lunes, 17 de abril de 2017

CAPITULO 17

Si horas antes me hubiesen preguntado que imaginaba cuando me
nombraban el paraíso, hubiese tenido una simple respuesta, siempre lo
había imaginado como una isla en la que yo, sentada en la arena,
contemplaba como el sol se ocultaba por las aguas y, en el cielo se
reflejaba un color anaranjado indicando el ocaso, una suave brisa y no
sé, cosas a si por el estilo. Pero en este momento en el que estoy
siendo abrazada, acariciada y besada por mi estúpido jefe eh cambiado
absolutamente de idea.

No sé cuánto tiempo llevamos a si pero, que me caiga un rayo o
cualquier cosa de esa índole si digo que no me importa, sus labios
solo dejaban los míos para dar cortas respiraciones y yo no abría los
ojos esperando mas. Sus manos viajaban por todas partes y aun sin
movernos del mismo lugar. En mi mente colapsada solo quedaba un
pensamiento y era arrancarle toda la ropa y hacerlo en la sala si era
necesario, pero tenía que compórtame y dejarlo a él con él con todo el
control.

Abrí los ojos y me separe de el al sentir la vibración de mi teléfono,
lo observe un momento y su mirada era de completo aturdimiento, saque
mi teléfono y se lo enseñe, decepción fue lo siguiente que vi en su
mirada y no lo pensé dos veces, tire mi teléfono en el sillón más
cercano.

- Hoy no- susurre.

- Hoy no- me contesto él con una gran sonrisa.

Que era solo mía.

Hasta ese momento no me había dado cuenta de que no tenía mi camisa,
ni tampoco el. Con mis dedos tracé una línea en donde se encontraban
las letras chinas grabadas- dije que las tocaría- de pronto el tomo mi
mano y lo mire desconcertada. Subió mi mano hasta que quedo en su
hombro e instintivamente subí la otra entre lazándola en su cuello. Me
sostuvo de mi trasero alzándome, amarre mis piernas a su cadera lo que
hizo que la falda se subiera y mis bragas quedaran a la vista.

Se apoderó nuevamente de mis labios y lo sentí caminar, al cabo de
unos minutos fue que fui consciente de que estábamos en su habitación,
pero no pensé en los detalles, sino en el hombre que tenia ahí,
dispuesto a estar conmigo y era todo lo que quería.

La ropa no las sacamos como si estuviera incendiada, tan rápido que me
sorprendí a ver que solo me quedaban las bragas y a PETERunos bóxer
que, le quedaban de muerte. Su volvió a abalanzar sobre mí, esta vez,
sobre la cama y otra vez nos besamos desenfrenadamente, segundos
después sus labios jugaban con el lóbulo de mi oreja y fueron
descendiendo por mi cuello tan lento que me cortaba la respiración.

Maldiciones, gemidos y lo que parecieron gruñidos por su parte y la
mía salieron cuando empezó a besar mis pechos, se sentía mejor de lo
que recordaba, lo que no me sorprendió, mi mente era solo papel en
blanco que de un momento a otro se quemaría si esto seguía así, y me
sorprendió la manera en que eso se sentía, único e inolvidable.

Se separo de mis pechos al tiempo que respiraba entrecortadamente, sus
ojos eran unos tonos más oscuros, de lo que habitualmente recordaba.

- Si quieres parar, hazlo ahora- dijo entre jadeos.

- No creo que pueda- le conteste

Con una picara sonrisa recorrió mi abdomen con pequeños besos y
mordidas, lo que me saco más de una carcajada y a él le costó algunos
juguetones golpes que lanzaba sin mirar. Mis carcajadas fueron
reemplazadas por gimoteos, cuando empezó a acariciar el centro de toda
mi excitación. Movía sus dedos rítmicamente mientras yo me limitaba a
ver estrella imaginarias en el techo de la habitación, ni siquiera me
había dado cuenta de que ya mis bragas no estaban, lo note cuando
sentí como introducía sus dedos en mi interior, después de algunas
maldiciones levante la cabeza y abrí mis ojos para ver todo lo que me
hacía. Repartía cortos y deliciosos besos por mis piernas y también
entre ellas.

Vuelvo y remarco, esto es el paraíso.

Estalle, por decirlo de alguna manera, en el mejor orgasmo que eh
tenido en toda mi experiencia sexual y no pude ni abrir los ojos
mientras, más que en gemidos salía su nombre gritado de mis labios.

Una vez más PETERtomo mis labios con los suyos y empezamos a besarnos
ahora de manera más suave y dulce, sentía la presión de su miembro en
mi vientre y sabía que estaba deseoso de terminar. Me sorprendió que
después de tener ese gran orgasmo me quedaran ganas de mas, por lo
que con mis manos, una vez sueltas del agarre que hasta ahora me daba
cuenta que tenia, empecé a bajar sus bóxers de manera torpe por el
movimiento de sus caderas contra las mías. PETER termino de sacárselos
y con una mano tanteo en el buro de al lado hasta encontrar un condón.
Lo detuve cuando iba abrirlo.

- No es necesario- le conteste a su pregunta no formulada.

- Nunca lo eh hecho sin él.

- Si quieres está bien- él lo pensó por un segundo y luego
volvió a ponerlo en el buro- al diablo- dijo después.

Mientras besaba mi cuello, posiciono su miembro entre mis piernas y
fue introduciéndolo lentamente- increíblemente guao, fue todo lo que
pensé, era como una sensación diferente de todas las beses y me asusto
que me fascinara tanto. Después de algunos segundos sus movimientos
empezaron a ser más rápidos, la facilidad en que mis caderas se movían
acorde con sus movimientos fue alucinante, sus labios volvieron a mis
pechos y sentía otra vez como las sensaciones se iban concentrando en
el mismo lugar.

