Con fingida concentración, PETER inspeccionó atentamente el rostro de Andrew. Era tan imberbe como un bebé.
- Hum. Es verdad, Andrew. Creo que te está empezando a salir bigote. Predigo que tendrás que empezar a afeitarte muy pronto - Casi se le escapa una sonrisa ante el evidente alivio del chico - Por supuesto - Prosiguió PETER - Cuando un hombre empieza a afeitarse, todo cambia drásticamente.-
Los dos chicos se sentaron y enderezaron la espalda, con los ojos como platos.
- ¿Todo cambia? - Repitieron al unísono - ¿En qué sentido?-
PETER dudó, intentando encontrar las palabras adecuadas, y maldijo para sus adentros su falta de experiencia para impartir algún tipo de sabiduría masculina a su entregado público. Sabiendo que se había metido en camisa de once varas, pero decidido a intentarlo, inspiró profundamente y se lanzó.
- Una vez que te haces hombre, la vida se vuelve... Complicada. Hay innumerables normas que seguir y te asaltan muchas obligaciones y responsabilidades. Tienes que aprender a confiar en ti mismo. El mundo está lleno de gente de la que no te puedes fiar, que intentará aprovecharse de ti o hacerte daño.-
«O matarte».
Nathan se acercó rápidamente a PETER hasta que chocaron sus rodillas y le dijo:
- Pero LALI nunca permitiría que nadie nos hiciera daño. Ella nos protege y cuida de nosotros.-
- Sí, es verdad - Asintió PETER - Pero cuando te conviertas en un hombre, serás tú quien tendrá que cuidar de ella. Y también de Lucy y de Callie.-
Andrew se puso serio de repente.
- Pero no tendré que asistir a las aburridas meriendas de Callie, ¿Verdad que no?-
- Cuando digo «cuidar de ellas», me refiero a ser considerado con ellas - Aclaró PETER - Respetarlas, hacer cosas por ellas sin protestar. Protegerlas de todo mal y de la gente mala. Créanme, no todo el mundo es tan bueno y generoso como vuestra familia, de modo que tienen que estar atentos para protegerlas y proteger a los vuestros - Dudó un momento y luego añadió - Y, por supuesto, luego está el tema de... Las chicas.-
Nathan soltó un bufido.
- ¿Chicas? ¡Menuda tontería! Yo no soporto a las chicas. Sólo quieren jugar con muñecas y no soportan ensuciarse.-
PETER le despeinó.
- Lo verás diferente dentro de unos años.-
- ¿Cuándo necesite afeitarme?-
Conteniendo una risita, PETER contestó:
- Sí, Nathan. Ese es más o menos el orden de los acontecimientos. Primero te das cuenta de que te gustan las chicas, luego te empiezas a afeitar y luego te conviertes en un hombre.-
Los ojos de Nathan brillaron como si, súbitamente, hubiera caído en la cuenta de algo.
- ¡Por eso a Andrew le está empezando a salir bigote! ¡Es porque le gusta Lizzy Mayfield!-
- ¡No es verdad!-
Intentando evitar la incipiente discusión, PETER puso una mano en el hombro de cada uno de los chicos.
- Ya basta, caballeros. Nathan, haz el favor de dejar de meterte con tu hermano. Entenderás por qué cuando tengas catorce años. Y tú, Andrew, no hay nada malo en que te guste una chica. Tan sólo es una parte de hacerse mayor - Y, dirigiéndole un guiño de complicidad, añadió - La mejor parte.-
Andrew esbozó una sonrisa.
- Gracias, señor LANZANITIEL. Yo...-
- ¡Ahí están!-
PETER se giró y vio a LALI Lucy y Callie avanzando entre las altas hierbas del prado.
Nathan se puso de pie de un salto y dijo:
- Voy a coger la armadura de nuestro escondite secreto antes de que lleguen.-
Y desapareció entre los árboles.
- Parece ser que nuestra conversación de hombre a hombre ha llegado a su fin - Dijo PETER.
- ¿De hombre a hombre? - Preguntó Andrew, con los ojos como platos.
PETER asintió.
- De hombre a hombre.-
Luego tendió la mano a Andrew. La mirada del chico se deslizó del rostro a la mano de PETER. Tragó saliva visiblemente y luego estrechó con fuerza la mano de PETER. La gratitud que brillaba en los ojos de Andrew llenó a PETER de orgullo.
- ¡Mira qué castillo! - Chilló Callie, batiendo palmas mientras corría hacia la estructura.
LALI y Lucy inspeccionaron el muro y lo declararon una maravilla arquitectónica. Luego se reunieron con Andrew y PETER.
Apoyándose en los codos, PETER decidió concederse una satisfacción y se permitió mirar a LALI. Deslizó la mirada hasta su rostro y se le desbocó el corazón al comprobar que ella estaba mirando fascinada su camisa medio desabrochada. Inmediatamente PETER se la imaginó tocándolo, desrizándole las suaves manos por el pecho, los hombros, y descendiendo luego por la espalda. El dolor le atenazó las partes íntimas y se sentó de golpe, con expresión de seriedad.
