Eran las 9:20 de la mañana y ya había contestado más de 50 llamadas, recibido algunas 80 tarjetas y sobres de felicitaciones para el jefecito- hasta donde llegan los tumba polvos- el aun no se había dignado a aparecer y entre ser su fiel recepcionista, hacer informes y junto a NICO supervisar los preparativos de la fiesta, no creía llegar viva a esta noche.
Andaba toda triste y alicaída por no haber tenido tiempo de hacerle una bromita al PETER pero era algo fácil de resolver, a las 9:30 el mencionado nos honro con su flamante belleza y presencia. Entrando a su oficina sin ni siquiera saludar, señal universal de que tenía un gran enfado. Como siempre hacia en estos casos, esperaba diez minutos antes de entrar, no fuera a darle con desquitársela conmigo y yo le de un mal golpe.
No concibo la idea de arruinar su hermoso rostro y dejar al mundo sin sentido.
El drama es grande en esta vida.
Corrección, el drama es grande en mi vida.
Después de responder tres estúpidas llamadas mas, me encamine hacia la oficina, toque y escuche su aburrido adelante antes de entrar. Me lo encontré mirando por el amplio ventanal y con un vaso en la mano, cosa que no me daba buena espina, se giro para mirarme y una media sonrisa ilumino su cara y para que ocultarlo removió las maripositas de mi estomago.
- Señorita ESPOSITO- me saludo
- Empezaste a celebrar temprano. Tengo muchísimas llamadas y tarjetas de felicitaciones esperando para ti
- Algún día las veré.
- Está bien ¿quieres algo?
- Muchas cosas por cierto- dijo en un tono que me hizo sentir miserable.
- ¿Cómo qué?- pregunte mientras él se acercaba a mí.
No me respondió de una vez pero cuando lo hizo, su forma de proceder no era la que esperaba, así que cuando me recupere de la sorpresa, fue cuando me percate de lo que estaba tomando mi jefe era whisky y lo maravilloso que este sabia de sus labios mientras él me besaba, lo que no duro mucho, porque a pesar de que lo deseaba desde hace ya un tiempo atrás, iba a ser muy doloroso para mí.
- Cuando quieras algo realmente me llamas- le dije saliendo de la oficina.
Cuando entre a la mía, seré todo con llave y me quede sentada como estúpida algunos minutos pensando en la maravillosa sensación, pero como siempre, me recupere a lo poco y seguí trabajando en la dichosa fiesta de alguien que jugaba con mis inútiles sentimientos.
PETER
- Cuando quieras algo realmente me llamas- le dije saliendo de la oficina.
Pero era eso lo único que quería y necesitaba.
Llevaba días sintiéndome estúpido- más de lo que ya me sentía- mordiendo mi lengua cada vez que sentía la necesidad de decirle a LALI lo que sentía por ella, pero tenía que respetarla y aunque eso doliera como lo iba haciendo, respetaría su decisión aunque eso me terminara de destrozarme.
Había recibido montones de mensajes y llamadas en lo que iba de la mañana y yo solo deseaba a ver recibido uno de ella, cuando me canse de esperarlo, vine a la oficina, pero ni siquiera aquí lo hizo, es algo banal a lo que nunca le había prestado atención, pero en este momento sentía que lo necesitaba.
Pase el resto de la mañana y parte de la tarde buscando excusas para hacerla venir y poder verla aunque guardando las distancias, hoy andaba de lo mas distraída y al parecer no durmió bien pues se le notaba agotada, una parte de mi quería enviarla a casa pero por otro lado, deseaba seguir mirándola, aunque solo sea por escasos minutos.
Al salir para irme ya ella se había ido, después de saludar a susan Salí de la empresa, odiaba venir aquí el día de mi cumpleaños, tantos aludos me molestaban y aun faltaba la bendita cena a la que tendría que ir en casa de mi padre.
***
- ¿Quién eres y que hiciste con mi amiga?
- EUGE- resople- ¿cuántas veces te eh dicho que dejes de ver novelas?
- Es que estas increíble more.
- Siempre estoy increíble, además, me eh esforzado mucho para que esto salga bien, tengo que disfrutarlo
- Y no dudo que lo harás mana- dijo EUGE- ahora vete antes de que el vendito llegue antes que tu
- Cuídate mare y no te levantes.
Salí de la casa y al encender el coche busque la dirección del señor LANZANI en mi teléfono, faltaba un cuarto para las ocho que era la hora en la que PETER llegaría a lo que él pensaba era solo una cena con su familia, así que debía llegar rápido. Cuando cruce las puertas de la entrada, no había más que tres coches parqueados en el amplio lugar, entendí el porqué cuando al entrar en casa NICO mes explicaba que habían parqueado los vehículos a unas cuadras de la casa.
Todo había quedado de maravilla, la decoración formal y muy escasa para no hacer tanto alboroto, el salón tenia flores blancas de distintas clases, había luces tenues estratégicamente colocadas y un DJ cargo de la música, que no era muy lo que digamos movida, pero tampoco mala. Había camareros con bandejas de champan y comestibles finos y demás. No era así como la fiesta del año pero tomando en cuenta el pequeño margen de tiempo para la preparación, todo iba de maravilla.
El organizador de eventos llamo la atención de todos los invitados, para indicarnos que PETER ya venía de camino, por lo que todo el mundo empezó a acercarse para darle la sorpresa.
