Decir que me sentía imbécil seria poco
Me recrimine tanto mis estupideces que, al llegar de la dichosa fiesta que me había causado tantos cansancios, me puse a llorar como magdalena. Por suerte y como única cosa buena que me había pasado en el día, EUGE ya estaba dormida, por lo que me dirigí derechita a mi habitación y después de tirarme en mi cama, deje salir lagrimas que hacían que me avergonzara de mi misma.
¿Cómo había llegado hasta este punto? ¿En qué jodido momento había permitido que esto pasara? ¿Dónde mierda estaban las señales de que esto ocurriría? Podía escribir un libro al que seguramente titularía “las mil preguntas sobre la estupidez” ya lo veía siendo best seller en su primer mes de publicación.
Deberás que no entendía él porque me había permitido tener sentimientos para con mi jefe ¿Dónde había quedado el odio proclamado de ambos lados? Nunca me hubiese imaginado sentirme así por nadie, sentir tantas cosas y a pesar de que la mayoría eran buenas, tenía unas enormes ganas de ahorcarlo, las cuales aún permanecían desde la primera vez que lo vi esa noche cuando tropezamos.
Quizás, si eso no hubiese sucedido, todo fuera diferente en este punto de nuestra relación y que de alguna manera, tendríamos algún tipo de acuerdo mutuo en solo una relación en la que no nos meteríamos mano. Eso tal vez y solo tal vez hubiese sido lo mejor.
Al llegar la mañana del sábado me importaba nada de nada lo llorado y pensado la noche anterior, decidí no contarle nada a mis amigas exceptuando el hecho de que obligatoriamente, necesitaba escuchar las burlas de mi POLI, le corte a este la llamada por burlarse de mí pero a los 10 minutos ya estaba contestando su llamada otra vez. Fui junto con MERY al centro comercial- ella intuía que me pasaba algo- y gastamos dinero en algunas blusas y pantalones que llamaron nuestra atención, luego de eso gastamos mas dineros en muchos comestibles, en su mayoría helado, chocolate, galletas, mas chocolates y un sinfín de cosas, con mis nuevos hábitos de comerme hasta las cajas de los alimentos necesitaba aquello y más.
Y aun así no engordo.
Vida de reyes y placer divino.
Que más podía querer de la vida.
Aparte del amor de mi jefecito claro…
No tenía ni idea pero tampoco me detuve a pensarlo, al llegar a casa nos encontramos con NICO junto a EUGE, el que para mi intranquilidad personal, actuaba de lo más extraño aunque no dijo nada, solo lo pillaba de vez en cuando mirándome de reojo cuando pensaba que no le prestaba atención pero nunca le pregunte nada.
Aun así el recuerdo de su hermano cada vez que lo veía hacia que me sintiera un poco patética por momentos, lográndolo ocultar por un pequeño margen de estudio de mis expresiones faciales que estudiaba en el espejo del baño después de que empecé a trabajar para PETER.
Oh PETER
Bendito él, ojala se callera de la cama mientras duerma.
Pero como nunca se cumplían mis deseos, me conforme solo con imaginármelo lo que me causo unas carcajadas inmensas y unas miradas escépticas de mis amigos allí presente.
El domingo en la tarde, mi aburrimiento era tan grande que decidí salir un rato de casa, pase un buen rato dando vueltas en el coche sin tener un lugar al que ir, pero recordé vagamente un lugar donde podría estar tranquila por algún tiempo y al que sabía que no vería a nadie.
****
PETER
- Levántate idiota- escuche que decía NICO con voz lejana
- ¿Qué rayos quieres?- dije despertando al fin
- Tenemos que hablar seriamente- dijo este sentándose al borde de mi cama- sobre LALI
- ¿Qué pasa con LALI?- en ese momento termine de despertar, aun no le había contado nada acerca de lo ocurrido ni a NICO ni mucho menos a mi padre, por lo que esto me intrigaba sobre manera.
- Bueno hermanito- dijo rascándose la cabeza- las preguntas aquí las hago yo así que… ¿Qué pasa con LALI?
- No pasa nada con ella- mentí- ¿quieres de una vez decirme que pasa?
- Se y desilucionada mente por ninguno de los dos que tienen algo
- No tenemos nada NICO, déjate de estupideces.
- ¿ah no? Y dime tu que todo lo sabes hermanito ¿Por qué sé que si lo tienen y porque ella llora en las noches mientras le oculta las cosas a sus amigas? ¿piensas decirme que no tienes nada que ver?