«¡Santo Dios! ¡Esta mujer es capaz de endurecer mi virilidad sólo con mirarme! Si no vuelvo pronto a Londres y hago una visita a mi amante, voy a volverme loco».
- ¿Dónde está Nathan? - Preguntó Lucy, escudriñando el prado con la vista.
- Ha ido a buscar la armadura a nuestro escondite secreto - Contestó Andrew.
- Voy a buscarlo - Dijo Callie, corriendo hacia el bosque - Ya sé dónde está vuestro escondite secreto.-
- ¿Cómo lo sabes? - Le gritó Andrew.
Callie se limitó a reír entre dientes y se dirigió hacia el bosque.
- ¿Está lejos? - Preguntó LALI viendo que Callie cruzaba el prado corriendo y entraba en el bosque.
- No, está justo después de pasar ese grupo de árboles - Dijo Andrew señalando un denso robledal.
- Dígame, señor LANZANITIEL - Le preguntó Lucy sonriéndole - ¿Cómo le han convencido Andrew y Nathan para que les ayude a construir Camelot? En el desayuno ha mencionado que había perdido una apuesta.-
PETER dirigió una mirada de soslayo a Andrew.
- Andrew apostó que su hermana me ganaría al ajedrez. Yo no le creí, aunque debería haberlo hecho - Su mirada se cruzó con la de LALI - Ella me dio una paliza. Y construir Camelot ha sido el precio que he tenido que pagar por dejarme ganar.-
- ¡Qué lástima que no te apostaras nada con el señor LANZANITIEL, LALI! - Dijo Andrew entre risas.
- Sí, ya lo creo que lo hizo - Dijo PETER regodeándose con una lenta sonrisa, sin poder evitar pinchar a LALI. Le encantaba ver cómo se le sonrojaban las mejillas - Ya he zanjado mi deuda con tu hermana - Contestó a Andrew sin apartar los ojos del ruborizado rostro de LALI - Ella no es ninguna negrera, como tú y Nathan.-
Andrew miró a PETER con una gran curiosidad.
- ¿Qué le hizo hacer?-
- Me hizo...-
- ¡Santo Cielo! Se está haciendo tarde.-
Interrumpió LALI, con un tono de voz que denotaba una mezcla de vergüenza y desesperación. Frunció el ceño y dirigió una mirada de aviso a PETER Antes de que Andrew pudiera satisfacer su curiosidad, la atención del grupo se centró en Callie. Acababa de salir del bosque y estaba corriendo por el prado mientras agitaba los brazos frenéticamente.
- ¡LALI! ¡LALI! ¡Ven, deprisa!-
El miedo se apoderó de LALI cuando vio los ojos abiertos de par en par de Callie y percibió el pánico en su voz. Corrió inmediatamente hacia la niña, alejándose de Andrew, PETER y Lucy. Cuando llegó hasta Callie, se arrodilló y apartó los rizos del asustado rostro de la pequeña.
- ¿Qué pasa, Callie? ¿Qué ha ocurrido?-
- Es Nathan - Dijo Callie jadeando y con los ojos como platos - Se ha caído, creo que de un árbol, y está herido. Le he oído quejarse y lo he encontrado, pero no me contesta cuando le hablo.-
A LALI se le cayó el alma a los pies.
- Llévame adonde está - Le ordenó, intentando mantener la calma.
- ¿Qué ha pasado? - Preguntaron PETER, Andrew y Lucy sin aliento y al unísono.
- Nathan se ha caído de un árbol y está herido - Dijo LALI lacónicamente - Guíanos hasta él, Callie.-
El grupo siguió a la pequeña, que entró en el bosque, pasó de largo un alto robledal y señaló:
- Ahí está, al pie de ese árbol.-
LALI corrió hacia allí y al cabo de varios minutos encontró a Nathan, hecho un ovillo debajo de un árbol, con un saco entre los brazos.
- ¡Dios mío! - Susurró LALI mientras se le aceleraba el pulso.
Nathan tenía un hilillo de sangre en la sien y el rostro de una palidez mortecina.
- ¿Está bien? - Preguntó PETER visiblemente preocupado, arrodillándose junto a LALI.
- No... No lo sé - Susurró, apenas capaz de pronunciar palabra con el pesado nudo que se le había hecho en la garganta.
Alargando el brazo, colocó un dedo en el cuello de Nathan, rezando para encontrarle el pulso. Cuando palpó un latido regular y fuerte, casi se desmaya del alivio.
- El pulso es normal - Consiguió decir.
- Gracias a Dios - Dijo Lucy. Tomó a Callie y a Andrew de la mano y dejó que LALI
Con la ayuda de PETER, LALI examinó al niño en busca de posibles huesos rotos.
- Por lo que he visto - Dijo LALI al cabo de varios minutos - Creo que no se ha roto ningún hueso. Parece que sólo se ha dado un golpe en la cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario