienes razón, PETER. Tal vez sea mejor que bañes a Winky, Pinky y Stinky.-
Le faltó poco para reírse a carcajadas cuando vio que PETER se ponía lívido.
- No, lo del jardín está bastante bien - Se apresuró él a rectificar.
- Tranquilo. Te prometo no obligarte a hacer nada indecoroso.-
- ¡Gracias a Dios! - PETER se levantó y se dispuso a coger la garrafa de brandy que había junto a la ventana - ¿Te importa que me sirva una copa?-
- Por supuesto que no. Ya te lo dije ayer, siéntete como en tu propia casa. Sírvete tú mismo, siempre que lo desees. Me alegra saber que alguien sabe apreciar el brandy de mi padre.-
- Muy agradecido.-
La miró con curiosidad. Un demonio interior, tal vez uno que quería demostrarle que él también podía comportarse de forma no convencional, le incitó a preguntarle:
- ¿Te apetece acompañarme?-
Ella levantó las cejas.
- ¿Yo?-
- Sí. Tu victoria bien merece un brindis. ¿Has probado el brandy alguna vez?-
- No, pero el brandy no es una bebida de mujeres - Contestó ella con una mirada maliciosa - Seguro que tú ya lo sabes.-
- Prometo no contárselo a nadie - Contestó él en tono divertido e incitador - ¿No sientes curiosidad por probarlo? Te aseguro que es un brandy excelente - Le alargó una copita - Pruébalo.-
LALI miró intrigada el líquido de color ámbar. El capitán Haydon Mills tomaba brandy a menudo, y LALI pensó que, si escribía sobre ello, por lo menos debería probarlo. Con finalidad exclusivamente literaria, por descontado.
Espiró sonoramente en señal de resolución y dijo:
- Como diría Winston: ¡Arriba, abajo, al centro y «pa» dentro!-
Y se tragó toda la copa de un solo trago. El fuerte licor dejó un ardiente rastro en la garganta de LALI, dejándola sin aliento y con lágrimas en los ojos.
- ¡Santo Dios! - Dijo respirando con dificultad. Y luego empezó a toser.
PETER se levantó y la ayudó a ponerse de pie. Colocándose detrás de ella, le dio palmaditas en la espalda hasta que ella dejó de toser.
- ¿Te encuentras bien? - Le preguntó cuando vio que volvía a respirar con normalidad.
LALI asintió sin demasiada convicción.
- Sí, ahora sí - Dirigió a PETER y a su copa de brandy todavía intacta una hosca mirada - ¿Cómo puedes beberte algo tan asqueroso? Es repugnante.-
Él contuvo una carcajada.
- Se supone que debe beberse a sorbos, no de un trago.-
- Y me lo dices ahora - Le dirigió una tímida sonrisa, que se desvaneció en cuanto sintió un repentino mareo - ¡Dios mío! Me siento bastante indispuesta.-
PETERs la tomó del brazo y la guió hasta un largo sofá de brocado que había delante de la chimenea.
- Siéntate - Le dijo mientras la ayudaba a sentarse, y luego se sentó a su lado - ¿Un poco mejor?-
LALI asintió.
- Lo siento, me he sentido tan rara durante un momento…-
Se reclinó sobre el respaldo y cerró los ojos. Sintió una repentina oleada de calor y mareo al mismo tiempo, que le dejó con una extraña y líquida sensación de languidez.
- ¡Santo Dios!-
PETER la estudió detenidamente, recorriendo lentamente su rostro con la mirada, fijándose en la delicada piel de sus pómulos, la sensual prominencia de sus labios, la elegante curvatura de su largo cuello.
- Te has bebido de un trago una generosa copa de brandy. Y el hecho de que apenas hayas probado la cena no va a ayudarte demasiado.-
LALI miró a PETER visiblemente sorprendida.
- ¿Cómo sabes que apenas he probado la cena?-
«No podía apartar los ojos de ti».
Siguió repasándola con la mirada y se detuvo en su vestido. En vez de responder a su pregunta, le preguntó:
- ¿Acaso el marrón es tu color favorito?-
Ella abrió los ojos de par en par.
- ¿Qué?-
- Todos los vestidos que llevas son de color marrón. ¿Es ése tu color favorito?-
Ella volvió a cerrar los ojos.
- No particularmente. El marrón está bien porque es un color muy sufrido, disimula la suciedad.-
- ¿No tienes ningún vestido de otro color? - Le preguntó él, imaginándose el aspecto que debía de tener con un vestido azul claro, del mismo color que sus ojos.
- Por supuesto que sí, tengo dos vestidos grises.-
