viernes, 7 de abril de 2017

CAPITULO 8

Hay ocasiones en las que amo mi gran imaginación, pero estas es uno de los pocos momentos en los que quisiera tener un Interruptor para apagarla luego desmontarla, ponerla en una caja y enviarla a Finlandia por algunos días, porque lo que eh imaginado que aria con mi jefe es tan amplio que podría hacer una trilogía o tal vez una saga- sin exagerar.
Todo el camino en auto la pase recordando como dar buenos golpes, si lo ameritaba el caso, hasta me recordé a kill bill- o como se escriba- si era lo máximo… en fin, que casi termino en sanatorio, pero en cuanto aparcamos en una joyería sentí como mi pulso se tranquilizaba.
Tres opciones:
a) Me comprara un anillo de matrimonio
b) Se disculpara comprándome lo que quiera
c) Le caigo bien y me compensa.
Demasiada imaginación, me reprendo en nombre de Dios a mi misma y prometo no volver a tener pensamientos tan maquiavélicos, casarme yo con ese, ni aunque de eso dependiera la paz mundial.
Cuando entramos al dichoso lugar, empecé a llorar para mis adentros por la pobreza, el hambre en el mundo, la escasez de agua y por mis bolsillos vacios por lo que no podría comprar nada aquí.
Sabia que estar aquí no era precisamente para mi, asi que mientras mas rápido mejor…
-¿Qué buscamos?- le di un vistazo a mi adorado jefe que tenia la vista fija en su teléfono.
-emm, este… pues- ¿esta nervioso?- no se bien por eso te traje, supongo.
-¿y que se supone que haga yo?
-ayudarme a escoger un estúpido regalo- dijo entre dientes.
A si que me trajo hasta aquí, con el susto mas estúpido de toda mi corta vida para elegir un regalo para quien sabe quien.
Señor mete tu mano, porque sino…
-¿y para quien?- pregunto con poco interés.
-¿tiene eso algo que ver?
-Por supuesto- ya me estoy exasperando- como sabre que seria bueno si nisiquiera se si es para un hombre o mujer.
Devolvió la vista a su teléfono, ahg encima tengo que esperar que se decida, es el hombre mas odioso que eh visto, no se como lo soportara su familia.
-¿los puedo ayudar en algo?-pregunto un joven dependiente.
Ay que lindo eres.
-aun no, estamos esperando- mire de lado a Erich- a ver si se decide.
-ah esta bien- repondi el- tómense el tiempo que necesiten.
Se giro para segui atendiendo a otros clientes, esta tan lindo…
-toma- dijo mi jefe sacándome de mis ensoñaciones. Definitivamente hoy mi imaginación está trabajando doble. Me paso su teléfono y me quede viendo la foto de una señora que debe tener algunos 50 si no algunos pocos menos, con un gran porte lo que a mi deducción es presuntuosa, acostumbrada a la buena vida y que con esa mirada es capaz de pisotear a cualquier persona.
En conclusión, las personas que trato de evitar.
Que regalarle a la vieja amargada.
-¿ya sabes que elegir?- pregunto el.
-pues se nota que le gustan mucho las joyas- digo mas para mi- regálele un colgante súper caro.
-si tu lo dices- dijo restándole importancia- camina vamos a elegirlo.
Nos dirigimos a una enorme repiza que tenia tantos colgantes, cadenas, collares y algunas cosas extrañas mas, con la que si las vendíamos alimentábamos un pueblo por un mes, o quizás mas.
Nunca me han atraído las joyas, es más uso algunas cosas en ocasiones muy importantes o cuando EUGE y MERY me obligan... Pero tengo queremos que me acabo de enamorar de una cadena de plata de lo más sencilla, si dije es una plateada nota musical con algunos destellos que hacen que me toque sin pensar mis bolsillos ¡Oh pobreza! De igual manera no moriré.
Año
Algún día Seras mio...
En fin después de echar un vistazo a gran parte del mostrador músicos se urdan en él reglo perfecto para la guacamaya, perdón para la Señora. Es una gargantilla en plata con diamantes incrustados en firma de una rosa, pero demasiado grande y despampanante para mi gusto, lo quemadores decir que a ella le encantará.
-señor LANZANI, creo que este es él indicado- dije mostrándole la gargantilla.
-¿A ti te gusta?- Porque tendría que preguntarme eso.
-no es demasiado para mi- niego con mi cabeza, la sola idea de usarlo me da cosita- pero seguro que a ella le encantará.
