Tres años después…
¿Qué tan complicado podía ser organizar un cumpleaños para una niña de
tres años? Era soltó un suspiro de irritación mientras terminaba de
decorar la torta. Estaba agotada, y molesta. Se pasó el dorso de la mano
sobre la frente, intentando limpiar el sudor. Hacía bastante calor en
aquella cocina....
—¿Mami? —ella se giró ante la pequeña y suave voz. Su hija entraba en la cocina con su peluche favorito de la mano y en pijama.
—¿Qué pasa, mi amor? Deberías estar durmiendo —le dijo ella y dejó las
cosas a un lado para limpiarse las manos y acercarse a ella.
—¿Dónde esta papi? —le preguntó. LALI soltó un suspiro y la alzó en
brazos. PETER se había ido luego de la cena, ya que había peleado por
una estupidez. Y todavía no regresaba.
—Papi se fue… a ver al tío
NICO —le dijo lo primero que se le ocurrió. Acomodó su oscuro y lacio
cabello, mientras miraba fijo sus enormes ojos miel.
—¿Mamá enojada con papi? —inquirió.
La morena sonrió levemente. Podía ser que su hija fuera apenas una
pequeña de tres años, pero era muy inteligente. Y se daba cuenta de todo
enseguida.
—Mamá y papá tuvieron una charla intensa por no estar de acuerdo en algo…
—Y ¿po qué no dar besos y abazos? Eso siempe ayuda…
LALI besó su frente y la abrazó contra su pecho.
—Sí, siempre ayuda —le dio la razón. Y es que en realidad ella tenía
razón. Se dijo que era una estúpida por dejar que la organización de una
fiesta la alterara tanto para terminar peleando con él. PETER solo
había dicho ‘es solo un cumpleaños’ y ella había saltado como un fuego
artificial. ¡No era solo un cumpleaños! ¡Era el primer cumpleaños en
donde su hija invitaría a otros niños! Era muy importante. Pero la
verdad era que discutir había sido estúpido. Llevaba casada con ese
cabeza-dura y posesivo hombre un poco menos de tres años. La locura de
Las Vegas había puesto locos a todos. Pero aceptaron felices. Y luego
hicieron algo más formal y familiar. Se mordió el labio inferior al
recordar su ‘segunda noche de bodas’ Soltó un suspiro. Cuando él llegara
lo abrazaría y besaría como su hija había aconsejado. Amaba a ese
cavernícola.
Se puso de pie y decidió llevar a la pequeña a su
cuarto. ALLEGRA se había vuelto a dormir en sus brazos, así que la apoyó
con cuidado y la tapó bien. Besó su rostro y salió con cuidado de la
habitación. Al llegar a la sala se sorprendió al verlo allí parado. Él
acababa de entrar a la casa. Se miraron fijo, y el corazón de ella
comenzó a latir con fuerza. Siempre era así, y cada día que pasaba lo
amaba un poco más. No podía entenderlo.
—Hola —saludó él en voz baja.
—Hola —dijo ella y miró un segundo al suelo antes de volver la vista a él —PETER, yo…
—Lo lamento —dijo él antes de que ella terminara —A veces creo que la parte idiota en mí sale sin permiso…
Ella se mordió el labio inferior y corrió rápidamente hacia él para
tomar su rostro y besarlo en los labios. Lo besó hasta que el aire
comenzó a faltarle. Alejó su rostro del suyo y lo miró a los ojos.
—Yo también lo siento —susurró agitada —No debería haberme alterado por una estupidez.
Él la abrazó más contra su cuerpo y apoyó la frente sobre la suya.
Cerró los ojos y se quedó en silencio. Ellos no discutían casi nunca,
pero cuando pasaba él siempre se iba para pensar e intentar solucionar
el problema. Siempre volvía dispuesto a pedir perdón, porque no podía
vivir sin ella. No podía pasar ni una sola noche sin ella entre sus
brazos. Sería una tortura. Respiró profundamente, llenando su cuerpo del
suave olor a mujer y pastel que ella tenía. Movió un poco el rostro y
rozó sus labios.
—Te amo, ¿sabes?
—Sí – suspiró sobre su boca —Y yo te amo a ti…
—¿Nos casamos de nuevo? —inquirió. LALI rió y se alejó de él para
volver a entrar en la cocina. Él la siguió encantado y la abrazó por
detrás mientras ella volvió a su labor de decorar la torta —¿Mi princesa
duerme?
—Hace un rato vino aquí y me preguntó por ti —le contó —Me dijo que con besos y abrazos solucionaríamos todo.
