Siempre me he considerado una buena persona, en cierto modo es lo que siempre me dicen mis amigos y algunos de mis familiares. Solo soy por decir odiosa con personas que se creen mejor que yo o cosas por el estilo, no es que sea de esas que andan repartiendo el amor y la bondad por el mundo, pero si se presenta la oportunidad de ayudar, me gusta mucho hacerlo.
De aquí el dilema que se me presenta: ayudar o no ayudar a mi jefe.
Desde que entre a la habitación me he quedado pasmada sin poder reaccionar hincada a su lado, debatiendo que debería o no hacer, en mi cabeza se desarrolla una batalla campal por tomar el control de mis decisiones, por una parte esta mi diablillo interior que quiere que lo deje asi con su soledad, por otra un angelito que dice lo contrario.
Se que un dia de estos me arrepentiré pero decido darle el mando al angelito y que el se haga cargo, saliendo de mis pensamientos me levante y corri al baño para buscar algo con que limpiar sus manos ensangrentadas, un pensamiento me llega y de alguna forma me hace sentir mas tranquila, esto es algo que podre utilizar en nuestro juego mas adelante. Ya dentro del baño me apresuro a buscar algún tipo de botiquín pero no encuentro nada, por lo que tomo una toalla y la entro en el agua- es mejor que nada- la tomo y vuelvo hasta la habitación.
Recordé dejar la puerta abierta y me dirigí a cerrarla, no quería que alguien mas lo viera asi- eso es algo que solo me serviría a mi- después, volví donde el se encontraba. Estaba en la misma posición mirando a algún punto en el piso cercano a el, tome sus manos y las envolví en la toalla mojada, el dio un respingo y me miro por primera vez en todo este tiempo. En ese momento me sentí la peor persona del mundo, debí acercarme a ayudarlo antes, su rostro parecía toda una máscara y sus ojos, sus hermosos ojos estaban apagados y podía ver en ellos destellos de tristeza y frustración.
Nunca creí en mi vida que podría verlo a si, no a el de todas las personas, siempre se veía imperturbable y en su rostro siempre llevaba esa cínica sonrisa que gritaba a los cuatro vientos que nada ni nadie podría con el, pero aquí estaba en una cabaña junto a vidrios y destrozos hechos por el mismo, con la mirada mas triste que he visto jamás.
Cuando termine de limpiar sus manos tire la toalla, el no hablo en todo este tiempo y yo lo agradecí de alguna manera, no se que debía decirle. Hice un intento de levantarme pero una de sus manos se aferro a mi brazo, levante la vista y ahí seguía esa triste mirada.
- No te vallas aun- dijo con voz rota, sabia muy dentro de mi que esas palabras eran muy difíciles para el asi que me quede.
- Me quedare un rato mas- le respondí.
Me tense en el instante que sentí uno de sus brazos rodear mis hombros y acercarme un poco mas a el, no entiendo porque razón fui yo la que quede con la cabeza recostada en su hombro mientras el seguía con su abrazo, mis ojos se abrieron como platos al sentir como el me daba un beso en mi coronilla para luego recostar su barbilla en el mismo lugar. Eso si que fue extraño.
No se cuanto tiempo paso en donde estuvimos en la misma posición, solo se que fue mucho por la sensación de alfileres siendo clavados en mis piernas por estar mal sentada. En todo ese rato no encontré una respuesta a mis interrogantes ¿Qué tendría que ser tan malo para que el de alguna manera fraternice con el enemigo o sea yo?, mi imaginación se encontraba limitada, apocada por los brazos de Erich que aun me rodeaban.
Unos segundos mas y luego sentí como su pecho vibraba por lo que parecía una risa, levante mi rostro para en efecto, encontrarme con una risa, pero no una verdadera era mas una risa seca. Mi curiosidad que una vez estuvo encerrada como lobo por luna llena, rompió todas sus cadenas.
- ¿De que te ríes?
- ¿no te parece irónica la situación?
Le di una mirada de esas que dicen no me digas, que lo hizo sentirse estúpido por su pregunta, que si me parecía irónico ¡claro que era irónico! Yo seria la ultima persona que el hubiese querido que viera su ataque de frustración, estar ahí viendo todos los desastres de por si ya era raro para que el saliera con esa pregunta.
Estúpido.
Nos levantamos del suelo- gracias a Dios- y nos sentamos en la cama, mis piernas y espalda me lo agradecieron. Al segundo el volvió a hablar.
- Discúlpame por esto- dijo tan bajo que era casi inaudible.
Un momento… ¿se disculpo?, esto si ya era grande.
- No es que tengas porque, créeme a sido muy divertido- bromee.
Me dio un empujón juguetón mientras trataba de esconder una sonrisa, lo malo es que ese empujo juguetón que él me dio es todo el acopio de fuerzas de Ana por lo que me zarandé mas de la cuenta, en ese momento toda risa enmarcada en mi sensual y hermoso rostro se esfumo, el se dio cuenta porque la sonrisa que a duras penas trataba de esconder también desapareció al instante.
