El color de estas paredes es muy soso, deberíamos
cambiarlo- fue lo único que se me ocurrió decir.
- Puedes- protestó - por una vez en toda tu vida tomar algo
con seriedad.
Levante las manos en señal de rendición, suspire y al momento de
salirle con alguna de mis tonterías (mejores elaboradas claramente) me
quede sin palabras- bueno… pues… yo...
- Si LALI tu que- me urgió el.
- Pues yo- el sonido de teléfono me sobresalto, lo localice y
vi que era del hospital (íbamos mucho por cualquier tonterías a sí que
ya lo tenía guardado) apresuradamente conteste- ¿hola?
- Buenas tardes, ¿es la señorita LALI ESPOSITO?
- Si, si soy yo- dije nerviosamente- sé que es del hospital
¿me puede decir lo que pasa para poder desmayarme y gritar de una vez,
por favor?- PETER seguía parado en la misma posición, sus ojos estaban
más oscuros y tenía la mandíbula endurecida por lo que seguro era
rabia o lo que sea que tuviera en esos momentos.
- Si bueno, usted es el numero de emergencias de la señorita
Ana y pues ella sufrió un pequeño accidente.
Y el aire se paro, las olas dejaron de chocar contra la arena, el
fuego se enfrió y viceversa y mi voz por segunda vez en un lapso de 5
minutos volvió a perderse en el rincón más oscuro y recóndito de mi
cuerpo- ¿Co… como de pe… pequeño el accidente?- pude balbucear.
- Tiene algunas fracturas pero le están realizando algunos
estudios porque sufrió un golpe en la cabeza.
- ¿Y DICES QUE FUE UN PEQUEÑO ACCIDENTE?
- Lo siento señorita- contesto la chica nerviosamente.
- Bien- suspire- iré antes de desmayarme, nos vemos allá.
Dicho esto colgué, camine hasta la puerta y no pude volver a articular
palabra, en vez de eso, tome el rostro de mi defesáis en mis manos y
le plantee un beso casto, saboreé el mini segundo que duro y ante su
perplejidad Salí corriendo como alma que busca el infierno hasta el
ascensor. Por suerte al llegar iba saliendo una susan confusa por mi
comportamiento, pero antes de que pudiera preguntar algo las puertas
se cerraron. Al llegar a la primera planta, seguí corriendo – con
grandes y hermosos tacones negros- por la recepción, todos se
voltearon a mirarme como la loca desequilibrada que parecía, a punto
estaba de salir por la puerta principal cuando recordé a MERY, di tres
saltitos para frenar de manera eficiente y me gire y corrí devuelta a
recepción, sin aliento- y poco entendible- le dije a la chica que
llamara a MERY y le dijera que valla al hospital rápido.
Corrí y corrí mas que atleta en maratón para ganar un millón de
dólares y en un tiempo record llegue hasta mi auto, conduje como
demente por la ciudad y una vez aparcada en la entrada, seguí
corriendo hasta que una muy eficiente enfermera me dijo que esperara
en la sala de espera que había en la habitación contigua a donde me
encontraba.
Los minutos pasaban lentamente, médicos llegaban a la sala de espera
pero ninguno de ellos con información sobre el estado de EUGE, pues
ninguno la habían visto, a la media hora de estar allí, MERY llego
caminando nerviosamente y con los ojos rojos por las lagrimas
derramadas, me apresure a abrazarla y a mentirle diciendo que
estábamos bien, podría que fuese así, pero no teníamos una idea de lo
que estaba ocurriendo. Seguían pasando los minutos y MERY ya se había
calmado, nos levantamos bruscamente cuando escuchamos unos gritos
detrás de las puertas, las cuales fueron abiertas con grandes golpes y
nos dejaron ver a un NICO muy alterado.
Entro con pasos apresurados y para mi perplejidad me abrazo con tantas
fuerzas que sentía que el aire se me iba, sollozaba casi
imperceptiblemente y mi cuerpo vibraba junto al suyo, pose mis manos
en su espalda y empecé a tranquilizarlo un poco hasta que al igual que
MERY se fue calmando. Y ahí estábamos los tres, nerviosos e inquietos,
esperando unas noticias que parecían nunca llegar.
- ¿familiares de la señorita EUGE SUAREZ?- me levante como
poseída y fui hasta donde estaba el que supuse era su doctor.
- Si nosotros- dije nerviosamente- ¿Cómo esta?
- Ella está bien- contesto, mientras sentía como MERY y
NICO suspiraban de alivio detrás de mí- un poco dolorida pero ya
empiezan a hacer efectos los calmantes.
- ¿y el estudio en la cabeza?
- Todo salió bien, solo tiene un pequeño golpe y con el
medicamento se recuperara, solo necesita reposo de tres días para el
golpe de la cabeza y tendrá que llevar escayola por dos semanas y es
todo.
- ¿podemos verla?- pregunto MERY.
- En un momento vendrán a avisarles- contesto- si tienen más
preguntas podre contestarlas luego, ahora tengo que atender a otros
pacientes.
- Si gracias doctor.
Sentí que volvía a respirar después de un largo tiempo y volví a
desplegar mi flamante y muy elogiada sonrisa- si claro- pero la
felicidad dura poco, como el chocolate o el helado o las canciones que
te gustarían que duraran media hora no solo tres minutos, pero la vida
es así.