- Espera- le dije conteniendo la respiración-¿ella llora en las noches?
- Bueno- declaro- no estoy muy seguro pero EUGE la ha escuchado sollozar algunas veces como anoche cuando llego de la fiesta, al parecer ella pensaba que estaba dormida.
- Maldita sea- dije frustrado.
- No sé que se traen ustedes, pero lo que quiera que sea deberían de resorber lo pronto, EUGE está muy enojada y quiere matarte. Hablaremos luego tengo que buscar algo para ellas.
Maldita sea una y otra vez, pensaba que no podía aborrecerme más de lo que hacía ahora, pero al parecer me quedaba espacio.
No podía estar tranquilo, todo me recordaba a ella, su sonrisa, sus bromas, sus gemidos… ahg no podía ir por ese lugar necesitaba salir de casa, porque me estaba volviendo loco, necesitaba hablar con ella, pero tendría que buscar una manera en la que me permitiera explicarle lo que pasaba y que ella me dijera lo mucho que me odiara.
Aunque no me permitiría perderla, no concebía la idea de estar sin ella en la oficina y en mi vida.
Salí de la casa aun con mis pantalones de pijamas y franela, subí a mi coche y me apresure a salir del estacionamiento, solo había un lugar al que podía ir antes de hablar con LALI, el único lugar en el que mi tranquilidad no se vería interrumpida por nada. Llegue hasta allí en 20 minutos, me sorprendió ver que las verjas estaban entreabiertas, mas sorprendido quede al pasar junto al horrendo auto de LALI.
Ironía de la vida, escogimos el mismo lugar.
Salí del auto con una botella de bourbon en la mano, menuda broma y me puse a mirar por todas partes, la encontré tumbada en la hierba, tenía un libro abierto en las manos pero no estaba leyendo, solo mirando sin mirar. Llegue hasta su posición y me senté a su lado, en silencio, al momento, ella me imito incorporándose pero sin decir una palabra.
Abrí la botella y después de dar un fuerte trago, se la pase a LALI, ella la miro y rio de seguro por la ironía y tomo un trago. Así pasamos un largo tiempo, sin decirnos nada solo ahí, sentados el uno junto al otro mirando cómo se iba poniendo el sol.
Yo sentía la necesidad de decir algo, pero no quería arruinar el momento y menos cuando al parecer ya iba haciendo efecto el alcohol y recostó su cabeza en mi hombro, aprovechándome de la situación pase mi brazo abrazándola, disfrutando de la sensación de su cuerpo contra el mío antes de que se desatara la guerra que sabía que se iba a armar desde que se le pasara la borrachera.
- Eres un idiota sabes- dijo riéndose- tengo ganas de matarte
- ¿y porque no lo haces?
- Porque sería una pena
- Ven te llevare a casa, necesita descansar
- Aun no- dijo patosamente- déjame un momento más con la sensación.
- Solo un momento
La apreté más contra mi pecho y permanecimos así una media hora más, al final ella misma se levanto y camino hasta su auto, no permitió que la llevara, al parecer no estaba tan mal pero aun así estaba muy cómica. Me grito varias veces aprovechado maldito antes de dar reversa e irse.
Me quede riendo un rato hasta que la noche termino por llegar, no habíamos hablado pero por primera vez no lo había necesitado y sentí la real urgencia de hacer las paces con ella. Definitivamente esta mujer terminaría volviéndome loco.
******
LALI
- Eres una maldita desgraciada y desconsiderada- dramatizo EUGE- ¿cómo pudiste ocultarme algo así? esta mejor que la novela que ve MERY.
- Por eso mismo mana
- No me vengas con esa a mi ahora- espeto- hay algo mas debajo, pero ahora ya vete a trabajar antes de que tu loco amorcito te despida.
- Que no es mi amorcito, ubícate
- Si claro, sal ahora.
Hoy si era el día de mi mayor irritación, EUGE estuvo molestando como abeja desde que desperté para que le contara que me pasaba, y como era obvio sucumbí a la presión cuando empezó a amenazarme con suspender mi cuenta de netflix- fue un golpe duro- de camino a la oficina iba tarareando para calmar mis nervios, no tenía ganas de discutir con nadie el día de hoy. Lo que resultaba extraño dado mi humor horrible.