- ¿sabes lo que esto significa, verdad?
- ¿no?- respondió entre aturdido y desconcertado
- Morirás- y dichas estas palabras me abalance hacia él y quedando encima del empecé a ahorcarlo gentilmente, el se dio cuenta que solo bromeaba y me siguió el juego, unos según mas y de alguna forma la risa que me había embargado por la estúpida situación se apago junto con la de el, en ese preciso instante me di cuenta que yo era la que estaba debajo- esos sonó bastante mal- no se como rayos sucedió pero lo hizo, su mirada que una vez fue triste recupero considerablemente su brillo habitual y me sentí un poco mejor.
Su rostro estaba tan cerca que sentía su aliento chocar contra mi, un movimiento mas y nuestros labios se hubiesen encontrado, pero por mas que en ese momento tan raro hubiese querido acortar de una vez por todas la distancia entre nuestros labios, aun me quedaba un poco de conciencia la que utilice deliberadamente para esperar que el fuera el que diera el paso que faltaba, aunque me estuviera muriendo.
Y ese paso nunca llego…
El sonido de su teléfono se escucho por toda la habitación rompiendo todo tipo de magia que había en el ambiente- que patético se escucho eso- el se levanto un poco y vi como maldecía por lo bajo, punto para mi, quería esto.
Como tu idiota
Cállate estúpida conciencia.
Después de que el tomara la llamada y yo hubiese apocado todo tipo de sensaciones que me hubieran sido producidas en aquel momento me levante y recupere del suelo la toalla mojada, la arroje hasta el baño para luego salir de su cabaña sin despedirme. No sabía si todo lo ocurrido cambiaria nuestra relación, laboral, y aunque ya habíamos pasados por tantas cosas juntos yo no me iba a quedar a averiguarlo.
Una vez en mi cabaña me tire en la cama de la forma mas abrupta posible, mis pensamientos iban mas rápido que el propio corre caminos cuando corría del coyote, una sola hipótesis no podía formular de todo este enredo.
Como sabia que no lograría nada si me quedaba encerrada en la cabaña, me levante y me cambie la ropa por unos short azules y una franela negra, cuando fui a dejar mi teléfono encima del buro, me encontré con dos lindos y hermosos muffins que había olvidado por ir corriendo hasta donde mi jefe, después de pedirles perdón por el abandono, Salí de la habitación con dirección al lago para juntarme con MERY y los demás.
De aquí el dilema que se me presenta: ayudar o no ayudar a mi jefe.
Desde que entre a la habitación me he quedado pasmada sin poder reaccionar hincada a su lado, debatiendo que debería o no hacer, en mi cabeza se desarrolla una batalla campal por tomar el control de mis decisiones, por una parte esta mi diablillo interior que quiere que lo deje asi con su soledad, por otra un angelito que dice lo contrario.
Se que un dia de estos me arrepentiré pero decido darle el mando al angelito y que el se haga cargo, saliendo de mis pensamientos me levante y corri al baño para buscar algo con que limpiar sus manos ensangrentadas, un pensamiento me llega y de alguna forma me hace sentir mas tranquila, esto es algo que podre utilizar en nuestro juego mas adelante. Ya dentro del baño me apresuro a buscar algún tipo de botiquín pero no encuentro nada, por lo que tomo una toalla y la entro en el agua- es mejor que nada- la tomo y vuelvo hasta la habitación.
Recordé dejar la puerta abierta y me dirigí a cerrarla, no quería que alguien mas lo viera asi- eso es algo que solo me serviría a mi- después, volví donde el se encontraba. Estaba en la misma posición mirando a algún punto en el piso cercano a el, tome sus manos y las envolví en la toalla mojada, el dio un respingo y me miro por primera vez en todo este tiempo. En ese momento me sentí la peor persona del mundo, debí acercarme a ayudarlo antes, su rostro parecía toda una máscara y sus ojos, sus hermosos ojos estaban apagados y podía ver en ellos destellos de tristeza y frustración.
Nunca creí en mi vida que podría verlo a si, no a el de todas las personas, siempre se veía imperturbable y en su rostro siempre llevaba esa cínica sonrisa que gritaba a los cuatro vientos que nada ni nadie podría con el, pero aquí estaba en una cabaña junto a vidrios y destrozos hechos por el mismo, con la mirada mas triste que he visto jamás.
Cuando termine de limpiar sus manos tire la toalla, el no hablo en todo este tiempo y yo lo agradecí de alguna manera, no se que debía decirle. Hice un intento de levantarme pero una de sus manos se aferro a mi brazo, levante la vista y ahí seguía esa triste mirada.