—Inteligente como el padre —aseguró.LALI se relajó entre sus brazos. Su calor la envolvía y la hacía sentir segura.
—Sí —asintió —Y mañana cumplirá tres años…
—El tiempo ha pasado volando, amor —suspiró y apoyó el mentón sobre su hombro.
—¿Dónde estuviste? —preguntó ella por curiosidad, mientras un poco de crema manchaba su delantal de cocina.
—Fui a ver a mis padres —le dijo —Mamá dijo que mañana estaría aquí temprano para ayudarte con lo que falta.
—Oh, eso es estupendo —aseguró. PETER depositó un suave beso al costado
de su cuello. Ella cerró los ojos y lo dejó hacer. Él siempre estaba
besándola, tocándola, no podía sacar sus manos de ella. Entonces supo
que debía decírselo cuando apoyó las manos sobre su vientre. Giró entre
sus brazos hasta mirarlo fijo a los ojos —Tengo que decirte algo…
—¿Qué? —preguntó por lo bajo. Su rostro adquirió una mueca de preocupación.
—Hay… una gran… posibilidad de que… —se quedó callada. No sabía si
decirle o no. Porque todavía no estaba del todo confirmado. Pero había
llamado a GAS esa mañana para pedirle un turno. Porque tenía todos los
síntomas. No quería ilusionarlo. Pero algo dentro de ella le decía que
sí, que dentro de varios meses serían papás otra vez.
—¿Qué pasa, LALI? —inquirió ya preocupado —Sabes que no tolero es suspenso.
Ella rió levemente y tocó su rostro.
—Puede ser que esté embarazada —dijo al fin. Él se quedó completamente
quieto. Sus ojos fijos en los de ella —¿No irás a desmayarte de nuevo,
verdad?
Entonces él comenzó a reír fuertemente, haciendo que ella
intentara callarlo porque iba a despertar a su hija. PETER la alzó en
brazos y besó sus labios, completamente lleno de alegría.
—¿Otro hermoso y perfecto bebé? —dijo cuando la soltó —Hay que llamar a nuestros padres…
—¡No! —exclamó deteniéndolo —Aun no, PETER… todavía no está confirmado.
Llamé hoy a GAS y él me verá en la semana para hacer unos análisis.
PETER se arrodilló frente a ella, le quitó el delantal y levantó su
remera, para suavemente apoyar la oreja contra su vientre. LALI sonrió
emocionada y metió una mano entre sus cabellos para acariciarlo. PETER
se quedó quieto y en silencio por varios segundos. Hasta que levantó la
cabeza para mirarla.
—Hemos trabajado mucho, amor —dijo con
picardía. LALI se sonrojó —Y te aseguro que allí hay una cosita tuya y
mía latiendo muy fuerte.
—¡Papi! —exclamó ALLEGRA entrando
rápidamente a la cocina. PETER giró y la abrazó con fuerza cuando la
pequeña estuvo entre sus brazos. Esa niña era la luz de sus ojos. Cada
vez que ella sonreía él era malditamente feliz. Se puso de pie con ella
en brazos y la miró a la cara.
—Hola, princesa, ¿Qué haces
despierta? —le preguntó mientras besaba su rostro. ALLEGRA colocó sus
manos en sus mejillas, deteniéndolo.
—Mami estaba enojada contigo —le dijo poniendo su mejor cara de mala —¿Qué hiciste?
PETER rió y miró a LALI que sonreía.
—Tienes razón, papi fue un idiota.
—¡PETER! —exclamó LALI —No digas malas palabras delante de la niña.
—Pero nuestra hija sabe que las niñas buenas y hermosas no dicen malas palabras —él miró a su hija —¿Verdad?
—Si —asintió con una enorme sonrisa, mostrando pequeños dientes blancos y perfectos —¿Mamá te dio besos y abazos?
—Así es, y yo también a ella. Así que ya no hay nada de qué preocuparse
—dijo él. ALLEGRA aplaudió contenta y luego se apoyó en el hombro de su
padre. Dispuesta a dormir tranquila de una buena vez.
La morena
terminó con todo y ambos se encaminaron al cuatro de la niña para
acostarla una vez más. Ambos la contemplaron en un armonioso silencio.
Ella era perfecta.
PETER la abrazó de costado. LALI lo miró a los ojos.
—Nosotros también debemos ir a dormir —suspiró.
—Solo si dormimos en cucharita —dijo él.
Ella rió levemente y tomó su mano para salir de allí. Cerraron la
puerta con cuidado para no volver a despertar a la hermosura que habían
hecho juntos una noche un tanto complicada.
FIN
Me encantoooo
ResponderEliminarOhhh que amor :) que pena que acabe :(
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