sábado, 15 de abril de 2017

CAPITULO 15

No se en que momento me quede dormida, lo que si es que desperté por brazos apretándome mas fuertes de lo que deberían, abrí los ojos para encontrarme con un sudoroso PETER que se movía y apretaba los brazos en torno a mi cintura, mi jefe estaba teniendo una pesadilla.

No podía zafarme de su agarre por lo que con la mano que tenia libre empecé a sacudirlo para que despertara, cosa que no funciono. Después de un par de bofetadas y llamarlo por fin abrió los ojos, incorporándose e incorporándome a mi.

Entre jadeos fue soltándome poco a poco, ahora sus manos acunaban mi rostro en lo que pareció una inspección hacia mi persona, con cara de aturdimiento seguía mirándome como si fuese un gran diamante que podría costarle mucho dinero y que por nada del mundo perdería.

- ¿estás bien?- me pregunto.

- Eres tu el que despertó de una pesadilla- dije de forma obvia.

- Pensaba que…- dijo- te había pasado algo

- ¿a mí?- pregunte entre desconcertada y sorprendida- ¿Por qué?

- No lo sé- respondió en un murmullo.

Me quede observándolo fijamente, sus ojos se veían mas oscuros de lo normal y su respiración ya se iba ralentizando y por segunda vez en la historia- o era la tercera- me dejo sin nada sarcástico o irónico con lo que responder, por lo que me limite a mirarlo como estúpida como él lo hacía.

- Deberíamos volver a dormir- dijo el prestando toda su atención a mis labios.

- Si deberíamos- murmure. Hice ademan de recostarme pero el aun no soltaba mi hermosa cara, se relamió sus buenos y apetecibles labios y para mi nada sorpresa, porque ya lo deseaba, me beso.

PETER

Las imágenes de mi pesadilla aun rondaban mi mente, me sentía desconcertado ¿Por qué tendría que asustarme por mi asistente? ¿Por qué me aterraba la idea de perderla si ni siquiera estaba enamorado de ella?

Tener su rostro entre mis manos se sentía tan bien que me daba miedo, deseaba estar con ella pero no quería arruinar nuestra relación laboral, no cuando ha sido por mucho la mejor mujer que eh encontrado en mi vida y la cual estoy dispuesto a mantener en su puesto por largo tiempo.

Sus grandes ojos me observan como si me estudiaran y yo no puedo hacer más que mirar sus increíbles labios y el deseo creciendo en mí. Me acerque más hasta rozar sus labios con los míos, cuando no pude soportarlo más profundice el beso.

LALI

El beso era entre dulce y fuerte de una manera diferente y maravillosa era un sensación de éxtasis tan nueva que creí por un momento escuchar el aleluya en mis oídos.

Sus manos abandonaron mi rostro y bajaron suavemente por mi espalda hasta posarse en mis caderas, me fue atrayendo mas hasta que quede sentada a horcajadas, subí mis manos hasta enlazarlas alrededor de su cuello e inmediatamente el beso se hizo más fuerte y apasionado.

De un momento a otro mi franela había desaparecido junto con la de él, sus manos ahora estaban en mis senos mientras aun seguía besándome, solo rompía el beso para dar cortas respiraciones y lo retomaba como si de eso dependiera su vida.