«Dos vestidos grises» Aquellas palabras se le clavaron a PETER en el corazón. Ella las había dicho con una gran naturalidad, sin el menor signo de avergonzarse de ello. Jamás conocería a nadie tan poco vanidoso. Para contener el impulso de tocarla, ahuecó las palmas alrededor de la copa de brandy y apretó con fuerza contra el cristal.
- Lucy tiene vestidos de muchos colores - Señaló él.
- Sí. ¿No son preciosos? - Una tierna sonrisa iluminó su rostro - Lucy está en una edad en que los caballeros están empezando a fijarse en ella, especialmente uno de ellos. Es importante que se arregle para estar guapa. Le aconsejaré que se ponga su nuevo vestido verde claro para ir a la fiesta que dará Lorelei Smythe la próxima semana - Abrió los ojos y sonrió a PETER como si estuviera soñando despierta - A Lucy le sienta estupendamente el verde claro, ¿Sabes?-
Incapaz de controlarse, James alargó la mano y tocó suavemente la sonrojada mejilla de LALI.
- ¿Y tú irás también de verde claro?-
Ella se rió y negó repetidamente con la cabeza.
- No. Me pondré uno de mis vestidos grises.-
Como él seguía observándola, ella dejó de sonreír. Hizo un esfuerzo por incorporarse y le dijo:
- Te has puesto serio. ¿He dicho o hecho algo que te haya molestado?-
Él siguió recorriendo el rostro de LALI con la mirada.
- Qué va. Sólo me estaba imaginando lo preciosa que estarías con un vestido verde claro. O azul claro, a juego con tus ojos.-
A LALI se le escapó una risita indecorosa seguida de un hipo nada femenino.
- ¡Dios mío! ¿Qué diablos lleva ese brandy? - Se apretó las sienes con las yemas de los dedos - ¿Y bien? ¿De qué estábamos hablando? Ah, sí. Vestidos. Gracias por tus amables palabras, pero hace falta algo más que un vestido de color claro para hacerme parecer preciosa.-
Dejando su copa intacta sobre una mesita de caoba, PETER ahuecó las palmas en torno al rostro de LALI.
- Al revés - Dijo con dulzura mientras le acariciaba suavemente las mejillas con los pulgares - No se me ocurre nada que, de algún modo, pueda hacer sombra a tu hermosura, incluyendo los vestidos grises o marrones.-
Ella lo miró con los ojos como platos, y él enseguida leyó la confusión en su mirada.
- No es necesario que me digas cosas bonitas, PETER.-
Aquellas palabras se le volvieron a clavar a PETER en el corazón. Era tan preciosa. Por dentro y por fuera.
- Eres hermosa, LALI. Absolutamente hermosa - El rubor bañó el rostro de LALI y se dibujó una tímida sonrisa en sus labios - ¿Nunca te lo había dicho nadie? - Preguntó él.
Su rubor se intensificó.
- Solamente mi madre y mi padre. Nunca un hombre.-
- ¿Ni siquiera AMADink?-
- AMADEO. Y no.-
- Ese hombre es estúpido.-
A LALI se le volvió a escapar otro hipo y una risita.
- De hecho, por lo visto es poeta.-
- ¿Poeta? ¿Y no te dijo nunca que eras hermosa?-
- No. Al parecer, le dio por la poesía después de romper nuestro compromiso - Se inclinó hacia delante y le confesó - Es obvio que yo no era el tipo de mujer adecuado para despertarle la vena poética.-
A pesar de su actitud aparentemente despreocupada, PETER supo detectar cierta nota de amargura en aquellas palabras, una amargura que él se sentía impelido a desterrar.
- Te aseguro que tú podrías inspirar la vena poética en cualquier hombre.-
- ¿Ah, sí? - Una chispa de malicia iluminó los ojos de LALI - ¿Hasta en ti?-
- Hasta en mí.-
- No te creo.-
- Me encantaría demostrártelo… Pero te costará lo que nos hemos apostado.-
- ¿Te refieres a que entonces no podré obligarte a arrancar las malas hierbas del jardín?-
- Exactamente.-
LALI se dio varios golpecitos en la mejilla con los dedos mientras consideraba ambas opciones.
- Está bien - Levantando una ceja con malicia, añadió - Así podré poner a prueba tus dotes como tutor, comprobando lo bien que manejas el lenguaje - Se puso cómoda de una forma un tanto teatral, colocándose ruidosamente la falda alrededor del cuerpo y luego dijo - Estoy lista. Soy todo oídos.-

1 comentario:

  1. Esta semana encontré tu blog, es muy bueno, me gustaron las historias :)

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