Al llegar arriba, encontré a susan preparando café, lo que agradecí, y como mala persona que en ocasiones era, no le lleve el suyo a PETER, que lo busque el si quería. Al entrar en mi santuario de trabajo, me encontré con PETER hurgando en mi PC- y yo que ya estaba irritada- pose mis manos en mi cadera y me reí internamente al ver como se sorprendía por mi tono de voz.
- ¿Qué crees que haces animal?- dije entre dientes
- Solo buscaba algo sobre la fusión- dijo levantándose- no es como que este leyendo tu diario.
- Já, eso es para niñas- dije riéndome- lárgate de aquí, ahora te mando todo lo de la fusión que encuentre.
- ¿Por qué estas tan molesta?
- La verdad es que no se- dije pensándolo un momento- pero no busques que me la desquite contigo ahora sal ahora
- Está bien, perdón- dijo mientras salía.
La verdad es que me divirtió un poco ver su cara de sorpresa, reí hasta no poder soportarlo y tuve que ir hasta el baño para limpiarme el rímel que se había corrido a causa de mis lágrimas
- Sabes que estás loca ¿verdad?- dijo susan mientras pasaba a su lado.
Atine a sacudir mi cabeza en modo de respuesta, ya más calmada me dispuse a enviarle todo al inutilito, y como era de esperar aun así tuve que ir a su oficina a explicarle uno de los puntos de mis notas que no lograba entender. Hijo de su madrina. En fin que mi humor fue mejorando mientras escuchaba música buena y trabajaba más calmadamente ahora que se había terminado el dichoso cumpleaños.
Cuando salía a comer pase por la oficina de LALI pero como siempre nunca estaba, maldije porque quería que fuera conmigo y así pudiéramos hablar, para mi suerte la encontré hablando y riendo con susan, mientras esta escribía en su ordenador, mi sonrisa fue en aumento mientras me acercaba, pero se vio cortada con la llegada de un tipo alto y con cabello moreno, con un ramo de rosas rojas en su mano, mientras este se acercaba sonriendo como niño con nuevo juguete, LALI mi LALI corría hacia él, logrando fundirse en un abrazo.
La cólera estallo en mi interior a causa de los celos y para evitar cualquier incidente, me gire y camine en dirección a mi oficina donde empecé a estallar todo lo que se cruzaba en mi camino.
Me recrimine tanto mis estupideces que, al llegar de la dichosa fiesta que me había causado tantos cansancios, me puse a llorar como magdalena. Por suerte y como única cosa buena que me había pasado en el día, EUGE ya estaba dormida, por lo que me dirigí derechita a mi habitación y después de tirarme en mi cama, deje salir lagrimas que hacían que me avergonzara de mi misma.
¿Cómo había llegado hasta este punto? ¿En qué jodido momento había permitido que esto pasara? ¿Dónde mierda estaban las señales de que esto ocurriría? Podía escribir un libro al que seguramente titularía “las mil preguntas sobre la estupidez” ya lo veía siendo best seller en su primer mes de publicación.
Deberás que no entendía él porque me había permitido tener sentimientos para con mi jefe ¿Dónde había quedado el odio proclamado de ambos lados? Nunca me hubiese imaginado sentirme así por nadie, sentir tantas cosas y a pesar de que la mayoría eran buenas, tenía unas enormes ganas de ahorcarlo, las cuales aún permanecían desde la primera vez que lo vi esa noche cuando tropezamos.
Quizás, si eso no hubiese sucedido, todo fuera diferente en este punto de nuestra relación y que de alguna manera, tendríamos algún tipo de acuerdo mutuo en solo una relación en la que no nos meteríamos mano. Eso tal vez y solo tal vez hubiese sido lo mejor.
Al llegar la mañana del sábado me importaba nada de nada lo llorado y pensado la noche anterior, decidí no contarle nada a mis amigas exceptuando el hecho de que obligatoriamente, necesitaba escuchar las burlas de mi POLI, le corte a este la llamada por burlarse de mí pero a los 10 minutos ya estaba contestando su llamada otra vez. Fui junto con MERY al centro comercial- ella intuía que me pasaba algo- y gastamos dinero en algunas blusas y pantalones que llamaron nuestra atención, luego de eso gastamos mas dineros en muchos comestibles, en su mayoría helado, chocolate, galletas, mas chocolates y un sinfín de cosas, con mis nuevos hábitos de comerme hasta las cajas de los alimentos necesitaba aquello y más.
Y aun así no engordo.
Vida de reyes y placer divino.
Que más podía querer de la vida.
