domingo, 6 de marzo de 2016

EPILOGO

Tres años después…

¿Qué tan complicado podía ser organizar un cumpleaños para una niña de tres años? Era soltó un suspiro de irritación mientras terminaba de decorar la torta. Estaba agotada, y molesta. Se pasó el dorso de la mano sobre la frente, intentando limpiar el sudor. Hacía bastante calor en aquella cocina....
—¿Mami? —ella se giró ante la pequeña y suave voz. Su hija entraba en la cocina con su peluche favorito de la mano y en pijama.
—¿Qué pasa, mi amor? Deberías estar durmiendo —le dijo ella y dejó las cosas a un lado para limpiarse las manos y acercarse a ella.
—¿Dónde esta papi? —le preguntó. LALI soltó un suspiro y la alzó en brazos. PETER se había ido luego de la cena, ya que había peleado por una estupidez. Y todavía no regresaba.
—Papi se fue… a ver al tío NICO —le dijo lo primero que se le ocurrió. Acomodó su oscuro y lacio cabello, mientras miraba fijo sus enormes ojos miel.
—¿Mamá enojada con papi? —inquirió.
La morena sonrió levemente. Podía ser que su hija fuera apenas una pequeña de tres años, pero era muy inteligente. Y se daba cuenta de todo enseguida.
—Mamá y papá tuvieron una charla intensa por no estar de acuerdo en algo…
—Y ¿po qué no dar besos y abazos? Eso siempe ayuda…
LALI besó su frente y la abrazó contra su pecho.
—Sí, siempre ayuda —le dio la razón. Y es que en realidad ella tenía razón. Se dijo que era una estúpida por dejar que la organización de una fiesta la alterara tanto para terminar peleando con él. PETER solo había dicho ‘es solo un cumpleaños’ y ella había saltado como un fuego artificial. ¡No era solo un cumpleaños! ¡Era el primer cumpleaños en donde su hija invitaría a otros niños! Era muy importante. Pero la verdad era que discutir había sido estúpido. Llevaba casada con ese cabeza-dura y posesivo hombre un poco menos de tres años. La locura de Las Vegas había puesto locos a todos. Pero aceptaron felices. Y luego hicieron algo más formal y familiar. Se mordió el labio inferior al recordar su ‘segunda noche de bodas’ Soltó un suspiro. Cuando él llegara lo abrazaría y besaría como su hija había aconsejado. Amaba a ese cavernícola.
Se puso de pie y decidió llevar a la pequeña a su cuarto. ALLEGRA se había vuelto a dormir en sus brazos, así que la apoyó con cuidado y la tapó bien. Besó su rostro y salió con cuidado de la habitación. Al llegar a la sala se sorprendió al verlo allí parado. Él acababa de entrar a la casa. Se miraron fijo, y el corazón de ella comenzó a latir con fuerza. Siempre era así, y cada día que pasaba lo amaba un poco más. No podía entenderlo.
—Hola —saludó él en voz baja.
—Hola —dijo ella y miró un segundo al suelo antes de volver la vista a él —PETER, yo…
—Lo lamento —dijo él antes de que ella terminara —A veces creo que la parte idiota en mí sale sin permiso…
Ella se mordió el labio inferior y corrió rápidamente hacia él para tomar su rostro y besarlo en los labios. Lo besó hasta que el aire comenzó a faltarle. Alejó su rostro del suyo y lo miró a los ojos.
—Yo también lo siento —susurró agitada —No debería haberme alterado por una estupidez.
Él la abrazó más contra su cuerpo y apoyó la frente sobre la suya. Cerró los ojos y se quedó en silencio. Ellos no discutían casi nunca, pero cuando pasaba él siempre se iba para pensar e intentar solucionar el problema. Siempre volvía dispuesto a pedir perdón, porque no podía vivir sin ella. No podía pasar ni una sola noche sin ella entre sus brazos. Sería una tortura. Respiró profundamente, llenando su cuerpo del suave olor a mujer y pastel que ella tenía. Movió un poco el rostro y rozó sus labios.
—Te amo, ¿sabes?
—Sí – suspiró sobre su boca —Y yo te amo a ti…
—¿Nos casamos de nuevo? —inquirió. LALI rió y se alejó de él para volver a entrar en la cocina. Él la siguió encantado y la abrazó por detrás mientras ella volvió a su labor de decorar la torta —¿Mi princesa duerme?
—Hace un rato vino aquí y me preguntó por ti —le contó —Me dijo que con besos y abrazos solucionaríamos todo.
