domingo, 30 de abril de 2017

CAPITULO 37

- Y bien ¿Qué te parece?- pregunto un poco ansioso.

- Bueno...- dramatice, estaba entrando en la bañera después de que le hubiera dicho que lo preparara, este estaba buscando todas las formas de agradarme para que le contara el porqué de mis limbos personales, pero eso sería difícil para él- he tenido mejores.

- Pero yo los he preparado- resopló- ¿verdad?

- No eres el centro del universo- canturree

- No, es cierto- dijo entrando y colocándose detrás de mi- pero soy una importante parte del tuyo.

- Engreído- reí.

Permanecimos algunos minutos en silencio, solo se escuchaba el salpicar del agua de vez en vez, estaba irritándome en gran manera, sabía que PETER estaba buscando la manera de abordar el tema y no la encontraba, a menos una que a mí no me diera ganas de girarme y lo hundiera... sabe mucho el, pero no más que yo.

Resoplando me reacomode en la bañera, quedando con la espalda apoyada en la otra punta de esta, ahora estábamos frente a frente, el tenia una de sus mascaras de indiferencias bien puestas, aunque sabía que conmigo no tenia ninguna oportunidad pues me las sabia todas.

El sabia, que yo sabía que él quería preguntarme, pero ni siquiera así dijo nada, por lo que después de cansarme, volví a resoplar y le di lo primero que me llego a la mente como respuesta.

- Quedarme así no tienen ninguna razón especial- comencé- a veces solo me quedo pensando en las cosas que pudiera cambiar de mi pasado, en otras mis meteduras en líos y en algunas pocas ocasiones, en la no muy buena relación que tenia con mi padre. ¿es todo lo que querías saber?

- No- respondió en voz baja- primero me gustaría saber que te gustaría cambiar.

- No se la verdad- conteste sinceramente- si no fuera por todas esas cosas, no estuviera donde estoy ahora.

- ¿en una bañera con tu amor y jefe, además de embarazada?

- No- dramatice- con mis estudios finalizados y pudiendo mantenerme como Dios manda, por primera vez en la historia de todos mis sueldos, con amigas que me aman y siendo considerablemente feliz.

- ¿solo considerablemente?- pregunto aparentemente asustado- ¿no eres feliz aquí conmigo?

- Más de lo que me gustaría admitir- balbucee

- Entonces- siguió- ¿Por qué ni siquiera entro en tu ideología de felicidad?

- Si entras- resople- no estoy hablando de donde están tu o minimi, cuando pienso así, es sobre las cosas de mi pasado que aún me quedan- suspire- para sacar esa carrera adelante tuve muchos obstáculos, poder hacerla y seguir con amistades de muchísimos años, es muy importante para mí, es todo.

- ¿puedes venir aquí?- puse los ojos en blanco y volví a acomodarme entre sus piernas- me dolió mucho verte así, me dolió gritarte que no respondieras a nada, tenía mucho miedo LALI, pensaba que yo había hecho algo mal, fueron de las peores horas de mi vida, no quisiera volver a verte de esa manera.

- Tendrás que acostumbrarte- susurré- si es que quieres que vivamos juntos.

- Eso ya lo hacemos- respondió- pero sé que sufres con eso yo solo quiero que seas feliz.

- Créeme que lo soy- respondí mientras me sentaba a horcajadas en sus piernas, nuestras caras a solo centímetros- pensé que no duraríamos ni una semana, pero aquí estamos, dos semanas después, respetas mis espacios y buscas que siempre me sienta bien, no te preocupes por ahora de eso.
- Te amo LALI, quiero que siempre lo tengas presente.

- Lo sé, ahora empieza a pagarme por haber dejado que Ana me golpeara.

- Pero si no tengo nada que ver- dijo mientras acariciaba mis caderas- aun así, pensaba recompensarte por tu día.

- Hazlo entonces- susurré.

Empezamos a besarnos lentamente, deje que marcara el ritmo lento y sensual que tanto nos gustaba, entrelazamos nuestras lenguas deseando no terminar nunca, sintiendo las chispas que saltaban entre los dos, como si fuera la primera vez. Sus manos dejaron de estar fundidas en mis caderas y empezaron a acariciar todo mi cuerpo, lenta y dulcemente. Ahogue un grito cuando una de sus hábiles manos llego hasta el centro de todo el placer que estaba sintiendo en estos momentos.

Una sonrisa arrogante y sexi apareció en su rostro mientras trazaba círculos y mi respuesta a ello haya sido de lo más audible. Volvió a besarme, esta vez en el cuello, bajando lentamente dejando una cadena de besos cortos y dulces hasta llegar a mis senos, estos ya había empezado a sentirse más sensibles por el embarazo. Por lo que cuando me mordió, juguetonamente uno de ellos no pude evitar soltar un fuerte grito.