PETER se recostó para luego rodar y quedar encima de mi, abrí mis ojos un momento para descubrir como el me miraba expectante con una sonrisa derrite vírgenes de las que solo el sabe tener, murmuro algo en un idioma muy desconocido para mi que me dejo curiosa de preguntar. Pero antes de siquiera poder abrir la boca ya el estaba otra vez besándome.
Una de sus manos fue bajando hasta quedar juguetonamente entre el dobladillo de mi short y mi piel, con sus dedos acariciaba esa parte tan lentamente que me hacia retorcer por los escalofríos que me proporcionaba, quería bajar mis manos y ayudarlo a sacar mi short de una vez por todas y que esas caricias fueran a otro lugar.
Pero no podía, estúpidamente olvide por lo que me sentía sensible y vulnerable a ver la película.
Como si me hubiesen tirado agua helada, empuje a PETER hasta un lado y me senté en la cama sosteniendo mi cara entre mis manos.
La sensibilidad más el dolor por lo que pudo haber sido y que no podría ser hoy me hizo soltar un pequeño sollozo. La estupidez en mí cuando estaba cerca del jefe era tan grande que olvidaba todo a mí alrededor. Deberían de volverme a dar el premio por estupidez.
- ¿te hice daño?- pregunto con voz ronca acercándose a mí.
- No- susurre- bueno si, es que no puedo hacerlo.
- ¿Por qué no si hoy no está mi teléfono?
- Es que- volví a sollozar- estúpidamente olvide que estoy en mi periodo.- a través de los espacios que quedaban entre mis dedos vi como el también atrapaba su rostro entre sus manos, lanzando una maldición poco inaudible.
- ¿es como un maldito plan, a que si?
- Uno que no nos conviene a ninguno de los dos.
Con un suspiro se acerco mas a mi y me abrazo por la espalda, estuvimos a si por lo que parecieron horas pero siendo razonable seguro pasaron algunos diez minutos, en el que ninguno decía nada mas. En mi cabeza intentaba buscar entre mis recuerdos, que fue lo que hice tan malo para que me castigaran de esa manera. Nunca había tenido las ganas de estar- y de no estar- cerca de una persona como hasta ahora, y cuando estamos siempre en medio de uno de los mayores placeres de la vida- según NICO- siempre ocurría algo. Definitivamente, un día de estos quedaría loca.
O más de lo que ya estaba.
- Deberíamos volver a dormir- dije rompiendo el silencio.
- No creo poder hacerlo.
- Pues deberías intentar, en solo horas tendremos que tomar un avión.
- Está bien pero ponte esto - dijo resignado pasándome la franela que él había usado.
Después de ponérmela, me recosté otra vez con un suspiro de resignación, cuando PETER también lo hizo, me acerco a el, haciéndome quedar recostada en su pecho que aun se movía con un poco de dificultad. Inconscientemente, pegue un grito de sorpresa que pareció más un gemido cuando al pasar mi pierna para estar mas cómoda sentí su gran erección pegada a mi muslo. A lo que mi jefe respondió con una pequeña risa.
No se si fue posesión o si ya estaba completamente dañada mentalmente lo que me arrojo a besar otra vez a mi jefe, este respondió con un poco de sorpresa, con mi poco razonamiento disponible, empecé a acariciar el abdomen de PETER sin dejar de besarlo, un gemido por su parte me animo a seguir con lo que mi yo nada normal estaba haciendo. Mi mano fue bajando hasta acariciar por sobre los pantalones la erección que el tenia, después de que con un movimiento de cadera el me hiciera notar lo mucho que eso le gustaba.
Entre besos y caricias por ambas partes, intente entrar mi mano por su pijama pero el poso una de sus manos en la mia, haciendo que pare en el proceso.
- No… no tienes… que hacerlo- dijo entrecortadamente.
- Puedo hacer lo que quiera- y dicho esto empuje mi mano hasta liberar su erección, un jadeo salió de mis labios antes de que pudiera hacer algo mas, después de titubear por un poco de miedo, lo reconozco lo tome en mis manos mientras veía como su rostro reflejaba pura excitación.
Volvió a besarme ahora con mas intensidad si eso pudiera ser posible de alguna manera, mientras yo seguía con movimientos rítmicos acariciando su miembro. De un momento a otro empezó a hacerme lo mismo pero sobre la ropa- si no, no lo dejaría- y empecé a ver maripositas.
No era sexo, ni nada por el estilo, pero era lo mejor que podíamos hacer por saciarnos los dos, ya que al fin y al cabo, ganas no eran lo que faltaban.

Cuando terminamos lo dos ya estábamos bien exhaustos como para hablar, simplemente me acurruque junto a el nuevamente y dejamos que el sueño nos llevara, no sin antes martirizarme pensando como rayos nos comportaríamos en ese viaje.

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