La dura y fría vida.
Sentí envidia sana por lo que tenían EUGE y NICO, me gustaría tener a
alguien que se preocupara así por mí, cuando nos permitieron verla el
termino de volverse loco y lloro hasta que tuvimos que dejarlos solos
para que pudieran regodearse solos en su amor. La estúpida vocecita
que educadamente llaman “conciencia” se burlo de mi recordándome que
ese alguien a quien quería si tenía con nombres y apellidos, además
de ser mi estúpido jefe.
Y ahora que lo pensaba ¿Por qué le daba tantas vuelas? Si él no siente
nada por mí no tiene porque estar preguntándome a mi si siento algo,
porque ¿para qué le serviría? Una parte de mi quería creer que era
para asegurarse de que si sentía algo por el antes de dar cualquier
paso, pero la serpiente venenosa que tengo por conciencia repetía una
y otra vez, que no me quería más que para satisfacer una necesidad
primaria.
La verdad es que me estaba aburriendo de pensar tanto en esas cosas
por lo que cuando me levante de la sala de espera para ir a la tan
visitada por mí, cafetería, no me sorprendió para nada- mentira-
encontrarme a mi jefe en recepción.
- ¿Qué haces?- le pregunte.
- Buscarte- contesto y sentí mariposas, luciérnagas y todas
las criaturas que la fauna pudiera tener, me embobe y rápidamente me
recompuse.
- Tu hermano esta con EUGE ahora- cambie de tema- puedes
esperarlo en la sala de tras esta puerta.
- Dije buscarte- suspiro- ¿podemos hablar?
- Creí que ya lo habíamos hecho.
- ¿Qué?, pero si saliste huyendo, aunque no te reprocho la
causa y me dejaste ahí plantado.
- Bueno si pero ya que, voy a la cafetería hablamos luego,
chaito, cuídate, ve por la sombrita.
- Te acompañare, hoy no te me escaparas.
- Pero si dijiste que no te interesaba ninguna relación, para
que quieres saber si sentí algo o no ¿llenar tu ego? O alguna otra
cosa.
- Necesito saberlo
- Ah solo eso- dije entre dientes, sentía como toda la sangre
se esparcía por mi cara y empecé a esta furiosa- pues bien, si fue
genial, lo más genial en mucho tiempo que sentí, pero no te preocupes
sabía que no debía hacerme ilusiones contigo y me hago cargo de
cualquier tipo de consecuencia que pueda traerme y ahora si me
disculpas tengo que ir a una cafetería y comer hasta que se me pasen
las ganas que tengo de agarrarte por tu lindo cuello y ahorcarte, aun
necesito un trabajo.
- LALI espera, en verdad yo…- no le deje terminar.
- Cállate de una vez ya hablamos todo lo que teníamos que
hablar sobre esto y no quiero que se repita esta conversación ¿estamos
claros?
- No sé si pueda…- volví a interrumpirlo
- Estamos claros, nos vemos luego señor LANZANI
Salí pisando fuerte de la recepción y después de una malteada y unos
bocadillos podía sentir como mi frustración se iba disminuyendo a
medida que pasaba el tiempo, no le brindaría nuevamente la importancia
necesaria al hecho de que mi jefecito no quiera nada serio conmigo, al
fin y al cabo eso sería solo un problema más.
****
PETER
- Hermano estas de lo mas jodido- dijo lucían pasándome una
botella- pensé que eras más inteligente.
Aquí estaba yo nuevamente en el bar de lucían lloriqueando como nena
porque acababa de joder cualquier oportunidad que hubiese podido tener
con LALI. Cuando me dejo en el hospital Salí corriendo directo hacia
acá y después de contarle todo lo ocurrido a MARIANO- excluyendo
algunos puntos- se digno a pasarme una botella para que pudiera seguir
como la nenaza que parecía.
- No tienes que recordármelo eso ya lo sabía desde hace una hora
- Si hubieses tenido otra actitud quizás estuvieras
acompañándola ahora con su amiga enferma- suspiro- deberías de seguir
los pasos de tu hermano.
- ¿intentas decirme que me case?
- No sé porque le tienes tanto miedo al compromiso, oh si
espera ya lo sé, por una estupidez que ocurrió hace años y que aun no
superas
- No es eso- suspire- solo quería saber cuáles eran sus
sentimientos ¿es mucho pedir?
- No entiendo eso, pero creo que deberías de haber sido más
sutil, a las mujeres hay que tratarlas con delicadeza, porque ellas
ven diferentes tonos en un solo color. Llévalo en cuenta.
- De igual forma, no tengo más que hacer, ella dijo que no
hablaríamos mas del tema y créeme cuando te digo que ella parece tener
más autoridad que yo- dije exasperado- no podre mencionarle nada en
mínimo algunas semanas.
- Deberías arreglarlo, necesitas a alguien así para que
sientes cabeza de una vez.
- Ni que lo digas.
Seguí tomando hasta que sentía el efecto del alcohol en mi cabeza y
unas intensas ganas de llamar a LALI y decirle cosas estúpidas que
dicen personas que se sienten estúpidas, pero iba a cumplir mi parte y
aunque tuviese que romper el teléfono para no llamarla iba a respetar
su decisión. Era lo menos que podía hacer por la mujer de la que me
estaba enamorando.
Eres un estupido peter
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