Por suerte los vecinos no estaban tan cerca para escucharme.

Esa noche, nos dormimos muy felices y abrazados, PETER cumplía su parte de hacerme feliz muy bien, debería de ser más honesta y decirle que lo hacía de maravilla, pero no lo era, así que, que siguiera esforzándose cada día más.

***************

El estridente sonido de mi teléfono me despertó de mi fantástico sueño. La decisión estaba tomada, le cambiaria el sonido tan hermoso antes de que tan fantástica canción fuera a mi lista de cosas que odiaba. Tantee para tomar el teléfono, aun no había amanecido del todo, el reloj marcaba las 5:45 AM, rápidamente me asuste, por lo que sin mirar tome el teléfono.

- ¿paso algo?- pregunté sin rodeos.

- ¡feliz cumpleaños!- gritaron mis tres amigas tan fuerte, que lance el teléfono al otro lado de la cama, sin querer, golpeando a PETER.

- ¿Qué tienes?- dijo alarmado.

- Yo nada, EUGE y las otras malditas que me gritaron al teléfono...- espera ¿Por qué feliz cumpleaños? Se supone que faltaban días para eso. Volví a tomar el teléfono, aun no habían colgado, pero junto a la hora pude ver que si era el día de mi cumpleaños ¡que mente la mía!- hijas de nadie ¡me van a matar del susto! Ahora empiecen con la cantadera- chille emocionada.

- MARIA te toca- grito CANDE- bueno mi hermana, esto no saldrá muy bonito, pero hay voy.

- Si, si como sea cántame.

- El día en que tu naciste- comenzó a cantar y yo volví a gritar emocionada- murieron todas las flores... y en la pila del bautismo, se ahogaron los ruiseñores- el coro de EUGE y CANDE se hizo presente mientras yo revolvía las sabanas de alegría, era loca que estaba- y bueno eso es lo único de lo que me acuerdo de la canción, felicidades mana.

- Gracias more- grite- gracias por la hermosa canción, demasiado profunda he reflexionado con ella, ahora si me permiten, dormiré otra vez.

- Está bien, recuerda, nos vemos en la noche ¡hoy se bebe!

- Si claro como yo no puedo- resople- adiós.

Deje mi teléfono en el buro y me gire para encontrar una mirada escéptica en mi maravilloso cuasi-marido, se veía demasiado bien para que fuera legar, con su cabello revuelto y las marcas de haber dormido largo y tendido en su cara. Estaba bueno y lo sabía... y el también.
- ¿Cómo puedes olvidar tu cumpleaños?- pregunto acercándome a él.

- No tengo ni idea- respondí.

- Creo que tendré que recordártelo ahora.

Rodamos hasta que el quedo encima de mí, pero sin descansar su peso, el inútil este se preocupaba mucho por el estado de minimi. Empezó a darme besos por todo el rostro, mis opciones eran tratar de responderlos o reírme a carcajadas. Y como en todo donde reírse sea una opción, esa ganaba, por lo que mientras él seguía con su ataque yo me reía como pura desquiciada.

Cuando dejo de hacerlo, nos quedamos mirándonos a los ojos, respirando dificultosamente, tenía una de esas expresiones de puro éxtasis y me imaginaba que yo estaría igual, amaba a este hombre.

- Feliz cumpleaños amor- dijo sonriendo- que se siente tener 24 años, mi reina.

- Me siento como si aun tuviese los 23- conteste- aunque sí que es un feliz cumpleaños.

- Me alegro- contesto besándome- y espero estar ahí para ver todos los que faltan.

- Admito que espero lo mismo- sonreí.

- ¿Cuáles son tus planes para hoy?- cuestiono- no quisiste fiesta.

- No, tengo todo el día libre, en la noche sí que saldremos con los demás.

- ¿entonces eres mía toda la mañana?- dijo con voz ronca- tengo muchos planes para ti, entonces.

- Espero que no impliquen salir de casa.

- Podemos arreglar eso.

Pasamos casi media mañana entre las sabanas, festejando mi cumpleaños, cuando al fin salimos de ellas y después de tomar una ducha, desayunamos, nos pusimos a hacer algo lindo y bello el resto de la mañana; jugar call of duty en el play station. Estaba en mi lista de cosas por hacer.

Gane algunas campañas más que PETER, sospechaba que me dejaba ganar, aunque no era que yo fuera mala con el juego, pase mucho tiempo jugándola cuando aún vivía en mi casa y recordaba algunas estrategias del bendito juego.