- No te vallas aun- dijo con voz rota, sabia muy dentro de mi que esas palabras eran muy difíciles para el asi que me quede.
- Me quedare un rato mas- le respondí.
Me tense en el instante que sentí uno de sus brazos rodear mis hombros y acercarme un poco mas a el, no entiendo porque razón fui yo la que quede con la cabeza recostada en su hombro mientras el seguía con su abrazo, mis ojos se abrieron como platos al sentir como el me daba un beso en mi coronilla para luego recostar su barbilla en el mismo lugar. Eso si que fue extraño.
No se cuanto tiempo paso en donde estuvimos en la misma posición, solo se que fue mucho por la sensación de alfileres siendo clavados en mis piernas por estar mal sentada. En todo ese rato no encontré una respuesta a mis interrogantes ¿Qué tendría que ser tan malo para que el de alguna manera fraternice con el enemigo o sea yo?, mi imaginación se encontraba limitada, apocada por los brazos de Erich que aun me rodeaban.
Unos segundos mas y luego sentí como su pecho vibraba por lo que parecía una risa, levante mi rostro para en efecto, encontrarme con una risa, pero no una verdadera era mas una risa seca. Mi curiosidad que una vez estuvo encerrada como lobo por luna llena, rompió todas sus cadenas.
- ¿De que te ríes?
- ¿no te parece irónica la situación?
Le di una mirada de esas que dicen no me digas, que lo hizo sentirse estúpido por su pregunta, que si me parecía irónico ¡claro que era irónico! Yo seria la ultima persona que el hubiese querido que viera su ataque de frustración, estar ahí viendo todos los desastres de por si ya era raro para que el saliera con esa pregunta.
Estúpido.
Nos levantamos del suelo- gracias a Dios- y nos sentamos en la cama, mis piernas y espalda me lo agradecieron. Al segundo el volvió a hablar.
- Discúlpame por esto- dijo tan bajo que era casi inaudible.
Un momento… ¿se disculpo?, esto si ya era grande.
- No es que tengas porque, créeme a sido muy divertido- bromee.
Me dio un empujón juguetón mientras trataba de esconder una sonrisa, lo malo es que ese empujo juguetón que él me dio es todo el acopio de fuerzas de Ana por lo que me zarandé mas de la cuenta, en ese momento toda risa enmarcada en mi sensual y hermoso rostro se esfumo, el se dio cuenta porque la sonrisa que a duras penas trataba de esconder también desapareció al instante.
- ¿sabes lo que esto significa, verdad?
- ¿no?- respondió entre aturdido y desconcertado
- Morirás- y dichas estas palabras me abalance hacia él y quedando encima del empecé a ahorcarlo gentilmente, el se dio cuenta que solo bromeaba y me siguió el juego, unos según mas y de alguna forma la risa que me había embargado por la estúpida situación se apago junto con la de el, en ese preciso instante me di cuenta que yo era la que estaba debajo- esos sonó bastante mal- no se como rayos sucedió pero lo hizo, su mirada que una vez fue triste recupero considerablemente su brillo habitual y me sentí un poco mejor.
Su rostro estaba tan cerca que sentía su aliento chocar contra mi, un movimiento mas y nuestros labios se hubiesen encontrado, pero por mas que en ese momento tan raro hubiese querido acortar de una vez por todas la distancia entre nuestros labios, aun me quedaba un poco de conciencia la que utilice deliberadamente para esperar que el fuera el que diera el paso que faltaba, aunque me estuviera muriendo.
Y ese paso nunca llego…
El sonido de su teléfono se escucho por toda la habitación rompiendo todo tipo de magia que había en el ambiente- que patético se escucho eso- el se levanto un poco y vi como maldecía por lo bajo, punto para mi, quería esto.
Como tu idiota
Cállate estúpida conciencia.
Después de que el tomara la llamada y yo hubiese apocado todo tipo de sensaciones que me hubieran sido producidas en aquel momento me levante y recupere del suelo la toalla mojada, la arroje hasta el baño para luego salir de su cabaña sin despedirme. No sabía si todo lo ocurrido cambiaria nuestra relación, laboral, y aunque ya habíamos pasados por tantas cosas juntos yo no me iba a quedar a averiguarlo.
Una vez en mi cabaña me tire en la cama de la forma mas abrupta posible, mis pensamientos iban mas rápido que el propio corre caminos cuando corría del coyote, una sola hipótesis no podía formular de todo este enredo.
Como sabia que no lograría nada si me quedaba encerrada en la cabaña, me levante y me cambie la ropa por unos short azules y una franela negra, cuando fui a dejar mi teléfono encima del buro, me encontré con dos lindos y hermosos muffins que había olvidado por ir corriendo hasta donde mi jefe, después de pedirles perdón por el abandono, Salí de la habitación con dirección al lago para juntarme con MERY y los demás.
Que fue lo que paso con peter mmm:/
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