Momentos después, un nuevo y mejorado orgasmo se apodero de mi y
volví a gritar su nombre con la respiración errática, antes de que
terminaran mis espasmos sentí como con su ultima embestida, PETER
también se había corrido mientras mascullaba mi nombre y algunas
maldiciones. Sonreí a pesar de que me sentía tan cansada que no quería
ni abrir los ojos.

El mejor puto sexo de mi vida.

Nos quedamos así mientras nuestras respiraciones tomaban un ritmo, por
así decir, más calmado. El salió de mi no sin antes volver a besarme
lentamente. Se levanto y fue hasta lo que seguro era el baño y después
entro nuevamente a la habitación, se coloco los bóxers y volvió a
subirse a la cama. Esta vez fue mi turno de levantarme y sin ningún
pudor, recogí mis bragas tiradas y entre al baño. Luego de quitarme el
olor a sexo Salí para buscar mis otras pertenencias.

- Ven aquí- me dijo.

- Está bien- refunfuñe.

Abandone la tarea de buscar mis pertenencias y subí a la cama, me
senté insegura junto a él y, de pronto, sentí como me abrazaba y
acercaba mas a él. A regañadientes y para estar mas cómoda termine
tumbada en la cama y, el cansancio que proclamaba minutos antes hizo
acto de presencia. Sentía pequeños besos en mi cabello, mientras que
con sus dedos, me daba sencillas caricias que pronto me hicieron
quedar dormida.

*******

Cuando desperté la penumbra ocupaba la habitación, estire la mano,
pero no encontré a nadie a mi lado, no pude frenar el sentimiento de
decepción que ocupo mi mente en esos momentos. No era como que ahora
estaríamos de amor, flores y corazones y tenía eso bien claro, era
solo sexo, grandioso y magnifico sexo.

Me apresure a levantarme, mis pertenencias estaban encima de un mueble
de la habitación, me detuve un segundo a mirarla y gemí ante lo grande
y linda que era, los colores iguales a los de la mía pero
evidentemente más elegante y varonil. Busque una franela entre las
cosas de PETER ya que mi camisa estaba en la sala, oh eso creía, me la
puse y Salí de la habitación.

El silencio reinaba en la sala de estar, las luces ya estaban
encendidas y una brisa suave entraba por la terraza, supuse que él
estaría allí. Fui hasta los sillones pero ya mis cosas no estaban ahí,
seguro que él las movió hasta mi habitación. Camine hasta ella y si,
mis cosas estaban encima de mi cama. Me abalance a esta y solté un
suspiro, tome mi teléfono y encontré varias llamadas perdidas de EUGE.

No me apetecía hablar, porque si lo hacía, corría el riesgo de
contarle todo y aun era muy pronto para andar comentando, por lo que
entre en el whatsapp y le escribí un mensaje.

Hey!! More, que pasa??

Quería saber de ti. ¿Cómo lo llevas?

Si supieras que de maravilla, pero en vez de eso le respondí.

Bien, ya sabes como es y ya sabes cómo soy

Solo espero que no se maten entre los dos.

Bufe por la ironía

De eso nada mana, pero te tengo que dejar te escribo luego, i miss you

Igual yo mana, cuídate.

Deje el teléfono a un lado y volví a suspirar, la iluminación llego a
mi cabeza más rápido que auto de formula 1. Comprendí que no debía
exagerar ni preocuparme por nada de esto, lo mejor era tomar todo a la
ligera para que todo siguiera como hasta ahora. Me levante y después
de una concienzuda ducha, me coloque unos shorts y una blusa suelta
junto a unas sandalias.

Fui hasta la cocina y me detuve en el refrigerador para pedirle perdón
por mis escasas visitas, prometiéndole no volver a hacerlo, nunca
jamás. Tome un poco de su amor y me preparé algunos sándwiches y tome
un poco de zumo de naranja- al parecer es lo único que como- y me
senté en el desayunador, dormida, deleitándome por mis hermosos
comestibles sentí unos pasos que me hicieron abrir los ojos.

Ante mi estaba mi jefe todo mojado, cubierto solo por sus bóxers y,
aunque ya lo había visto mas desnudo, me fue imposible ocultar mi
embobamiento. Silbé por lo bajo.

- Chapéame que yo me dejo, deguabiname el bolsillo- lo piropeé.

- Que acabas de decir- dijo con una sonrisa acercándose a mí.

- Chapéame que yo me dejo, deguabiname el bolsillo- le repetí.

- Y eso ¿Qué significa?- preguntó contrariado.

- Es una especie de piropo barrial de mi país- conteste- lo
usan los hombres con las mujeres que le gusta estar con ellos por
dinero y posición, cuando dice deguabiname el bolsillo es como decir
pide lo que quieras y así por el estilo.

- Eres increíble- dijo entre carcajadas que me vi en la
obligación de acompañar.

- Exactamente- le respondí.

Cuando estuvo más calmado intentó tomar uno de mis bebes del plato,
pero rápidamente los aparte y lo mire entrecerrando los ojos y
siseando como demente, sostuvo en alto sus manos en señal de
rendición, luego puso sus ojos como cachorrito y se inclino para
besarme, correspondí su beso con mucho entusiasmo para separarnos
rápidamente cuando su teléfono empezó a sonar.

Una sonrisa de ensueño se apodero de sus labios y mientras se
alejaba, levantaba en alto la mano en la que tenia uno de mis niños.

Lloriquee un momento para luego tomar la decisión de hacerlo pagar al
muy maldito, que ni se crea que eso se iba a quedar así.

Será muy mi jefe- y el que me encanta- pero está muy mal si cree que
se librara de mis golpes.

Oh sí, que se prepare.

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