Cuando nos cansamos- por lo menos PETER de perder- el inútil pidió comida en un restaurant, de los que a él le gustaban, alegando, que hoy estábamos de celebración y no podíamos ir a la cocina. Media hora después un joven de algunos veinte años nos trajo dos grandes bolsas y yo feliz y contenta, como siempre se las arranque de las manos mientras PETER le daba la propina, corrí lo más rápido que me permitía la seguridad de minimi y cantando llegue a la cocina.

Bistec, hermoso y sabroso bistec, que desgraciadamente tenía que compartir con PETER, no podía quejarse si lo miraba mal de ninguna manera, era lo malo de casarse con alguien como yo.

- ¿Qué locura tienen tus amigas hoy?- pregunto

- No me han dicho mucho- conteste- aunque tiene que ser bueno, mis cumpleaños siempre son los mejores de las tres.

- Y ¿no te han dicho ni a donde van?

- Creo que sí, aunque no directamente- dije- ayer MERY tenía ganas de algo más de caro y ella, cuando ya llevaban más de tres cervezas.

- Eso no suena a nada bueno.

- Relájate PETER, estarás ahí para controlarme.
- Lo sé.

Mientras seguíamos pensando en que podría pasar esta noche, el sonido del timbre llego a nuestros oídos, yo ni loca me levantaba y dejar mi hermoso y sensual almuerzo.

- ¿esperas a alguien?- le pregunte.

- Teníamos el día para nosotros solos, recuerdas.

- Pues ve y mira.

Enarco las cejas antes de ir hasta la puerta, si ahora era que se daba cuenta que yo mandaba en esta relación estaba muy mal. Al cabo de unos minutos entro a la cocina junto a su padre, mi sonrisa, esa que siempre me aparecía cuando veía al señor LANZANI, se borro al ver su cara de preocupación.

Lo poco que llevaba de tiempo conociendo al señor LANZANI, era suficiente para saber que nada bueno pasaba, pues el siempre tenía una gran sonrisa en su rostro.

- ¿Qué está pasando?- pregunte con un poco de pánico en mi voz.

- Tengo que hablar de algo importante con ustedes.

- ¿Cómo de malo será lo que escuchare?

- LALI...- comenzó PETER.

- No pasa nada hijo- repuso el- tiene razón, aunque no tengo una respuesta para ti.

Y en ese momento sentía que me iba a dar algo, olvide por completo mi almuerzo y calve una profunda mirada en los ojos de ambos al mismo tiempo. Lo que quiera que sea sabia, tenía la certeza de que arruinaría todo lo que tenia. Puto sexto sentido de las mujeres.

Fui hasta la nevera, saque el zumo de naranja y me serví un vaso, camine hasta la isla y me subí a un taburete teniendo cuidado. Sentía que la cabeza me zumbaba y por los movimientos del vaso me di cuenta que estaba temblando. Aparentando tranquilidad- después de respirar profundo- tome un gran trago de mi jugo y volví a mirarlos a ambos.

- Ahora si- dije aclarando mi garganta- cuando gusten.

- Ayer en la mañana, recibí un mensaje del hospital central- dijo el señor LANZANI- una de las secretarias de la empresa sufrió un ataque al corazón en su casa.

- ¿Qué tiene eso que ver con nosotros papa?- pregunto PETER tenso.

- Era BELEN- dijo mirando a PETER, yo también lo hice y pude ver como se tensaba- esa mujer, al parecer, no tiene buena relación con su familia y bien sabes que aprecio mucho a todos mis empleados. Ella siempre me estimo mucho y hace algún tiempo me había pedido que fuera su número de urgencias, por si algo pasaba con su hijo.

- ¿tenia un hijo?- pregunto PETER claramente sorprendido.

- De cuatro años- respondió el y mi cuasi-marido se puso más nervioso si podía, en ese momento la iluminación llego a mí.

- Apostaría mi vida a que es hijo de PETER- dije lo más calmada que pude.

- ¿Qué?- dijeron los dos al mismo tiempo

- Que es hijo tuyo- señale a PETER, mientras tomaba zumo para que me diera fuerzas- por tu postura corporal se que tuvieron algo juntos y por como lo está contando tu padre, es porque es donde quiere llegar ¿me equivoco?

- No lo haces- dijo en un susurro- al principio cuando leí su carta pensé que no podía ser verdad, por lo que me hice una prueba de ADN y si somos compatibles.
- Se me da bien lo de resolver casos- intente bromear, para ocultar el dolor que eso me hacía sentir- ¿y dónde está el niño ahora?

- Esta con servicios familiares, aunque ya sabemos que es de PETER, quieren hacer más pruebas antes de pasar la custodia.