—Inteligente como el padre —aseguró.LALI se relajó entre sus brazos. Su calor la envolvía y la hacía sentir segura.
—Sí —asintió —Y mañana cumplirá tres años…
—El tiempo ha pasado volando, amor —suspiró y apoyó el mentón sobre su hombro.
—¿Dónde estuviste? —preguntó ella por curiosidad, mientras un poco de crema manchaba su delantal de cocina.
—Fui a ver a mis padres —le dijo —Mamá dijo que mañana estaría aquí temprano para ayudarte con lo que falta.
—Oh, eso es estupendo —aseguró. PETER depositó un suave beso al costado de su cuello. Ella cerró los ojos y lo dejó hacer. Él siempre estaba besándola, tocándola, no podía sacar sus manos de ella. Entonces supo que debía decírselo cuando apoyó las manos sobre su vientre. Giró entre sus brazos hasta mirarlo fijo a los ojos —Tengo que decirte algo…
—¿Qué? —preguntó por lo bajo. Su rostro adquirió una mueca de preocupación.
—Hay… una gran… posibilidad de que… —se quedó callada. No sabía si decirle o no. Porque todavía no estaba del todo confirmado. Pero había llamado a GAS esa mañana para pedirle un turno. Porque tenía todos los síntomas. No quería ilusionarlo. Pero algo dentro de ella le decía que sí, que dentro de varios meses serían papás otra vez.
—¿Qué pasa, LALI? —inquirió ya preocupado —Sabes que no tolero es suspenso.
Ella rió levemente y tocó su rostro.
—Puede ser que esté embarazada —dijo al fin. Él se quedó completamente quieto. Sus ojos fijos en los de ella —¿No irás a desmayarte de nuevo, verdad?
Entonces él comenzó a reír fuertemente, haciendo que ella intentara callarlo porque iba a despertar a su hija. PETER la alzó en brazos y besó sus labios, completamente lleno de alegría.
—¿Otro hermoso y perfecto bebé? —dijo cuando la soltó —Hay que llamar a nuestros padres…
—¡No! —exclamó deteniéndolo —Aun no, PETER… todavía no está confirmado. Llamé hoy a GAS y él me verá en la semana para hacer unos análisis.
PETER se arrodilló frente a ella, le quitó el delantal y levantó su remera, para suavemente apoyar la oreja contra su vientre. LALI sonrió emocionada y metió una mano entre sus cabellos para acariciarlo. PETER se quedó quieto y en silencio por varios segundos. Hasta que levantó la cabeza para mirarla.
—Hemos trabajado mucho, amor —dijo con picardía. LALI se sonrojó —Y te aseguro que allí hay una cosita tuya y mía latiendo muy fuerte.
—¡Papi! —exclamó ALLEGRA entrando rápidamente a la cocina. PETER giró y la abrazó con fuerza cuando la pequeña estuvo entre sus brazos. Esa niña era la luz de sus ojos. Cada vez que ella sonreía él era malditamente feliz. Se puso de pie con ella en brazos y la miró a la cara.
—Hola, princesa, ¿Qué haces despierta? —le preguntó mientras besaba su rostro. ALLEGRA colocó sus manos en sus mejillas, deteniéndolo.
—Mami estaba enojada contigo —le dijo poniendo su mejor cara de mala —¿Qué hiciste?
PETER rió y miró a LALI que sonreía.
—Tienes razón, papi fue un idiota.
—¡PETER! —exclamó LALI —No digas malas palabras delante de la niña.
—Pero nuestra hija sabe que las niñas buenas y hermosas no dicen malas palabras —él miró a su hija —¿Verdad?
—Si —asintió con una enorme sonrisa, mostrando pequeños dientes blancos y perfectos —¿Mamá te dio besos y abazos?
—Así es, y yo también a ella. Así que ya no hay nada de qué preocuparse —dijo él. ALLEGRA aplaudió contenta y luego se apoyó en el hombro de su padre. Dispuesta a dormir tranquila de una buena vez.
La morena terminó con todo y ambos se encaminaron al cuatro de la niña para acostarla una vez más. Ambos la contemplaron en un armonioso silencio. Ella era perfecta.
PETER la abrazó de costado. LALI lo miró a los ojos.
—Nosotros también debemos ir a dormir —suspiró.
—Solo si dormimos en cucharita —dijo él.
Ella rió levemente y tomó su mano para salir de allí. Cerraron la puerta con cuidado para no volver a despertar a la hermosura que habían hecho juntos una noche un tanto complicada.

FIN

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