Aparte del amor de mi jefecito claro…
No tenía ni idea pero tampoco me detuve a pensarlo, al llegar a casa nos encontramos con NICO junto a EUGE, el que para mi intranquilidad personal, actuaba de lo más extraño aunque no dijo nada, solo lo pillaba de vez en cuando mirándome de reojo cuando pensaba que no le prestaba atención pero nunca le pregunte nada.
Aun así el recuerdo de su hermano cada vez que lo veía hacia que me sintiera un poco patética por momentos, lográndolo ocultar por un pequeño margen de estudio de mis expresiones faciales que estudiaba en el espejo del baño después de que empecé a trabajar para PETER.
Oh PETER
Bendito él, ojala se callera de la cama mientras duerma.
Pero como nunca se cumplían mis deseos, me conforme solo con imaginármelo lo que me causo unas carcajadas inmensas y unas miradas escépticas de mis amigos allí presente.
El domingo en la tarde, mi aburrimiento era tan grande que decidí salir un rato de casa, pase un buen rato dando vueltas en el coche sin tener un lugar al que ir, pero recordé vagamente un lugar donde podría estar tranquila por algún tiempo y al que sabía que no vería a nadie.
****
PETER
- Levántate idiota- escuche que decía NICO con voz lejana
- ¿Qué rayos quieres?- dije despertando al fin
- Tenemos que hablar seriamente- dijo este sentándose al borde de mi cama- sobre LALI
- ¿Qué pasa con LALI?- en ese momento termine de despertar, aun no le había contado nada acerca de lo ocurrido ni a NICO ni mucho menos a mi padre, por lo que esto me intrigaba sobre manera.
- Bueno hermanito- dijo rascándose la cabeza- las preguntas aquí las hago yo así que… ¿Qué pasa con LALI?
- No pasa nada con ella- mentí- ¿quieres de una vez decirme que pasa?
- Se y desilucionada mente por ninguno de los dos que tienen algo
- No tenemos nada NICO, déjate de estupideces.
- ¿ah no? Y dime tu que todo lo sabes hermanito ¿Por qué sé que si lo tienen y porque ella llora en las noches mientras le oculta las cosas a sus amigas? ¿piensas decirme que no tienes nada que ver?
- Espera- le dije conteniendo la respiración-¿ella llora en las noches?
- Bueno- declaro- no estoy muy seguro pero EUGE la ha escuchado sollozar algunas veces como anoche cuando llego de la fiesta, al parecer ella pensaba que estaba dormida.
- Maldita sea- dije frustrado.
- No sé que se traen ustedes, pero lo que quiera que sea deberían de resorber lo pronto, EUGE está muy enojada y quiere matarte. Hablaremos luego tengo que buscar algo para ellas.
Maldita sea una y otra vez, pensaba que no podía aborrecerme más de lo que hacía ahora, pero al parecer me quedaba espacio.
No podía estar tranquilo, todo me recordaba a ella, su sonrisa, sus bromas, sus gemidos… ahg no podía ir por ese lugar necesitaba salir de casa, porque me estaba volviendo loco, necesitaba hablar con ella, pero tendría que buscar una manera en la que me permitiera explicarle lo que pasaba y que ella me dijera lo mucho que me odiara.
Aunque no me permitiría perderla, no concebía la idea de estar sin ella en la oficina y en mi vida.
Salí de la casa aun con mis pantalones de pijamas y franela, subí a mi coche y me apresure a salir del estacionamiento, solo había un lugar al que podía ir antes de hablar con LALI, el único lugar en el que mi tranquilidad no se vería interrumpida por nada. Llegue hasta allí en 20 minutos, me sorprendió ver que las verjas estaban entreabiertas, mas sorprendido quede al pasar junto al horrendo auto de LALI.
Ironía de la vida, escogimos el mismo lugar.
Salí del auto con una botella de bourbon en la mano, menuda broma y me puse a mirar por todas partes, la encontré tumbada en la hierba, tenía un libro abierto en las manos pero no estaba leyendo, solo mirando sin mirar. Llegue hasta su posición y me senté a su lado, en silencio, al momento, ella me imito incorporándose pero sin decir una palabra.
Abrí la botella y después de dar un fuerte trago, se la pase a LALI, ella la miro y rio de seguro por la ironía y tomo un trago. Así pasamos un largo tiempo, sin decirnos nada solo ahí, sentados el uno junto al otro mirando cómo se iba poniendo el sol.
