falta de sueño, quería dormir porque sabía que en las estúpidas
reuniones me dormiría si no lo conseguía, pero estaba en uno de esos
momentos del “vacio existencial” que aparecen a horas increíbles y que
te recuerdan lo miserable que eres.
Desperté hace algunos minutos con un nombre en mi cabeza, PETER. No
negare que el tener el mejor sexo de mi vida con él hubiese sido malo,
porque fue lo mejor de lo mejor. Pero si tengo en cuenta algunas
cosas, una parte de mi se siente mal de verlo hecho. Me explico, toda
mi vida sexual se ha basado en relaciones, lo que quiere decir que no
eh tenido relaciones sexuales con alguien sin antes tener con ella,
por decir, un noviazgo.
Esa parte de mí donde la ética, el dramatismo y mi moral se juntan
para hacer un súper poderoso escuadrón, contra mi parte más… digamos
expresiva. Maldita conciencia.
Dejando en claro de no lamentar el maravilloso sexo de antes, llegamos
a lo que si lamento. Nunca me eh planteado tener una relación con el,
ni en mis peores pesadillas, pero sentir que el solo siente atracción
física por mi me hace sentir sensible- doy asco- y no me gustaría que
piense que puede tener todo de mi cuando quiera y aunque una parte de
mi también lo quiera.
En fin, que después de tanta basura concienciar, concluyo con que debo
de ser más cuidadosa en mis ánimos hacia el querer violar a mi
jefecito cada vez que lo vea por aquí. Además de que no me gustaría de
ninguna manera perder mi trabajo. Porque mis facturas no se pagan sola
y mucho menos el préstamo de la universidad, claro que no. Pero
necesito darme mi estúpido valor.
Pensado y terminado el tema volví a cerrar los ojos para volver a dormir.
Pero no podía.
Bendije, maldije y nada que podía.
Frustrada, me levante y camine por la habitación, a pesar de que era
un poco frio, no me importo salir a mi pequeño balcón, en segundos
volví atrás para buscar la sabana con la que dormía- o eso intentaba-
y me cubrí todo mi cuerpito antes de volver.
Me senté en la silla reclinable de madera que había allí, la oscuridad
y el poco ruido de las calles era bueno para tener clara mi mente, la
suave brisa no hacia más que acariciar mis cabellos sueros y me
estremecía cada vez que eso pasaba. Estaba tan aburrida que empecé a
hacer burbujas de baba y a reírme de mi idiotez por lo menos alrededor
de media hora. Antes de que recordara que tenia a alguien en la
habitación de al lado.
Y antes de darme cuenta de que ese alguien me estaba observando.
A pesar de la oscuridad no fue difícil reconocer su bello y precioso
rostro, la poca luz iluminaba su pecho desnudo y en segundos olvide
toda mi plática sobre moral y conservacionismo. Una mirada de
incredulidad estaba enmarcada en sus facciones lo que me hizo
despertar de perversas ensoñaciones.
- ¿te pasa algo?- pregunte
- Te lo iba a preguntar en este instante
- Estoy bien gracias.
- Si de eso me doy cuenta- contesto- ¿no puedes dormir?
- No, para nada- suspire- ¿y tú?
- Estamos igual.
- Si, ya veo.
- ¿te importa si te hago compañía?
- No para nada, ven.
Pero sí que me importaba, bofetadas mentales fue lo que me repartí en
mi cara hasta que lo escuche tocar la puerta. Me levante y respire
para ir a abrirla cuando, al dar el primer paso, caí como estúpida.
Levante mi dignidad y como pude camine hasta la puerta, al abrirla
volví mis pasos hasta el balcón nuevamente, no podía concebir la idea
de quedarme con él en la habitación, no sin recordar sin dificultad
lo de antes. No sin que las ganas volvieran otra vez.
Me acomode nuevamente en la silla, PETER entro poco después y se sentó
junto a mis piernas en el suelo. Nos quedamos ahí sin decir palabras
por lo que parecieron horas, el sueño empezaba a llegarme cuando él se
levanto y me ofreció su mano.
- Deberíamos tratar de dormir ya, tenemos reuniones muy temprano
- Si tienes razón.
Camine- Ahora si con cuidado- Y me tire en la cama aun envuelta en la
sabana, cerré mis ojos y me propuse dormir, los brazos de mi jefecito
envolviéndome a él me sobresaltaron, pero no me queje ni aleje. Sabía
que debía hacerlo, la única que saldría lastimada seria yo y no
quería, pero aun así no pude evitar quedarme dormida entre sus brazos.
****
Solo tenía que soportar un día mas, un solo día conviviendo con las
tentaciones. Cuando desperté esta mañana ya PETER se había levantado-
cosa que agradecí mucho- y estaba sirviéndose un desayuno que al
parecer había pedido. Arrastre mis pies hasta la mesa del comedor y me
arroje a una de las sillas, sabia, que no dormir me iba a dejar toda
grogui por todo el día y aquí está la prueba.