- Pobre niño- susurre, sabía que la mayoría de personas que pasaban por ahí podían sufrir traumas después, por lo que a pesar de todo no pude evitar sentirme triste por él, mire a PETER que llevaba una de esas expresiones de perdida que siempre tenía al recibir noticias malas- debemos hacer algo pronto, no podemos dejarlo solo ahí, debe de estar sufriendo.

- ¿estarías dispuesta a tenerlo?- me pregunto el señor LANZANI con incredulidad- no es que crea que seas mala persona- se apresuro a decir- pero teniendo en cuenta las circunstancias quiero decir.

- Lo entiendo en verdad- repuse- pero es un niño que no tiene la culpa de nada. Iré a llamar a mi madre, tengo algunas llamadas perdidas.

Salí disparada para que ninguno de ellos viera mis lagrimas llegar, se suponía que hoy iba hacer un fantástico día, mi cumpleaños, el primero que pasaría con PETER, pero por la normalidad de estar sin contratiempos dos semanas, olvide que nuestra vida siempre tiene algo de drama- aunque yo no sea la causante- y no podía cambiar eso.

Me encerré en la habitación, le puse seguro a la puerta para que cuando PETER despertara de su trance no me molestara y ahogue mis gritos en la almohada.

Me quede dormida entre llantos, al despertar y verme en el espejo me di lastima a mí misma, ya no sentía la necesidad de llorar, lo que sentía eran unas ganas irrefrenables de salir de la casa, sabía que debía dejar que PETER me explicara, aunque se notaba que él no tenía ni idea de ello. Pero mentalmente no me sentía con las ganas de hacer esto ahora, mucho menos, cuando pudiera estar celebrando mi cumpleaños.

Me apresure a bañarme, al salir me encontré a PETER en la cama sentado, aun estaba pálido y preocupado y no es para menos, al momento sentí una punzada de dolor y mi sensibilidad del embarazo pudo más que mi orgullo, fui hasta donde se encontraba y me senté en sus piernas, lo abrace fuerte mientras trataba de transmitirle un poco de seguridad. Debía de estar pasando por un infierno.

Luego de algunos minutos me levante y fui hasta el vestidor, me cambie con lo primero que encontré a mano, cuando me había alistado, lo suficiente para aparentar estar bien, ante los demás Salí de vuelta a la habitación.

- ¿te irás?- pregunto al verme vestida

- Iré a casa- respondí

- Esta es tu casa

- Sí, pero también lo es el departamento- suspire- no podemos hablar ahora, si lo hacemos, puede que las cosas no salgan bien entre nosotros. Además es mi cumpleaños, supongo que tengo que celebrar un poco.

- No sabes cómo lo siento, esto es lo peor que podía haberte hecho, no quiero que esto sea lo que haga que te vayas.

- También lo siento- suspire tristemente- pero no podemos cambiar las cosas. Trata de descansar y ya luego hablaremos.

Sin esperar respuesta Salí de la habitación y después de bajar las escaleras salí sin mirar atrás. El aire fresco me dio al instante, respire como si llevaba años que no lo hacía, definitivamente era la mejor elección que tomaba.

Al llegar al garaje, me sorprendí al ver junto a los tres vehículos de PETER y al mío, un hermoso mercedes negro, me acerque a mirarlo, pues estaba segura que no lo había visto antes en la casa. En la ventanilla del conductor había una tarjeta pegada, con curiosidad me acerque a leerla y sonreí con tristeza al hacerlo.

¡Feliz cumpleaños!

Mi reina, esto es poco para lo que mereces, pero sabía que si hacia algo más, me matarías.

Te amo, como nunca imagine hacerlo.

PETER

Me limpie las lagrimas, arranque la nota y la guarde en mi bolso, saque las llaves de mi viejo auto y con pesar lo conduje por el centro de la ciudad, al llegar a casa, encontré un murmullo de voces. Al abrir las puertas todas chillaron y fueron a abrazarme.

- ¿empezamos la bebedera temprano?- pregunto caro

- Aun no sé si tengamos bebedera hermana- conteste lanzándome al sofá.

- ¿Qué tienes?- pregunto EUGE- tus cumpleaños te la pasas de lo mas histérica siempre.

- Todo cambia more.

- ¿te hizo PETER algo?

- No pero la vida nos lo hizo a los dos, no tengo ni idea en de que haremos.

Con eso di por concluido el interrogatorio, después de que me obligaran- por primera vez- a probar la tarta de chocolate que habían estado haciendo para la noche, fui hasta mi antigua habitación y me tire en mi antigua cama. Algunas cosas no cambiaban, suspire por la ironía.

1 comentario:

  1. Guau no me esperaba eso, cuando parecia que peter queria contar algo imagine d q alguna ex le jodia la existencia.
    Pero al parecer peter tampoco sabia nada del niño:/

    ResponderEliminar