Yo sentía la necesidad de decir algo, pero no quería arruinar el momento y menos cuando al parecer ya iba haciendo efecto el alcohol y recostó su cabeza en mi hombro, aprovechándome de la situación pase mi brazo abrazándola, disfrutando de la sensación de su cuerpo contra el mío antes de que se desatara la guerra que sabía que se iba a armar desde que se le pasara la borrachera.
- Eres un idiota sabes- dijo riéndose- tengo ganas de matarte
- ¿y porque no lo haces?
- Porque sería una pena
- Ven te llevare a casa, necesita descansar
- Aun no- dijo patosamente- déjame un momento más con la sensación.
- Solo un momento
La apreté más contra mi pecho y permanecimos así una media hora más, al final ella misma se levanto y camino hasta su auto, no permitió que la llevara, al parecer no estaba tan mal pero aun así estaba muy cómica. Me grito varias veces aprovechado maldito antes de dar reversa e irse.
Me quede riendo un rato hasta que la noche termino por llegar, no habíamos hablado pero por primera vez no lo había necesitado y sentí la real urgencia de hacer las paces con ella. Definitivamente esta mujer terminaría volviéndome loco.
******
LALI
- Eres una maldita desgraciada y desconsiderada- dramatizo EUGE- ¿cómo pudiste ocultarme algo así? esta mejor que la novela que ve MERY.
- Por eso mismo mana
- No me vengas con esa a mi ahora- espeto- hay algo mas debajo, pero ahora ya vete a trabajar antes de que tu loco amorcito te despida.
- Que no es mi amorcito, ubícate
- Si claro, sal ahora.
Hoy si era el día de mi mayor irritación, EUGE estuvo molestando como abeja desde que desperté para que le contara que me pasaba, y como era obvio sucumbí a la presión cuando empezó a amenazarme con suspender mi cuenta de netflix- fue un golpe duro- de camino a la oficina iba tarareando para calmar mis nervios, no tenía ganas de discutir con nadie el día de hoy. Lo que resultaba extraño dado mi humor horrible.
Al llegar arriba, encontré a susan preparando café, lo que agradecí, y como mala persona que en ocasiones era, no le lleve el suyo a PETER, que lo busque el si quería. Al entrar en mi santuario de trabajo, me encontré con PETER hurgando en mi PC- y yo que ya estaba irritada- pose mis manos en mi cadera y me reí internamente al ver como se sorprendía por mi tono de voz.
- ¿Qué crees que haces animal?- dije entre dientes
- Solo buscaba algo sobre la fusión- dijo levantándose- no es como que este leyendo tu diario.
- Já, eso es para niñas- dije riéndome- lárgate de aquí, ahora te mando todo lo de la fusión que encuentre.
- ¿Por qué estas tan molesta?
- La verdad es que no se- dije pensándolo un momento- pero no busques que me la desquite contigo ahora sal ahora
- Está bien, perdón- dijo mientras salía.
La verdad es que me divirtió un poco ver su cara de sorpresa, reí hasta no poder soportarlo y tuve que ir hasta el baño para limpiarme el rímel que se había corrido a causa de mis lágrimas
- Sabes que estás loca ¿verdad?- dijo susan mientras pasaba a su lado.
Atine a sacudir mi cabeza en modo de respuesta, ya más calmada me dispuse a enviarle todo al inutilito, y como era de esperar aun así tuve que ir a su oficina a explicarle uno de los puntos de mis notas que no lograba entender. Hijo de su madrina. En fin que mi humor fue mejorando mientras escuchaba música buena y trabajaba más calmadamente ahora que se había terminado el dichoso cumpleaños.
Cuando salía a comer pase por la oficina de LALI pero como siempre nunca estaba, maldije porque quería que fuera conmigo y así pudiéramos hablar, para mi suerte la encontré hablando y riendo con susan, mientras esta escribía en su ordenador, mi sonrisa fue en aumento mientras me acercaba, pero se vio cortada con la llegada de un tipo alto y con cabello moreno, con un ramo de rosas rojas en su mano, mientras este se acercaba sonriendo como niño con nuevo juguete, LALI mi LALI corría hacia él, logrando fundirse en un abrazo.
La cólera estallo en mi interior a causa de los celos y para evitar cualquier incidente, me gire y camine en dirección a mi oficina donde empecé a estallar todo lo que se cruzaba en mi camino.
Creo q sera Pablo, mmm
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