Después de desayunar, ofender a mi jefe y todas las cosas que
regularmente hago todos los días, me vestí y salimos a una serie de
aburridas reuniones nuevamente en la que ocupamos tanto tiempo, que,
cuando volvimos al apartamento, solo nos dio tiempo para arreglarnos
para la elegante cena que se celebraría en su honor.
Así que no hubo más que par de ardientes besos en todo el día.
No mencione nada de dejar las cosas ir más lentamente porque nunca se
presento la ocasión por así decir, pero siempre mencionaba que
teníamos que hacer algo para retrasar la inevitable charla.
Tenía un vestido sencillo blanco suelto en la parte baja, zapatos de
agujas y bolso de mano dorados, logre que mi cabello quedara en un
moño elaborado y con un poco de maquillaje me sentía toda una miss.
Eso hasta ver todas las súper mujeres que había en la bendita cena.
Gracias al cielo y no soy de las que les importa mucho eso.
En fin que ya llevábamos dos largas horas y entre hablar de negocios
la música suave y miradas exenticas por parte de las mujeres e
insinuadas por algunos hombres, me sentía morir del aburrimiento. Me
salvo del suplicio una llamada de EUGE, con la que tampoco me apetecía
mucho hablar, porque aun no sabía cómo llevar lo de mi jefe.
Me disculpe y Salí a la terraza.
- Mare hoola- conteste
- Hey ma- dijo EUGE- ¿en que estas?
- Estamos en una aburridísima cena del trabajo.
- Bueno, te compadezco
- Y tu ¿Qué cuentas?
- NICO y yo estamos esperando a MERY y a su primo para ir a bailar.
- Parece que últimamente no te eh dicho lo mucho que los odio.
- Nadie te manda a estar trabajando para un hombre que pesar
de estar buenísimo, parece un viejo cascarrabias.
- No opinare al respecto.
- Claro que no si es el viejo que te gusta.
Y dicho esto me colgó.
Sabe mucho la muy maldita, aunque no me quedare con esa, por supuesto
que no, nunca-jamás-de los jamases, la ahorcare cuando llegue o mejor
la envenenare y después tiro su cuerpo al depósito de basura y cuando
me avisen sobre su muerte llorare como magdalena lo hizo cuando
crucificaron al señor y nadie nunca pensaría de mi sobre su asesina….
- No me gustaría estar en tus pensamientos ahora mismo- la
voz de mi jefe me sobresalto y perdí el hilo de mis maquinaciones
maquiavélicas.
- Créeme que a nadie le gustaría- le digo girándome hacia él.
- Me arias cómplice de tus pensamientos.
- No- niego con la cabeza- después también tendría que matarte
Y eso sería una gran pérdida para la humanidad
- Mejor no entonces- ríe- vamos, salgamos de este aburrido lugar.
- Pensé que nunca lo dirías- le respondí siguiéndolo.
Pensaba que iríamos directo al departamento, pero mi asombro fue tanto
al verlo detenerse frente a un lugar llamado luna, que él tuvo que
abrirme la puerta para salir y sostenerme la mano para caminar. Cuando
nos acercamos a la puerta pude ver una interminable fila de personas
esperando para entrar, pero como era de esperarse, nosotros no tuvimos
que esperar, cuando el fornido hombre de la puerta nos vio acercarnos,
nos abrió el paso sin más que una inclinación a modo de saludo.
Cuando entramos al lugar, me gusto de una, la pista era bastante
grande, llena de personas moviéndose al ritmo de la música, toda la
orilla estaba llena de lugares para sentarse completamente repletos,
una chica alta y rubia nos guio hasta unas escaleras, al llegar a
arriba me di cuenta de que era la zona VIP, aquí era todo más
sofisticado, los muebles eran negros y las paredes de un rojo
escarlata, que quedaba fabuloso, habían algunas personas ahí pero no
le prestamos la menor atención. Ocupamos la última mesa de la línea
izquierda, desde esa posición podíamos ver a las personas bailando
abajo.
En un momento volvió la despampanante y
poco-sutil-en-sus-intentos
con una botella champagne y dos copas. Enarque mis cejas con
incredulidad ¿Qué celebrábamos? ¿Y porque no se movía rápido la
cucaracha rubia esta?
- Siempre tomo esta cuando vengo a este lugar- dijo PETER en
modo de respuesta a mi pregunta no formulada.
- Al parecer vienes mucho.
- No- contesto sorbiendo un poco de su bebida- solo cuando
tengo negocios aquí, no solo trabajo señorita LALI.
- No sabe lo bien que es saber eso.
- ¿Ah sí?
- Si.
Tomamos, bailamos, reímos, volvimos a bailar y cuando ya estábamos
bien locos, tomamos un taxi hasta el apartamento, yo estaba tan
malditamente borracha y sin nada en mi cerebro que fuera el apuesto
hombre que se iba arrastrando conmigo hasta la habitación, que olvide
por completo lo que me había planteado la noche anterior y de lo que
había tratado de evitar todo el día. Caí en la tentación y como
recompensa tuve otros tres de los mejores orgasmos de mi vida
Jajaja hace rato se olvido de lo que penso la noche anterior
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