***
PETER
Estaba de un humor de perros y así tenía que ir a casa de mi padre, sin poder negarme porque me plantaría la tercera guerra mundial con sus peleas, además de que NICO, pasaría también a reprocharme. Pero no tengo la culpa de no querer estar cerca de la estúpida de Mónica, me gustaría verme quedado en casa mirando cualquier estupidez en netflix.
Eso y pensar en PETER.
Estaba alto de la misma situación y me plantee, después de la cena pasar a visitarla, lo que no iba a hacer necesario porque su feo auto estaba junto al de NICO y al de Mónica.
¿Por qué estaría ella aquí? de seguro que NICO invito a su prometida y trajo a LALI a tirones porque tenía por seguro que por su voluntad no vendría a celebrar el cumpleaños de alguien que es un jodido imbécil con ella todo el tiempo.
Aparque junto al de ella y me quede observándolo por un momento, esperando creer que ella vendría por querer estar aquí conmigo y no como un favor a su amiga, me dispuse a entrar en casa, en la entrada reinaba la tranquilidad, solo una música extraña de fondo que de seguro era idea de Mónica. Sentí mi corazón al explotar cuando escuche el griterío de muchísimas personas diciendo “sorpresa” y aplaudiendo, me costó un minuto procesar que me habían preparado una sorpresa en casa. Esto si era lo que faltaba.
Estaban la mayoría de los empleados de la empresa, además de algunos amigos de la familia, como cabía esperar todos se acercaron a mí para felicitarme, por lo que murmuraba siempre un agradecimiento, cuando llego el turno de NICO no se escapo de mis palabras.
- ¿Que hiciste animal?- le pregunte al oído
- Eso son los problemas de nuestro padre, yo solo soy juguete en sus manos.
- ¿esperas que eso me tranquilice?
- No- dijo burlón- eso lo hará alguien más dentro de un rato
Y dicho esto se alejo, no entendí sus palabras hasta una hora más tarde, mis ojos buscaban solo una persona: LALI, era obvio que como mi asistente personal estaba invitada y debería de andar cerca, pero no podía distinguirla si a cada giro que daba me topaba con alguien que necesitaba hablar conmigo. La fiesta en si estaba muy bien, dentro de lo que cabía, me sentía ansioso de no poder ver a LALI y sentía todo menos felicidad, ya me había tomado algunas copas de champan y deseaba no encontrarme con la estúpida de Mónica en ningún momento.
- Damas y caballeros su atención aquí por favor- dijo mi padre subiendo alguno peldaños de la escalera- quería darle las gracias a todos por acompañarnos en este momento, me hace muy feliz poder celebrar el cumpleaños de mi hijo mayor y me sorprende que con tampoco tiempo de antelación pudieran presentarse todos los invitados- las personas rompieron en aplausos mientras yo seguía mirando a mi padre a la espera de que terminara de una vez- ¿donde está la señorita ESPOSITO? Denos el placer de pasar por aquí por favor- seguí con la mirada la dirección en la que hablaba mi padre y me quede pasmado al ver a LALI abrirse paso hasta colocarse junto a mi padre en las escaleras, estaba realmente hermosa- la señorita ESPOSITO fue la cómplice de que estemos todos aquí, en solo un día y medio logro hacer cosas que a mí me habría tomado una semana, así que ante todos te agradezco mucho por todo- dicho esto le dio un abrazo, la personas volvieron a aplaudir después de que mi padre, proclamara un “salud” levantando su copa y chocándola con la de LALI, mientras yo me apresuraba a llegar hasta ellos.
- ¿así que ustedes dos son los culpables?- mi padre estallo en carcajadas mientras LALI se sonrojaba levemente.
- No es como si preparábamos tu asesinato- intervino mi padre- solo es una inofensiva fiesta
- Con el tiempo que lo prepararon tendré cuidado de esa opción, gracias a los dos entonces.
- Iré a buscar a Mónica, ya va muy retrasada- dijo despidiéndose.
Me quede un momento mirando fijamente a mi asistente, estaba más hermosa que de costumbre con un vestido un largo de un rosa pálido que iba de maravilla con su piel, a mi me encetaba ella sin maquillaje pero como se lo había puesto resaltaban mucho sus ojos y sus labios carnosos, sentía las mismas ganas de siempre de besarla, la diferencia de esta vez es que estaban triplicada.
- Esta hermosa- dije rompiendo el silencio.
- Siempre lo estoy
- Arrogante
- Idiota
- Así que esto era lo que te tenía tan estresada, no debiste molestarte.
- Encontrare la manera de hacértelo pagar, no te preocupes.
- ¿Nunca pierdes verdad?
- Es bueno ganar.
La saque a bailar algunas veces, también a otras mujeres que no me despegaban los ojos de encima, sentía lo celos bullir cada vez que bailaba y reía con alguien, quería que todo eso lo hiciera conmigo, pero a pesar de que materialmente no me falta nada, interiormente sentía que me faltaba todo.
Una hora después ella me dijo que se iba y e insistí en acompañarla fuera, una vez en su auto y cuando se disponía a entrar no pude soportarlo más y la bese, como tenía muchas ganas de hacerlo desde que lo había hecho esta mañana, deseaba que durara una eternidad, pero como siempre ella lo terminaba antes de que a mí me pareciera real.
Me lanzo una mirada triste y me odie en ese mismo instante, sabía que ella me odiaba y no hacia más que darle causa para hacerlo. Soltó mi agarre y se subió en silencio a su auto y lo puso en marcha. Me hubiera gustado que me lanzara insultos y no que me dejara pensando solo en lo imbécil que soy y que tal parece siempre seré.
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