En eso él llama al dependiente y se ponen hablar sobre la escogida joya, escucho él tono de mi teléfono y en la pantalla asevero él nombre de PABLO mi mejor amigo, quehacer algunos días que no hablamos.
Hecho un vistazo a todo él local y encontré la entrada a los baños le hice señas a mi jefe par decirle que tomaría la llamada y luego entre al baño, cerrando todo con llave.
-jelous- dijo con melódica voz.
-como esta la mujer más Linda- intenta comprarme- de todo él planeta.
-pues no lo se, pero yo estoy bien gracias.
-¿Estas molesta conmigo more?
-Nah, lo que pasa es que...- me puse a contarle toda la historia sobre mi jefe furioso y él elevador descomponiéndose. Él muy desgraciado se burla de mi desgracia.
-bueno more- dice entre risas- sabes lo que amo hablar contigo pero ya tengo que volver al trabajo.
-esta bien, ya hablaremos.
-te quiero mi LALI- y después cuelga, no se porque no puedo molestarme con él, pero es que me alegra él día.
Al salir del baño camino distraídamente por él pasillo hasta que escucho un extraño ruido de un cristal rompiéndose. Me aproximo más cautelosa ahora y él aire se me sale de los pulmones ante la escena quede esta desarrollando en este momento en la joyería.
Oh Dios mio.
Las pocas personas que hay en la joyería están tiradas en él él piso con sus cabeza entre las piernas mientras que al otro lado esta un hombre de tamaño promedio y un poco de músculos sacando algunas joyas de un escaparate y la entrandolas en una bolsa negra.
Con todo él silencio que me fue posible volví hasta él baño sin hacer él menor ruido.
Que hacer Dios mio.
Si llamaba a la policía se podía poner aún peor, y yo ¿que podía hacer?
Piensa LALI, piensa
Hecho un vistazo a todo él baño pensando en que hacer. Mi vista cayo en un jarrón adornado con pequeñas flores y palos de bambú barnizados.
Hay pero que bonito arreglo.
Espera, bambú...
Si me acerco lo suficiente, puedo golpearlo con él bambú y aturdirlo para que suerte él arma y así tener una oportunidad.
Podría ser...
Rápido tome uno de los palos más grandes, por suerte no era pesado, me quite los zapatos para no hacer ruido y me dirijo con pasos cuidadosos al pasillo otra vez.
Parece película... Concéntrate boba que si lo haces mal puede que no lo cuentes.
Estúpida conciencia que remueve mis nervios. Al final del pasillo veo que él ladrón esta en otro escaparate tomado todo a manos llenas.
Hay Dios en que me estoy metiendo.
De puntitas me acerco al señor este, respiro profundamente tres veces sin hacer ruido. No entiendo como no ha notado mi presencia porque mis nervios me están devorando.
Con ambas manos aprieto él agarre en él bambú y lo sostengo en posición de bateo. Con un fuerte impulso golpeo detrás de la cabeza del señor y veo como cae en él escaparate y luego al piso desmayado.
Siento unas manos en mi espalda y como acto reflejo, volteo proponiéndole un golpe a quien quiera que sea.
Mis ojos se abren como platos literalmente al ver que a quien le si fue a mi jefe, siento mis nervios Armando una revuelta en mi estomago.
Pero para.mis adentros me alegro haberlo hecho, pero no.puedo demostrarlo venga y este le de por devolvérmelo.
-lo siento- atiene a decir.
-esta bien- dijo sosteniendo su brazo- solo te defendías.

-¿te pegue muy duro?- dije aunque en verdad me alegraba de haberle golpeado. que macabra.
-ya se me pasara- dijo aun sosteniendo su brazo.
Voltee para mirar al hombre aun tendido en el suelo, me sentía orgullosa por lo que había hecho, me tome lo de kill bill muy en serio al parecer, seguí felicitándome hasta que vi detenidamente al susodicho.
Sentí como mi pulso volvia a acelerarse y como sin pensarlo me tire al suelo a su lado para zarandearlo, al levantarlo vi que de su cabeza salía un hilo de sangre.
Sangre…
¿Y si lo mate?
No, no y no.
Empece a moverlo con mas fuerza, después de sentir como su pecho subia y bajaba volvi a soltarlo, los brazos de mi estúpido jefe me levantaron y me agarro fuerte en un abrazo tosco e improvisado, pero que con mis nervios y mis ojos enrojecidos por las ganas de llorar al pensar que había acabado con la vida de ese señor, era todo lo que necesitaba y aunque no soportaba a mi jefe en ese momento solo me importaba sus brazos sosteniéndome.

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